La soberanía alimentaria a la venta
GRAIN | 17 diciembre 2014
Los supermercados en Asia están socavando el
control de la población sobre los alimentos y la agricultura
Entre los pequeños y atestados negocios de la calle Bazaar , en
Bangalore, India, hay un pequeño quiosco lleno de latas de aceite de todos los
tamaños y formas. Parado entre ellos, Nirmal está ocupado atendiendo a los
clientes. Desde este pequeño negocio ha vendido todo tipo de aceites
comestibles por 25 años – aceite de maní, ghee [una especie de mantequilla
clarificada], aceite de girasol, aceite de coco y aceite de palma.
También encabezó a otros 200 comerciantes de la calle Bazaar , en una
resistencia que durante más de 20 años ha impedido su desalojo en aras de la
construcción de un gran centro comercial.
Supermercadización, el cambio de rostro de los
mercados asiáticos
Por toda la región existen mercados de
productos frescos y proporcionan a los consumidores verduras de calidad,
frutas, carnes y otros alimentos frescos. Estos mercados brindan sustento a
millones de personas en múltiples puntos a lo largo de la cadena de
distribución, desde los pequeños agricultores que llevan sus cosechas, pasando
por los propietarios de puestos, los vendedores callejeros y un amplio rango de
otros trabajadores informales que incluyen acarreadores y cargadores. Tan sólo
en Indonesia, hay 12 millones 500 mil propietarios de puestos en los 13 mil 450
mercados de productos frescos registrados en el país y esta cifra no incluye a
los numerosos trabajadores informales que perciben ingresos en estos mercados.
Los supermercados representan una amenaza
directa a la subsistencia de estas personas. En la medida en que los
supermercados se expanden, capturan una creciente proporción de los gastos
nacionales en alimentos, dejando a los millones de personas que dependen de los
mercados de productos frescos y a las pequeñas tiendas minoristas, con menos
ingresos totales para repartirse. En Indonesia, un resultado directo es que el
número de mercados de productos frescos está disminuyendo a un promedio de 8.1%
cada año. La Unión de Comerciantes de Mercados de Indonesia (IKAPPI) señaló que
más de 3 mil mercados de productos frescos, cada uno con docenas de quioscos,
fueron cerrados entre 2007 y 2011 y el número total de mercados de productos
frescos bajó de 13 mil 450 a
9 mil 950.3 Cuando se les consultó, casi la mitad
de los comerciantes señaló que la competencia directa con los supermercados fue
la razón para cerrar definitivamente sus puestos.4
Esto explica por qué los vendedores callejeros y los comerciantes
informales han estado al frente de la resistencia contra la liberalización de
la inversión extranjera directa en el sector minorista en Asia. En India, donde
casi 40 millones de personas aún se sustentan del sector del comercio informal
y los mercados de productos frescos, la resistencia es feroz. En 2006, se creó
un comité directivo para coordinar un movimiento por la “democracia minorista”
llamado Vyapar Rozgar Bachao Andolan, encabezado por aquellos que habían sido
más afectados por la liberalización del comercio al menudeo: asociaciones de
comercio, sindicatos, organizaciones de vendedores ambulantes, grupos de
agricultores y pequeñas industrias. Este comité coordinador aspira a facilitar
las acciones de una base amplia, a nivel local y nacional, e impulsar
exigencias políticas que garanticen la protección o la mejora de las personas
más afectadas. El 5 de febrero de 2014, miles de vendedores callejeros marcharon
hacia el parlamento de la India presionando por la adopción de un proyecto de
ley para los vendedores callejeros y la revocación de las políticas nacionales
que permiten a las compañías extranjeras invertir en el sector minorista.5
En Indonesia, el sindicato de comerciantes de
los mercados de productos frescos inició varias protestas a nivel local. En
Bantul, Jogjakarta, por ejemplo, han estado argumentando a favor que cierren
las cadenas de tiendas de conveniencia y de los supermercados que se sitúen a
menos de 3.5
kilómetros de los mercados de productos frescos.6 Los comerciantes también exigen que
los gobiernos locales limiten el horario de atención de las cadenas de tiendas
de conveniencia como 7-Eleven e Indomart que, actualmente, permanecen abiertas
24 horas al día.
