Declaración de la Red por una América libre
de Transgénicos,
frente a casi 20 años de la introducción de
cultivos.
RALLT | 06 agosto 2013 | Biodiversidad - Jul 2013
A casi dos décadas de la
introducción de transgénicos en el ambiente, América Latina se ha convertido en
maquila de las transnacionales que producen granos para animales de otras
transnacionales, contaminando el ambiente y la biodiversidad. Pero
sigue siendo un espacio de biodiversidad donde florece la vida y las
comunidades campesinas.
A 17 años
de haberse liberado los cultivos transgénicos en el ambiente, 30 organizaciones
de América Latina de 12 países de la región, convocadas por la Red por una
América Latina Libre de Transgénicos en la ciudad de Bogotá, Colombia, del 23
al 27 de mayo del 2013, analizamos el panorama de nuestro continente, y hacemos
pública nuestra preocupación por los graves impactos que estos cultivos tienen
en la región.
Rechazamos
tajantemente la liberación comercial masiva de maíz transgénico que quiere
hacer la industria en más de tres millones de hectáreas en México, un hecho sin
precedente en la historia de la agricultura, pues sería la primera vez que
ocurriera una devastación de tal magnitud en uno de los centros de origen y
para un cultivo que alimenta a la humanidad en su conjunto.
A lo
largo de este periodo, los cultivos transgénicos han sembrado desolación y
muerte en América Latina, donde han alcanzado altos niveles de expansión,
ocupando el segundo lugar en área cultivada con transgénicos en el mundo.
Las empresas productoras de semillas, agrotóxicos y comercializadoras de alimentos transgénicos, junto con las élites locales y en complicidad con los gobiernos en turno, han convertido a América Latina en maquila de los cultivos transgénicos del mundo.
No
existen cultivos transgénicos sin plaguicidas. A pesar de que los promotores de
los cultivos transgénicos dijeron que éstos iban a disminuir el uso de
plaguicidas, la realidad es lo opuesto. Ha habido un aumento exponencial en el
uso de agrotóxicos en los países que han adoptado esta tecnología, y su
aplicación está relacionada especialmente con los cultivos resistentes a
herbicidas, lo que significa el sometimiento de la población a una condición
sanitaria cercana al genocidio. En el Cono Sur, la soja [soya] resistente a
glifosato cubre un área de 475 mil 700 km2; toda esta área
es fumigada con un cóctel de agrotóxicos que incluye el glifosato, afectando a
cerca 10 millones de personas que viven en la zona de influencia de las
fumigaciones asociadas a los cultivos transgénicos.
Brasil
ocupa el primer lugar a nivel mundial en el consumo de agrotóxicos desde 2010,
siendo el principal productor de soja resistente a glifosato en la región.
Esta
avalancha tóxica ha provocado un aumento exponencial de enfermedades
relacionadas con plaguicidas, como malformaciones genéticas, incremento de
leucemia, linfomas, enfermedades autoinmunes, y daños irreparables en los
ecosistemas.
Estos
problemas se agudizarían con la adopción de nuevos transgénicos resistentes a
herbicidas más fuertes como son el 2,4D y Dicamba, el glufosinato de amonio,
que ya han sido aprobados o están en proceso de aprobación en nuestros países,
por lo que repudiamos cualquier intento de liberarlos al ambiente.
A esto se
suma la contaminación genética de la agrobiodiversidad y la destrucción de
ecosistemas naturales, que son la base de sustento de las comunidades locales.
Los problemas generados por los transgénicos der
Los
cultivos transgénicos no nos alimentan. Las vastas zonas dedicadas a la siembra
de cultivos transgénicos en América Latina, antes dedicadas a satisfacer el
derecho humano a la alimentación, hoy son territorios donde se produce soja y
maíz transgénico para forraje, destinados a la cría intensiva y confinada de
animales, que en la mayoría de casos son criados en otros continentes, privan do a la población nativa del acceso a alimentos
sanos y culturalmente adecuados. En los países donde se cultivan soja y maíz transgénico los animales son
criados en condiciones sanitarias muy pobres y de gran violencia, lo que
repercute en la calidad de la carne, lo que conlleva enormes impactos en los
patrones de alimentación y en la salud humana y de los animales. Los
transgénicos son un negocio de transnacionales para transnacionales, no para
consumidores ni para agricultores. Los transgénicos son comida para comederos,
no de comedores; e incluso han desplazado la cría tradicional de animales en
países donde esto era costumbre, empeorando la salud, el ambiente y las
economías de pequeños criadores.
