El negocio del agua
amenaza la agricultura familiar
27 de mayo de 2015
Por Marianela Jarroud (IPS / Tierramérica)
Los derechos de agua en Chile, privatizados durante la dictadura
la militar en 1981, tienen en jaque a la agricultura familiar y campesina, que
lucha por la reconversión, al menos parcial, de este recurso al control
público.
“¿Por qué debemos pagar derechos de agua si la
gente que nació y se crió en el campo siempre tuvo acceso a ese recurso?”,
planteó a Tierramérica la lideresa de las mujeres campesinas de la sureña
Patagonia, Patricia Mancilla, en un planteamiento que se
repite por todo el país entre los pequeños productores.
Chile, un país estrecho y largo, tiene
abundantes recursos hídricos, pero desigualmente repartidos: mientras al sur de
Santiago la disponibilidad media anual es de más de 10.000 metros cúbicos
por persona, al norte no llega a los 800 metros cúbicos
por habitante, según un estudio de 2011 del Banco Mundial.
Haya mayor o menor disponibilidad, la Constitución de 1980 consagra al agua como un bien
privado. El uso de los recursos hídricos, según reglas del mercado, está
regulado por un Código
de Aguas, que confiere al Estado la facultad de conceder derechos de
aprovechamiento a empresas, de forma gratuita y a perpetuidad.
Faculta además a comprar, vender o arrendar
esos derechos sin tomar considerar prioridades de uso.
“Chile es el único país del mundo que tiene
privatizadas sus fuentes y la gestión de las aguas”, aseguró a Tierramérica el
activista Rodrigo
Mundaca, secretario general del Movimiento por la Defensa del Agua, la Tierra y la
Protección del Medio Ambiente.
El activista e ingeniero agrónomo añadió que
la ley chilena “separa la propiedad del agua del dominio de la tierra dando
origen al mercado de las aguas”, lo que provoca que existan propietarios de
tierra sin agua y viceversa.
La dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)
estableció dos categorías de derechos de aprovechamiento de aguas: consuntivos
y no consuntivos.
Entre los derechos consuntivos, aquellos en
que el recurso se consume al usarlo, 73 por ciento están en manos del sector
agropecuario, nueve por ciento de la minería, 12 por ciento del sector
industrial y seis por ciento en manos del sector sanitario, puntualizó Mundaca.
Los no consuntivos, aquellos en que el agua no
se consume, sino que transita, están destinados principalmente a la generación
de hidroelectricidad y 81 por ciento de esos derechos se encuentran desde 2009
en manos de la empresa italo-española Enel-Endesa,
reveló el dirigente.
Como consecuencia, “hoy las comunidades del
norte de Chile se enfrentan por agua con la megaminería; las comunidades del
centro, con la agroindustria y la agroexportación; y las del sur, con las
hidroeléctricas y las forestales”, relató Mundaca.
“El agua es actualmente, sin lugar a dudas, la
problemática ambiental más importante del país. Pequeños agricultores han
perdido sus tierras y hay comunas (municipios) como Petorca, donde viven más de
3.000 mujeres solas porque sus parejas salieron a buscar nuevas fuentes
laborales”, aseguró.
En general, América Latina es una de las
regiones del mundo más vulnerables ante crisis provocadas por el cambio
climático, según el Banco Mundial. Pero en Chile, la mayor vulnerabilidad para
los pequeños agricultores no es la climática, sino el “robo de agua” por parte
de los grandes agroexportadores.
Petorca, un caso paradigmático
“El negocio del agua evidencia el conflicto de
intereses, el tráfico de influencias y la corrupción que hay en Chile”, afirmó
a Tierramérica el pequeño agricultor Ricardo Sanhueza, residente en el
municipio de Petorca, a 220
kilómetros al norte de Santiago, cuya situación
representa el paradigma del impacto del modelo del agua de los últimos 35 años.
“Recuerdo que entre 1987 y 1997 vivimos una
fuerte sequía, pero jamás faltó el agua potable”, añadió. Petorca se ubica en
la provincia homónima y sus algo más de 70.000 habitantes deben abastecerse de
agua mediante camiones cisterna.
“El problema aquí no es climático”, dijo, “el
problema es de sobreexplotación de tierras y abuso de las aguas”. “Los
intereses políticos están socavando las bases de la agricultura familiar
campesina”, remató.
La provincia de Petorca, con una superficie de
4.589 kilómetros
cuadrados, está enmarcada de oriente a poniente por la cordillera de Los Andes
y el océano Pacífico.
Según un estudio del
estatal Instituto Nacional de
Derechos Humanos (INDH),
las causas de la escasez hídrica que experimenta esta provincia “no estarían
sólo asociadas al fenómeno de sequía”, sino que inciden también “las actividades
empresariales que tienen lugar en la zona”.
El informe señala, además, que “el
otorgamiento de derechos de agua sobre cuencas extinguidas, son representadas
como factores que han contribuido a generar un situación de crisis hídrica que
afecta seriamente la calidad de vida de los habitantes de la provincia de
Petorca”.
“La priorización de la función productiva del
agua, por sobre su función de consumo humano ha contribuido a la agudización
del problema”, añadió.
Mónica Flores, psicóloga del municipal Departamento
de Salud Pública, contó con nostalgia a Tierramérica cómo el río Petorca se
secó por completo, lo que terminó con la activa vida social de sus habitantes
en torno a él.
“El río nacía en la cordillera y desembocaba
en el mar, pero hoy vemos solo una línea gris, llena de tierra y piedras”,
reveló.
“Existe un antes y un después. Mi infancia
giró en torno al río: allí jugaba con mis amigos, nos bañábamos, pololeábamos.
Sin embargo, la vida de mi hija no es la misma, es mucho más solitaria”, afirmó
Flores.
“Muchos rituales se hacían junto al río que
era el corazón, la columna vertebral de la provincia”, aseveró sobre el impacto
para la población de la desaparición del río.
Pero Petorca es sólo un ejemplo de la realidad
que se vive en Chile.
El 22 de marzo, durante el Día Mundial del
Agua, el INDH advirtió que “el desarrollo del país no debe ser a costa del
sacrificio del agua de las comunidades, ni a costa de hipotecar el futuro de
las generaciones que vienen”.
Actualmente, la Comisión de Recursos
Hídricos de la Cámara de Diputados debate la reforma del Código de
Aguas y hay avances sustanciales, como el establecimiento de prioridades de
uso del agua para necesidades esenciales y la modificación del derecho de
propiedad a perpetuidad por una concesión de uso y goce temporal.
Pero las mejoras de la reforma, una vez que
entre en vigor, serán solo aplicables para el futuro y la mayoría de los
derechos de agua ya están otorgados.
Además, hasta ahora no se toca el privilegio
de las aguas al sector minero, que otorga el derecho de aprovechar las aguas
halladas en las labores mineras. Tampoco se habla de la insuficiencia de
reservas para usos esenciales de campesinos e indígenas o de cambios
constitucionales para recuperar el estatus de bien público de las aguas.
La Constitución fraguada por la dictadura
“señala que todas las personas son libres e iguales en dignidad y en derechos.
Sin embargo, la privación de agua, tiene a vastos sectores de la población
tomándola de camiones aljibes, bañándose por presa (partes) y haciendo sus
necesidades en bolsas plásticas”, enfatizó Mundaca.
“Es vergonzoso e impropio. El agua debe ser
recuperada de una forma o de otra”, concluyó.
Publicado originalmente por la red
latinoamericana de diarios de Tierramérica.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2015/05/el-negocio-del-agua-amenaza-la-agricultura-familiar-en-chile/
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199269
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