Sobre la nueva “conquista
del desierto”:
el IIRSA en la Patagonia Argentina
Por Mónica Menna(Vecinos autoconvocados del Lago Gutierrez, Bariloche )
Los beneficios obtenidos entre 1990 y el 2002 por las multinacionales
y los bancos -más de un trillón de dólares en ganancias, intereses de la
deuda y regalías-, junto con los fondos expatriados y las lucrativas
compras de empresas de servicios generó, en las poblaciones, pobreza y
estancamiento y en el imperio, la necesidad de seguir con el saqueo que
le permitiera mantener las ganancias y, en lo posible, mejorarlas. Lo que
queda, fundamentalmente los bienes naturales, pasaron a ser un botín a
controlar. En el área de recursos, y en esto comprendemos no solo
los estratégicos sino fundamentalmente la tierra y el agua, podemos
observar en toda Latinoamérica planes que se copian como calcos y que
fueron generados por las usinas académicas, alimentadas económicamente
por gobiernos centrales, fundaciones y empresas, y aplicados por
organismos financieros internacionales.
Los intereses por la tierra y el agua parecen dividirse en tres
áreas:
- Zonas protegidas donde se
mantienen prístinas e incontaminadas regiones que por intereses
estratégicos, biotecnológicos, bioprospectivos, por contener grandes
reservas de agua, por intereses turísticos o inmobiliarios es
importante conservar.
- Las zonas costeras que, no
solo tienen una importancia fundamental en recursos - recordemos que
la mayor riqueza marítima se encuentra en las mismas- sino también porque
estratégicamente son de vital importancia para el flujo comercial.
- Y por último, las zonas
“libres” o más adecuadamente llamadas de sacrificio, en las que se
producen los saqueos más devastadores como las talas de millones de
hectáreas de bosques, el avance de los cultivos transgénicos, la
explotación minera, etc.
A su vez, estas tres zonas son atravesadas por corredores
entendiendo, más allá de lo que se nos intente “vender”, que estos
corredores marítimos, fluviales y terrestres son vías para el flujo de
negocios y a la vez, son vitales para la consolidación del control
hegemónico sobre los bienes naturales y estratégicos. Delgado Ramos
señala la complejidad que estos corredores significan, destacando que
abarcan: a) medios de
transporte de las materias primas y mercancías (puertos marítimos, canales de
agua, ferrocarriles de alta velocidad, carreteras); b) energía
(hidrocarburos y electricidad) que alimente los sistemas de producción (plantas
nucleares, termoeléctricas, hidroeléctricas, tendidos de interconexión
eléctrica, gasoductos y oleoductos); c) agua utilizable en las actividades
productivas (presas, trasvases, acueductos, sistemas de bombeo); d)
telecomunicaciones (fibra óptica y centros de comunicación con tecnología de
punta) que integren a la región en tiempo real, al interior del corredor
y en su interconexión con otros corredores.
En el desarrollo geopolítico y estratégico que comprende a
nuestros países sudamericanos surge, -a modo de su par mesoamericano el
PPP (Plan Puebla Panamá), el IIRSA (Iniciativa para la Integración
de Infraestructura Regional Sur Americana), un acuerdo que firmaron los doce
presidentes de los países sudamericanos en el año 2000 para establecer un
plan de implementación de infraestructura que atravesaría toda la región,
dividida en 10 ejes y con aproximadamente 400 mega proyectos que
incluyen: carreteras, puertos, telecomunicaciones, represas, puentes, etc. con
un coste que se eleva, en sus inicios, a mas de 37 mil millones de
dólares.
Los 10 ejes de integración son los siguientes: Eje Andino
(Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) Eje Andino del Sur (Chile,
Argentina) Eje de Capricornio (chile, Argentina, Paraguay, Brasil)
Eje del Amazonas (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil) Eje del Escudo
Guayanés (Venezuela-Brasil-Guyana-Surinam) Eje de la Hidrovía Paraguay-Paraná
(Paraguay, Argentina, Uruguay) Eje Interoceánico Central (Bolivia,
Brasil, Chile, Paraguay y Perú) Eje MERCOSUR-Chile (Chile, Argentina,
Uruguay, Brasil) Eje Perú-Brasil-Bolivia Eje del Sur (Argentina,
Chile) Estos ejes comprenden a su vez 7 procesos sectoriales: 1.
Instrumentos de financiamiento 2. Integración energética 3. Pasos de
fronteras 4. Tecnologías de información y comunicación 5. Transporte
aéreo 6. Transporte marítimo 7. Transporte multimodal.
