Comodoro Rivadavia, un modelo de
maldesarrollo
11-02-2014
11-02-2014
Por Maristella Svampa* (OPSur)
¿Qué tipo de configuraciones urbanas, sociales, laborales,
culturales, se van gestando al compás de la expansión de las actividades
extractivas a gran escala, como el petróleo y la minería? Tal como lo muestra la historia argentina y
latinoamericana, la avanzada extractiva produce una
fuerte estructura de desigualdades así como la dislocación del tejido económico
y social previo.
Esto incluye,
además de la dimensión ambiental, otras vinculadas al estilo y calidad de vida,
a las relaciones laborales y de género, ya que allí donde irrumpen las
actividades extractivas a gran escala, se intensifican y exacerban diferentes
problemáticas sociales: así, el “derrame” económico beneficia a unos pocos, los
alquileres y el costo de la vida se disparan al ritmo de los sueldos de los
trabajadores petroleros o mineros; las localidades se convierten en
pueblos-campamentos o en ciudades-commodity; se exacerban los problemas
ligados a la prostitución, a la trata, a la inseguridad, a la adicción…
En la Patagonia argentina y en el Norte del país se encuentran
numerosas localidades con estas características. Pero la ciudad que ilustra de
modo más emblemático y doloroso este proceso, es sin duda Comodoro
Rivadavia, la cuna del petróleo argentino. Van algunos datos y reflexiones
sobre esto.
- Comodoro Rivadavia es la principal localidad de la
provincia de Chubut y la cabecera del departamento Escalante, emplazada en el
golfo San Jorge. A diferencia de otras ciudades patagónicas, posee una
densidad poblacional importante: según el Censo Nacional de 2010 la ciudad
contaba con 173.300 habitantes. Fue recién en los años ’70 que ésta, que cuenta
con uno de los ejidos urbanos más extensos del país, fue absorbiendo
barrios aledaños y campamentos de la zona norte, en un proceso de
“municipalización tardía” (Daniel Cabral Márquez, Confines, 2008). (1) Al igual
que otros pueblos campamentos y posteriormente ciudad-commodity, (2) Comodoro
Rivadavia nacería bajo el signo del imaginario del desarraigo, típico de las regiones
petroleras, que se nutren de una importante población migrante, cuyo paso por
el lugar -y el trabajo- es concebido estacionario o provisorio.
-Como otras localidades petroleras, en los `90, el proceso de
privatización de YPF afectó mucho a la región, en la medida en que
implicó un desmantelamiento de una economía regional, amparada por un sistema
de relaciones laborales, público y privado, que aseguraba la producción y
reproducción de la vida social; operando el pasaje hacia una economía de
enclave, controlada por las corporaciones transnacionales, con fuertes efectos
de fragmentación social. En sintonía con lo ocurrido a nivel nacional, las
medidas desreguladoras y liberalizadoras, provocaron profundos cambios en la
estructura económica de la región, en términos de desindustrialización y
aumento de las actividades terciarias, sobre todo en el comercio y el sector
servicios, que en Comodoro Rivadavia pasaron de absorber en 1982 el 48,7% de la
población económicamente activa al 58% en 1992″ (Torres: 2012). (3)
-Comodoro Rivadavia se halla a 70 km de Cerro Dragón, que es
el yacimiento de petróleo más importante del país, donde hay un clusters de
empresas (BP, PAE, la empresa estatal China CNOOC, entre otros). Allí se
produce el 20% del petróleo del país. La superficie explotada es el equivalente
a 17 veces la ciudad de Buenos Aires. Este mismo yacimiento que en 1958 había
sido otorgado por Arturo Frondizi a American Oil Company (Amoco) fue
reconcesionado en el 2007 por el gobernador chubutense Mario Das Neves hasta el
2047, a
cambio de muy poco –o casi nada– para el Estado provincial (Marcelo García,
Revista Crisis, 2011) (4).
Hoy el clusters concentra unos 20.000 trabajadores. La expansión de la
actividad extractiva genera un desorden social enorme así un crecimiento
demográfico descontrolado.
-Diferencias salariales: Comodoro
Rivadavia es una de las localidades del país donde el costo de vida es más
elevado, producto para muchos de la elevación de los precios que toma como
referencia los salarios “del petróleo”. “Esta referencia, por supuesto, no
tiene en cuenta las enormes diferencias salariales que separan los salarios
pagados en la actividad extractiva y sus actividades “satélites” del resto del
mundo del trabajo: en marzo de 2010, mientras el sueldo básico de un empleado
de una empresa de petróleo llegaba aproximadamente a los $ 8000, el salario
básico de un maestro de la ciudad, por tomar un ejemplo, rondaba los $ 2000
(Fernanda Torres: 2012) (5). En 2013, un docente con 12 años de antigüedad,
ganaba entre $ 4.753 y $ 5.229, mientras que los petroleros estaban pidiendo por un
salario mínimo de $17.500.
