Correa contra los
movimientos sociales
Temor a la sociedad organizada
20 de diciembre de 2014
20 de diciembre de 2014
Por Raúl Zibechi
(Brecha)
El gobierno de Rafael Correa ha dado un paso más, arriesgado y
polémico, en su enfrentamiento con los movimientos sociales. Lo que está en
disputa es el proyecto de país, una suerte de desarrollismo anclado en la
minería, el petróleo y grandes hidroeléctricas encubierto bajo el mantra del
“buen vivir”.
“Expulsar a la Conaie de su edificio es un acto injusto y políticamente insensato”, puede leerse en la carta abierta que el sociólogo portugués Boaventura dos Santos envió al presidente Rafael Correa. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) es el más importante movimiento social del país y uno de los más destacados de América Latina. Ocupa su sede en la esquina de las avenidas 6 de Diciembre y Granados desde 1991, cuando el presidente Rodrigo Borja firmó un convenio de comodato con la organización.
“Expulsar a la Conaie de su edificio es un acto injusto y políticamente insensato”, puede leerse en la carta abierta que el sociólogo portugués Boaventura dos Santos envió al presidente Rafael Correa. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) es el más importante movimiento social del país y uno de los más destacados de América Latina. Ocupa su sede en la esquina de las avenidas 6 de Diciembre y Granados desde 1991, cuando el presidente Rodrigo Borja firmó un convenio de comodato con la organización.
“Tendrán que
desalojarnos”, dijo la veterana dirigente quichua Blanca Chancoso. “Este es un
derecho histórico de los pueblos indígenas.” La Conaie ha protagonizado varios
levantamientos, desde junio de 1990, paralizando el país para colocar la
cuestión india en el centro de las agendas de los sucesivos gobiernos. La
confederación, que agrupa a más de 5 mil comunidades de la sierra, la selva y
la costa, jugó un papel destacado en la caída de los gobiernos de Abdalá
Bucaram en 1997 y de Jamil Mahuad, en enero de 2000, defenestrados en medio de
manifestaciones masivas.
En abril de 2005 una
movilización juvenil urbana, conocida como “los forajidos”, pero apoyada
también por la Conaie, forzó la renuncia del coronel retirado Lucio Gutiérrez,
quien había llegado al gobierno dos años antes. En Ecuador el protagonismo
indígena y popular ha jugado un papel destacado en la deslegitimación del
modelo neoliberal, abriendo paso a gobiernos progresistas y a una nueva
Constitución (2008). Desde 2007 gobierna Rafael Correa, quien domina
ampliamente al parlamento y cuenta con un poder judicial afín.
Temor a los
movimientos
Las relaciones entre
Correa y los movimientos sociales nunca fueron buenas. Desde que asumió su
gobierno tuvo palabras muy duras hacia la Conaie, pero también hacia los
ecologistas y más recientemente hacia los sindicatos. En marzo de 2009 el
gobierno retiró la personería jurídica de la Ong Acción Ecológica ,
que existe desde hace más de 20 años, por haber “incumplido los fines para los
que fue creada”. Una dura carta de Eduardo Galeano y la extensa solidaridad
internacional convencieron al presidente de dejar la medida sin efecto.
Debe recordarse que
hay casi 200 dirigentes y militantes indígenas acusados de desórdenes e incluso
de terrorismo por hacer lo mismo que siempre hicieron los movimientos bajo el
modelo neoliberal (bloquear carreteras, interrumpir mercados, realizar marchas
y manifestaciones), un tipo de activismo del cual se beneficiaron quienes ahora
ocupan el Ejecutivo. De modo que la animadversión mutua no es nueva, pero se
agudizó en los últimos años.
La Conaie argumenta
que el comodato de su edificio está vigente hasta 2021, pero el gobierno
pretende desalojarlos el 6 de enero de 2015. En un comunicado del 15 de
diciembre, la organización denuncia el carácter “colonialista” de la medida, ya
que la sede fue entregada por el Estado como parte de la reparación histórica
que les corresponde.
La actitud de Correa
contrasta incluso con las relaciones que mantuvieron los movimientos sociales
con algunos gobiernos durante el período neoliberal. El socialdemócrata Borja
reaccionó negociando tras el levantamiento indígena del Inti Raymi en 1990,
promoviendo la entrega de tierras a las comunidades, además de impulsar la
alfabetización y la educación bilingüe.
En las últimas semanas el distanciamiento se convirtió en
una mezcla de represión y acoso. El gobierno decidió poner fin a la Iniciativa Yasuní Itt ,
por la que se había suspendido la explotación petrolera en el parque nacional
que lleva ese nombre, como compromiso del país contra el calentamiento global.
Los ingresos no percibidos por Ecuador, se planteaba, serían compensados con
aportes internacionales. El 15 de agosto de 2013 el gobierno decidió suspender
la iniciativa, con lo que se puso en marcha un amplio movimiento que recogió
700 mil firmas para convocar un plebiscito, opción rechazada por el Consejo
Nacional Electoral.
En noviembre la Conaie
decidió secundar las protestas del Frente Unitario de Trabajadores (Fut) contra
la reforma laboral que impulsa el gobierno y contra la intención de Correa de
establecer la reelección presidencial inmediata en una reforma constitucional.
El 4 de diciembre la cancillería negó la entrada a Ecuador a un grupo de
parlamentarios alemanes que planeaban visitar diversos proyectos en el país y,
particularmente, el Parque Nacional Yasuní.
¿Escalada o crisis?
En junio pasado
Ecuador entregó a Goldman Sachs la mitad de sus reservas de oro para avalar un
crédito de 400 millones de dólares. De ese modo regresó al financiamiento
externo, sin ningún riesgo para el prestamista, precisamente por la prenda en
oro. El gobierno está necesitado de fondos, precisa 700 millones de dólares
para saldar obligaciones en el extranjero y otros mil millones que quiere
invertir en hidroeléctricas.
Según el economista
Óscar Ugarteche, “los cambios en la economía internacional están afectando a
las economías latinoamericanas que se pensaban más allá de las restricciones
externas” (Alai, 9-VI-14). Por el momento uno de los países más afectados sería
Ecuador, pero en el paquete ingresan también Argentina, Venezuela y más
recientemente Brasil. La caída de los precios del petróleo es un problema agudo
para los tres primeros.
Hasta la prenda del
oro, casi el único prestamista de Ecuador era China, que puso algunas
condiciones, entre ellas la explotación del petróleo del Yasuní. Pero los
problemas no quedan ahí. “Mientras el fondo de contingencia del Brics no se
firme y se arme su observatorio económico para seguir y respaldar a las
economías emergentes, es poco probable que haya otro actor que no sea el mismo
Fondo Monetario Internacional el que dé estos avales”, sostiene Ugarteche. En
suma, que las dificultades recién comienzan.
En este escenario poco
propicio, todo indica que el gobierno quiere cerrar el frente interno. Las
preguntas de De Souza, quien ha mostrado su apoyo a los gobiernos progresistas,
parecen entonces pertinentes. “¿Por qué desperdiciamos de manera tan desatinada
una oportunidad única de transformar a Ecuador en una sociedad más justa,
intercultural y plurinacional? ¿Cómo es posible dejar de ver que una
oportunidad como ésta no volverá en muchas décadas?”, escribe en su carta. Y
agrega: “¿Cómo es posible transformar tan fácilmente adversarios con quienes
deberíamos debatir en enemigos que se quiere abatir? ¿Cómo es posible que el
código genético racista de la izquierda latinoamericana nos atropelle cuando
menos lo imaginamos?”.
http://brecha.com.uy/
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193427
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