REDD+ y el mito del ‘Manejo Sostenible de los Bosques’
3 de
noviembre de 2014
Por WRM
Mito: el Manejo Sostenible de los Bosques reducirá las emisiones
de los bosques y posibilitará un desarrollo sostenible.
Las negociaciones de la ONU en torno al clima incluyeron el
concepto de ‘Manejo Sostenible de los Bosques’ en los acuerdos de 2010 en
Cancún, México, bajo un concepto llamado REDD+, “Reducción de las Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques, la
conservación, la gestión forestal sostenible y el aumento de las reservas
forestales de carbono en los países en desarrollo” (1). Bajo REDD+, el Manejo
Sostenible de los Bosques se promueve como una forma de lograr la reducción de
emisiones. Sin embargo, la realidad es que este mito permite que la tala
destructiva y a menudo ilegal continúe impunemente.
Actualmente, todo el mundo practica un ‘Manejo Sostenible de los
Bosques’. Hasta la compañía malaya Rimbunan Hijau, una de las compañías
madereras más destructivas del mundo (2), aduce en su sitio web que practica el
‘Manejo Sostenible de los Bosques’ y que al “invertir en plantaciones de
árboles” la empresa “contribuye a que Malasia sea más ecológica” (3). Las
empresas siguen promoviendo la idea de que las plantaciones de monocultivos
pueden ser ‘sostenibles’. Rimbunan Hijau incluso dice que “planta bosques”. La propia ONU también
considera que las plantaciones industriales de árboles son bosques. Esto es,
sencillamente, un error flagrante. Las plantaciones no son bosques. Los bosques
contienen diversas redes de vida y las plantaciones carecen de biodiversidad y
tienen suelos y corrientes de agua contaminados. Esto pone en peligro a las
comunidades indígenas y a todas aquellas que dependen de los bosques, además de
agravar el problema del cambio climático.
Como señala Patrick Alley, de la ONG Global
Witness, en una reciente charla, el término ‘Manejo Sostenible de
los Bosques’ es un “pequeño eufemismo desagradable” (4). La industria maderera
ha logrado presentarse como una empresa prácticamente filantrópica, que trae
empleos y desarrollo. Alley explica que “la industria de la tala industrial en
los trópicos puede dividirse en dos categorías: la criminal y la legítima. La criminal
es criminal. Y la legítima es casi igual, pero con mejores relaciones
públicas”.
La industria maderera ha contado con mucha ayuda para sacar
adelante este crimen perfecto, como lo describe Alley. La constante tala en los
trópicos ha sido incluso alentada con el dinero de los contribuyentes. Durante
nueve años hasta junio de 2011, el Banco Mundial volcó US$4.100 millones en el
sector de la explotación maderera. Una revisión de 2013 por el Grupo de
Evaluación Independiente encontró que en general estos proyectos no han logrado
revertir la pobreza o beneficiar a las comunidades locales (5).
Como era de esperar, la administración del Banco rechazó las
críticas y el dinero del Banco Mundial continúa llegando (6). En agosto de
2013, el Banco anunció que estaba repartiendo US$31,83 millones para el “Manejo
Sostenible de los Bosques y participativo” en Laos (7). Éste es un país cuyos
bosques han sido devastados por la tala ilegal, la cual no muestra señales de
detenerse hasta haber talado el último bosque (8). Sin embargo, en lugar de
apoyar iniciativas para rodear a los criminales que realizan la tala ilegal, el
Banco Mundial está destinando aún más dinero en poco más que un maquillaje
verde para que continúe la explotación maderera.
Un video sobre la tala industrial en la República Democrática
del Congo, realizado por Global Witness, muestra los efectos de esa actividad
en el país, la cual cuenta con el respaldo del Banco Mundial y de donantes
internacionales (9). Una y otra vez las comunidades hablaron de las empresas explotadoras,
de los daños que causaron a los ecosistemas y a sus medios
de vida y sustento, de la falta de beneficios para ellas, y del aumento de los
conflictos y la
violencia. Es imposible no ver la contradicción entre los
programas de ‘Manejo Forestal’ que alegan reducir la deforestación, y la
destrucción social y ambiental causada por la industria maderera en la República Democrática
del Congo.
Recientes investigaciones conducidas por científicos de la
Universidad de Lancaster revelan que se ha subestimado el impacto de la ‘tala
selectiva’ y de los incendios de copa [de los árboles] o incendios aéreos en la
Amazonía. (10) La ONG Greenpeace denomina
a la tala en la Amazonia como “La crisis silenciosa”, porque los delincuentes
blanquean la madera ilegal haciéndola aparecer como legal, con documentación
oficial (11). Los defensores del ‘Manejo Sostenible de los Bosques’ argumentan
que esto puede lograrse extrayendo solo algunas especies de árboles y dejando
el resto del bosque ‘en pie’. Pero, aunque el término de tala ‘selectiva’ suene
más benevolente que el de la ‘tala indiscriminada’, en realidad, mayores
extensiones de bosques están siendo afectados. Esto tiene enormes implicancias
para REDD+, ya que el Manejo Sostenible de los Bosques es una de las partes
dentro del ‘plus’ de REDD.
Por otra parte, otro estudio reciente en Kalimantan Oriental
reveló que no existe ninguna diferencia entre las emisiones de carbono de las
operaciones de tala certificada por el Consejo de Manejo Forestal (FSC, por su
sigla en inglés) y las de las concesiones madereras convencionales. En 2009, el
FSC formó un Grupo de Trabajo sobre el Carbono de los Bosques, que en noviembre
de 2012 elaboró un “marco estratégico de los compromisos del FSC frente al
cambio climático” (12). Uno de estos objetivos es que, el FSC sea reconocido
como un sistema creíble de conservación y captura del carbono forestal con el
fin de que los participantes apuesten a la certificación del FSC. Sin embargo,
el FSC tiene un historial controvertido (13), como resultado de la
certificación de monocultivos de árboles y de operaciones de tala destructivas,
así como de su fracaso en lograr que sus organismos de certificación cuenten
para algo.
En 2011, los profesores Bradshaw y Laurence co-produjeron un
trabajo titulado “Los bosques primarios son insustituibles para el
sostenimiento de la biodiversidad tropical”, que fue publicado en la revista Nature (14). Laurence escribió en el sitio
web de ALERTA que, “tan solo Indonesia tiene al menos 35 millones de hectáreas
de bosques talados selectivamente – un área más grande que Alemania – y gran
parte de estos bosques talados está desprotegida y es destinada a la
agricultura” (15). Bradshaw por su parte dijo en una entrevista que, “Es una
locura considerar que hay una tala con ‘menores emisiones’, ya que los bosques
intervenidos, independientemente de cuál sea la perturbación, nunca son capaces
de retener tanto carbono o biodiversidad como los bosques primarios” (16).
Por lo tanto, el Manejo Sostenible de los Bosques implica la
expansión y legitimidad de actividades de tala comercial a escala industrial en
los bosques tropicales.
1.
Para más información sobre REDD+, consulte el sitio web de
REDD-Monitor: http://www.REDD-monitor.org;
y la sección REDD
en la página web del WRM: http://wrm.org.uy/es/listado-por-temas/mercantilizacion-de-la-naturaleza/redd-3/
4.
www.globalwitness.org/blog/how-the-logging-industry-tricked-us-into-financing-our-own-destruction/
Fuente:
http://wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin-wrm/seccion1/redd-y-el-mito-del-manejo-sostenible-de-los-bosques/
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