Inseguridad es no
tener techo
31 de agosto de 2014
“Entraron a los golpes y a la patadas, no nos dieron tiempo
de sacar nada, nos sacaron como perros”. Así
fue el desalojo el sábado pasado en el Barrio Papa Francisco de Villa Lugano
llevado de manera conjunta por fuerzas de Gendarmería y 31 de agosto de 2014
Por Red Eco Alternativo.
(Juan Manuel Boccacci – Red
Eco) Ciudad de Buenos Aires - Tradicionalmente los
medios masivos ubican la temática de
la seguridad relacionada a hechos delictivos. Asesinatos, robos, homicidios,
secuestros llenan horas de pantallas y páginas de diarios dando cuenta de una
situación llevada hasta lo insostenible. Sin dudas todo esto es parte de la
realidad, pero no es la única realidad. Analizando esas coberturas podemos
observar que crean la imagen de un ciudadano tipo (el consumidor de sus
noticias), más bien perteneciente a la clase media que a las populares. Será
que caminar las calles de una villa no garpa, o que esa gente (los sectores
populares) no le sienta bien a las pautas publicitarias con las que los medios masivos hacen negocios.
“Otra vez nos volvieron a dar la espalda y volvemos a la calle. No tenemos a
dónde ir”; “Nos destruyeron el hogar que nosotros construimos, nos sacaron como
perros”; “Entraron a los golpes y a las patadas, no nos dieron tiempo de sacar
nada”. Estos son algunos de los relatos que pudieron escucharse por FM La
Caterva en la mañana del sábado 23 de agosto, horas después del desalojo
realizado en el Barrio Papa Francisco de Villa Lugano. Las fuerzas conjuntas de
la Policía
Metropolitana y Gendarmería fueron las encargadas de llevar a
cabo la destrucción del predio tomado en su mayoría por vecinos de la lindante Villa 21.
“Nadie vino a avisar. Directamente entraron a golpes a las casas. Directamente
nos sacaron y después de un rato nos dejaron entrar de a dos a sacar, pero hay
muchas personas que no llegaron a sacar sus cosas”, comentó una vecina.
Mientras tanto por los canales de televisión Sergio Berni, secretario de
Seguridad de la Nación, se floreaba por “el desarrollo del desalojo en forma
pacífica y normal”.
La muerte de Melina López, el martes anterior, en las
inmediaciones del barrio abrió la puerta para que llegara la orden de desalojo
desde la Justicia. "Este asentamiento se cobró la vida de tres
personas", dijo Berni, “sabíamos que había personas muy peligrosas ahí
adentro, por eso la responsabilidad de entrar al lugar más conflictivo fue de
Gendarmería para neutralizar todo intento de violencia para que la
Metropolitana pueda ingresar con normalidad", pudo leerse en Clarín. La
estigmatización y criminalización de los habitantes del predio tomado hace seis
meses fue la única respuesta que recibieron por parte del Gobierno Nacional y
de la Ciudad. De
resolver el problema habitacional de la gente, nada.
Según el Centro de Estudio e investigaciones
en Ciencias Sociales (CEICS), la crisis habitacional es producto de una
compleja suma de causas. Entre ellas el incremento demográfico en las villas.
“Sólo en la última década, la población villera creció más del 50% (de 107.422
personas censadas en 2001 a
163.587, en 2010)”, puede leerse en el informe. En el caso particular de la
Villa 20, lindera del Barrio Papa Francisco, el incremento es significativo:
“en 2001 eran 16.108, mientras que en 2010 sumaron 29.782 personas censadas.
Lógicamente, este crecimiento trae como consecuencia el hacinamiento, el
déficit habitacional y un empeoramiento en las condiciones de vida”.
Sin embargo, el presupuesto destinado al Instituto de Vivienda de
la Ciudad de Buenos Aires (IVC), que es el encargado de llevar adelante planes
para la construcción, no sufrió aumentos acordes a la realidad en las villas.
