América toda unida contra la Megaminería
Los abajo firmantes
participaremos este 22 de julio de 2013 de las actividades por el Día Mundial
de Acción contra la Megaminería y convocamos a todos los pueblos del mundo a
movilizarse.
Estas jornadas son
una manifestación de los reclamos que nuestros/as compañeros/as de distintos
lugares del mundo vienen llevando adelante de manera permanente en contra del
avance de los proyectos megamineros que se encuentran devastando, saqueando y
contaminando nuestros territorios.
Presentaciones
judiciales, movilizaciones masivas, cortes de ruta, difusión de material
educativo a la población y entrega de pliegos de reivindicaciones ante las
diversas gobernaciones, son algunas de las acciones que han sido realizadas por
quienes buscan frenar este modelo productivo depredador. Todas estas acciones
han sido desestimadas por los gobernantes, que en clara connivencia con los
intereses económicos transnacionales, dejan de lado los intereses del pueblo
que reclama ser oído. Las asambleas y movimientos sociales, sindicales y
estudiantiles de todos los países de nuestro continentes salimos a las calles y
rutas porque los gobiernos regionales y nacionales no han respondido a estos
reclamos más que con la represión, la anulación del diálogo y la
estigmatización de quienes cotidianamente denunciamos los abusos de estas
empresas transnacionales que roban y destruyen la naturaleza de nuestros
países.
Estas genuinas
resistencias populares son de larga data, y expresan el carácter crítico de
poblaciones enteras que se ven amenazadas por el saqueo de sus fuentes de agua,
sus tierras y sus medios de vida, en
un escenario de grandes asimetrías, donde el poder financiero de las
corporaciones encuentra como aliados al clientelismo, la corrupción, la fuerza
represiva del Estado y a los grandes medios
periodísticos, que usualmente funcionan como apéndice del aparato
propagandístico de las megamineras.
Es la megaminería a
cielo abierto uno de los principales exponentes de este modelo extractivista,
colonial y depredatorio implementado en Latinoamérica y el Caribe que, como
esencia del sistema global capitalista, saquea nuestros recursos, destruye
nuestra naturaleza y explota a nuestras poblaciones, resquebrajando las
economías regionales y deteriorando nuestros lazos comunitarios. Impuesto por
el imperialismo del capital, con Canadá y Estados Unidos a la cabeza, este
modelo nos destina a ser países exportadores de Naturaleza que sirven a las
grandes potencias mundiales. El papel de las grandes empresas transnacionales
es llevar adelante este saqueo, contando con la gestión eficaz de la gran
mayoría de los gobiernos del continente. Son muchos los casos en América Latina
en los que la represión no cesa, como ocurre en estos días en Cajamarca (Perú)
y en Salta y Catamarca (noroeste argentino).
Monsanto, Barrik
Gold, Vale, Techint, Cargill, Minera La Alumbrera YMAD UTE ,
Minera Agua Rica, Repsol, Pan American Silver, Pan American Energy, Alto
Paraná, son sólo algunas de las empresas transnacionales que son parte de esta
ofensiva contra nuestra naturaleza y nuestras economías. A todas ellas nos
enfrentamos.
Son también los
empresarios locales quienes, al servicio del imperialismo, intentan confundir
al pueblo imponiendo el mote de “antimineros”. Así, nos preguntan (errada, pero
no ingenuamente) qué haríamos con un mundo sin minería, tildándonos de
pseudoambientalistas. Con estos planteos intentan desviar el eje de debate,
para no reconocer que actúan sistemáticamente contra el poder de
autodeterminación de los pueblos, que con la megaminería ponen en jaque a las
economías regionales, que estas megaempresas no generan un importante ingreso
para el país ni mano de obra abundante, que la fexibilización y precarización
laboral es moneda corriente para los trabajadores mineros, que la migración
forzada y la trata de personas está relacionada a estos emprendimientos
extractivos
En el caso
argentino, los gestores políticos se hacen responsables de perpetuar la matanza
silenciosa de nuestros pueblos. Tanto el gobierno nacional, de Cristina
Fernández, como los provinciales que integran la OFEMI (Organización Federal de
Estados Mineros), no hacen más que dar continuidad al robo sistemático y legal
de nuestros recursos naturales que comenzó durante la implementación de las
medidas neoliberales, con la reforma del código minero.
Nuevas formas de
extractivismo están siendo inoculadas en nuestros territorios, como la técnica
experimental de explotación de hidrocarburos no convencionales conocida como
fractura hidráulica o fracking. Nuevos acuerdos y marcos jurídicos están
entregando nuestros bienes comunes a corporaciones ecocidas y genocidas como
Chevron. Como en las décadas neoliberales nos imponen la destrucción de nuestro
ambiente con el discurso de que no existen alternativas a estos modelos
energéticos hidrocarburos-dependientes
Los pueblos en
lucha no nos oponemos a toda actividad minera, sino a una modalidad específica
que implica la explotación de mega proyectos de minería transnacional a gran
escala y extranjerizante, que poco aportan al Buen Vivir de nuestros pueblos, a
la economía locales, al cuidado de nuestros territorios, dejando a su paso
contaminación, degradación institucional y exclusión social.
Nuestras luchas han
logrado vencer en reiteradas ocasiones a los gigantes
saqueadores. Impedimos la instalación reiterada de algunas Megamineras, la
sanción de la ley de glaciares, leyes provinciales prohibiendo la megaminería,
ordenanzas locales prohibiendo el fracking, plebiscitos populares rechazando la
megaminería como en Esquel y Loncopué. Son pasos extraordinarios en relación al
poder político, mediático y de capital al cual nos enfrentamos. Estos logros
nos vitalizan y nos unen más para alcanzar la expulsión del modelo extractivo
de nuestras tierras.
Quienes somos parte
de esta lucha creemos que es fundamental recuperar la Soberanía de nuestros
territorios, nuestros cerros, nuestras fuentes de agua y bienes comunes no
renovables.
Estamos convencidos
que debemos seguir promoviendo, fomentando e intercambiando esfuerzos en torno
a las agendas propositivas de acciones conducentes a la construcción de
espacios continentales de articulación del PODER POPULAR. Y estas jornadas
mundiales de lucha contra la megaminería, va en ese sentido, es un paso más.
Podrán intentar
plantar un sinfín de mentiras para justificar la entrega de nuestros
territorios. Sin embargo, el espíritu de quienes luchamos sigue más fuerte que
nunca, nuestra convicción de construir un mundo mejor para todos se fortalece
día a día y las ganas de seguir en las rutas y en las calles no cesan. Porque
seguimos en pie, más erguidos que nunca, gritando:
¡¡NO PASARÁN!
Para adherir al documento:
diamundialcontralamegamineria@
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