miércoles, 9 de mayo de 2012

I. Opongámonos a que en nombre del interés público y de que toda actividad económica contamina, se destruyan tanto las condiciones de vida como de producción y trabajo

1) YPF: los peligros de la explotación de petróleo y gas no convencional
Por: Juan Pablo Olsson (INFOSUR)
Toda la verdad sobre los métodos de explotación del shale gas.
La expropiación de YPF representa un paso fundamental -más allá de cualquier bandera partidaria- hacia la profundización de nuestra soberanía; pero al mismo tiempo puede implicar el peligro de que Argentina se encamine a la incorporación de un tipo de tecnología de extracción de hidrocarburos altamente contaminante. Este peligro está expresado en la intención del gobierno de entregarle a la petrolera Exxon Mobil la explotación de gas y petróleo shale -no convencional- en el yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén. Es importante tener en cuenta que para Argentina este tipo de explotación no es necesaria en términos de autoabastecimiento, dadas las reservas de petróleo convencional existentes especialmente en la Plataforma Marítima (...)
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2) Peligro, shale gas en Neuquén
En Francia prohibieron la técnica del fracking para la extracción de hidrocarburos, en Alemania, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Suiza, Australia y Sudáfrica se suspendieron las perforaciones para estudiar mejor sus efectos. Los funcionarios neuquinos del área subestiman las decisiones tomadas por dichos países: dicen que es por desconocimiento. La información sobre la actividad no es de acceso público, no existe marco legal específico y no está prevista una consulta popular al respecto, como sí la hubo para el proyecto eólico. Mientras tanto, ya hay más de 80 pozos en producción y 100 más por venir.

Por Marcelo Pascuccio
Mientras las últimas noticias sobre contaminación producto de la explotación de hidrocarburos convencionales en Neuquén dan cuenta de la rotura de un caño en Cutral Co con el consecuente derrame y del fallecimiento de una mujer mapuche de la zona de Loma La Lata con plomo en la sangre, el gobierno neuquino dice que podrá controlar la extracción de gas y petróleo no convencional, sistema más complejo y peligroso que el hasta ahora conocido.
El Shale Gas es también conocido como gas de esquisto, gas de roca, gas de pizarra, de arenas o arcillas compactas o tight gas, los nombres varían de acuerdo al tipo formación a perforar con el sistema de hidrofractura horizontal.
La técnica prevé la perforación vertical hasta pasar los 2.000 metros de profundidad y allí la perforación se vuelve horizontal extendiéndose entre 1,5 Km. hasta 3 Km. Al final de la perforación se hacen detonaciones para fracturar la formación por donde se inyectarán millones de litros de agua junto a 500 químicos y arena para buscar el gas diseminado. Gran parte de lo inyectado vuelve a la superficie con substancias tóxicas provenientes del subsuelo.
Primero el agua
Es muy difícil estimar con precisión el agua que usa cada pozo de hidrofractura. En cada perforación se inyectan aproximadamente entre 4 a 19 millones de litros de agua, en algunos casos se debe reinyectar una cantidad similar para volver a estimular la perforación.
El agua que vuelve, entre un 30 a un 80%, no puede ser reutilizada sin antes hacerle un costoso proceso previo, en casi todos los casos las empresas prefieren usar agua buena que obtienen a un bajísimo precio. El sobrante entonces se deposita en piletones hasta remediarse o se reinyecta a perforaciones en desuso.
El abogado ambientalista Juan Fittipaldi agrega: “En países con mayor experiencia, determinados pozos “testigo” registran hasta 16 fracturas sucesivas. Por si fuera poco, pozos convencionales, con producciones declinantes, pueden intervenirse y fracturarse, a mayor o menor profundidad, en búsqueda de otra formación geológica”.
Fittipaldi advierte: “no sólo existe el riesgo de afectación del agua dulce por migración de fluidos de fractura a napas freáticas y/o acuífero sino también respecto al agua superficial (ríos y lagos) el impacto es más notorio particularmente en la captación y utilización sin límites del recurso.
Las empresas en Neuquén pagan un canon por el agua menos de un centavo por metro cúbico. Como en todos los casos de la industria extractiva se confía generalmente con la declaración de la empresa sobre la cantidad del recurso usado. No es información pública la cantidad de tomas de agua que utilizan las empresas ni sus ubicaciones. Actualmente se saca agua del río Neuquén y del lago Los Barreales, y se lleva con camiones a cada perforación.
Nadie preguntó, ni por consulta popular ni en la cámara de representantes legislativos, si ese es el uso que el pueblo soberano quiere darle al recurso natural mas preciado, el agua.

1)Como señala Félix Herrero en base a diversos estudios internacionales, se calcula que a nivel mundial las reservas conocidas de este tipo de gas y petróleo no convencional son de 3,6 trillones de barriles, contra 1,2 trillones de barriles de reservas de hidrocarburos convencionales. Lo que se estaría acabando es el petróleo “barato”, fácil de extraer; por eso, las corporaciones transnacionales buscan territorios donde puedan imponer las nuevas tecnologías de extracción altamente contaminantes, con capacidad de producir una enorme polución en las napas de agua subterráneas más profundas, que son en general las más puras. La clave del problema es que este método de explotación brinda grandes beneficios a las corporaciones transnacionales petroleras; pero al mismo tiempo es gravemente destructivo de los territorios en los cuales se extrae.