En un artículo de Nicolás Villanova, investigador del CEICS, para el diario
“Miradas al Sur”, puede leerse que el gasto real de este organismo pasó de 460
millones de pesos en 2006 a
161 millones en el año 2010.
A partir de allí sufriría aumentos que nunca llegarían
siquiera a los niveles de 2008. Ya para el año 2013 el dinero destinado fue un
5,4% más bajo que el del año 2013. Dentro de su “política asistencial”, el
Gobierno de la Ciudad cuenta con siete paradores que sólo abren a la noche, y
seis centros de inclusión primaria propios. Otorga subsidios habitacionales
pero, según el CEICS, “los montos son insuficientes y el beneficio tiene una
duración máxima de 10 meses”. A esto hay que sumarle el bajo poder adquisitivo
de los habitantes del asentamiento, que deben pagar altos alquileres por las
habitaciones en los barrios humildes.
Estigmatización y criminalización: todo a pedir de Berni y
Montenegro
Tanto en los funcionarios del Gobierno Nacional y de la Ciudad, como en algunosmedios masivos, se observó un
recorte en la cronología de los hechos. Análisis acotados que no reconstruyen
los datos de la marginalidad y la exclusión, para limitarse una vez más, a la
estigmatización y criminalización de los sectores populares. El Barrio Papa
Francisco se encuentra en terrenos que a partir la ley 1770 del año 2005 debían
ser destinados a la urbanización de la Villa 20. Sin embargo esto no se
produjo. Hasta el año 2014 allí existió un depósito de autos secuestrados por la Policía Federal. Una
vez realizado el parcial desalojo de los automóviles, luego de 9 años de
inacción por parte del gobierno, los vecinos avanzaron en la toma del predio.
Tanto en los funcionarios del Gobierno Nacional y de la Ciudad, como en algunos
En su cobertura del hecho, Clarín mencionó que las “tomas fueron
promovidas por punteros políticos”, abonando a la deslegitimación de las
demandas de los sectores populares. Informó que “el Ministerio Público Fiscal
porteño probó que la toma había sido impulsada por punteros políticos y desde
hace meses denuncia que el lugar quedó en manos de bandas de delincuentes que
intimidaban a los vecinos”; en otro artículo se refirió a la zona como “un
terreno usurpado y de condiciones precarias, en medio de una zona conflictiva
por la toma de tierras y los índices de criminalidad”. También aparecieron
notas dónde se da la voz a los familiares de la Melina López , la
chica asesinada durante un robo días antes del desalojo, dónde pese a lo
lamentable del hecho las culpas se dirigían hacia los habitantes de las Villas.
“Desalojan el predio tomado de Lugano, tras el asesinato de Melina López”,
tituló Clarín un artículo en la versión web de diario. Así se fue creando la
estigmatización que pareció servida en bandeja para el ministro de Seguridad y
Justicia de la Ciudad, Guillermo Montenegro y el secretario de Seguridad de la
Nación, Sergio Berni, que no dudó en reforzar la idea durante el desalojo, como
lo venía haciendo en días anteriores.
Por su parte, Página 12 dentro de una cobertura crítica (y
exclusiva) al gobierno de Mauricio Macri, dio la voz a varios miembros del
Gobierno Nacional que parecieron olvidar la intervención de la Secretaría de
Seguridad y las fuerzas de Gendarmería. “Desde el arco político siguieron las
fuertes críticas al desalojo represivo de la Metropolitana” puede leerse en un
artículo. “El secretario de Seguridad, Sergio Berni, acusó al gobierno de Macri
de arrojar a la calle a gente que ‘nada tiene que ver con los delincuentes’”, se
lee en otro.
Mientras
tanto en las calles las familias sin techo armaron precarias carpas en las
inmediaciones del predio para continuar con el reclamo por una vivienda digna.
Algunos tuvieron que salir en busca de alguna habitación en las inmediaciones, o
recurrir a familiares para “caerles” por el tiempo que sea necesario. La
precariedad y el hacinamiento seguirá siendo cosa de todos los días, mientras
las verdaderas soluciones continúen tardando en llegar.Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article8416
No hay comentarios:
Publicar un comentario