-Suba de alquileres y precios: Además de las profundas
diferencias salariales, boom petrolero y crisis habitacional van
asociados. Tal es así que, según un artículo de la revista Crisis, de mayo de 2011, “los
alquileres llegan a precios desmesurados –no bajan de los 1.500 pesos para un
monoambiente o de 2.500 por una casita de 2 ambientes–; el precio del metro
cuadrado de construcción en Comodoro vale lo mismo que en Puerto Madero. La
proliferación de camionetas 4 x 4 y de altos alquileres, contrasta con la
extensión de barrios precarios y asentamientos: en el sur, el Abásolo, el
Moure, el Stella Maris; en el norte, el kilómetro 3, 5 y el 8.” (6)
-Comodoro es una de las ciudades argentinas con el índice más
alto de criminalidad: 28 homicidios ocurridos entre enero y agosto de 2012.
Ese mismo año, el diario La
Nación sindicaba, que
Comodoro era “la capital del crimen”, con una tasa de homicidios de 14,5
asesinatos cada 100.000 habitantes, casi tres veces superior al promedio
nacional (la última fue de 5,5). (7)
En razón de ello,
en 2012, tras varias violaciones y otros dos intentos, la directora asociada
para el área externa del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, Alicia Sampaolesi,
propuso repartir silbatos a mujeres para alertar sobre situaciones de riesgo.
“La intención es repartir silbatos en forma gratuita a mujeres en la zona
centro de la ciudad”. (8)
-Comodoro es una de las
capitales nacionales de la trata y la prostitución. Ciertamente, otra de las consecuencias es la acentuación de los
estereotipos de la división sexual del trabajo o, lo que podríamos denominar
una reactualización del patriarcado en contextos de enclaves. Pues en este
universo masculinizado y de fuertes asimetrías salariales, cobra centralidad la
figura del hombre proveedor y la valoración de una cultura del esfuerzo basada
en el trabajo físico. Mayor violencia entre jóvenes, violencia contra la mujer,
homofobia, machismo, aparecen así asociados.
En un marco agravado por las características de enclave y por el
trabajo físico, ello afecta de manera muy negativa sobre los roles que se
asigna a la mujer: por un lado, en un contexto de marcadas asimetrías
salariales, se fortalece el rol tradicional de la mujer
(hombre-trabajador-proveedor; mujer-ama de casa-cuidadora), a fin de garantizar
la reproducción de la fuerza de trabajo. Por otro lado, se potencia el proceso
de explotación sexual de las mujeres y se cristaliza su rol como objeto
sexual. En un extenso e interesante reportaje publicado en Observatorio
Petrolero Sur, Mercedes Assorati, Coordinadora General del Programa Esclavitud Cero de
la Fundación El Otro,
afirmaba: “El sur del país es un enorme prostíbulo. Esto tiene una raíz
histórica, tiene que ver con el desarrollo de la industria petrolera y con la
presencia de hombres solos que estaban largos períodos de tiempo en lugares
donde no había mujeres. Ahora esto cambió un poco pero es como una impronta
cultural. De manera que la existencia de prostíbulos en el sur es centenaria y
está directamente vinculada a la industria petrolera”. (9)
Vale la pena
recordar las declaraciones realizadas en septiembre de 2013 por el presidente
del bloque Kirchnerista de diputados en Santa Cruz que, ante la iniciativa de sancionar
una ordenanza para cerrar cabarets en la localidad de Caleta Olivia,
advirtió que sin prostíbulos “puede llegar a haber otras cosas, como violaciones u
otras cosas” y afirmó estar “de acuerdo con que los
locales estén abiertos.” (10)
En la entrevista
citada más arriba, publicada el 21/04/2010, Assorati, afirmaba respecto de los
prostíbulos: “Tenemos en Chubut mucho reclutamiento a partir de la droga,
vuelven drogadictas a niñas de 12 y 13 años y después las insertan al sistema
prostibulario. Esas chicas duran nada, mueren de sobredosis, mueren muy
jóvenes, con lo cual se necesita un recambio más rápido” (ibídem).Asimismo
añadía que “a partir de una investigación de la Unidad Fiscal de Asistencia en
Secuestros Extorsivos y Trata de Personas de la Procuración General
de la Nación (Ufase), encabezada por el fiscal Marcelo Colombo, pudo
reconstruirse un circuito de trata que va desde Santa Rosa, capital de La
Pampa, a la ciudad de 25 de mayo, en el extremo sudoeste de esa provincia; de
allí se extiende a la localidad vecina Catriel (Río Negro) y a las neuquinas
Añelo, Cutral Co, Plaza Huincul y Rincón de los Sauces. Todas ciudades
petroleras.
