“Deuda sí,
¿Buitres no?”
20 de junio de 2014
En
noviembre de 2012 publicamos una nota bajo ese título en la que afirmábamos:
Queda claro que se negociará con los bonistas rebeldes. Pero más allá de estos
bonistas, la deuda se pagó siempre y se seguirá pagando. A partir de la
decisión de la Corte Suprema norteamericana que dejó firme el fallo del Juez
Griesa por el que
se obliga a Argentina a pagar a parte de los holdouts, decidimos reproducirla.
Más allá de que algunos de sus datos no son actuales nos parece necesario
contar nuestra versión de la historia de los canjes, reestructuraciones y
(des)endeudamiento, y aportar elementos para analizar que el punto al que ha
llegado hoy el gobierno es el desenlace lógico de su decisión política de
“honrar nuestras deudas”.
Deuda si
¿Buitres no?
La acción
de los fondos buitres a través de la justicia norteamericana puso en el tapete
del debate político y mediático el casi desaparecido problema de la deuda
argentina. La cronología que detallamos muestra que, más allá de los discursos,
la deuda siempre se paga.
(Fabiana Arencibia-Red Eco)
Argentina 30/11/2012
Seis
escenas resumen los acontecimientos de los últimos dos meses:
Escena 1: el 2 de octubre, a
raíz de un juicio iniciado por el fondo especulativo NML (uno de los tenedores de bonos que
quedaron fuera del canje del 2005), elgobierno
de Ghana acató la
decisión de la justicia norteamericana y ordenó el embargo de la Fragata Libertad.
Escena 2: “No vamos a aflojar” dijo la presidenta Cristina
Fernández al
asegurar que no se le pagaría al fondo buitre que embargó la nave insignia.
Escena 3: La presidenta rechaza
de plano la posibilidad de reabrir el canje de deuda para negociar con los "fondos buitres".
Escena 4: por la acción NML , el mismo de
la escena 1, el juez norteamericano Thomas Griesa ordenó que
Argentina le pague a los holdouts la suma de 1.330 millones de dólares más sus
intereses. Si no lo hace se abriría el riesgo de entrardefault técnico.
Escena 5: Ante esta situación,
el ministro de Economía, a pesar de la contundente negativa inicial por parte
del gobierno, dijo que podría reabrirse el canje para negociar con los
holdouts.
Escena 6: Luego de estas
declaraciones, la Cámara de Apelaciones de Nueva York dio un respiro de tres
meses y aceptó suspender hasta fines de febrero la sentencia que obligaba al
Gobierno argentino a pagar la deuda a una parte de los bonistas que no entraron
en su momento a los canjes de 2005 y 2010.
Para aclarar, los holdouts son bonistas particulares y grupos que hacen negocios con el toma y daca de estos bonos (fondos buitres). El conflicto actual sólo abarca a una parte de ellos (la deuda total estimada de estos holdouts se calcula en 11.200 millones de dólares: 6.500 millones de capital y cerca de 4.700 de intereses).
Para poder negociar con los holdouts
hace falta una ley del Congreso que deje sin efecto la Ley cerrojo, norma
aprobada en 2010, que clausuró la posibilidad de canjear, de ahí en más, los
bonos de quienes se quedaron voluntariamente fuera de la negociación (1) .
Hasta aquí
los acontecimientos de los que se ha hablado y escrito suficiente durante estos
días. Nos interesa hacer un breve recorrido hacia el pasado y aportar algunas
reflexiones de cómo llegamos hasta aquí.
En el año
2002, el presidente más que interino Rodríguez
Saa declaró, en
medio de la crisis, que Argentina suspendería el pago de la deuda.
Esta decisión nos
colocó en cesación de pagos (default). La deuda pública de la
Nación ascendía entonces a 144.500 millones de dólares. Pasaron
tres años sin que pagáramos deuda. Mientras, se reconstituía la gobernabilidad
del sistema y la economía se reactivaba. No pagar no nos trajo consecuencias de
embargos ni de bloqueos, tampoco nos echaron del primer mundo - occidental y cristian o - que en ese momento no pasaba por la
crisis actual.
