Horacio
Micucci sobre la nueva Ley de Hidrocarburos:
“es más entreguista que la ley de Onganía”
2 de
noviembre de 2014
Entrevista
a Horacio Micucci integrante del Instituto de Estudios Nacionales, quien
trabajó con Adolfo Silenzi de Stagni, continuador de la línea del fundador de
YPF General Mosconi, sobre el contenido y los alcances de la iniciativa
aprobada esta semana por el Congreso de la Nación. “Todo ese petróleo entregado es
entrega de soberanía”.
Por La Retaguardia
La
primera pregunta que le hicimos a Horacio Micucci fue si esta Ley de Hidrocarburos
implicaba liberación o dependencia: “Implica profundizar la dependencia que tenemos” , respondió sin dudar ni un
instante.
“Nosotros
tenemos en vigencia la ley 17.319 que es de la época de la dictadura de Onganía
–continuó–, a la que le han agregado resoluciones y leyes, modificaciones
parciales que la han profundizado en su carácter de ley de dependencia y
entrega de petróleo. Ahora viene esta supuesta modificación a la ley, pero en
lugar de cambiar su orientación, que es puramente entreguista, la profundiza, la empeora. Es decir, es
más entreguista que la ley de Onganía”.
Micucci
explicó que aquella norma establecía una superficie de áreas petroleras que se
podían dar a empresas privadas, además de fijar un tope de cinco concesiones
por compañía. Sin embargo, con el transcurrir de los años, y a través de
distintos medios , se llegó a que las
empresas pueden tener hasta 30 o 40 concesiones:“muchos de los defensores de
las empresas privadas pidieron siempre que se diera seguridad jurídica al
capital privado, y pedían que se mejorara esa situación con una nueva ley,
incluso opositores a los K. Esta nueva ley hace eso, saca el límite de
concesiones. Se puede conceder todo lo que se quiera conceder y por tiempos
enormes; estamos hablando de 35 años más 10 de prórroga o de 30 años más 10. O
sea, 40, 45 años de concesión”, expresó el integrante de Instituto de
Estudios Nacionales.
Las
figuras de Silenzi de Stagni y Mosconi
Micucci
trabajó con Adolfo Silenzi de Stagni a quien describió como un estudioso del
petróleo y continuador de la línea del General Mosconi en cuanto a la
importancia del petróleo manejado por el Estado argentino: “él decía que si se
concedían áreas petroleras por largo tiempo era como si uno pudiera regalar un
auto o darlo hasta que no sirva más, es decir si vos das un área petrolera, ya
investigada, con petróleo asegurado, por una concesión de 40-50 años, lo das
prácticamente hasta su agotamiento, por lo tanto lo estas regalando. Podrás
decir que no te importa mientras te entren dólares, pero toda esa ganancia que
se llevan las empresas, que son miles de millones de dólares y que por eso se
hacen guerras, las potencias invaden territorios, ocupan, y tenemos lo que pasa
en Medio Oriente, todo ese petróleo entregado es entrega de soberanía, porque
¿quién me controla la energía de todo mi desarrollo industrial? Empresas
extranjeras, a las que se les está regalando todo nuestro petróleo. Esas son
las que controlan mi desarrollo industrial, inclusive mi defensa personal”.
En este
punto, Micucci recordó una anécdota relatada por Mosconi cuando pensó y creó
YPF: “él era director de
Aeronáutica Militar y un día quiso hacer un raid de entrenamiento aéreo y fue
al gerente de la empresa
Wico , que era una filial de la Standard Oil que
tiene que ver con la Chevron actual, y le pidió el combustible para sus
aviones, y el gerente de la Wico se lo negó, diciéndole que el Estado no había
pagado. En ese momento Mosconi dice, frente al escritorio de ese gerente: ‘me
juramenté atacar a los trust, a destruir a los trust por todos los medios legales’, y a partir de ahí crea YPF, porque
no puede haber independencia nacional si yo no controlo mi energía, que incluso
tiene que ver con la defensa nacional. Si yo tengo un país popular y
democrático y lo quiero defender de una agresión extranjera por lo menos tengo
que controlar mi energía, hasta desde el punto de vista de la defensa nacional
es importante. Y después el precio de ese petróleo, de ese combustible, incide
en todos los precios que compro todos los días. Allí está una parte del dinero
que dicen que falta en salud y educación. Es lo que se están llevando esas
empresas”.
El
petróleo, la minería y las vaquitas ajenas
Micucci
explicó que la Ley de Hidrocarburos tiene la misma orientación que el Código
Minero aprobado en los años ’90: “están
poniendo regalías del 12%; en Colombia que es un país pro-yanqui, o con un
gobierno por lo menos afín, debe cobrar dos o tres veces más de regalías. Cómo
será la ganancia de una empresa petrolera privada que cuando Evo Morales (en
Bolivia) le saca la mitad de la empresa, y después le aumenta la regalía al
resto, no se fue ninguna. El fifty-fifty es una cosa que se aplicaba en el
Medio Oriente, en el otro siglo, con los jeques más primitivos, después las
empresas petroleras de los países del Medio Oriente pasaron a exigir mayor
cantidad de incidencia sobre su petróleo. Nosotros estamos copiando lo más
entreguista de la historia, profundizando una ley de una dictadura, un supuesto
gobierno progresista, nacional y popular profundiza una ley de entrega. En
realidad legaliza el acuerdo con Chevrón del año pasado, que es tan
impresentable que es secreto hasta el día de hoy, aun para la misma provincia
en que se aplica. Y después tiene que ver con la entrega completa de todo lo
que ellos llaman el shale, petróleo y gas. El petróleo y el gas no convencional
que lo introduce la ley, lo legaliza y le da beneficios, sin hacer ninguna
discusión ambiental”.