Las
nuevas leyes de semillas son un impulso a la expansión de los transgénicos y
una amenaza a las semillas nativas. En la región se están impulsando nuevas
leyes de semillas, donde se plantea la penalización de la circulación de las
semillas nativas que son la base de la agricultura campesina y familiar. Esto
es una clara violación a los derechos de los agricultores, claramente
reconocidos en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para
la Alimentación y la
Agricultura. Estas leyes además buscan reforzar el control de
mercado por parte de las empresas de semillas transnacionales, y la adopción de
las semillas transgénicas en nuestros campos, poniendo en peligro los recursos
fitogenéticos de la región.
Las
organizaciones reunidas en Bogotá queremos llamar la atención sobre las
siguientes problemáticas específicas en América Latina:
Paraguay.
Repudiamos el golpe de Estado parlamentario ocurrido el 22 de junio de 2012,
dado al presidente Fernando Lugo, electo el 20 de abril de 2008 en elecciones
democráticas para el periodo 2008-2013. Consideramos, que dicho golpe estuvo
muy relacionado con la expansión de los agronegocios y la liberación ilegal de
nuevos cultivos genéticamente modificados por ejemplo: 2 eventos de Algodón
transgénico, un evento de soja transgénica y 4 eventos de maíz transgénico.
Nos
preocupa además el fuerte proceso de extranjerización de la tierra y la
expulsión de comunidades campesinas e indígenas y la violación de las leyes
ambientales vigentes en ese país, para dar paso a la expansión de los cultivos
transgénicos, como por ejemplo la
soja RR que desde la década de los 90 viene causando graves
conflictos socioambientales violando derechos fundamentales.
Hacemos
un llamado al Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas
para que inicie una investigación sobre los atropellos a los derechos humanos
suscitados en Paraguay relacionados con la expansión de los agronegocios; la
persecución y criminalización que sufren los/as líderes defensores de la
naturaleza, y convocamos a la sociedad internacional para que esté vigilante de
los acontecimientos en este país.
México.
Apoyamos y nos solidarizamos con el proceso del Tribunal Permanente de los
Pueblos capítulo México, y estaremos especialmente atentos a las sesiones de la
audiencia temática “Violencia contra el maíz, la soberanía alimentaria y los
derechos de los pueblos”, donde se está presentado una gran cantidad de casos y
testimonios de pueblos, científicos y activistas sobre la contaminación
transgénica y otras violaciones ejercidas por las transnacionales, con apoyo
oficial, contra el maíz y los pueblos del maíz.
Nos
adherimos a la demanda de las y los ciudadanos mexicanos de evitar la siembra
comercial y experimental de organismos genéticamente modificados en especial
del maíz transgénico, siendo México uno de los países centros de origen del
maíz.
Respaldamos
los argumentos y elementos de peso científico, socioeconómico, cultural y daño
irreversible de los transgénicos, que expone en la red, la Unión de Científicos
Comprometidos con la Sociedad (UCCS) y otras organizaciones científicas y
sociales, sumándonos a la petición para que no se autorice la siembra comercial
de maíz transgénico en México y se declare una moratoria indispensable en este
cultivo. Apoyamos también que se retiren las autorizaciones de siembra
comercial de soya transgénica en Yucatán, ante el impacto negativo para los
miles de apicultores que sufren afectación por la limitación de venta de miel a
la Comunidad Europea ,
por contaminación transgénica.
Argentina.
Rechazamos el avance de la frontera agrícola en el Norte del país, lo que ha
conllevado a un agresivo proceso de desplazamiento y criminalización de
poblaciones originarias que debe parar.
Rechazamos
la aprobación y liberación de nuevos eventos transgénicos que incorporan genes
de resistencia a nuevos herbicidas apilados, así como nuevas toxinas Bt.
Apoyamos la petición de las organizaciones ambientalistas, grupos
auto-convocados de vecinos afectados por los agrotóxicos y movimientos sociales
argentinos para que con urgencia se implementen zonas de resguardo libres de
fumigaciones de mil metros como mínimo, alrededor de pueblos, escuelas rurales
y humedales; se prohíban las fumigaciones aéreas, y se implementen estudios
epidemiológicos y biológicos para determinar el impacto en la salud humana y
ambiental, por el uso masivo de agroquímicos; que con base a los resultados
encontrados, se inicie un proceso de restauración integral de las víctimas.
Repudiamos
el acuerdo hecho por la presidenta argentina con Monsanto para instaurar nueva
infraestructura en el país, como la planta de acondicionamiento de semillas
planificada en la Localidad
Malvinas Argentinas-Córdoba , y otras.
Honduras.