A finales
del 2003, el primer año de la
presidencia de Néstor Kirchner, la deuda ascendía
a casi 179.000 millones de dólares. En
marzo de 2005 se realizó la apertura del primer canje de deuda (Kirchner-Lavagna).
Un 75 por ciento de los acreedores aceptó cambiar sus títulos en default por
otros nuevos. Los que se llamanCupón
PBI fueron dando
una rentabilidad que les ha permitido recuperar a estos bonistas gran parte de
la quita que en su momento aceptaron (buen negocio).
A fines del
mismo año el gobierno pagó el total de la deuda con el Fondo Monetario
Internacional. Fueron 9.810 millones de dólares en un solo pago utilizando
reservas del Banco Central. Entonces, el presidente afirmó que
dicho pago serviría para “ganar grados de libertad para la decisión
nacional” y
le permitiría al país no estar obligado a atender los reclamos y exigencias del
Fondo.
En el año 2006,
el presidente Néstor Kirchner tocó la campanita de Wall Street , dando comienzo
oficialmente a la rueda bursátil más grande del mundo. “Volvimos al lugar del que nunca
debimos haber salido”, dijo exultante como un claro mensaje de la voluntad
de volver el mercado internacional de capitales, “honrando
la deuda”. En buen criollo: se pagaría todo, no importa si el origen de
endeudamiento es probadamente ilegítimo (por las maniobras durante la dictadura
y por los negociados durante el neoliberalismo con el Plan Brady a la cabeza y
por el megacanje 2001 con De la Rúa-Cavallo).
En 2010 llegó el segundo canje del
kirchnerismo acompañado por la sanción de la llamada Ley
Cerrojo. Esta norma garantizaría la imposibilidad futura de
canjear títulos en default para los que no aceptaran esta segunda oportunidad.
Pero no se aclaró sobre la existencia de la Cláusula del Acreedor más
Favorecido (incorporada en el canje 2005). Por la misma, se estableció que, de
reabrirse eventualmente el canje para los que se quedaron voluntariamente
afuera, y si se les da a estos últimos mejores condiciones que a los
anteriores, los beneficios se harían extensivos a los que ya habían aceptado
cambiar los títulos en el 2005 y 2010. También se
definió que la jurisdicción para dirimir controversias judiciales serian los
tribunales norteamericanos. Con este segundo
canje quedaron fuera 7 por ciento de los acreedores (el reclamo actual ante la justicia
norteamericana proviene de parte de ellos).
De allí en más todo fue viento en
popa…para los bonistas, porque cobraron puntualmente una deuda de origen
ilegítimo que adquirió legalidad con los canjes.
También la deuda púbica siguió creciendo producto de nuevas emisiones de
títulos para obtener el dinero necesario que cubriese déficits presupuestarios
originados justamente en el pago de deuda. Los fondos para comprar estas nuevas obligaciones
a futuro salen en su mayoría de la ANSeS , el Banco Nación y el Banco Central.
Se estima que casi 60 por ciento del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad del Sistema Previsional está prestado al Fisco y casi un tercio
de la cartera de créditos del Banco Nación está concedida al Estado,
además del uso del dinero de la AFIP (organismo recaudador de impuestos
nacionales) y el PAMI(obra social de los jubilados y
pensionados) para cubrir vencimientos de deuda.
El Estado
se compromete a devolver esos préstamos en varios años, si es que en ese tiempo
se generan recursos genuinos para rescatar los títulos. En el “mientras tanto”,
se afectan fondos que deberían destinarse, por ejemplo, a mejorar el magro
haber jubilatorio de casi 80 por ciento de nuestros ancianos.
¿No es justo que el Estado proteja a
sectores vulnerables otorgando planes de vivienda, asignaciones por hijo,
computadoras para todos, fútbol para todos?
Sí, lo es.
Pero los recursos para financiarlos están en los poderes económicos concentrados.
Están en las exenciones a las mineras, en las ganancias en las operaciones
bursátiles, en las utilidades que arrojan los plazos fijos. Están en la sangría
del giro de dividendos al exterior.
Hace
algunos meses se pudo ver en la página del ministerio de Economía un contador
que nos fue marcando cuántos días faltaban para volver a ser libres…..de la deuda. Llegó ese día.