“Según el informe elaborado por OIM en 2006, existen conexiones
entre las whiskerías de Comodoro Rivadavia y las de Caleta Olivia, que en
algunos casos son regenteadas por una misma persona. En el documento se
menciona el caso de un grupo de jóvenes que en 2004 logró escapar de un
prostíbulo comodorense y denunció que las mujeres que allí eran explotadas
habían sido traídas tanto de Salta y Jujuy como del exterior. En tanto una
investigación más amplia logró establecer que las mujeres procedían de Santa
Fe, Córdoba, Buenos Aires, Salta, Tucumán, Mendoza, La Pampa, Entre Ríos y Río
Negro. También se probó que en algunas oportunidades los propios regentes de
prostíbulos viajaban al NOA para realizar la ‘captación’ y tenían bases de
apoyo en Tucumán y Capital Federal. El documento también señala los vínculos de
los proxenetas con funcionarios públicos, empleados de empresas de transporte y
telefonía móvil y empresarios hoteleros” (Assorati en la entrevista citada de
Observatorio Petrolero Sur: 2010).
En Comodoro Rivadavia, tras un operativo que incluyó el
allanamiento de 7 departamentos VIP’s, el ministro de Gobierno de Chubut,
Miguel Castro, dijo al diario El Chubut que, “este fenómeno se está registrando
‘en toda la provincia’” y que “hay que establecer alguna regulación desde el
Municipio”. En razón de ello, como publicó Infobaeen
abril de 2012, el Concejo deliberante comenzó a debatir una ordenanza para
reglamentar la prostitución para el turismo, proyecto avalado por el intendente
local, Néstor
Di Pierro. Buscaban crear una zona roja, en un sector
destinado al asentamiento de burdeles, tal como existe en Holanda (sic), para
que el Estado “pueda fiscalizar y
controlar“ la
actividad. “No sólo es (para) regular y cuidar sanitariamente, sino que hay muchos
países que generan estos espacios que desarrollan también los aspectos
turísticos, como Holanda“, indicó la funcionaria municipal. Según
detalló la directora de Salud municipal, Judith Jozami, se pretende “fortalecer
los aspectos sanitarios” vinculados con las mujeres que ofrecen servicios
sexuales. Pero lo que resulta más increíble es que también se busca generar un
atractivo “turístico” para posicionar a la ciudad chubutense por sus
prostíbulos. (11)
-Condiciones de trabajo, desigualdad, ocio, consumos, adicciones.Otra cuestión que ha generado numerosos conflictos sociales es la
desigualdad existente entre los trabajadores del petróleo, que afecta a los
llamados “dragones”, que representan
a los empleados –soldadores, operadores de hidrogrúa– de una larga lista de
empresas contratistas que hacen muchas veces la misma tarea que los petroleros
pero cobran un 30 o 40 por ciento menos (Diego Genoud,Crisis: 2012)
(12).
