viernes, 20 de junio de 2014

Sopesemos la impostura implícita en la consigna "patria o buitres".

Recordemos la Presidenta desde que asumió definió como su responsabilidad central al desendeudamiento y alardea de que la Argentina es un pagador serial.

Preguntémonos cuál fue el precio de preferir aportar a la globalización financiera o al casino mundializado en vez de garantizar, como debiera ser su obligación constitucional, la atención a los derechos humanos de los diversos de abajo.

Destapemos a qué nos condujo el presidencialismo y el PJ en alianza transversal, así como todo el sistema político que los K reforzaron mediante la reforma política de 2009. Restrinjámonos al sistema de deuda perpetua.

JUlio C. Gambina, en "Argentina, la Corte de Justicia estadounidense y las potencialidades de ofensiva popular" (9 de junio de 2014)explica:

(…)La deuda es una política de Estado

Tal como venimos sosteniendo, el endeudamiento externo constituye un gran condicionante de política económica en Argentina, sufrido en 30 años de gobiernos constitucionales desde 1983. Tan es así que la cuestión de la deuda pública es “política de Estado”.

Nuestra afirmación queda confirmada con la adhesión a las posiciones oficiales sobre la situación en trámite ante la Justicia estadounidense de la oposición política con posibilidades de ser gobierno. Aludimos al masismo, el macrismo, o la alianza entre socialistas y radicales.

Pero también se comprobó en los acuerdos con los sucesivos canjes de deuda; el cumplimiento regular de pagos a los organismos internacionales; la nueva deuda asumida para compensar a Repsol por la expropiación parcial de YPF; los cumplimientos de pagos a sentencias del CIADI; y más recientemente el acuerdo con el Club de París.

Es cierto que existen objeciones parciales, sobre formas de resolver y acordar, pero nunca sobre la cuestión de fondo que supone cancelar deuda y restablecer relaciones de la Argentina con el sistema financiero mundial.

Muchas veces se alude a que no existen políticas de Estado en la Argentina, situación desmentida en materia de endeudamiento. La voluntad mayoritaria del sistema político en el país es por la normalización de la inserción subordinada de la Argentina en el sistema capitalista y su hegemonía transnacional.

Por eso, aún con discursos críticos al FMI, el organismo difundió la opinión satisfactoria sobre las modificaciones en la información estadística que publica el INDEC y que involucró la asistencia técnica del Fondo. Claro que se guarda para nuevas evaluaciones en septiembre y febrero próximos.

La Argentina es parte del FMI y del sistema internacional, más allá de las críticas o alabanzas que se hagan desde diferentes tribunas políticas por parte de las mayorías parlamentarias, oficialistas y opositoras.

Esa pertenencia al sistema capitalista es una política de Estado y bien vale discutir si existe la posibilidad de pensar más allá del capitalismo. Esta es la razón por lo cual en 30 años de gobiernos constitucionales, los diferentes turnos presidenciales se jugaron por no sacar los pies del plato.
(…)Leer

 Descubramos la continuidad de lo instaurado con terrorismo de estado por la alianza de capitales y estados imperialistas con los locales.

Acuerdo con el Club de París: Fin del ciclo para una deuda ilegítima
 
29 de mayo de 2014

Por: Fabiana Arencibia (RED ECO)
A partir del acuerdo cerrado en la madrugada de hoy con el Club de París se termina el ciclo de cancelación de deuda de origen ilegítimo gestada en forma fraudulenta durante la dictadura cívico-militar. Pero también se legalizan los canjes realizados por los posteriores gobiernos democráticos. Esto ocurre aunque existan investigaciones y causas judiciales abiertas e incluso fallos de la Justicia que declaran la ilegalidad de esa deuda de facto y de los posteriores procesos de (des)endeudamiento.

El gobierno argentino acaba de reconocer ante el Club de París una deuda que fue contraída en un cincuenta por ciento por la dictadura y que además está sujeta a una investigación por parte del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 2, a cargo del Dr. Sebastián Roberto Ramos.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, que encabezó las negociaciones, manifestó al finalizarlas: “Con el acuerdo alcanzado hoy, Argentina cierra un capítulo más de la triste historia del sobreendeudamiento que condujo, inevitablemente, al default”.

Este camino, que se inició con la primera reestructuración de la deuda en 2005, el pago al contado de 9.810 millones de dólares al FMI en 2006, un nuevo canje en 2010 y los últimos pagos a las empresas con laudos en el CIADI en 2013, ha sido parte de la estrategia del llamado “desendeudamiento” adoptada por el actual gobierno: cambiar deuda vieja mayoritariamente ilegal por nueva deuda, ahora legitimada en un ciento por ciento.


