El convenio de solución amigable y avenimiento de expropiación con
REPSOL:
Del giro simbólico al real
Por: Bruno Costas - Claudio Lozano (IPYPP)
Más allá de las argumentaciones de Kicillof, Argentina le pagará a Repsol el equivalente a 41 U$S por acción de
En este trabajo demostramos que la propuesta oficial equivale a haber emitido deuda a una tasa del 12,34%, tasa esta similar a
Resulta
inconcebible que una empresa que consumó vaciamiento y daño ambiental sea
premiada por la Argentina con una compensación que reconoce una tasa de interés
que es el triple de lo que sería razonable en el mundo de hoy.
La razón es obvia: la sobretasa oculta el verdadero reconocimiento a Repsol de un valor cercano para el 51% de las acciones de U$S 8.500 millones.
El giro simbólico -y real- del actual Ministro Axel Kicillof respecto a la compensación por el 51% de las acciones de YPF a Repsol debe ser enmarcado en el giro ortodoxo que ejecuta el gobierno: fuerte devaluación, ajuste salarial por debajo de la inflación, arreglo con el Club de París, arreglo con los Holdouts, pago de sentencias del Ciadi en poder de fondos “amigos” como Gramercy, dura ortodoxia monetaria para estabilizar el tipo de cambio y proyectos de inminentes tarifazos. Un giro que intenta, ante la necesidad imperiosa de recomposición de reservas, la vuelta a los mercados internacionales de crédito vía nuevo endeudamiento.
La razón es obvia: la sobretasa oculta el verdadero reconocimiento a Repsol de un valor cercano para el 51% de las acciones de U$S 8.500 millones.
El giro simbólico -y real- del actual Ministro Axel Kicillof respecto a la compensación por el 51% de las acciones de YPF a Repsol debe ser enmarcado en el giro ortodoxo que ejecuta el gobierno: fuerte devaluación, ajuste salarial por debajo de la inflación, arreglo con el Club de París, arreglo con los Holdouts, pago de sentencias del Ciadi en poder de fondos “amigos” como Gramercy, dura ortodoxia monetaria para estabilizar el tipo de cambio y proyectos de inminentes tarifazos. Un giro que intenta, ante la necesidad imperiosa de recomposición de reservas, la vuelta a los mercados internacionales de crédito vía nuevo endeudamiento.
Si bien es cierto que en la ya célebre reunión en el Senado del 17/4/2012 Kicillof no dijo que a Repsol no se le pagaría “ni un peso”, sí cuestionó las pretensiones de la empresa respecto a un reconocimiento del valor de la acción en los mercados secundarios, rechazando de plano esos valores y poniendo en duda la información disponible sobre sus reservas reales. Además, tanto el Ministro como Julio de Vido insistieron en esa oportunidad sobre la necesidad de cuantificar el daño ambiental de
Pero en esa jornada además Kicillof definió como “tarados” a quienes pretendían que se pagara a Repsol lo que éste pretendía o un valor con referencia a la cotización reciente de la acción en los mercados internacionales. Dos días más tarde en un reportaje en
Pasaron casi dos años y aquél Vice aguerrido es hoy un Ministro componedor. Tanto, que la compensación definida en el proyecto oficial se parece -y mucho- a los planteos originales de Repsol. El 27/2/14 en diálogo con Víctor Hugo Morales, Kicillof se enojó con los opositores al proyecto ya que están "muy nerviosos porque el diferendo termina de forma amistosa". "Si no tienen argumentos, los inventan. Si tienen que decir algo estúpido, lo dicen". "Decir que Argentina esta pagando una indemnización de 5 mil millones de dólares pero pagándola hasta el año 2033 con intereses, entonces paga más porque se suman todos los intereses al costo de la indemnización, no tengo nada que discutir, me da pena". Y “es obvio que hay que pagar interés, porque sino es una estafa al otro, pero ese interés es muy bueno".
Y el 1/3/2014, en un extenso reportaje en Página 12 el Ministro parece festejar el acuerdo amistoso con Repsol con cierto cambio de tono: “Nunca nuestro objetivo fue perjudicar a Repsol. Íbamos a pagar un precio justo y razonable. No el que ellos querían, sino el que marca la ley…”. Y para justificar el atajo respecto a la vía tradicional: “La vía del Tribunal de Tasación no daba por terminados todos los diferendos judiciales., sino que agregaba nuevos. Ibamos a dejar la indemnización pagada en el banco pero litigando por la diferencia y la vía judicial activa en todos los frentes”. Y reconoce que el Tribunal de Tasación intervino en el acuerdo, tanto en el número como en la forma de pago y el desistimiento de las acciones legales. Una evaluación difícil que sin fundamento alguno esta refrendado en dos páginas en el Anexo II del Acuerdo. Por otra parte pondera el arreglo ya que Repsol demandaba U$S 10500 millones y sólo se llevará U$S 5000 millones. “Y como en su balance la valúa a U$S 7053 millones, deberá mandar a pérdida la diferencia, por lo que no se puede decir que se pagó caro.”