Y luego vinieron los fondos “buitres”. Pero también está el Club de Paris a quien le adeudamos 6.000 millones
de dólares (más los intereses). (2)
El fallo
del juez Thomas Griesa puso el tema de la deuda nuevamente en los medios . Los nuevos enemigos de la
soberanía pasan a ser ahora los jueces norteamericanos ¿Ellos son los
responsables de que nuestro país siga aceptando a los tribunales del norte para
decidir qué es legal y que no?
Queda
claro que se negociará con los bonistas rebeldes. De
todos modos si el árbol nos tapa el bosque no nos daremos cuenta que, mas
allá de estos bonistas, la deuda se pagó siempre y se seguirá pagando. En diez
años de gobierno kirchnerista se han abonado un promedio de 9000 millones de
dólares anuales sólo en concepto de intereses. Se han
capitalizado intereses que no se llegan a poder pagar, motivo de parte del
crecimiento de la deuda. Se
han refinanciado deudas de capital.
El objetivo
del gobierno es pagar para poder regresar al llamado “Mercado de Capitales”. A
como está el primer mundo, no queda demasiado claro cómo podrán invertir en un
país “sudaca” otros países cuyas economías están en crisis.
El gobierno,
según lo presupuestado en el 2012, está pagando 5 millones de dólares por hora,
90 mil dólares por minuto, 1.388 dólares por segundo. Entonces nos preguntamos
por qué se discute pagar o no pagar a los bonistas rebeldes si la realidad es
que, más allá de ellos, lo estamos haciendo.
¿Qué pasaría si no pagamos? ¿Qué sucedió
cuando no lo hicimos durante los tres primeros años de este gobierno? ¿Por qué,
antes de pagar, no realizar la auditoría de una deuda que tiene en curso cuatro
investigaciones en la justicia por su “ilegitimidad”? (Causa Olmos I con
sentencia firme, causa Olmos II, Megacanje y Denuncia contra altos funcionarios
responsables del endeudamiento argentino) ¿Por qué no suspender los pagos de
las obligaciones externas, hasta que la Auditoría no se expida y determine la
parte de deuda legítima? ¿Por qué no denunciar los tratados bilaterales de
inversión, que nos someten a la jurisdicción extranjera y dictar una Ley,
estableciendo la prohibición de la renuncia a la soberanía argentina?
Según
datos oficiales la deuda pública al 30 de junio de este año es de 182.000
millones de dólares, más de lo que se debía a fines de 2003 y a pesar del pago
al FMI y de los dos canjes. (3)
Esta
deuda no incluye los bonos que no se presentaron al canje. Luego de lo de
Griesa queda más claro que nunca, que serán abonados. Esta
deuda crece a un ritmo 10.000 millones de dólares por año. El presupuesto 2013
prevé casi 11.000 millones de dólares solo para cancelar intereses.
El 2 de
diciembre próximo Argentina debe pagar unos 45 millones de dólares del Global
2017, un título emitido en 2010. El siguiente pago es del 15 de diciembre, el
mayor vencimiento del 2012: 3.500 millones de dólares del cupón PBI, y la
última obligación del año serán 617 millones del bono con Descuento.
Por si
queda alguna duda, esta semana la presidenta Cristina
Kirchner prometió que la Argentina seguirá "pagando
puntualmente las deudas para hacer honor a los compromisos" en su discurso
de clausura de la 18º Conferencia Industrial de la UIA, horas antes de que se
conociera que la Corte de Apelaciones de Nueva York había hecho lugar a la
petición de Argentina.
"No
permitiremos que los fondos buitres vuelvan a colocar sus garras, nunca
más", afirmó la presidenta el 5 de mayo pasado al inaugurar la ampliación
de una planta frigorífica avícola de una cadena de supermercados, en Esteban
Echeverría.
Los
fondos buitres son los enemigos hoy. Pero como ya es sabido, los buitres buscan
comerse a los muertos.
(1) La ley fue aprobada por
el Congreso en setiembre de 2013.
(2) El 29 de mayo de 2014
se cerró el acuerdo por 9.700 millones de dólares
(3) Según el último informe
del Ministerio de Economía al 30/9/2013 ascendía a 201.000 millones de dólares.
Notas
relacionadas:
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article7948
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