Este tipo de explotación responde a los intereses estratégicos de Estados Unidos -en tanto potencia mundial declinante- dado que le permite garantizar la provisión de hidrocarburos, ante las amenazas que significan la inestabilidad de los países del Medio Oriente -su derrota en Irak y Afganistán y los conflictos con Irán- así como las tensiones con Venezuela y Rusia; regiones que controlan las mayores reservas de petróleo en el mundo.

Es la primera vez que va a realizarse este tipo de extracción en nuestro país y -aunque sea más costosa que la convencional y sobre todo más contaminante- vamos a garantizar a Estados Unidos la provisión de energía sin grandes problemas, en contraste con las zonas proveedoras más conflictivas. Como contrapartida, este papel tendrá para nuestro país consecuencias altamente depredadoras. Las técnicas utilizadas para la extracción de petróleo y gas no convencional requieren inyectar millones de litros de agua mezclados con químicos y ácidos, a fin de destruir las piedras del subsuelo donde está el petróleo (muchas veces en estado sólido); lo cual significa que, además de desintegrar la composición del subsuelo, contamina las tierras y las napas de agua subterráneas: al igual que lo sucedido con la minería a cielo abierto, que fuera prohibida por el Parlamento Europeo en todo el territorio de Europa, ya que los estudios indicaban que tiene “consecuencias catastróficas e irreversibles”, en Francia el presidente Sarkozy ha puesto un límite a este tipo de explotación y lo mismo ocurre en varios estados de América del Norte, a pesar de su carácter estratégico en función de los intereses de potencia de esa nación.

Así, una vez más América Latina es considerada por las potencias centrales como un territorio destinado a recibir las producciones altamente contaminantes que no deben afectar a las poblaciones de Europa y Estados Unidos: a la minería a cielo abierto; a la producción en gran escala de soja con la consecuente devastación de bosques nativos y utilización intensiva de glifosato y otros tóxicos; a las pasteras al estilo Botnia; se sumaría ahora la extracción del petróleo y el gas no convencionales. Si la expropiación de YPF para garantizar la soberanía y el autoabastecimiento energético -que ha alcanzado en estos días un amplio consenso, tanto entre el pueblo como en el Parlamento Nacional- termina habilitando el ingreso de la Exxon Mobil u otra corporación equivalente para explotar los yacimientos de Vaca Muerta, esa soberanía habrá de convertirse en una forma más de subordinación neocolonial a los intereses de Estados Unidos y ya no en una política que otorga prioridad al interés nacional y al bienestar de las mayorías sociales argentinas.
Fuente: http://www.argenpress.info/2012/05/ypf-los-peligros-de-la-explotacion-de.html

