Buenos
Aires. Jornadas contra la
represión y la criminalización de la protesta social
Por Red Nacional de Medios Alternativos
En los últimos meses, tres hechos represivos en la Ciudad de
Buenos Aires volvieron a mostrarnos descarnadamente de qué modo las llamadas
"fuerzas de seguridad" actúan como reaseguro de decisiones políticas
y a la vez, de intereses económicos privados.
Más allá de su relevancia periodística,
los hilos conductores de los tres hechos son los mismos: palos, gases, balas de
goma sin reglamento, y balas de plomo también, para anular discusiones
sobre el uso del espacio público (Parque Centenario), sobre quiénes acceden a
la cultura (Sala Alberdi), sobre el uso de las tierras públicas para
negocios privados (Hospital Borda) y antes, sobre la falta de vivienda (Parque
Indoamericano). Las causas judiciales forman parte de este escenario a palos, y
ya es natural que las detenciones ocurridas en medio de hechos de represión
desemboquen en expedientes. Como complemento del acto represivo, la
criminalización intenta aleccionar y disciplinar para evitar la reincidencia en
el derecho a protestar, resistir, manifestar o estar en disidencia.
Detrás de este andamiaje y dentro de las leyes, los casos de
infiltrados en organizaciones sociales (como Américo Balbuena, policía
de la Federal infiltrado por años en la Agencia de Noticias
Rodolfo Walsh) reviven las denuncias contra el Proyecto X y la ley
antiterrorista, y conectan directamente el pasado histórico de la
dictadura con la
actualidad. Cada hecho de represión y judicialización de la
protesta en todo el país durante la última década desnuda la contradicción
de un gobierno que ha avanzado en el castigo a los represores de los ’70,
mientras mantiene intacto el aparato represivo y sin sanción a los responsables
de las reiteradas violaciones de los derechos humanos en democracia.
Apelando a los márgenes cuando hace falta, la tercerización de la
represión aparece como brazo multitarea, poniendo a disposición barrabravas y
efectivos de seguridad retirados o no, con ejemplos como la extinta UCEP en
Buenos Aires o el grupo parapolicial GP5 en Mar del Plata, para limpiar de
pobres las calles, "agilizar" desalojos o interviniendo en conflictos
sociales como apoyo a las fuerzas policiales con desenlaces como el asesinato
de Mariano Ferreyra.
Este escenario no es nuevo ni exclusivo de la Ciudad de Buenos
Aires. Es un botón de muestra, que en estos días encuentra eco en todo el país.
Por eso es urgente convocarnos para encontrarnos
y hablar en voz alta de la represión y la criminalización de la protesta
social. Porque es necesario no naturalizarla, denunciarla ampliamente y
resistirla.
¡Basta de Represión! ¡NO a la
Criminalización de la protesta social!
Fuente:
http://kaosenlared.net/territorios/t2/estadoespanol/item/57823-buenos-aires-jornadas-contra-la-represi%C3%B3n-y-la-criminalizaci%C3%B3n-de-la-protesta-social.html
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