Para cortarle alas al
golpismo
hay que salir del extractivismo
hay que salir del extractivismo
Por Raúl Zibechi (La Jornada)
Esta semana
quedó en evidencia la estrategia de la tensión y el caos que promueven las
agencias estadounidenses para desestabilizar gobiernos. Si tomamos en cuenta
las experiencias más recientes, incluyendo la primavera árabe, podemos concluir que los golpes de Estado son apenas uno de varios caminos posibles para desalojar gobiernos molestos. Ni el Pentágono ni
La crisis económica global y la necesaria contención de los gastos militares (al parecer el Comando Sur vio su presupuesto reducido en 26 por ciento, pero puede haber partidas ocultas) otorgan prioridad al
poder suave, o sea mecanismos no tan ostensibles como los tanques y los bombardeos de palacios de gobierno. Los
La nueva realidad global golpea de tal modo al centro imperial que hasta sus gastos militares cayeron, por primera vez en 20 años. Estados Unidos tiene una participación menor a 40 por ciento de los gastos militares globales, que sólo en 2012 cayeron 6 por ciento, en tanto el gasto militar de los miembros de la OTAN en Europa se contrajo 10 por ciento (SIPRI, 15 de abril de 2013). En contraste, los gastos militares de los emergentes crecen de modo continuo, aunque están muy lejos del presupuesto de defensa del Pentágono.
Sin embargo, operan otras fuerzas menos visibles pero tan o más desestabilizadoras que las que conocemos de larga data. Me refiero al modelo extractivo o extractivismo.
Con el modelo extractivo de megaminería y agronegocios no se puede profundizar la democracia, asegura Diego Montón, miembro de la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza (Argentina) y nuevo coordinador continental de
El extractivismo es mucho más que un modelo productivo y de
acumulación de capital. En rigor, forma parte del complejo
especulativo-financiero que hoy domina el mundo. En nuestros países tiene
efectos depredadores: está creando un nuevo bloque de poder, corruptor
políticamente, polarizador y excluyente socialmente y depredador del medio
ambiente.
En todos los países de nuestra región, paraísos extractivos del capital especulativo global o de los intereses expansionistas de países emergentes como China, una larga década de extractivismo no ha hecho sino fortalecer a las derechas. No me refiero sólo a los partidos o políticos conservadores, sino a una derecha difusa, social y cultural, que promueve el individualismo, un consumismo atroz y depredador de los vínculos sociales, comportamientos casi fascistas hacia los pobres, o sea contra los jóvenes de las barriadas populares, en particular las gentes del color de la tierra.
Denunciar
el golpismo es imprescindible. Defenderse del Pentágono es urgente. Incrementar
la militancia es clave (no sólo las declaraciones y los desplegados). Pero el
modelo extractivo sigue criando y creando camadas de jóvenes conservadores que
buscan líderes ultraderechistas.
Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/2013/04/19/index.php?section=opinion&article=025a1pol Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=166993
Fuente original: http://www.jornada.unam.mx/2013/04/19/index.php?section=opinion&article=025a1pol Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=166993
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