El dinero del BID y la profundización del modelo
Por: Alejandro Olmos Gaona (INFOSUR)
La verdad sobre el acuerdo de la Argentina con el BID, que
llegará a un monto de 7.500 millones de dólares.
Las autoridades del gobierno de la Nación, y los apologistas de la política del kirchnerismo, han enfatizado reiteradamente sobre la necesidad de profundizar el “modelo nacional y popular”, sin definir con claridad en qué consiste ese supuesto “modelo” que naturalmente no guarda la menor relación con lo que puede ser un proyecto realmente nacional. Y decimos esto, debido a que las acciones que el gobierno nacional realiza con los organismos financieros internacionales, entre otras que podrían señalarse, muestran una continuidad estructural con las políticas del menemismo que sometieron nuestra soberanía a las decisiones generadas en los centros de poder financiero, en acuerdo con los organismos multilaterales que respaldaron siempre todos los procesos de desnacionalización de la actividad económica y colaboraron en las operaciones de endeudamiento con los acreedores extranjeros.
Las autoridades del gobierno de la Nación, y los apologistas de la política del kirchnerismo, han enfatizado reiteradamente sobre la necesidad de profundizar el “modelo nacional y popular”, sin definir con claridad en qué consiste ese supuesto “modelo” que naturalmente no guarda la menor relación con lo que puede ser un proyecto realmente nacional. Y decimos esto, debido a que las acciones que el gobierno nacional realiza con los organismos financieros internacionales, entre otras que podrían señalarse, muestran una continuidad estructural con las políticas del menemismo que sometieron nuestra soberanía a las decisiones generadas en los centros de poder financiero, en acuerdo con los organismos multilaterales que respaldaron siempre todos los procesos de desnacionalización de la actividad económica y colaboraron en las operaciones de endeudamiento con los acreedores extranjeros.
Dejando de lado la hojarasca dialéctica con la que semana a
semana nos abruman los discursos presidenciales, y los distintos funcionarios
que conforman el Poder Ejecutivo, las evidencias que surgen de decisiones que
son deliberadamente ocultadas a la población, muestran una realidad que está
sideralmente alejada de lo que es una auténtica política nacional y
latinoamericana.
La última capitalización del Banco Interamericano de
Desarrollo es una de esas evidencias incontrastables de continuidad con un
“sistema” que privilegia a los organismos multilaterales controlados por las
potencias más representativas del orden financiero mundial.
El BID que de interamericano solo tiene el nombre está
integrado por los países de Latinoamérica, pero además son miembros
prominentes: Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Israel, Francia,
Italia, Japón, China. Suecia y Suiza, entre otros, siendo Estados Unidos el que
tiene el mayor porcentaje de votos.
Es importante recordar que esta institución al igual que el
Banco Mundial y el FMI fueron creadas supuestamente para ayudar a los países
que tenían dificultades económicas, pero tales objetivos se fueron desvirtuando
permanentemente y fue así que participaron en conjunto en todos los planes de
ajuste estructural impuestos durante décadas, además de responder claramente en
sus distintas operaciones a favorecer a bancos, empresas extranjeras, y condicionar
cualquier política económica que no respondiera a los centros financieros del
poder. Una clara evidencia de ello es la participación que tuvieron en la
instrumentación del Plan Brady, donde violando su Convenio Constitutivo
cofinanciaron compra de garantías para favorecer a los acreedores privados
además de ser participes principalísimos de ese paradigma del delito que fue
ese procedimiento de reestructuración de la deuda pública.
En investigaciones que realizara hace unos años, encontré en
el Ministerio de Economía un documento confidencial firmado por el entonces
Presidente del BID, Enrique Iglesias dirigido a la comunidad financiera
internacional, pidiendo apoyo a la política económica argentina de Menem,
debido a que este se había comprometido a privatizar el sistema jubilatorio,
modificar la legislación laboral y vender todas las empresas públicas. Tiempo
después y en mi carácter de miembro de la Auditoría del Crédito Público de
Ecuador, pude comprobar a través de documentos reservados todas las políticas
instrumentadas por el BID, donde se pudieron visualizar ciertas características
recurrentes como son el renunciamiento a la soberanía, el debilitamiento y la
injerencia en asuntos internos del Estado, la renuncia a la jurisdicción
nacional, los condicionamientos que atentaron contra los intereses de la
Nación, limitando el goce de derechos fundamentales del pueblo, promoviendo
sistemas de endeudamiento desleales con sus países miembros, asociándose en
muchos casos para respaldar el pago de deudas ilegítimas.