El monto consolidado (capital e intereses) al 30 de abril, reconocido como deuda a 15 de los 19 países que integran este foro informal de prestamistas internacionales, asciende a 9.700 millones de dólares. La misma era de 1.880 millones en 2001 y por sucesivos cambios en las cotizaciones de las monedas en que está contraída (mayoritariamente en euro y yen) trepó a cerca de 6.500 millones en 2006. El resto lo constituyen intereses.
La gestión kirchnerista ha sido la que más deuda ilegítima canceló de todas las gestiones post dictadura y también la que ha reanudado un nuevo ciclo de endeudamiento externo.
Tal como lo afirmó públicamente la propia presidenta Cristina Fernández, en su discurso del 26 de agosto de 2013, este es el gobierno que más deuda ha pagado (173.700 millones de dólares en esa década). Aunque omitió decir que también es el que más deuda ha contraído.

La deuda pública nacional que a mediados de 2005 era de unos 147.000 millones de dólares alcanza hoy, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Economía (30/9/2013), a 201.000 millones de dólares. Esta deuda no incluye los intereses a pagar, ni cupones atados al PBI, ni deudas de provincias y municipios; tampoco la deuda con el Club de París que acaba de cerrarse ni la deuda en poder de los holdouts estimada en los 11.000 millones de dólares (capital e intereses).

Además, se incrementa cada año por más de 10.000 millones de dólares 
(…)
La mayor parte de la deuda pública es hoy intra-estado. Se le (nos) debe plata a la Anses, al Banco Nación, al Banco Central y otros organismos estatales. De allí se han sacado los fondos no sólo para cubrir gasto social sino también para pagar deuda. A cambio de eso, el gobierno viene emitiendo bonos que son la nueva deuda del futuro.(…) Leer


Generalicemos la toma de conciencia sobre la profundización del neocolonialismo mediante tanto el extractivismo como el sistema de deuda perpetua.
 
El fallo de la Corte de Estados Unidos en clave de la lógica imperialista
17 de junio de 2014
 
Por Julio C. Gambina (especial para ARGENPRESS.info)
Los cortesanos estadounidenses decidieron no tomar el caso de la Argentina y convalidar el fallo neoyorkino de primera y segunda instancia, por lo que se debe cancelar unos “1500 millones de dólares”, según informó en cadena nacional la Presidenta Cristina Fernández[1]. Según la Presidente, esta decisión puede estimular otras demandas por 15.000 millones de dólares, sin perjuicio de otras acciones que ejecuten quienes ingresaron a los canjes de deuda desde el 2005 y sucesivas reaperturas.

Nadie sabe en rigor a cuánto pueda llegar la demanda de acreedores de la impagable deuda, recurrentemente renegociada en tiempo constitucional y últimamente cancelando a acreedores externos con transferencia de títulos a ámbitos del Estado Nacional (Anses, Banco Central, etc.) que penden como hipotecas sobre generaciones futuras.

Convengamos, que si la Corte de Estados Unidos asumía el caso, ello no significaba que la Argentina iba a quedar desobligada de pagos. La expectativa más generalizada en el gobierno y el poder económico local y global era que los máximos jueces del imperio postergaran la decisión hasta fin de año. En ese plazo vence la cláusula que establece que los acreedores ingresados al canje pueden demandar el mejor trato recibido por algún tenedor de títulos en cesación de pagos (default). De este modo, el gobierno ganaría tiempo y, superado el plazo de respetar condiciones de pago, podría negociar con los inversores demandantes (los fondos buitres) cuánto, cómo y cuándo cancelar deudas sin tener que hacer lo mismo con el 93% ingresado a los canjes de deudas del 2005 y 2010.

La hipótesis fue siempre cancelar esa deuda, incluso se reabrió el canje de deuda con ese propósito, sin fecha de cierre en 2013, todo con acuerdo de la oposición sistémica, del mismo modo que viajaron a Estados Unidos para incidir sobre la Justicia del imperio. Como hemos dicho, el pago de la deuda es una política de Estado.
 
Especulación financiera, producción y gestión del Estado

En el discurso presidencial se critica la ganancia especulativa del “fondo NML” que “adquirió los bonos en 2008 por 48,7 millones de dólares”, que “ganó el 1608 por ciento en dólares” y que demanda cobrar 428 millones de dólares” y el Juez falla abonar 1500 millones.

