viernes, 6 de junio de 2014

"Queremos pensar al fracking como un hecho cuyas problemáticas no se agotan en la dicotomía entre desarrollo energético y defensa del ambiente".

Argentina una colonia no convencional
Geopolíticas del fracking: métodos y estrategias.


Queremos pensar al fracking como un hecho cuyas problemáticas no se agotan en la dicotomía entre desarrollo energético y defensa del ambiente.
Por supuesto el nexo entre economía y ecología es la clave para el verdadero desarrollo, es decir aquella dinámica histórica que garantiza la reproducibilidad de los ciclos naturales y sociales, pero detrás del fracking hay una estrategia política que es realmente mucho más grande de lo que desde aquí se puede percibir.

Las últimas empresas de la más maquinaria bélica del mundo, los EE.UU., han sido guerras para el control de los recursos energéticos, el petróleo en Irak y el gas de Afganistán. Esta estrategia de agresión y shock ha sido llevada adelante por el gobierno George W. Bush, hijo de George Bush Senior (que se volvió millonario con la industria del petróleo en Texas, uno de los accionistas mayoritarios de Barrick Gold) ex jefe de la CIA y promotor de la 1ª Guerra del Golfo. Bajo la presidencia de los Bushes se ha desarrollado una política petrolera clave, la guerra por un lado y la explotación interna de las reservas no convencionales para autoabastecimiento y exportación.

En este sentido habría que investigar cuál ha sido el papel de la inteligencia (CIA y FBI) en los gobiernos de Bush y de Obama porque empresas como Halliburton (que han participado de la reconstrucción de Irak y de la construcción del campo de concentración de Guantánamo en Cuba) o Chevron hayan conseguido tantos beneficios de ciertas prácticas.

La guerra actual en Ucrania ha sido en parte desencadenada por un trabajo de inteligencia y de infiltración  que hicieron juntos los servicios secretos y las corporaciones petroleras y de la guerra. Allá como en Neuquén la presencia del FBI ha jugado un papel clave. Esta guerra que excluyó a Rusia del negocio energético con Europa, abriendo las puertas a las exportaciones de EE.UU. a la UE, sirvió para concretar uno de los objetivos del TTIP (Trasantlantic Trade and Investment Partnership / Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversiones), que se está gestando de manera secreta, es decir la venta del gas shale en al viejo continente.

A este objetivo apuntaba la visita de Obama en Europa en la cumbre de la OTAN en marzo (y quizás también su visita al papa argentino). En este contexto está también el gas shale extraído en la Argentina,  que queda a disposición para dicho mercado gracias al Régimen de Promoción de Inversión para la Explotación de Hidrocarburos avalado por la Presidenta con el decreto 929/13. Un decreto que otorga el derecho a las petroleras de vender un 20% de sus extracciones de manera libre en los mercados internacionales.

Es evidente el cambio de estrategia para el control de los recursos energéticos, es decir que se pasó de la guerra (administración Bush) al trabajo de inteligencia (administración Obama). Sobre la metodología de afirmación del fracking el General David Petreaus dictó un curso  en la Universidad de Nueva York CUNY. Este ha sido financiado por la NERA (National Energy Economic Research), fundada por el padre de la desregulación económica Alfred Kahn.
En el curso del ex jefe de la CIA no se dicto ni una clase sobre los impactos ambientales, climáticos, sociales y económicos, que provocan la suba del precio del combustible y de la ganancia de las empresas y de toda la industria del fracking.

En otro capitulo de la “Frackademia” nos enteramos que en los EE.UU. se usaron metodologías de PSYOP (psychological operations / guerra psicológica) para hacer que la población aceptara el fracking.
Una clave para entender la lógica del fracking es su dependencia del mundo financiero. Más de una fuente admite que la fractura hidráulica es un negocio no rentable. Sin embargo posee más de un fanático en los ámbitos de las bolsas que lo apoya, siendo que hasta bancos, como Barclays de Inglaterra, y revistas de finanzas, como Bloomberg de EE.UU., desaconsejan invertir en eso.
Formular este tipo análisis sirve para entender el fracking como fenómeno global y entender de que gran mentira se trata cuando escuchamos gobernadores, intendentes, ministros y gremios hablar de lo bien que le hace al desarrollo del país y como pueda solucionar la crisis energética.

El fracking es la política que los EE.UU. están imponiendo al mundo, tras un trabajo fino de inteligencia, y la suspensión de las guerras. Para construir espacios de libre mercado hacia el Océano Atlántico y hacia el Océano Pacífico.
Tenemos entonces que abrir las fronteras de nuestros análisis y de nuestras luchas, la lucha al fracking tiene que ser territorial pero también coordinada con las demás luchas alrededor del mundo.
Después de la ceremonia que selló la entrega de Vaca Muerta a los EE.UU., con la visita de Poneman en Neuquén, se trata de ampliar las estrategias y lograr radicalizar la resistencia.
“Pensar
global activar local” decía un lema de los activistas en la cumbre de Seattle en 1999
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