Tenemos conocimiento de la campaña “sembremos país con más maíz”, para sembrar
100 mil hectáreas de maíz transgénico el año 2020, impulsada por Monsanto
Agrícola de Honduras, Bayer, Fenorza y el gobierno central, con la que se
pretende afianzar el posicionamiento de la semilla transgénica en territorio
hondureño, y extender un paquete tecnológico que incluye agrotóxicos, que
impulsa una agricultura sin agricultores, sin importar los graves impactos que
este tipo de agricultura ocasiona a la salud y el ambiente y que aumentará la
inseguridad alimentaria del pueblo hondureño, por lo que pedimos al gobierno de
Honduras parar tan nefasta iniciativa, y que se ponga un alto definitivo a los
transgénicos en Honduras.
Queremos
cuestionar además el rol que juega La Escuela Agrícola
Panamericana , más conocida como El Zamorano, que sirve de
punta de lanza para la promoción de los transgénicos en las regiones tropicales
de América Latina. En su sede se forman técnicos y se desarrollan las
tecnologías que están al servicio del agronegocio.
Costa
Rica. Apoyamos a las organizaciones sociales de Costa Rica quienes han optado
por un modelo de desarrollo agrícola libre de transgénicos y propiedad
intelectual y basado en la agroecología y las semillas ancestrales y criollas;
y a todos los 57 cantones (de 81) que se han declarado libres de transgénicos.
Rechazamos el intento de empresas transnacionales por sembrar maíz transgénico
en ese país, y apoyamos el llamado a moratoria de 30 años a la liberación de
cultivos transgénicos y demás cultivos manipulados con técnicas de la
ingeniería genética en el territorio nacional, pedida por las organizaciones
sociales.
Panamá.
Nos preocupa que Panamá se convierte en campo de experimentación de nuevos
transgénico, lo que se está haciendo a espaldas de la sociedad. En Panamá
se encuentra la planta para producir mosquitos transgénicos de la empresa Oxitec que
opera en las instalaciones del Instituto Georgas.
En ese
país también se planea criar el salmón transgénico desarrollado por la AquaBounty Technologies ,
y sería el primer animal transgénico que entraría en nuestra alimentación. El
salmón GM sería producido en la Isla Prince Edward , Canadá, y los huevos serían
enviados a tierras altas de Panamá, donde se haría también el procesamiento del
animal. Este pez transgénico tiene genes que expresan una hormona de crecimiento
que sólo se activa en climas cálidos, por eso se escogió a Panamá para su cría.
Colombia.
Luego de diez años de ser liberado comercialmente el algodón transgénico de
Monsanto, los algodoneros han fracasado usando esta tecnología y han tenido millonarias
pérdidas. Y aunque la mayoría de los agricultores ya no quieren saber de esta
tecnología, Monsanto ha retirado del mercado las semillas de algodón no
transgénicas. Desde 2007 se han liberado comercialmente diez eventos de maíz
transgénico, lo que es muy crítico, puesto que por ser Colombia un centro de
diversidad de maíz, los maíces transgénicos generan un enorme impacto sobre la
diversidad de maíces criollos, los sistemas productivos locales y la soberanía
alimentaria en el país. Apoyamos las iniciativas de la sociedad civil
colombiana que busca que se prohíban los cultivos aprobados y que se declare el
país libre de transgénicos.
Ecuador.
Saludamos al pueblo ecuatoriano por haber incorporado en su Constitución una
prohibición expresa a los cultivos y semillas transgénicas, por el
reconocimiento de los derechos de la naturaleza y el buen vivir como el camino
que debe relacionar a la sociedad con su medio. Nos preocupa sin embargo que en
un futuro próximo se intente de cambiar la Constitución, para que el país deje
de ser libre de cultivos y semillas transgénicas. Los estudios hechos dan
cuenta de la rica agrobiodiversidad existente, que no está contaminada
genéticamente, por lo que el Ecuador mantiene su condición de país libre de
transgénicos. Exhortamos a la Asamblea Nacional que mantenga al Ecuador libre
de Transgénicos.
Perú.
Recibimos con beneplácito la moratoria decretada en Perú a los transgénicos en
ese país, y hacemos votos porque esa moratoria se convierta en una prohibición
definitiva, que permita potenciar la rica agrobiodiversidad peruana. La
moratoria es el resultado del trabajo desplegado por una amplia alianza que
incluye al campesinado, a consumidores y al sector de la gastronomía
conscientes de la necesidad de proteger su patrimonio genético y su
biodiversidad.
Bolivia.