Lo que se omite es decir que esas son las reglas del capitalismo, ya que los bonos los emitió la Argentina para circular en el mercado mundial en las condiciones de mercado (al momento de la compra y de la realización). Que la ganancia por especulación es parte de la ganancia en general, ya que la ganancia es plusvalía extraída del trabajo social y apropiada como renta del suelo, ganancia comercial o financiera (tasa de interés) y beneficio industrial. Con Marx aprendimos que la ganancia es plusvalía transfigurada y fuente de ingresos de todos los capitalistas.

No se trata de pensar que los especuladores exprimen a los empresarios de la producción. No es mejor el capital productivo que el financiero, pues ambos son parte de una integralidad capitalista. Producción y circulación del capital son un fenómeno integrado, que se requieren mutuamente. De nada sirve hablar al corazón del capitalismo, porque siempre responden con el bolsillo. El problema es el orden capitalista.

Es el capitalismo argentino, y más precisamente los gestores del Estado, los que otorgaron las condiciones en sus bonos para que solo con el 100% de los acuerdos pudieran resolverse una renegociación de deuda como la del 2005. ¿Por qué se avanzó en el Canje sabiendo esas limitaciones? ¿Valió la pena el desarme estadístico (argumento para la intervención en el INDEC) para no inflar mayores pagos a los acreedores? Esos gestores del Estado son los responsables de ceder soberanía jurídica facilitando litigar en tribunales externos. ¿Es solo una condición de los 80´ y los 90´? ¿Por qué se insistió con la cesión de soberanía en los contratos con Chevron?

El problema es que los cambios institucionales consagrados en los 90´ e inspirados desde el terrorismo de Estado de 1975/6 siguen vigente y condicionan como un cáncer nuestra vida cotidiana. La deuda es un cáncer a extirpar, y no se puede avanzar en ese sentido mientras subsista la lógica del capital para el modelo productivo y de desarrollo vigente. Se impone una lógica anticapitalista y antiimperialista, muy lejana de la política hegemónica en el gobierno y la oposición sistémica.
¿Sólo son buitres los fondos especulativos? ¿No son buitres los acreedores del Club de París, como señala Dialogo 2000, que reclaman cobrar “deudas odiosas” contraídas por ilegítimos gobiernos genocidas? ¿No son buitres empresas como Repsol que vaciaron las reservas de hidrocarburos del país para abonar su ciclo de acumulación? ¿No son buitres las transnacionales que suscriben pactos secretos con acuerdos parlamentarios mayoritarios, tal el caso de YPF con Chevron? Qué decir sobre la sojización, los transgénicos y su impacto en pueblos fumigados, productores y comunidades desalojados por desposesión derivada del agro negocio, o la mega minería a cielo abierto, o la fractura hidráulica, todo en pro de inversiones externas que buscan ganancia y acumulación de sus capitales invertidos, a cambio de calificarnos como países emergentes.
¿Todo lo que se puede hacer es pagar?

En su alocución, la Presidenta confirmó que “la voluntad de pago de Argentina ha quedado más que probada: hemos pagado el acuerdo de 2005, el de 2010, hemos llegado a un acuerdo con Repsol, que retiró su demanda del CIADI” y que se cerró “un acuerdo por la deuda del Club de París”. Tras cartón diferenció “lo que es una negociación, de lo que es una extorsión”. Luego de ello no termina de quedar claro qué acciones impulsará el gobierno de la Argentina.

¿Cómo sigue el trámite judicial en Estados Unidos? No alcanza con denunciar la extorsión e incluso repudiar a los inversores demandantes o a la propia justicia de Estados Unidos.


¿Qué iniciativas de solidaridad efectiva se impulsarán? O mejor aún, porque no avanzar en ejecutar las iniciativas más avanzadas de nueva arquitectura financiera regional para confrontar con el régimen del capital y el imperialismo.

Por nuestra parte, insistiremos desde todos los ámbitos en que actuamos para avanzar en una campaña contra el pago de la deuda, por su investigación por vía judicial (existen varios procesos en curso, algunos con sentencia) o por auditorías integrales. Hay que frenar el drenaje de saqueo que supone el recurrente pago de una deuda que posterga satisfacer demandas por deuda social a la mayoría de la población.

Nota:
1] La Presidenta aseguró que “Argentina va a respetar su deuda”, pero remarcó que “no aceptará ninguna extorsión”, Lunes, 16 de Junio de 2014, en: http://www.presidencia.gob.ar/informacion/actividad-oficial/27625-la-presidenta-aseguro-que-argentina-va-a-respetar-su-deuda-pero-remarco-que-no-aceptara-ninguna-extorsion (consultada el 17/06/2014).
Fuente: http://www.argenpress.info/2014/06/el-fallo-de-la-corte-de-estados-unidos.html


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario