Manifiesto
de la
Coordinadora Republicana de Madrid
Por Coordinadora Republicana
de Madrid
Llamamos especialmente a la juventud, a las mujeres, a las
trabajadoras y trabajadores inmigrantes y, en general, a la clase obrera y
sectores populares
El olor del aire y el pueblo en la calle, otro
14 de abril.
Este 14 de abril es muy especial. No sólo el
olor del aire mezclado con el del pueblo que llena las plazas, el que cada vez
evoca con más fuerza al de 1931. Ochenta y un años después, se acumulan
progresivamente las situaciones que recuerdan a las que engendraron la
explosión de pueblo en lucha que puso en fuga al Borbón de entonces y a toda la
familia real.
Entonces como ahora no se trata sólo del
hartazgo de tener en la cúpula del Estado a un rey heredero de un dictador, que
nadie ha elegido, que siempre aparece vinculado a las instituciones que más
directamente representan a los opresores: la OTAN, la UE, la gran patronal –
los viejos y los nuevos ricos - , las cúpulas militares o la Iglesia,
acompañante complaciente de Golpes de Estado o, saqueando, él y su familia, sin
escrúpulos las arcas públicas mediante corrupciones impunes y sin freno.
Lo que más nos acerca a situaciones en las que
el orden establecido se tambalea es la sacudida feroz y prolongada de una
crisis que, mientras golpea duramente a la clase obrera y sectores populares
dejándoles sin lo mínimo indispensable para vivir, es aprovechada por los
grandes monopolios para enriquecerse de forma insultante y arrasar con derechos
laborales y conquistas sociales.
Entonces fue la Gran Depresión de
1929. Hoy es una crisis cuyas proporciones superan ampliamente a todas las
anteriores y cuyo fin no se vislumbra. En 1930 la monarquía se tambaleó ante
huelgas obreras y movilizaciones campesinas cada vez más numerosas y
combativas: en Asturias, en Cantabria, en Euskadi, en Andalucía, Valencia,
Madrid…
Acabamos de vivir una huelga general cuya
magnitud y características permiten afirmar que se abre una etapa nueva en el
movimiento obrero y popular. Cuando se esperaba una movilización en declive, 29
de marzo ha sido una jornada histórica. El paro en el conjunto del Estado ha
sido, sector a sector y tajo a tajo un enorme clamor, no sólo contra esta
Reforma laboral, sino contra la brutal escalada de ataques protagonizados por
los gobiernos del PSOE y ahora del PP. Además el contradictorio movimiento
gestado en torno al 15M, que sectores influyentes han pretendido vaciar de
conciencia de clase y dirigir hacia objetivos perfectamente integrados, ha
saltado todas las barreras y ha permitido lo que parecía imposible: la
incorporación a la lucha obrera de una juventud a la que se le habían amputado,
precisamente cuando está sufriendo con mayor dureza la explotación, sus raíces
históricas y su conciencia de clase.
La conciencia de que la única “salida a la
crisis” que nos preparan es aniquilar derechos y conquistas sociales gana la
calle.
Ya no pueden seguir ocultando que con el
pretexto de la crisis, el capital, sus instituciones – el FMI, el BCE y la UE –
y los gobiernos a su servicio están perpetrando un auténtico atraco a mano
armada contra la clase obrera y los pueblos.
Todas las decisiones políticas del PSOE o del PP
han ido y van en la misma dirección:
· traspaso ingente de fondos públicos a la banca
privada y a los grandes monopolios.
· recorte reiterado de impuestos siempre a los
más ricos. El propio FMI afirma que la mitad del déficit público se debe a la
reducción de impuestos.
· reducción, en cada reforma laboral, de las
cotizaciones a la
Seguridad Social que paga la patronal, cuando sus cuentas ya
tienen déficit y no hacen más que aumentar las necesidades sociales.
· no mover un dedo ante el descomunal fraude y
evasión fiscal por parte de las grandes fortunas, la banca y las grandes
empresas.
· precarizar, desmantelar los servicios sociales
públicos, privatizar todo lo rentable y en definitiva subordinar la esencia de
los servicios públicos a la máxima del negocio privado: tanto tienes, tanto
vales.
El ataque permanente a la clase obrera tiene un
doble objetivo
Todas las reformas laborales, desde los Pactos
de la Moncloa han ido dirigidas a recortar derechos laborales que se
conquistaron duramente por el movimiento obrero en la lucha contra la Dictadura. Aprovecharon
entonces la solemne ocasión para acabar con las más emblemáticas: la
obligatoriedadde readmitir al despedido de forma improcedente y la creación de
un contrato juvenil con despido gratuito.
Un ataque tras otro estaba respaldado por un
discurso mentiroso, repetido hasta la saciedad: las empresas tienen que ganar
mucho para que creen puestos de trabajo y salarios y condiciones detrabajo
deben supeditarse a la competitividad.
Haber aceptado esto que constituye la esencia de
la ideología del capital es la causa más importantede debilidad del movimiento
obrero y la única que explica la suicida política de pactos sociales mientras
la clase obrera retrocede sin fin.
Ya es hora
Es hora de que nos demos cuenta de que la gran
destrucción de empresas y puestos de trabajo no es la consecuencia dolorosa de
la crisis, sino que es exactamente lo que pretenden; ese es precisamente el
objetivo de sus políticas. Su finalidad es la eliminación masiva de empresas no
competitivas para proceder a una concentración de capital sin precedentes y de
servicios públicos para mayor gloria de la privada.
Al tiempo que cada vez está más claro que no hay
salida en el capitalismo para la clase obrera y los sectores populares en el
capitalismo la coraza aprieta cada vez más:
- Somos un Estado intervenido sin el menor
resquicio de soberanía: el FMI, el BCE y la UE imponen estrictamente sus
políticas.