La situación no deja de ser preocupante. Si bien la Constitución Política
del Estado establece el principio prohibitorio de transgénicos, y la Ley Marco de la Madre Tierra la
eliminación paulatina de la soya transgénica (así como la prohibición tajante a
los transgénicos de cultivos de los cuales el país sea centro de origen y
centro de diversidad, como es el caso del maíz, de la papa, ajíes, maní), las
corporaciones del agronegocio se jactan del crecimiento sostenido (que llegaría
al 99% de la soya cultivada) desde que en 2005 se aprobó el primer evento
resistente al glifosato. El control de la cadena productiva de la soya está en
manos de empresas extranjeras —66 % principalmente menonitas, brasileños y
japoneses— que amplían la frontera agrícola a un ritmo de desmonte y
deforestación de 60 mil hectáreas anuales.
Uruguay.
Hacemos un llamado para que se frene el acaparamiento, extranjerización y
especulación de la tierra en Uruguay, proceso que viene acompañado con la expansión
del monocultivo de árboles y soja transgénica, y que se haga un estudio para
revertir este fenómeno. Rechazamos las investigaciones con animales
transgénicos como ovejas en Uruguay.
Brasil.
Los brasileños analizan los 10 años de la legalización de los cultivos
transgénicos en Brasil, con 36 eventos transgénicos aprobados, millones de
hectáreas cubiertas con soja, maíz y algodón transgénico, con varios otros
cultivos en la lista de aprobación y ostentando el dudoso honor de ser primer
consumidor de plaguicidas en el mundo.
Nos
preocupa la aprobación del fréjol modificado genéticamente, desarrollado por
Embrapa usando una técnica que modifica el ARN, para que sea resistente a un
virus, porque este tipo de modificación genética nunca ha sido liberada de manera
masiva al ambiente, y mucho menos para el consumo humano directo. Apoyamos la
petición de las organizaciones brasileñas que demandan acceso a toda la
información científica relacionada con la modificación genética de este fréjol,
incluyendo sus impactos potenciales en la salud y el ambiente.
Creemos
que el hambre tiene causas estructurales, y que Embrapa podría destinar sus
esfuerzos de investigación a potenciar la agroecología y la agricultura
familiar para la soberanía alimentaria, que sea respetuosa con el medio
ambiente y tener en cuenta el sector social.
Apoyamos
la petición de las organizaciones brasileñas, que demandan que se implemente un
proceso de monitoreo y vigilancia post-liberación de los cultivos transgénicos,
cuyos resultados sean disponibles para la sociedad civil organizada.
Nos
oponemos rotundamente al uso de tecnologías “Terminator”, que vuelven estériles
las semillas, para lograr que los agricultores se vuelvan esclavos de las
empresas. Denunciamos los intentos de romper la moratoria internacional sobre
Terminator, iniciados a partir de propuestas para legalizar dicha tecnología en
el Congreso de Brasil.
Chile. En
la división internacional del trabajo, Chile es la maquiladora de semillas
transgénicas para Monsanto y las transnacionales agroquímicas, negocio que
además de servir sólo a sus intereses, pone en riesgo a las semillas orgánicas
y convencionales, como ya se demostró en Alemania, con la detección de maíz
convencional contaminado por transgénicos procedente de Chile, así como la
miel.
En la
división internacional del trabajo, Chile es la maquiladora de semillas
transgénicas para Monsanto y las transnacionales agroquímicas, negocio que
además de servir sólo a sus intereses, pone en riesgo a las semillas orgánicas
y convencionales, como ya se ha demostrado en Alemania, con la detección de
maíz convencional contaminado por transgénicos procedente de Chile. Apoyamos
las luchas campesinas, ambientales y sociales en curso, que buscan impedir el
avance del proyecto de Ley de Obtentores Vegetales, para detener el despojo del
patrimonio genético de Chile y de sus pueblos campesinos e indígenas y evitar
la expansión de los cultivos transgénicos al mercado interno.
Venezuela.
Saludamos los esfuerzos que se están llevando a cabo en la Asamblea Nacional
de Venezuela que busca garantizar la soberanía alimentaria e impedir el uso de
transgénicos en el país.
A pesar
de todos estos problemas, en nuestro continente pervive una rica cultura
campesina que es la que alimenta al 70% de la población. En sus
territorios se conserva la más rica agrobiodiversidad del planeta que está en
continuo proceso de renovación. Aquí se extienden los más grandes territorios
cubiertos con bosques tropicales, así como de otros importantes ecosistemas.
Por una América Latina Libre de
Transgénicos y la revitalización de la agricultura campesina y familiar
Fuente:
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