Este plan es sostenido técnica y
financieramente por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), el
Fonplata (Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata) y la
CAF (Corporación Andina de Fomento) y, en formas menos evidentes, por
otras entidades financieras mundiales.4 En la presentación del IIRSA ante
los presidentes sudamericanos el presidente del BID, Enrique Iglesias,
dijo” agradezco la oportunidad de presentar un documento de apoyo a la
discusión sobre la integración física del continente, entregando un
Resumen Ejecutivo y un informe como primer punto de apoyo basado en la
identificación de ejes de integración y desarrollo a través de todo el espacio
físico regional,… en áreas de energía, transporte y telecomunicaciones,
con vistas a crear un espacio común para la inversión.” Agrega
también, que “para aprovechar el pleno potencial de los mercados subregionales
y continental, deben superarse una serie de obstáculos. Uno de ellos es
consolidar acuerdos regionales,…profundizar los lazos comerciales entre
las subregiones del continente, en forma consistente con las reglas de la
OMC (Organización Mundial de Comercio) , y eliminar las barreras no
arancelarias dentro de y entre los acuerdos. Otro requisito crítico es el
desarrollo de la infraestructura regional, que tradicionalmente ha
constituido un “cuello de botella” para la integración.”
Toda esta maquinaria de infraestructura está al servicio de experimentar
y tratar de aplicar programas de privatización de las regiones y sus
riquezas, impulsando estrategias interregionales donde las naciones y sus
particularidades quedan desdibujadas en pos de facilitar el saqueo. El
territorio se reordena en función de los fines del comercio
internacional. De alguna manera el IIRSA se constituye en la
infraestructura del saqueo. Las empresas y los TLC (Tratados de Libre Comercio)
necesitan el IIRSA, son complementarios; al comercio neoliberal le urge
trasladar enormes volúmenes de materia prima para seguir alimentando su
maquinaria, eliminando cualquier obstáculo que le limite la extracción y
el manejo de nuevos mercados, como también la instalación de industrias
contaminantes. Las corporaciones necesitan una forma rápida y barata de
transportar todos sus productos y al mismo tiempo, lugares donde montar
sus tecnologías. Es así como se determinan por dónde se hacen los
tendidos, dónde se aplica tecnología de punta, dónde se privatiza, qué zonas se
destinan a siembras para por ej.: agrocombustibles, forestaciones, etc. También
se establecen qué zonas hay que preservar. Sobre estas, muchas veces, se
implementan estrategias de conservación diseñadas por organizaciones
conservacionistas manejadas financiera e ideológicamente por las políticas
centrales y corporativas.
Si bien podríamos inferir que existe una
contradicción entre los agresivos proyectos de instalación de industrias
contaminantes, siempre faltos de controles por parte del Estado, con sus
consecuentes impactos ambientales por un lado, y las propuestas de
protección de los ecosistemas por el otro lado, podemos afirmar que
contamos con suficiente información y ejemplos como para marcar que son
parte de lo mismo, que conforman dos maneras de ocupar el territorio para
controlar y explotar los abundantes recursos estratégicos presentes en la
región.
La implementación del IIRSA se manejó desde el
principio con una estrategia de desinformación y de fragmentación,
enmascarada con el eterno argumento del desarrollo y el progreso. Las
poblaciones afectadas se enteraban mal y tarde de lo que significaba, en
su región, la realización de algunos de los proyectos y cómo los mismos
iban a afectar sus cotidianeidades con efectos sociales, ambientales y
económicos no deseados y sobre los cuales nunca fueron consultados. Solo
últimamente, y a raíz de la movilización de personas y organizaciones,
tibiamente se están comenzando a establecer programas de comunicación,
donde la intervención de las comunidades afectadas sólo pasa por un
simulacro de participación que nunca incluye la posibilidad de decidir.
Por otra parte y como respuesta a la protesta social y las
posibles implicancias que estas podrían traer en la realización de
algunos de los proyectos se crearon “observatorios”, constituidos por
organizaciones de dudosa independencia en cuanto a los intereses
centrales, que lo único que hacen es monitorear las consecuencias que
este plan va a traer, tratando de ver cómo se mitigan los impactos o,
como gustan llamarlos, las “externalidades negativas”, pero nunca cuestionando,
en definitiva, al IIRSA en sí mismo y al modelo de integración que
representa, muy alejado de las reales necesidades de las
poblaciones.
La Partagonia
La Patagonia no escapa a este reordenamiento territorial. El Eje
Sur del IIRSA7 la a traviesa transversalmente del Océano Atlántico al
Océano Pacífico, desde los puertos argentinos de Bahía Blanca (al sur de la
provincia de Buenos Aires) y San Antonio Este (en la provincia de Río Negro)
hasta los puertos chilenos de Concepción (en la región del Bío Bío) y
Puerto Montt (en la región de Los Lagos). Su superficie comprende un 14%
de los territorios conjuntos de Argentina y Chile, abarcando tres
partidos (o departamentos) del sudeste de la provincia de Buenos Aires (Bahía
Blanca, Villarino y Patagones), las provincias de Río Negro y Neuquén, en
Argentina, y las regiones VII, VIII, IX y X en Chile (regiones del Maule,
del Bío Bío, de la Araucanía y de Los Lagos, respectivamente). El
Eje Sur comprende mejoramientos de puertos de aguas profundas que permitan las
operaciones de barcos de gran calado, agilización de pasos fronterizos,
aperturas de caminos, ensanchamientos de carreteras, asfalto de rutas,
construcción de centrales de transferencia multimodales, rehabilitación
de líneas férreas y, últimamente, se ha incorporado, como parte estratégica, el
mejoramiento del sistema integrado energético. Está dividido en dos
grupos: (…)
Como ejemplo ilustrativo de los intereses que mueve este proyecto
de integración y de la manera encubierta como son llevados adelante,
últimamente se ha generado un conflicto que pone en claro la
desinformación que tienen las poblaciones afectadas. La localidad de Villa la
Angostura ubicada en la provincia de Neuquén se desayunó que él, tan
mentado, corredor bioceánico la atraviesa por su calle principal y lo que
se suponía iba a traer prosperidad a la zona, porque formaba parte de un
corredor turístico, se convirtió en una pesadilla al enterarse los pobladores
de esa aldea de montaña que la misma iba a ser atravesada por cientos de
camiones cargados de mercaderías ya que la villa está ubicada,
estratégicamente, a pocos kilómetros del Paso Internacional Cardenal Samoré .