En los estantes de los supermercados no hay
lugar para los agricultores en pequeña escala
Los comerciantes asiáticos en pequeña escala
que están en la primera línea de los sistemas alimentarios locales, aseguran la
adquisición y distribución de los alimentos cultivados en millones de pequeñas
fincas en toda la región.
Lo común es que tales comerciantes obtengan su fruta y sus
verduras frescas, carnes, huevos y pescado en los mercados mayoristas donde los
campesinos cercanos llevan sus productos diariamente.
Las corporaciones minoristas se basan en
sistemas totalmente diferentes para la adquisición y distribución. Cada cadena
de supermercado coordina su propia adquisición de productos de un modo
centralizado en todos sus locales de todo el mundo. Los alimentos son
abastecidos por grandes compañías transnacionales que pueden, de manera
estable, suministrar grandes volúmenes de acuerdo a exigentes normas definidas
por los propios supermercados. La adquisición y distribución para los
supermercados está totalmente integrada, “desde la finca a la mesa” como les
gusta presumir.
Hay muy poco espacio para que en estas cadenas
de abastecimiento integradas (base de los supermercados) participen los
agricultores en pequeña escala. Uno de los problemas principales es que los
supermercados exigen adherencia a los estándares de seguridad sanitaria de los
alimentos que son imposibles de cumplir para los pequeños agricultores.
Durante los últimos diez años, la industria
alimentaria global ha desarrollado cientos de esquemas para regular la
“inocuidad” y la calidad de los productos que mueve a través de sus sistemas.
En 1999 un grupo formado por 17 cadenas minoristas europeas decidió crear su
propio sistema de verificación para proveedores y desarrolló éstos como
estándares específicos para la producción de frutas y verduras, cultivos a
granel (como el trigo, la cebada, la canola), para granos o semillas, alimento
para ganado y flores. Inicialmente denominaron a esta serie de estándares
EUREPGAP [Euro-Retailers Produce working group Good Agricultural Practices
standards —Estándares de buenas prácticas agrícolas del grupo de trabajo de
minoristas europeos dedicados a los productos frescos] antes de cambiar su
nombre a GlobalGAP en Bangkok en 20077.
Los estándares de GAP (siglas de Buenas
Prácticas Agrícolas en inglés) que promovieron los minoristas fueron después
promovidos a través de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Codex Alimentarius para ser
introducidos a las regulaciones nacionales. Los estándares son oficialmente
voluntarios, pero los gobiernos y las grandes cadenas alimentarias del comercio
al menudeo están haciendo cada vez más obligatorios los estándares de Buenas
Prácticas Agrícolas (BPA), no solamente para la venta de productos a cadenas
minoristas; también son obligatorios para los agricultores que buscan acceso a
los programas de extensión, comercialización y crédito. Documentos oficiales de
la FAO y de los gobiernos, indican que el objetivo es hacer que estos
estándares sean legalmente vinculantes.8
En 2005, Malasia dio un paso adelante en esta
dirección, cuando el organismo de estandarización y acreditación del gobierno
nacional publicó “Materias Primas Agrícolas —Regulación de Buenas Prácticas
Agrícolas”.9 La
regulación establece un código genérico de prácticas basadas en el protocolo
EUREPGAP y las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) de FAO. Establece que todos los
productos agrícolas están obligados legalmente a cumplir con estas
regulaciones.
Los gobiernos asiáticos están haciendo
especiales esfuerzos para asegurar que los pequeños agricultores sigan los
estándares de Buenas Prácticas Agrícolas. Pero los estándares no están en
absoluto adaptados a los sistemas agrícolas de la mayoría de los pequeños
agricultores. Es común que los estándares de BPA incluyan requerimientos tales
como recintos de almacenamiento con paredes sólidas y pisos de cemento; agua
potable para manipular los productos inmediatamente después de ser cosechados
(y en algunos casos, incluso para el riego); llevar un estricto registros de
todas las actividades, ventas y compras, uso de semilla comercial y otros
insumos; y contratar asistencia técnica de parte de agrónomos u otros profesionales.