- Para sellarlo PP y PSOE impusieron una reforma
constitucional para dar “prioridad absoluta al pagode la deuda y de sus
intereses”.
- La ley de hierro de la oligarquía funciona
perfectamente: al tiempo que los altos cargos del gobierno PSOE, con Zapatero y
de la Vega a la cabeza, pasan a ser Consejeros de las grandes empresas, los
nuevos ministros, como el de Economía o el de Defensa son catapultados al cargo
directamente por grandes multinacionales.
- En Euskal Herria, la izquierda abertzale tras
haber demostrado un respaldo popular sin precedentes reitera sus exigencias
democráticas y sobre todo la libertad de sus presos y presas sin que el Estado
español haya hecho otra cosa que intensificar la represión.
- Al escándalo de la corrupción
político-empresarial generalizada se une el escándalo del pago con dinero
público de las grandes instituciones que representan la represión y lo más
negro de la Dictadura: la Iglesia y la Casa Real.
- El espectacular incremente del gasto y de la deuda
militar vinculado a la participación española en los ataques criminales contra
Afganistán o Libia en el seno de la
OTAN. El gasto en policía, el más alto de la OCDE, sólo por
detrás de EE.UU y el doble de países como Suecia.
La historia ha demostrado que precisamente en
los momentos de crisis más duros, cuando tienen lugar los ataques más brutales
contra las clases populares, tienen lugar los grandes cambios. Es entonces
cuando se hace visible para la mayoría la realidad descarnada de que el único
objetivo dequienes en la Transición cambiaron la máscara para mantener la
estructura del poder de la Dictadura, es seguir exprimiendo a los pueblos
mientras les sigamos produciendo beneficios.
Eso es lo que percibe hoy con claridad una
juventud que no participó en la estafa de la Transición. No
reconoce una Constitución que es papel mojado en cuanto a derechos económicos,
sociales y de los pueblos, como el de Autodeterminación, mientras blinda la
propiedad privada y acoraza una monarquía, cúpula de un Ejército, a su vez
garante de la “unidad de la patria”.
En definitiva la juventud, las mujeres, las
trabajadoras y trabajadores emigrantes, el conjunto de la clase obrera y
sectores populares, aquellos a quienes nos roban cualquier esperanza de futuro
digno, tenemos ante si el reto de construir nuestra propia historia.
Al igual que en la realidad se están acumulando
ataques contra nuestros derechos, en nuestras cabezas y en nuestros corazones
se está abriendo paso la idea de que así no podemos continuar.
La necesaria reconstrucción del movimiento
obrero y popular, que responda a las necesidades de la clase obrera, de los más
oprimidos de hoy, mayoritariamente jóvenes, mujeres e inmigrantes, necesita el
surgimiento de un referente político. No puede haber acumulación de fuerzas sin
alternativa política que sitúe objetivos comunes para los diferentes sectores
sociales oprimidos y para los pueblos.
Llamamos a la lucha por un programa común que
debe incluir:
Derogación de la Constitución de 1978 y apertura
de un proceso constituyente que parta de la ruptura con la legislación e
instituciones del régimen y cuyo desarrollo contemple una consulta popular para
elegir libremente entre Monarquía y República. Salida de la OTAN y
desmantelamiento de las Bases. Separación absoluta de la Iglesia y el Estado;
por un Estado laico.
· Nacionalización de la banca y de todas las
empresas estratégicas como energía, comunicaciones, transporte, industria
farmacéutica básica, etc. Todos los recursos naturales deben ser de propiedad
pública. Reforma agraria. Reforma fiscal progresiva. Educación, sanidad y
servicios sociales exclusivamente públicos. No a la financiación pública de la
empresa privada. Vivienda social pública y paralización de los desahucios.
Protección social completa para todas las personas desempleadas. Igualdad de la
mujer trabajadora.
· Derecho de autodeterminación para todos los
pueblos y naciones oprimidas. Libertad de expresión, de reunión, asociación,
manifestación y acción política. Derogación de la Ley de Extranjería y plenos
derechos para todos los trabajadores extranjeros.
· Contra la impunidad de los crímenes de la Dictadura. Anulación
de las sentencias de los tribunales fascistas. Verdad, justicia y reparación
para las víctimas del franquismo. Eliminación detoda la simbología fascista en
lugares públicos.
· Libertad para todos los presos políticos
antifascistas, comunistas, anarquistas e independentistas y amplio indulto para
los presos por causas que tienen su origen en las desigualdades sociales.
Derogación de la Ley de Partidos. Disolución de la Audiencia Nacional,
de los tribunales militares y de los cuerpos represivos, así como depuración de
responsabilidades de los torturadores y de los implicados en la guerra sucia.
Llamamos especialmente a la juventud, a las
mujeres, a las trabajadoras y trabajadores inmigrantes y, en general, a la
clase obrera y sectores populares, a la lucha y la organización por estos
objetivos.
Contamos para ello con la fuerza insobornable
que nos da la memoria del heroísmo y la dignidad de las generaciones que nos
precedieron en la
lucha. Precisamente para que no conozcamos de dónde venimos y
de quiénes somos hereder@s pretenden sepultar su memoria con vergonzosas Leyes
y discursos que les equiparan a sus verdugos. Nosotras y nosotros reivindicamos
y hacemos nuestros, no sólo su memoria, sino el derecho a ver realizados los
proyectos históricos por los que dieron su juventud y su vida.
14/4/2012
Fuente: http://www.lahaine.org/index.php?p=60930
No hay comentarios:
Publicar un comentario