viernes, 28 de marzo de 2014

Aprendimos que “el sindicato se pone en pie y marca el rumbo desde las asambleas del distrito, de cada escuela, en cada barrio con la intervención cada vez más nutrida de docentes, padres y estudiantes”.


Por el triunfo de la histórica lucha docente 
en la provincia de Buenos Aires”.
"Entendemos que nuestro papel, como bachilleratos populares, como escuelas públicas y populares, que se despliegan desde la organización popular en los barrios, en las empresas recuperadas, en la organización sindical, es aportar a construcción de la lucha desde abajo, con otros trabajadores, con la comunidad y con los estudiantes", proclaman desde la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares - CEIP - CTA. 

A continuación ANRed  reproduce la declaración de esta organización sobre el conflicto docente.
Las masivas muestras de lucha y resistencia que están llevando a cabo los trabajadores de la educación en la provincia de Buenos Aires y en muchas provincias del país estallaron como respuesta al ajuste que se viene aplicando, y que recrudeció vía devaluación, por parte de los gobiernos nacional y provinciales. Los acuerdos con el Club de París, el guiño al Fondo y el acuerdo con la saqueadora Repsol, reafirman la voluntad del gobierno de reacondicionar las bases de acumulación de capital. El discurso oficial venía dando señales de que el ajuste salarial era el sacrificio que la clase trabajadora debía aceptar para que pudieran continuar las “bonanzas” del modelo neodesarrollista del ¨valor agregado¨. En los casos en que la “persuasión” no da como resultado la obediencia, el disciplinamiento social se pretende cerrar con una antigua metodología del recetario de la dominación burguesa: la represión, el apriete y la criminalización de la protesta social.

Tanto el gobierno nacional como los gobiernos provinciales -que necesitan cerrar las paritarias en un piso bajo para evitar el “mal ejemplo”- intentan descalificar y responsabilizar a la docencia del derrumbe de la educación. Estas prácticas han llegado hasta el punto de intentar desmovilizar a los docentes a través del uso ilegal de herramientas judiciales tales como la conciliación obligatoria impuesta por el estado que pretende actuar simultáneamente como mediador y como patrón, o de sentencias judiciales que cuestionan la legalidad del derecho a huelga, establecido constitucionalmente.

Ante cada ataque y apriete, la lucha docente crece y se afirma, configurándose como una apuesta central para enfrentar el ajuste. Hasta acá, una gran cantidad de trabajadorxs de la educación hemos tomado en nuestras manos la lucha por conquistar un salario digno, sin cuotas ni cláusulas castigo, demostrando tener la fuerza para estar a la altura del enfrentamiento. Esto ha quitado margen de maniobra a la conducción central de SUTEBA para quedar bien con dios y con el diablo buscando un arreglo que no haga peligrar los marcos del ajuste -tal como nos tiene acostumbrados-, pues ha tenido que reconocer a las bases un rol protagónico en las decisiones acerca del curso de la lucha. Cabe resaltar como un hecho fundamental en la lucha de los docentes bonaerenses, contar con nueve seccionales opositoras a la conducción de SUTEBA. La recuperación de la herramienta sindical con una perspectiva de clase es un motor de lucha que presiona organizando con un sentido democrático. En pleno conflicto, el sindicato se pone en pie y marca el rumbo desde las asambleas del distrito, de cada escuela, en cada barrio con la intervención cada vez más nutrida de docentes, padres y estudiantes. En cada actividad de solidaridad y difusión, la presencia de la comunidad, de otros trabajadores, recrea un modelo sindical que decide e impulsa la lucha más allá de los temores y los deseos de las conducciones burocráticas. En ese sentido, la apuesta sigue siendo pasar de la recuperación de seccionales a la construcción de un sindicato de lucha, clasista y democrático.
Este proceso organizativo parte del reclamo salarial pero no se agota en él. Las demandas de la docencia, acompañadas por la comunidad, por infraestructura, por obras sociales bajo nuestro control, por los salarios impagos, contra el cierre de comedores; reclamos que confluyen con la resistencia frente a las políticas educativas que precarizan la educación de jóvenes y adultos y las condiciones laborales docentes, amplían el horizonte de la lucha hacia la defensa de la educación pública y popular. También se empiezan a tornar visibles problemáticas de anclaje territorial que desbordan el marco sectorial y ubican la lucha en una dimensión y un horizonte aún mayor, en el cual va afirmándose aunque embrionariamente los propios intereses de clase tejiendo así la relación de la educación pública con lo popular. Paralelamente, el intento de los gobiernos nacional y provincial y de los grandes medios de comunicación de poner a los trabajadores unos en contra de otros ha repuesto con aún más fuerza la necesidad de la unidad multisectorial, pese al escaso e insuficiente impulso por parte de las conducciones de las centrales de trabajadores (Ctera, CTA y CGT). Hoy va teniendo lugar como sustrato real de la lucha docente, en las escuelas, en la calle, en las asambleas, la unidad de los trabajadores.

Caracterizamos la necesidad de seguir construyendo con otras organizaciones este camino. Entendemos que nuestro papel, como bachilleratos populares, como escuelas públicas y populares, que se despliegan desde la organización popular en los barrios, en las empresas recuperadas, en la organización sindical, es aportar a construcción de la lucha desde abajo, con otros trabajadores, con la comunidad y con los estudiantes. El desafío es fortalecer esta práctica de democracia obrera en el territorio en tanto componente necesario para sostener y ganar la pelea en curso, pero también para darle continuidad superado el marco paritario y en clave de defensa de una educación pública y popular. En ese sentido, aspiramos a poner nuestra experiencia política y pedagógica, de escuelas en lucha, construidas con el barrio, con otros trabajadores, al servicio de crear poder popular organizado para enfrentar el ajuste y poner en nuestras manos el destino de la educación de nuestro pueblo.
Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares - CEIP - CTA

Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article7470

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