Los estándares de BPA incluso prohíben que haya animales en los campos de
cultivos y especifican de manera detallada los requisitos para la higiene
personal.
Estos estándares fueron desarrollados en
Europa y no tienen relación con los sistemas alimentarios tradicionales de
Asia. El director de comercialización de productos frescos de Carrefour de
Indonesia señaló a GRAIN que sus proveedores deben cumplir con el libro de
normas internas de contratación. Aunque ahora Carrefour es por completo propiedad
de una compañía indonesia, Trans Retailindo, los libros de estándares no han
cambiado. Es casi imposible que un pequeño agricultor de Indonesia pueda
cumplir con estos estándares europeos, sin tener acceso a la maquinaria
agrícola y la tecnología avanzada de post-cosecha que se requiere. Los
estándares también incluyen normas precisas para la frescura y tamaño de los
productos —adecuados a la agricultura industrial—, por ejemplo, el brócoli debe
tener colores verde brillantes con 5
cm exactos de tallo.
En toda Asia, es simplemente imposible para la
mayoría de los pequeños agricultores o demasiado costoso, el cumplimiento de
estas normas. A menudo la “solución” propuesta por los gobiernos y la industria
alimentaria es una integración más vertical, especialmente en la producción por
contratos, de tal modo que los agricultores en el campo se puedan concentrar en
seguir las normas BPA y las compañías a las que abastecen puedan hacerse cargo
de todo el manejo, el procesamiento y la comercialización. Esto ,
por supuesto, tiene un costo para los agricultores, tanto en términos de
mayores gastos —ya que las compañías alimentarias cobran por todos los
servicios— como en términos de pérdida de control sobre los procesos de
comercialización, lo que con frecuencia da como resultado pagos menores por los
productos y serios retrasos en esos pagos.
En India, muchas compañías nacionales y
multinacionales han empezado a preparar acuerdos de agricultura por contrato
para abastecer supermercados. En Bangalore, por ejemplo, los agricultores están
siendo inducidos a establecer contratos con compañías abastecedoras de
supermercados con la promesa de mercados garantizados, precios estables y más
altos más una asistencia técnica. Pero señalan que los términos y condiciones
que ellos deben seguir son muy complicados y onerosos. También señalan que a
menudo sus cosechas son rechazadas y van a la basura y que es común que los
pagos, por parte de los contratistas, lleguen tarde. Tienen momentos difíciles
para enfrentar los términos de los contratos (el ritmo y la escala de la
producción) además de que los dejan fuera de todas las decisiones de
producción, por ejemplo el tipo de cultivos e insumos, así como las decisiones
respecto a las ventas, tales como evaluar la calidad de sus cultivos y el
precio adecuado10.
“He estado cultivan do
verduras y vendiéndolas directamente a los consumidores en el mercado cercano.
Desconozco cómo vendérselo a Metro”, señala Rudresh, un agricultor de Hoskote,
un distrito rural de Bangalore. “Ellos solamente compran los productos de mejor
calidad, pero en el mercado local yo vendo todas mis verduras, a precios
variables según la calidad.”11
Otro agricultor del mismo distrito, Sriniwas,
dice que las compañías de comercio al menudeo están tratando de apoderarse de
la superficie de tierra donde ha estado por décadas el mercado de los
agricultores. “Tienen planes para construir un gran complejo comercial que, por
supuesto, sería ocupado por las grandes compañías”, señala. “¿A dónde iremos y
venderemos nuestros productos frescos?”12
La realidad es que aun con el creciente número
de programas de contratos agrícolas, los supermercados recurren muy poco a los
pequeños agricultores. La mayor parte de su abasto proviene directamente de los
establecimientos de grandes corporaciones. La compañía tailandesa Charoen
Pokphand es uno de los proveedores principales de carne para los supermercados
globales. Sus operaciones están integradas verticalmente, desde haciendas de
cría a los mataderos y a las plantas de procesamiento. La compañía incluso
opera su propia cadena de supermercados. (CP Fresh Mart) y almacenes de
conveniencia (7 Eleven).13
El proveedor de carne más grande de Wal-Mart
es Tyson Foods de Estados Unidos, el mayor productor de carne del mundo.
