Grupo de Apoyo Jurídico por el Acceso a
la Tierra (GAJAT), Observatorio Petrolero Sur (OPSur) e Instituto
Latinoamericano de Seguridad y Democracia (ILSED) comunican:
Repudiamos la represión en la comunidad mapuche Gelay Ko
18/6/2012.-
El viernes 15 de junio la Policía de Neuquén reprimió a miembros de la
comunidad mapuche Gelay Ko, cercana a la ciudad de Zapala, que resistían la
perforación de pozos para yacimientos no convencionales en su territorio.
El jueves 14 integrantes de la comunidad comenzaron un corte dentro
de su territorio a equipos de perforación petrolero de la empresa
norteamericana Apache. Al otro día, por la mañana, se hicieron presentes
efectivos policiales que procedieron a desalojar a los comuneros con violencia
física y verbal; sin considerar la presencia de niños, mayores y mujeres.
La lonko (autoridad
tradicional) Cristina Linkopan fue esposada y pateada en el piso, otra persona
tendría una clavícula rota y otra presentaría graves lesiones; al momento de
escribir este comunicado aguardaban ser revisados por médicos judiciales para
constatar lo ocurrido. Además dos comuneros fueron detenidos y, si bien fueron
liberados a las pocas horas, se los denunció por amenazas a la fuerza pública;
hecho desmentido categóricamente por parte de los mismos.
El desalojo fue ordenado por el juez de instrucción de Zapala,
Oscar Domínguez, a raíz de una denuncia presentada por Raúl Vila, representante
de la empresa
Apache. Según nos informan los comuneros, la policía reprimió
directamente sin notificar la orden judicial ni dar lugar al retiro voluntario
que se contemplaba en la misma.
El territorio comunitario se encuentra intervenido por la
industria petrolera desde fines de la década de 1950. Durante los tiempos de la
YPF estatal y la concesión a diferentes empresas privadas se ha priorizado la
extracción de hidrocarburos por sobre los derechos colectivos de los
habitantes. Actualmente la empresa busca enfrentar a la comunidad Gelay Ko
con los habitantes de Zapala al divulgar que estas medidas amenazan la
provisión de gas a la ciudad.
En el territorio de la comunidad, sin nunca mediar consulta o
recibir beneficios, ha sido perforado el primer pozo de gas no convencional de
Sudamérica, utilizándose el método de fractura hidráulica, una técnica
cuestionada internacionalmente por sus graves consecuencias ambientales y
sociales. Esta ha sido prohibida en Francia y Bulgaria, y se han dictado
moratorias en diferentes regiones de Europa, Norteamérica, Sudáfrica y Nueva
Zelanda.
Repudiamos enérgicamente la medida adoptada por el juez Domínguez
y la subsiguiente represión policial en defensa de los intereses empresarios,
que lejos está de ser una medida aislada. Nos solidarizamos con la lucha que
mantiene la comunidad en defensa de su territorio y sus derechos colectivos.
Reclamamos el sobreseimiento de los comuneros denunciados y el fin del
hostigamiento y acoso que vive la comunidad. Exigimos
el cumplimiento de la legislación nacional e internacional que garantiza los
derechos de los Pueblos Indígenas.
Contacto: Cristina Linkopan, lonko de Gelay Ko:
(02942) 15 575 035.
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La comunidad Gelay Ko defiende su territorio y afirma sus derechos, solidarizarnos es contribuir a otro país-mundo posible porque:"(...)Las técnicas utilizadas para la
extracción de petróleo y gas no convencional requieren inyectar millones de
litros de agua mezclados con químicos y ácidos, a fin de destruir las piedras
del subsuelo donde está el petróleo (muchas veces en estado sólido); lo cual
significa que, además de desintegrar la composición del subsuelo, contamina las
tierras y las napas de agua subterráneas: al igual que lo sucedido con la
minería a cielo abierto, que fuera prohibida por el Parlamento Europeo en todo
el territorio de Europa, ya que los estudios indicaban que tiene “consecuencias
catastróficas e irreversibles”, en Francia el presidente Sarkozy ha puesto un
límite a este tipo de explotación y lo mismo ocurre en varios estados de
América del Norte, a pesar de su carácter estratégico en función de los
intereses de potencia de esa nación. Así, una vez más América Latina es
considerada por las potencias centrales como un territorio destinado a recibir
las producciones altamente contaminantes que no deben afectar a las poblaciones
de Europa y Estados Unidos: a la minería a cielo abierto; a la producción en gran
escala de soja con la consecuente devastación de bosques nativos y utilización
intensiva de glifosato y otros tóxicos; a las pasteras al estilo Botnia; se
sumaría ahora la extracción del petróleo y el gas no convencionales. Si la
expropiación de YPF para garantizar la soberanía y el autoabastecimiento
energético -que ha alcanzado en estos días un amplio consenso, tanto entre el
pueblo como en el Parlamento Nacional- termina habilitando el ingreso de la Exxon Mobil u otra
corporación equivalente para explotar los yacimientos de Vaca Muerta, esa
soberanía habrá de convertirse en una forma más de subordinación neocolonial a
los intereses de Estados Unidos y ya no en una política que otorga prioridad al
interés nacional y al bienestar de las mayorías sociales argentinas" explica Juan Pablo Olsson.
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