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2) Los químicos
Una de las empresas informó al ente de contralor provincial una lista de los químicos que usa en la actividad, información que tampoco es pública. La empresa declaró: biocidas, surfactantes, reductores de fricción, agentes querelantes, ruptores, inhibidores de corrosión, inhibidores de emulsión, geles y ácidos.
Además de los químicos utilizados, el fluido residual generado por la fractura hidráulica contiene varias sustancias tóxicas provenientes del subsuelo. Esto incluye metales pesados (arsénico, plomo, cromo, mercurio), sustancias radiactivas de origen natural (uranio, radio, radón), bencenos (normalmente en forma de benceno, tolueno, etilbenceno y xileno, conocidos con el acrónimo BTEX) y grandes concentraciones de sales.
Para el presidente de Gas y Petróleo de Neuquén Rubén Echeverry “los químicos nombrados son orgánicos, prácticamente como el gel de los helados.”
Accidentes
En Nueva York se ha paralizado la explotación del Marcellus Shale por verse afectadas áreas protegidas para el suministro de agua potable de la ciudad de Nueva York. De las canillas de los hogares vecinos a las perforaciones sale agua y gas. (Ver “Gasland” el documental estadounidense dirigido por Josh Fox).
Entre enero del 2003 y marzo del 2008 se registraron en el Estado de Colorado 1.549 incidentes por fugas de las cuales aproximadamente el 20% contaminaron aguas subterráneas.
Los informes del Tyndall Centre de la Universidad de Manchester de Inglaterra y de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo coinciden en calificar de contaminante a la hidrofractura desde los accidentes registrados. Los informes reconocen que el riesgo de filtraciones de las fracturas en fuentes de aguas subterráneas son bajas, pero aclaran, si los pozos están correctamente construidos. No es lo que sucede, la probabilidad de una falla es alta por la gran cantidad de pozos que requieren hacerse para hacer rentable la actividad.
Tan importante ha sido la cantidad de denuncias sobre filtraciones que se registraron en EEUU que la agencia de protección ambiental , en enero de 2010, dispuso la creación de una línea telefónica de denuncias para que los ciudadanos reporten la existencia de actividades “sospechosas” relacionadas con explotaciones de gas natural. Desde Julio del 2011 unos 16 municipios han aprobado prohibiciones locales de la actividad.
En Inglaterra la empresa Cuadrilla Resources ha paralizado sus perforaciones debido a la posible relación con dos pequeños terremotos sucedidos en la zona.
Los 7 países que suspendieron la actividad esperarán hasta que la Agencia de Protección Ambiental de EEUU publique lo resultados de los estudios sobre la actividad en el 2014.
Al preguntarle al Ingeniero Echeverri por las medidas precautorias tomadas por los países aquí citados el funcionario contestó: “Yo creo que tiene que ver con la falta de información sobre la actividad, con el desconocimiento de las autoridades de aplicación y con las normativas de cada país.”
El control Neuquino
La Subsecretaría de Medio Ambiente de la Provincia debía controlar la actividad hidrocarburifera, convencional y no convencional con 2 camionetas. El subsecretario Ricardo Esquivel nos confió que el año pasado el gobernador de la provincia ordenó la compra de 6 camionetas más y que en 60 días más llegaran elementos tecnológicos para controlar mejor la actividad. Esquivel dijo que la información de los químicos que se usan en la actividad “se está pidiendo”. Se mostró informado de los accidentes de la hidrofractura en EEUU pero confía que existen buenas prácticas que son las que se deben aplicar.
Teniendo en cuenta que tanto la Constitución Nacional como la Provincial establecen, en aquellos proyectos que produzcan alteraciones en el medioambiente, mecanismos de participación ciudadana le preguntamos al subsecretario si estudian la posibilidad de llamar a una consulta popular por el Shale Gas. Esquivel evitó una respuesta directa: “Seguramente, la práctica de la ley 1875 de participación ciudadana, lo hemos llevado a la práctica. Por lo tanto, de corresponder y llegado el momento, no le quepa duda”.
Sin norma legal
En la actualidad no existen en Argentina normas específicas para fuentes no convencionales de energía fósil. Se están aplicando las mismas normas que se usan para los hidrocarburos convencionales.
Como dice el abogado ambientalista Fittipaldi: “La forma más permisiva de legislar es, curiosamente, no legislar. Esto es así por una conocida garantía constitucional: todo lo que no está prohibido está permitido. Con mayor rigor lo dice Constitución: “Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe” (art. 19 ).
Actualmente se está aplicado el marco legal de la actividad convencional, al respecto Fittipaldi dice: “El régimen actual de Evaluación de Impacto Ambiental para la actividad hidrocaburífera se desactualizó luego de la sanción de la Ley Federal del Ambiente del año 2002 y la reforma de la Constitución Provincial en el año 2006.
Además, aunque sea en el análisis teórico, se debe aceptar que existen pasivos ambientales y que la normativa actual, en el pasado, fue incapaz de prevenir el daño ambiental primero y remediarlo luego. Aplicando el mismo régimen a metodologías más complejas e invasivas, difícilmente se correrá con mejor suerte.”
Es claro que la legislatura neuquina debe trabajar en un marco legal específico pero Fittipaldi advierte, “primero hay que generar prevenciones básicas como: determinar previamente la presencia y características de las napas y los acuíferos que serán traspasados con el sondeo de la perforación, mediante estudios especializados. Esto permitiría adoptar medidas de prevención y también descartar o confirmar, luego de la intervención, impactos negativos respecto de lo originalmente relevado, como podría ser la descarga, corrimiento, escurrimiento o contaminación del recurso hídrico.”
Vale, el negocio
La perforación horizontal, cuesta hasta tres veces más que la perforación vertical.El Shale Gas es atractivo para las empresas si el precio del gas natural es pagado, como mínimo US$6 MMBTU . Es por eso que dicho gas es vendible sólo en el sector industrial. Si se usara para abastecer de gas de uso doméstico la boleta domiciliaria aumentaría el triple. El negocio lo aseguraría el mega emprendimiento de extracción de potasio.
En el 2010 firmaron un convenio la empresa Vale S.A. y Repsol-YPF para la exploración y explotación del gas no convencional en Loma La Lata. La empresa Vale S.A. opera el Proyecto Potasio Río Colorado y Potasio Neuquén. Consiste en un mega emprendimiento minero para la explotación, transporte, y exportación de cloruro de potasio en un gran yacimiento que involucra el centro norte de Neuquén y el sur de Mendoza. El proceso de extracción del potasio requiere la inyección de grandes volúmenes de agua caliente, para lo cual es necesario entre 1 y 2 millones de metros cúbicos diarios de gas para calentar el agua. Hasta la firma del convenio el gran escollo de proyecto era el abastecimiento de gas.
El potasio es usado principalmente para nutrir los suelos de la agricultura industrializada, lo necesitan los cultivos de soja y actualmente lo importan las empresas agroexportadoras de nuestro país junto con los fertilizantes y químicos que hacen posible el monocultivo a gran escala.
Publicado en 8300
Fuente: http://www.anred.org/article.php3?id_article=5010

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