Debido a los constantes manejos de los organismos
multilaterales, y para obtener financiamientos que respondieran a las reales
necesidades de los pueblos, sin los condicionamientos conocidos, se promovió la
creación del Banco del Sur cuyo acta fundacional y Convenio Constitutivo fueron
suscriptos por la Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y
Venezuela, estableciéndose una integración de capital de 7000 millones de
dólares, 4000 de los cuales serán aportados por Argentina, Brasil y Venezuela
en cinco cuotas, y el resto de los países integraran sus aportes en 9 cuotas,
pero esta estructura sigue anclada en las constantes demoras que tienen como
principales responsables a Brasil y la Argentina, que fortalecen a los
organismos multilaterales con el aporte de importantes sumas.
Debido a los quebrantos presentados por el BID debido a
inversiones especulativas en hipotecas subprime, su capital operativo disminuyó
considerablemente, pudiendo mostrar como ejemplo que en el año 2008 las pérdidas
fueron del orden de los 1.900 millones de dólares, lo que llevó al Senador
Richard Lugar, del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados
Unidos a pedir explicaciones al presidente del BID, Luis A. Moreno, quien
reconoció el la existencia de operaciones de riesgo..
Esas dificultades determinaron que la Junta de Gobernadores
del BID, aprobara el 21 de julio de 2010 un aumento del capital del banco de
70.000 millones de dólares, habiendo contado con el voto favorable del entonces
Ministro de Economía, Amado Boudou como integrante de la misma. Debido a ello
la Argentina se comprometió a contribuir a esa capitalización mediante el
aporte de cinco cuotas que en su totalidad representan la suma de 7.525.760.227
millones de dólares, con más una cuota extraordinaria para el Fondo de
Operaciones Especiales de 26.779.415. Para instrumentar el aporte la Presidenta
de la Nación envió al Congreso un Proyecto de Ley, que fue aprobado por la
Cámara de Diputados, habiendo votado negativamente la capitalización los
diputados Solanas, Argumedo y Cardelli.
La Presidenta Fernández de Kirchner en el proyecto presentado habla de las metas del BID
que son lograr una mayor equidad social y la reducción de la pobreza, lo que no
se condice para nada con las políticas que se conocen del BID, y contradicen
sus propias palabras cuando se refiere a los organismos multilaterales.
Que si bien es cierto que la Argentina integra el BID, y
debe aceptar sus resoluciones, en ningún caso debiera haber votado una capitalización,
para fortalecer a una institución que ha producido ingentes perjuicios a la
Nación, y los bloques parlamentarios no tendrían que haber votado sin discusión
este proyecto, que representa una enorme erogación de recursos, resultando
además una incongruencia aportar al Banco del Sur 1330 millones de dólares en
cinco años y casi seis veces más al BID.
Finalmente es importante señalar que el BID le prestó a la
Argentina de 1993 hasta el 2011: 19.969 millones de dólares, habiéndosele
pagado 13.124 millones y se le deben actualmente 9681.6 millones y tributado
intereses por 7.272 millones, a lo que debe agregarse como señalaramos
anteriormente, el papel fundamental que tuvo esta institución en el desguace
del Estado Nacional y la transnacionalización de la economía.
Esta inaceptable capitalización no ha tomado estado público
y el gobierno se ha mostrado muy cuidadoso en que los aportes económicos
mencionados no trascendieran, mostrando una vez más la sideral diferencia que
existe entre los discursos presidenciales y la realidad objetiva.
Fuente: http://www.argenpress.info/2012/04/el-dinero-del-bid-y-la-profundizacion.html
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