Actualmente, Tyson está gastando cientos de millones de dólares en montar sus
propias operaciones en China. La compañía, que hace sólo tres años no tenía
fincas en China, tiene planes de construir 90 granjas avícolas para 2015.
Aunque los anunciados planes de Tyson coinciden con un nuevo arancel en China
para las aves importadas desde Estados Unidos, la compañía sostiene que su
decisión de construir sus propias granjas —en lugar de comprarle a los
productores independientes— es debida, sobre todo, a la búsqueda de una
seguridad sanitaria, una protección contra las enfermedades como la gripe
aviar.14 El
presidente ejecutivo de Wal-Mart para China, Greg Foran, agrega que las granjas
de Tyson ayudarán al gigante del menudeo a minimizar el riesgo mediante un
abasto inocuo y controlado.15
Sanidad alimentaria en venta
En 2011, GRAIN publicó un informe, “Sanidad alimentaria para
quién - El bienestar de las corporaciones contra la salud de la gente",
que muestra que los acuerdos de comercio han llegado a ser el mecanismo central
para expandir y hacer cumplir los estándares de sanidad alimentaria en todo el
mundo. Como los mercados agrícolas fueron liberalizados profundamente, hay un
auge del comercio global en los alimentos.
Con mucha frecuencia, las reglas de sanidad
alimentaria que surgen de las negociaciones de comercio, se convierten en
mecanismos para ejercer presión sobre los mercados que eran abiertos o formas
ocultas para limitar el acceso un mercado; hacen poco para proteger la salud
pública, y solamente sirven a los imperativos de crecimiento corporativo y los
márgenes de ganancia.
No hay evidencia de que los estándares como
las BPA realmente mejoren la calidad de los alimentos o reduzcan la posibilidad
de brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos.
En efecto, las cadenas de abastecimiento
global hacen que los consumidores sean más susceptibles a la contaminación de
los alimentos. Una granja pequeña que produce carne en mal estado tendrá un
impacto relativamente pequeño. Un sistema global construido en torno a granjas
del tamaño de fábricas concentradas geográficamente, tendrán como resultado la
acumulación y la ampliación del riesgo, afectando a áreas en particular con
poluciones de tipo industrial y globalmente a los consumidores con productos
envenenados.
La sanidad o inocuidad alimentaria y los
estándares relativos a los alimentos son, de cierta manera, una respuesta a las
demandas de los consumidores, pero también son promocionados de manera agresiva
por los grandes minoristas corporativos como productos superiores. La
certificación “verde” y los programas de eco-etiquetado, por ejemplo,
representan una respuesta del mercado a la demanda en pos de prácticas
amigables con el ambiente y productos saludables. El eco-etiquetado pretende
sacar provecho de los precios que los clientes de “primera” están dispuestos a
pagar tanto por el bien privado (la inocuidad de un producto) como el bien
público (un ambiente de mejor calidad). Si bien hace mucho que los minoristas
publicitan los atributos nutricionales de los “productos de primera”, tales
como los beneficios para la salud de los productos orgánicos, sólo ahora
comienzan a publicitar los atributos de las prácticas sustentables.
Los alimentos “halal”, los alimentos libres de
OGM y producidos sin crueldad hacia los animales son ejemplos de mercados en
crecimiento; de alimentos alineados con las normas de sanidad o inocuidad
alimentaria (estándares, auditorías, certificaciones, trazabilidad y mecanismos
de disputa). Muchas de estas inquietudes más amplias sobre la calidad
alimentaria, no necesariamente tienen que ver con los estándares de los
productos, sino con los procesos. Y si no se tiene cuidado, pueden ser
definidos arbitrariamente para adecuarse a las necesidades de las
transnacionales como Cargill o Carrefour, generalmente, más que a las
necesidades de las comunidades locales o de la salud pública.
