Deuda y buitres: ¿Unidad nacional o lucha de clases?
Por: Rolando Astarita
En notas anteriores
planteé que la contradicción principal y determinante en la actual coyuntura no
pasa por la disyuntiva “Patria y buitres”, como pretende la izquierda nacional
y popular (PC, Nuevo Encuentro, peronismo de izquierda, Frente Grande, partido
Humanista, socialismos nacionales varios y similares), sino por la oposición
entre el capital y el trabajo, esto es, entre explotadores y explotados. Contra
lo que dice el discurso dominante, aquí no está en juego una lucha por “la
segunda independencia”, sino una negociación en curso -con sus tensiones y
conflictos- por cómo se reparten los costos del pago de la deuda (ver aquí y
aquí). En otros términos, afirmamos que no hay diferencias sustanciales entre
los buitres financieros que compran títulos depreciados para exigir su libra de
carne (amparándose en los tribunales que pusieron a su disposición los
“defensores de la Patria”), y los buitres especulativos que operan los Old
Fund, o saquean los fondos públicos con negociados de todo tipo.
Pues bien, en un escenario de crecientes conflictos sindicales, estas cuestiones se ponen en el primer plano. Miles de docentes, portuarios y marítimos, mecánicos y metalúrgicos, bancarios, trabajadores de la alimentación y de medios de comunicación, para citar sólo algunos casos, están luchando contra la caída de salarios (vía impuesto a las ganancias o inflación), o contra las suspensiones, despidos y cierres o vaciamientos de empresas. Es que con la recesión y crisis, las mejoras conseguidas durante los años de ascenso económico retroceden por todos lados, y los trabajadores tratan de defender sus posiciones. Es el conflicto en torno a cómo se distribuye entre el trabajo y los propietarios del capital, el valor que ha generado el trabajo. Siempre y en todo lugar, el capital y los gobiernos de turno responden a la crisis desvalorizando el salario, cerrando empresas, y aumentandola represión. Los palos de las fuerzas de represión
contra los trabajadores de Lear, para citar sólo un caso reciente, se inscriben
en esta lógica. No hay discurso que pueda ocultar esta realidad de fondo.
Se abren así dos estrategias opuestas por el vértice.
Pues bien, en un escenario de crecientes conflictos sindicales, estas cuestiones se ponen en el primer plano. Miles de docentes, portuarios y marítimos, mecánicos y metalúrgicos, bancarios, trabajadores de la alimentación y de medios de comunicación, para citar sólo algunos casos, están luchando contra la caída de salarios (vía impuesto a las ganancias o inflación), o contra las suspensiones, despidos y cierres o vaciamientos de empresas. Es que con la recesión y crisis, las mejoras conseguidas durante los años de ascenso económico retroceden por todos lados, y los trabajadores tratan de defender sus posiciones. Es el conflicto en torno a cómo se distribuye entre el trabajo y los propietarios del capital, el valor que ha generado el trabajo. Siempre y en todo lugar, el capital y los gobiernos de turno responden a la crisis desvalorizando el salario, cerrando empresas, y aumentando
Se abren así dos estrategias opuestas por el vértice.
Por un lado, los que
anteponen la unidad nacional.
Por el otro, los que
ponen el énfasis en la lucha de clases, esto es, en el accionar independiente
de los trabajadores en pos de sus reivindicaciones.
El gobernador Scioli
acaba de expresar la propuesta de unidad nacional: pidió a los trabajadores que
“miren la Patria” y hagan un paréntesis en las protestas, ya que “el país
atraviesa un momento muy especial que necesita la unidad y el respaldo de todos
los argentinos”. Las fuerzas “nacionales y populares”, aunque no lo expresen de
manera tan frontal, tienen la misma postura: a lo sumo critican “excesos” de la
represión, pero descalifican las luchas, o miran para otro lado, y cargan
contra la izquierda que las apoya o conduce. “Es la hora de la unidad nacional
frente a los buitres”, vienen a decir.
Desde
el enfoque que defiendo, se trata de una postura reaccionaria, favorable a los
intereses de la clase dominante de conjunto. Sea cual sea el resultado final de
las negociaciones con los acreedores internacionales, la situación del trabajo
tenderá a empeorar. En última instancia, las salidas “K progresistas” son como
el “arreglo” de la deuda con el Club de París. Por eso decimos que no hay
salida progresista -esto es, sin costos para el pueblo explotado- de la actual
recesión y de la crisis de la
deuda. La estrategia y el discurso nac & pop llevan a
reforzar el dominio ideológico y político del capital de conjunto. En
contraposición, el socialismo científico -esto es, basado en la teoría de la
plusvalía y la lucha de clases- sostiene que los trabajadores deberían mantener
a toda costa su independencia, y que el camino de la “causa nacional” sólo debilitará
sus luchas.
Rolando Astarita es profesor de ciencia económica en la Universidad de Buenos Aires.
rolandoastarita.wordpress.com/ Fuente: http://www.argenpress.info/2014/08/deuda-y-buitres-unidad-nacional-o-lucha.html
Rolando Astarita es profesor de ciencia económica en la Universidad de Buenos Aires.
rolandoastarita.wordpress.com/ Fuente: http://www.argenpress.info/2014/08/deuda-y-buitres-unidad-nacional-o-lucha.html
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