Además, Micucci manifestó:“esa línea de conceder
siempre y retroceder y retroceder al final te caes por el precipicio porque es
lo mismo con la minería, te dicen ‘es que sino se van las meganineras’. Las
megamineras pagan el 3%, incluso llegaron a pagar menos impuestos acá que lo
que pagaban del lado chileno durante el gobierno de Sebastián Piñera. Se llevan
barros, y dentro del barro hay oro, plata y minerales estratégicos, pero en
todo caso veamos que se cobren regalías. Yo no estoy de acuerdo con la
explotación megaminera por el desastre ambiental y porque es otra forma de
dependencia, pero ni siquiera pueden argumentar que van a cobrar más. La
megaminera declara lo que se lleva, se lleva barro y paga una miseria,
destruyen el ambiente y se van, es lo mismo que va a pasar con una concesión a
40 años. Destruyeron el ambiente, se llevaron el petróleo y te dejan las
ruinas”.
Retomando
la cuestión ambiental, dejada de lado en este proyecto, Micucci mencionó algo
que ocurrió pocas horas antes de la aprobación de la ley el miércoles 29 de
octubre: “(en la norma) hay
toda clase de exenciones impositivas para todas las empresas petroleras, se
supone que de esta manera van a entrar los dólares que este país necesita, en
la parte ambiental la nueva ley disuelve toda exigencia ambiental, pero en el
día de ayer (martes 28) las empresas de la zona de Vaca Muerta dicen que han descubierto
que el petróleo es de mejor calidad de lo que creían, por lo tanto piden la
postergación de toda exigencia ambiental, como diciendo ‘no sea cosa que seamos
más precavidos que lo que hace falta’. Encima piden menos control ambiental,
por eso lo que está pasando no es liberación… es dependencia”.
Releer a
Mosconi
Es lo que
propuso Horacio Micucci durante la entrevista con La Retaguardia: “él decía que ‘la experiencia de
las luchas incesantes que la organización fiscal ha debido soportar con las compañías
privadas durante todo el tiempo que la hemos dirigido -hablando de YPF- nos
condujo a la conclusión de que tales organizaciones, la fiscal y la privada, no
pueden coexistir’. Y Mosconi decía que al principio producen mucho, pero
resulta que todo el oro que produce esa explotación privada se va del país y lo
descapitaliza, esto es la
dependencia. Un ejemplo saliendo del petróleo, en el año 2011
Argentina exportó medicamentos por 900 millones de dólares, cifras del
Ministerio de Economía, e importó insumos para hacer esos medicamentos por
1800. Esa producción de medicamentos exportada produjo una pérdida de 900
millones de dólares de déficit en el año. Esto es lo mismo en el ejemplo que se
busque, en los autos, en los armaderos del sur. Esto es un país dependiente,
por lo tanto te sacan un tornillo y vos tenés que ceder en tus posiciones y
entregar. Lo que están haciendo (con esta ley) es legalizar la entrega para que
entren dólares”.
Para que
quede aún más clara su posición, Micucci explicó qué es la dependencia:“es
como si Argentina fuera un embudo, tiene una salida chiquita que gotea para
nosotros que somos el pueblo, arriba entra mucho, a veces por el trigo, otras
épocas por la carne, otras por la soja, y ahora quieren que entre por el sector
del gas y el petróleo. Y hay un montón de agujeros en ese embudo que se van
para enriquecer a gente como Lázaro Báez, Cristóbal López, hacer contratos
leoninos como el de Chevron, para favorecer como hacen en esa ley a las
empresas petroleras con todo tipo de exenciones y así después cuando faltan los
dólares se cobra impuesto al trabajo y no se cobra impuesto al juego, a las
megamineras, esto es la dependencia que sufrimos cuando pagamos el pan y la
leche”.
Para el
integrante del Instituto de Estadios Nacionales es evidente que la Ley de
Hidrocarburos profundiza a Onganía: “cuando
Onganía hizo su primera presentación en la Sociedad Rural , lo
hizo en una carroza con lacayos, ese tipo de personas es la que está siendo
profundizada. Si se aplicara hoy la ley de Onganía, y se limitara el número de
concesiones, todas las empresas tendrían que entregar una enorme cantidad de
áreas petroleras, muchas de las cuales fueron exploradas por YPF estatal”.
Horacio
Micucci y las consecuencias de la implementación de la nueva Ley de
Hidrocarburos. La pregunta sobre si implica liberación o dependencia, parece
respondida.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article8774
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