“Desde el 2 de abril nuestra militancia
se potenció” por Aldo Casas (integraba el PST y
volvió del exilio en 1982 motivado por la recuperación de Malvinas)
(…)Algunos
dicen que todo ello era previsible y que desde el comienzo debía enfrentarse la
aventura malvinera… Pero ese no es el punto. El punto es que, pese a lo
irresponsable de la acción iniciada, ese gesto que aparecía como un desafío
hacia el colonialismo y el orden imperial en general (incluida la caución al
mismo del Consejo de Seguridad y la ONU) que abrió una brecha que las masas
populares aprovecharon volcándose espontánea y masivamente a las calles para
recuperar espacios públicos hasta entonces vedados. Se trató de una
movilización que comenzó contra el colonialismo inglés, continuó contra los
Estados Unidos una vez que ellos hicieron causa común con “la Dama de Hierro” y
se templó con la solidaridad de los pueblos latinoamericanos, sobre todo la de Perú y Cuba. (…)
Así
llegamos hasta el día de la rendición. Recuerdo que estábamos por comenzar
una reunión en Morón cuando escuchamos que Galtieri hablaría al país.
Inmediatamente comprendimos que los milicos se rendirían y decidimos ir a Plaza
de Mayo. Y allí estuvimos aquel 15 de junio, movilizados ahora directamente
contra la ineptitud y traición de Galtieri y la dictadura en general,
enfrentando y quebrando el cerco policial en Plaza de Mayo, como parte de
aquella multitud que gritaba hasta quedar sin voz: “los pibes murieron, los
jefes los vendieron”.
III- De ayer a hoy… Así quedó sellada la suerte del “Proceso de Reorganización
Nacional”. Cayeron Galtieri y la Junta. Llegó el General Bignone con el fin de
pactar con la
“Multipartidaria” (radicales, peronistas y demás partidos del
sistema) la salida electoral que culminaría con la victoria electoral de
Alfonsín y la promesa de que “con la democracia se come, se cura y se educa”.
Lo que ocurrió luego es ya otra historia de promesas incumplidas que escapan a
una nota de evocación de la guerra de Malvinas. Sin embargo, creo pertinente
terminar con dos puntualizaciones más.
Contra la interpretación liberal y cipaya que pretende hacernos
creer que “el regreso de la democracia” se produjo gracias a la derrota de
Malvinas, sostengo que lo que puso fin a la dictadura fue que el pueblo se
movilizó y que esa movilización mucho tuvo que ver con la “subversiva” voluntad
de enfrentar y derrotar a los imperialistas. Advierto también que, desde
Alfonsín en adelante, existe una sistemática campaña “desmalvinizadora”, un
lavado de cerebros que inculca la idea de que los imperialistas son invencibles
y debemos aceptar sus reglas de convivencia. Nosotros no lo creímos ni lo
creemos así. Por eso, así como nos movilizamos por la derrota militar de los
ingleses, nos movilizamos después por el no pago de la deuda externa y lo
hacemos aún por el retiro de todas las bases militares imperialistas en Nuestra
América. Y lo hacemos con más claridad desde que comprendimos la íntima
relación existente entre la emancipación de la clase trabajadora y la cuestión
nacional: “ni la clase ni la nación
tienen entidad por fuera de la relación que las constituye y por fuera del
proceso histórico que las determina. La clase es en la nación y la nación
emerge en la lucha de clases”
(Miguel Mazzeo).Fuente: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/124-debates/835-desde-el-2-de-abril-a-la-rendicion-nuestra-militancia-se-potencio
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Por colectivo editorial de Marcha. A 30 años de la guerra
de Malvinas, una reflexión que acompaña el reclamo de soberanía en las Islas
pero que al mismo tiempo plantea interrogantes necesarios para la construcción
de un país y un pueblo realmente soberanos en todos sus aspectos.
Ya pasaron 30 años de la última guerra librada por nuestro país.
Después de las batallas bicentenarias de la Independencia, fue posiblemente la
única guerra de la historia nacional basada en una causa justa. De ahí el
amplio respaldo popular con que contó. Pero la justeza de una guerra no se
puede medir por el discurso de sus hacedores ni por el respaldo popular con que
cuenta. En verdad fue el último intento malogrado de la dictadura por
permanecer en el poder ante el creciente desgaste que sufría. En este caso el
discurso antiimperialista contra el colonialismo inglés era la cínica máscara
de un régimen genocida que había abierto la economía de nuestro país a una
brutal penetración del capital extranjero. La domesticación a sangre y fuego
del espíritu de liberación presente en una parte significativa de la clase
trabajadora y del pueblo obedecía a la ejecución de una transformación de las
estructuras económicas y sociales de la Argentina.(...)
Ahora bien, partiendo de la justeza del reclamo de soberanía de
nuestro país sobre el archipiélago atlántico, es legítimo preguntarnos: ¿qué
ocurre con las empresas multinacionales que operan en nuestro territorio? ¿Qué
es lo que está pasando en la minería, sustentada en los capitales extranjeros
que no reinvierten nada en nuestro país dejando sólo contaminación y saqueo?
¿Se puede hablar de soberanía cuando los índices de concentración y
extranjerización de la industria crecen año tras año siguiendo cualquier
medición? ¿Cuántas veces se puede encontrar el territorio de las Islas Malvinas
en el diez por ciento de la tierra que se calcula en manos de dueños
extranjeros? ¿Un país que depende estructuralmente de la exportación de
materias primas agrarias puede ser considerado un país soberano? ¿Acaso la
actividad del campo argentino está dirigida y regulada activamente por el
Estado nacional, en función de algún proyecto estratégico de soberanía
alimentaria? ¿Cuál es el rol que juegan las grandes exportadoras cerealeras? ¿Y
las grandes empresas que producen y venden las semillas transgénicas? Se habló
mucho de las concesiones petroleras en las últimas semanas. Sin embargo en
ningún momento se cuestionó el actual modelo de gestión privada. ¿Qué pasa con
las empresas extranjeras que explotan el gas y el petróleo? ¿Cómo encajarían
hoy las viejas banderas de soberanía económica e independencia política?
¿Podría ser la lucha por la soberanía nacional en Malvinas una parte de una
política más integral de creación de un pueblo soberano? Por el momento esto no
parece estar en la agenda del kirchnerismo aunque sí en la de algunos
movimientos populares y sindicales.
En la Argentina posterior a la rebelión popular de diciembre de
2001 es difícil pensar en una soberanía nacional que no sea también soberanía
popular. Es decir en un pueblo que tome en sus manos su destino, lo que exige
una democratización de las decisiones políticas, la escucha de la voz de las
comunidades directamente afectadas como en el caso de la minería, el debate
público y abierto en temas como la explotación de hidrocarburos y minerales, el
trazado de un proyecto estratégico de emancipación y los instrumentos para
impulsar decisiones plebiscitarias, lo más directas e incluyentes posibles.
Fuente:
http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/849-de-malvinas-a-un-pais-integralmente-soberano
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