El mercado de alimentos halal es uno de los
mercados de alimentos certificados más grandes y de más rápido crecimiento, con
un valor de 700 mil millones de dólares en 2014 de acuerdo al Foro Mundial
Halal. Tiene un mercado potencial de 2 mil millones de personas en todo el
mundo, con mil 400 millones en Asia.
Pero qué exactamente constituye los alimentos
halal es un tema altamente controvertido. No hay un estándar global y en un
país dado puede haber distintos estándares e incluso ser discrepantes.16
En su libro del 2011, La Frontera Halal :
Consumidores Musulmanes en un Mercado Globalizado, Johan Fischer advierte que
en el mundo musulmán contemporáneo, una etiqueta de halal no es meramente una
expresión religiosa de lo que se permite o no. Es también una conexión entre el
mundo musulmán y un nuevo mercado global de producción, comercialización y
consumo en crecimiento. El etiquetado halal es la clave para los crecientes
mercados de exportación en los países predominantemente musulmanes.
Las principales cadenas de supermercados y
comida rápida están dirigidas hacia consumidores halal en sociedad con un
amplio rango de organizaciones comerciales y religiosas vinculadas a diferentes
escuelas de pensamiento. La cadena de supermercados Tesco, del Reino Unido, fue
el primer minorista global en comenzar a vender carne halal en el año 2000. El
grupo francés Casino, propietario de la cadena de supermercados Big C, y los
supermercados de origen alemán Aldi y Lidl, siguieron el ejemplo. A estas cadenas,
sin embargo, las han criticado las organizaciones musulmanas, como la Comunidad
de Monitoreo Halal, por ser irrespetuosos con los musulmanes, por su falta de
transparencia y por la falta de garantía de que sus productos sean realmente
halal.17
La soberanía alimentaria en juego
Los mega minoristas quieren ofrecer todo el
año las mismas frutas y verduras frescas, ya sea que estén en temporada o no.
Esto lo pueden hacer abasteciéndose de productos desde diferentes localidades
geográficas en todo el mundo. Pero también quieren productos lo más baratos
posible. Por esto, buscan centros de producción donde se puedan abastecer al
más bajo costo. China, por ejemplo, se está convirtiendo en el mayor centro de
producción y distribución de productos avícolas y hortícolas para supermercados
en muchos países de Asia.
El creciente número de acuerdos de libre
comercio e inversión en Asia facilita los sistemas globales de adquisición para
los grupos que comercian al menudeo. Desde que entró en efecto en enero de
2010, el acuerdo de libre comercio ASEAN-China (ACFTA), uno de los más
controvertidos acuerdos comerciales en la región, no impone arancel alguno para
más de 600 productos agrícolas provenientes de China hacia los países del
Sudeste Asiático.
Los supermercados también cosecharán grandes
beneficios de la llamada
AEC por sus siglas en inglés (o Comunidad Económica de la
Asociación de Naciones del Sudeste Asiático-Asean), que entrará en existencia
en 2015. La AEC integrará totalmente a los países del Sudeste Asiático de
acuerdo a cinco elementos principales: libre flujo de bienes, libre flujo de
servicios, libre flujo de inversiones, libre flujo de capital y libre flujo de
mano de obra calificada. La cadena mayorista Siam Makro de Tailandia ya ha
establecido nuevos outlets en la frontera de Camboya, no sólo para dirigirse a
nuevos consumidores, sino también para beneficiarse de los proveedores de los
países vecinos que podrían ofrecer precios más bajos que los productores de
Tailandia.18 El
presidente ejecutivo de Siam Makro, Suchada Ithijarudul, confirma que ellos
también están buscando estas oportunidades en Laos.19
Fuente: http://www.grain.org/es/article/entries/5073-la-soberania-alimentaria-a-la-venta
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