Por último, una especie de confesión: “el acuerdo logrado fue una carambola a tres bandas. La solución amistosa consensuada termina con toda la litigiosidad: las 31 causas judiciales abiertas por Repsol. En segundo lugar, se puso a trabajar a YPF con resultados y ya es una empresa distinta. El acuerdo probablemente destape vías de acceso a financiamiento y asociaciones que, si bien no estaban obturadas, sí entorpecidas por acción del diferendo. YPF va a tener un año extraordinario y va a ser uno de los sectores que empuje
Es objeto de este trabajo analizar algunas dimensiones poco claras de este Acuerdo, refutando muchas de las certezas vertidas por el discurso oficial:
a)
que el valor nominal de emisión podría llegar a U$S 6000 millones, cuando el
número es U$S 6503 millones, ya que se emite el Discount que ya está capitalizado
desde el 2005 hasta el 2013.
b)
que de tener que emitir el total de los bonos Argentina terminaría pagando U$S
11297 millones entre amortización e intereses hasta el 2033, número superior a
la demanda de Repsol en el CIADI,
c)
lejos de cualquier consideración sobre daño ambiental o cifras de reservas
esperadas, el Tribunal de Tasación da el OK al Acuerdo sin consideración
alguna,
d)
se emite un bono nuevo -el Bonar 24- con una escandalosa tasa de emisión del
8,75%, cuando el mismo bono tiene una garantía adicional del BNA que cubre
contingencias hasta agosto del 2015. Un bono con este plus debería tener una
tasa sustancialmente menor,
e)
se hace un acuerdo donde el monto final a emitir depende de condiciones de
mercado que Argentina no puede manejar. Y se da la paradoja que si el
beneficiario -Repsol- anuncia que se desprenderá de los bonos a cobrar puede
hundir los precios de los mismos en los mercados secundarios y con eso….cobrar
más bonos!!!! Si bien considerando los precios de hoy la emisión de Títulos
Públicos Adicionales podría estar acotada, todavía faltan dos meses para que
caduquen los plazos del Acuerdo donde el precio de los Títulos caiga
significativamente, lo que implicaría que se gatille la emisión total de los
U$S 1000 millones Adicionales.
f)
la actitud racional por parte de Repsol ante este Acuerdo sería enajenar
inmediatamente los bonos pero autocomprarlos -mediante alguna entidad
financiera asociada- ya que si se los queda la percepción de la renta se acaba
cuando amorticen U$S 5000 millones, mientras que para el potencial comprador
esa amortización alcanzaría a U$S 6503 millones. Lo absurdo del Acuerdo es que
si Repsol mantiene la
posición Argentina pagaría mucho menos que si la enajena. Si entonces
lo racional -para Repsol- es vender, es esperable que los precios caigan y así
aumente la probabilidad de tener que emitir el total del U$S 6000 millones,
g)
si bien se tildó en su momento de “tarado” o “estúpido” a aquel que supusiera
que la compensación a Repsol estuviera vinculada a valores de cotización
bursátil, se puede demostrar que el valor presente de lo que el país pagaría (a
una tasa de descuento razonable) coincide con lo que la acción de YPF cotizaba
en promedio un año antes de la ley de estatización: todo el resto parece humo y
muy fugaz.
Quizá el cierre al reportaje mencionado de
Página 12 explique mejor las prioridades del gobierno y del Ministro: “Con
respecto a los vencimientos de la deuda, este año tiene pagos relevantes, el
que viene también y después, como resultado de la política de desendeudamiento,
nuestros vencimientos con acreedores privados caen. El peso de los servicios de
deuda contra el PBI es irrisorio en relación con la historia argentina. Si
llegamos al peor escenario de emitir 6000 millones, supongamos que rinden 10
por ciento anual, serán entre 600 y 800 millones adicionales. Para un país como
la Argentina, con un PBI como el que tiene, no le hace mella. Sí podía hacerlo
pagar los 5000 millones de una vez.” Esta interpretación falsa y psicópata de
la realidad esconde lo que el Acuerdo con Repsol dice a gritos: que el giro del
plano simbólico al real obedece a la necesidad de dar señales al mundo de que
Argentina vuelve al mercado de deuda internacional y en condiciones que
replican la lógica noventista.Las características del convenio (...) Leer
No hay comentarios:
Publicar un comentario