Semillas: La disputa es función social
o
su subordinación al capital financiero
transnacional
22 de mayo de 2015
"Los campesinos
indígenas y agricultores familiares no reconocemos, ni reconoceremos la
propiedad intelectual sobre el material genético que durante miles de años
hemos mejorado y desarrollado colectivamente. Las semillas son patrimonio de
los pueblos al servicio de la humanidad."
Sorpresivamente se
presenta un escenario sin debate sobre la naturaleza y la función de las
semillas, es decir, si como sociedad las consideramos mercancías, mecanismos de
renta para el agronegocio y el capital financiero o si son un patrimonio de los
pueblos que cumple una función social vital.
En el contexto político actual, nos
encontramos con el anuncio de un DNU sobre semillas, que según se informa en
los medios , seria una conquista del
capital financiero y su modelo neoliberal para la agricultura.
La ofensiva de
Monsanto sobre sus propios socios del modelo de agronegocios, disputando ahora
la renta sobre los granos y no sólo sobre la semillas transgénicas mediante
contratos ilegales, muestra que las consecuencias de subordinar la agricultura
a la tecnología de las corporaciones no es sólo grave para los sectores
populares, sino que condiciona a todos los actores de la producción
agropecuaria.
Sin embargo,
extasiados por los márgenes de ganancia que este modelo expoliador provoca,
incluso pequeños y medianos empresarios se entregaron sin dudarlo a la lógica
del capital financiero concentrado, sacrificando la tierra, los trabajadores, y
a sus hermanos de los pueblos rurales, que sufrimos las terribles consecuencias
de las fumigaciones masivas, el trabajo en negro e incluso esclavo, la
destrucción de bosques y los desalojos, y por sobre todo relegando la Soberanía Alimentaria.
Ceder a la presión de
las corporaciones y aceptar la propiedad intelectual sobre semillas, en un
contexto donde las empresas transnacionales son quienes controlan más del 90%
de esa tecnología, así como todos los eslabones de esa cadena (insumos,
servicios, comercio global, mecanismos financieros) es retroceder en Soberanía.
Los campesinos
indígenas y agricultores familiares no reconocemos, ni reconoceremos la
propiedad intelectual sobre el material genético que durante miles de años
hemos mejorado y desarrollado colectivamente. Las semillas son patrimonio de
los pueblos al servicio de la humanidad.
El uso propio es un
derecho inalienable para los campesinos indígenas y agricultores familiares, y
para ejercerlo no necesitamos estar en ningún tipo de registro, ni ser tratados
como excepciones a ninguna normativa.
Cualquier tipo de
regulación sobre las semillas, deberá ser dirigida exclusivamente hacia el
espectro de la cadena de agronegocios, sin afectar los derechos de los
campesinos indígenas y agricultores familiares. Porque claramente ésta es la
trampa en la que pretenden meternos las corporaciones: imponer sus negocios
ilegítimos para arrebatar los derechos de nuestro pueblo a producir sus propias
semillas. Luego seremos todos los agricultores sospechados de delincuentes por
no aparecer en un registro de las corporaciones.
Quienes están en el
marco de la lógica del capital especulativo son buitres de la agricultura, no
son agricultores, ni grandes ni chicos, y es necesario diferenciar claramente,
las políticas regulatorias que debe aplicarse a ese sector, de las políticas de
promoción y fortalecimiento que requerimos campesinos, indígenas y agricultores
familiares, únicos garantes de la Soberanía Alimentaria.
¡En defensa de
nuestras semillas, patrimonios de los pueblos al servicio de la humanidad!
--
Contra el Capitalismo, por la soberanía de nuestros pueblos.
¡ América Unida Sigue en Lucha!
MOVIMIENTO NACIONAL CAMPESINO INDIGENA
CLOC - VIA CAMPESINA ARGENTINA
Fuente:
http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Semillas_La_disputa_es_funcion_social_o_su_subordinacion_al_capital_financiero_transnacional
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