Este conflicto supuso la intervención de funcionarios de la provincia de
Neuquén solicitando que se descarte ese paso para el transporte de cargas y se
priorice para ese motivo el de Pino Hachado ubicado más al norte en la
misma provincia y cercano a la localidad de Zapala destinada, dentro del
IIRSA, a ser un lugar multimodal de transferencia.
Como de tomarse esa decisión la provincia de Rio Negro se
vería afectada porque la ruta 23 que une el océano Atlántico con la Región de
los Lagos desemboca en la ruta 231 que es la que lleva a Villa la
Angostura y al único paso factible y en condiciones es el Samoré, las
autoridades de Rio Negro exigen que se mantenga el uso que se había
previsto. En resumen la decisión que se tomo a lo lejos y respondiendo a
intereses económicos, especulativos genero en la región no solo rechazo
sino también confrontaciones entre dos provincias vecinas. Es importante
recordar que los dos pasos y sus respectivas rutas atraviesan parques
nacionales y reservas de la biosfera en los países de Argentina y Chile. Por
otro lado, como complemento necesario del IIRSA, la región Patagónica
no es ajena a las políticas de zonificación en función de las estrategias
empresariales. Es así que, haciendo un rastreo sobre algunas de las
últimas manifestaciones públicas de políticos regionales, nos encontramos con
el gobernador de Santa Cruz diciendo, en el marco del Acto Oficial por el
Aniversario de la
Localidad de Los Antiguos (05/02/2008), que “No habrá
prospección minera posible en la zona de Los Antiguos” y que “Las Mineras
(se vayan) a la estepa, a trabajar donde trabajaron nuestros pioneros,
para dejar que nosotros llevemos adelante el proyecto de turismo y de
desarrollo en ese marco”. En forma similar se expresó el senador y
ex candidato a gobernador de Río Negro, Miguel Pichetto, cuando en plena
campaña manifestó que, en caso de ser gobernador en Río Negro, iba a derogar la
ley que prohíbe la explotación minera utilizando cianuro, subrayando que
"vamos a abrir la provincia a la minería y lo vamos a hacer con toda
la responsabilidad", agregando que “una cosa es hacer minería en el
desierto y otra en las Áreas Protegidas. Sí me voy a oponer
terminantemente a que se pueda hacer cualquier desarrollo minero que
afecte la naturaleza de los Parques Nacionales, de Bariloche ,
de El Bolsón, de regiones que hay que proteger con un sentido
estricto".
Conclusión
Por último, y a modo de conclusión, es bueno recordar que la
región que hoy llamamos América Latina fue sometida a lo largo de más de
cinco siglos a feroces políticas de colonización, explotación y saqueo,
que planes como el IIRSA no hacen más que facilitar esta expoliación, ya que
están hechos a la medida de las empresas y nunca en función de una
verdadera integración de los pueblos Si bien es cierto que hay una
continuidad en las políticas hegemónicas de dominación, las tecnologías
han avanzado y, las mismas permiten que los procesos se aceleren y que recursos
y zonas que en otro momento no fueran tenidos en cuenta, hoy sufran el
avance insaciable de las corporaciones sobre sus territorios y
bienes. La Patagonia es un territorio con un gran reservorio de agua
dulce, rico en recursos y bienes naturales, no solo terrestres sino
también marítimos, donde las grandes distancias entre localidades, la
poca población y las complicidades de sus políticos hacen creer que es fácil su
saqueo, ubicándola en un lugar de privilegio ante los insaciables
intereses del comercio internacional. Así es que nos encontramos en
nuestra región con gigantes como Aluar o Barrick financiando proyectos, como la
línea de alta tensión Choele-choel – Pto Madryn y la línea Comahue – Cuyo
respectivamente o a empresas asiáticas interesadas en invertir en
infraestructuras. Ante esto, la única forma de parar la ocupación total
del territorio, como si fuera un botín de guerra a repartir, es la
organización y la lucha popular.
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