Por otro lado, como
sugiere Sebastián Barros, Profesor de la UNPAT e investigador del Conicet,
desintegración social y organización de tiempo de trabajo aparecen
entrelazadas. Barros cuestiona tanto la alineación en términos de dependencia,
el hecho de tener que trabajar más de 16 horas, y la falta de injerencia del
Estado que no legisla sobre la problemática. De aquí se desprenden diferentes
conflictos, muchos se traducen a la vida cotidiana y el trabajador petrolero
termina, de alguna manera, siendo discriminado. “También necesita pensarse en
el tiempo de ocio ¿Qué hace esos tres días en los que el trabajador regresa a
su hogar? ¿Qué otras opciones tiene el trabajador que no sea ese consumo
suntuario que generalmente las clases medias le critican?” (13)
Otra cuestión es la
exacerbación de problemáticas sociales como la adicción. En
conversación con uno de los autores, Barros habló acerca de la relación entre
adicciones y trabajadores del petróleo, en Comodoro Rivadavia), según el cual la empresa Tecpetrol
tiene 70 trabajadores internados por adicción. Un dato escalofriante que obliga
a revisar sobre las condiciones de trabajo en el área petrolera. Al respecto,
el subgerente de Salud Ocupacional y Programas Nacionales de
Prevención, Germán Canteros sostuvo que “Las adicciones y el trabajo tienen un
gran índice, es difícil comprobar si tienen que ver con las situaciones
laborales o si tienen que ver con la vida particular de las personas” dijo. No
obstante, consideró que el tipo de trabajo podría tener alguna injerencia
porque “se debe tener en cuenta que son personas que sufren un desarraigo
y están en lugares inhóspitos. Pero a eso hay que estudiarlo, no hay ninguna
estadística que lo demuestre”. (14)
-Last but not least; Contaminación y pasivos ambientales. La situación ambiental es igualmente preocupante. El Patagónico publicó que “Según datos aportado por
el Ministerio de Ambiente y Control de Desarrollo Sustentable de
Chubut, en la provincia hay unos 16.000 pozos de los cuales un 38% están en
producción (aproximadamente 6.000), un 32% abandonados (4.900) y el resto
inactivos (4.600). En la Cuenca del Golfo San Jorge hay unas 780.000 hectáreas
directamente afectadas a la actividad petrolera. Según la Universidad Nacional
de la Patagonia son unos 500 los superficiarios involucrados en la asociación,
de los cuales unos 100 pertenecen a la provincia de
Chubut”. (15) Siempre según El
Patagónico, se estima que Comodoro Rivadavia es una de las ciudades de
mayor pasivo ambiental del país. Según los últimos datos dados a conocer, tiene
un total de 2.444 pozos petroleros abandonados, de los cuales unos 1.425
pertenecen a YPF.
Por otro lado, los estudios existentes indican la afectación del
ecosistema marino y costero: “los sedimentos de la zona del Golfo San Jorge
están contaminados con hidrocarburos de origen antrópico (producido por el
hombre). En todas las muestras de este Golfo se detectó aparte de petróleo
fresco, la presencia de MCNR (mezcla compleja no resuelta) indica petróleo
degradado o material orgánico degradado de múltiples fuentes. Estos datos
estarían señalando un “input” constante por las operaciones conectadas con la
explotación petrolera de la zona y el transporte marítimo, generando una
contaminación crónica.” (16)
-Respecto de los impactos socio-sanitarios, en 2013, “la Doctora Jacqueline
Vieracsuc , del Área Programática de la Región Sur , explicó que
no existen estadísticas específicas de la zona de Comodoro Rivadavia y tampoco
estudios sobre la incidencia de la industria petrolera en el aumento de casos
de cáncer, pero que, sin duda, la contaminación del agua es un factor a tener
en cuenta. Por su parte, el concejal del Fpv, Carlos Vargas, declaró que
“Comodoro es la ciudad de mayor índice de cáncer, producto de la actividad
petrolera- minera. Comodoro es consciente de que el petróleo hay que sacarlo
porque el país se mueve en base al petróleo, pero no sé si se están tomando
todos los recaudos necesarios como para preservar la vida de la gente”. (17)
-Por último, en Comodoro Rivadavia, existe un cierto discurso
social que reconoce que la ciudad y de modo más amplio, la región, se ha
convertido en una “zona de sacrificio” y cuestiona, por ende, el hecho de que
el resto de la provincia se sostenga gracias a la actividad petrolera…
Frente a estos
datos tan variados como contundentes, ¿acaso alguien podría negar los enormes
impactos sociales y la reconfiguración territorial que las actividades
extractivas a gran escala (convencionales y no convencionales), producen en las
sociedades locales? Desde los oficialismos y las empresas, sin embargo,
los discursos afirman que la actividad hidrocarburífera y minera no compiten ni
desplazan a las economías regionales pre-existentes o, en el límite, minimizan
el carácter pluridimensional y la envergadura de sus impactos.
En suma, debemos
pensar la contaminación no sólo como un proceso ambiental, sino también
como algo más amplio y global, que incluye la esfera social, económica y
cultural. Algo que nos interroga, sin duda, acerca de si ése es el tipo de
sociedad que queremos construir para nosotros y las futuras generaciones.
* Este apartado forma parte del libro próximo a
publicar, junto con Enrique Viale “La Argentina del Despojo. Territorios,
Extractivismo y Modelos de Maldesarrollo”,
editorial Katz.
Notas (…) Fuente: http://www.opsur.org.ar/blog/2014/02/11/comodoro-rivadavia-un-modelo-de-maldesarrollo/
No hay comentarios:
Publicar un comentario