martes, 3 de mayo de 2011

Reflexionemos sobre el acuerdo de Chávez con Santos y Lobo(parte I)

Honduras en el laberinto…
Por: Claudia Korol
América Latina ha sido históricamente un laboratorio de experiencias emancipatorias, y un escenario de saqueo, destrucción y genocidios; un espacio de choque de corrientes mundiales de inversión, de invención, de iniciativas diversas de resistencia y de creación de poder popular.En ese territorio, Centroamérica fue y es un cruce de caminos; y Honduras un lugar por el que van y vienen intereses contradictorios. Un tablero en el que se juegan batallas que comprometen -a veces dramáticamente- la suerte de su pueblo, pero cuyas motivaciones en más de una ocasión han correspondido a intereses de otras naciones o de corporaciones transnacionales.




El reciente encuentro del presidente de Colombia Juan Manuel Santos, del presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, y del continuador de la política golpista hondureña Porfirio Lobo, ha sido una decisión que todavía trata de ser interpretada en las filas de la Resistencia Hondureña y de los movimientos populares colombianos, pero también por quienes hacemos del latinoamericanismo y del internacionalismo nuestra particular manera de estar en este mundo.
Mientras la información sigue nutriendo distintas especulaciones, y desde los actores del encuentro se sugiere que los gobiernos de Colombia y Venezuela facilitarán un proceso de “diálogo” y “reconciliación” en Honduras para lograr su reconocimiento en el sistema interamericano, nuevos hechos -como la extradición a Colombia del periodista Joaquín Pérez Becerra, realizada por el gobierno de Hugo Chávez a pedido de Santos- alertan sobre el giro complejo que viene tomando la política exterior del gobierno venezolano, aumentando las preocupaciones sobre el sentido más profundo de estos diálogos.

Un poco de memoria
Después del golpe del 28 de junio de 2009, Honduras fue suspendida de la OEA, y una gran parte de los países de América Latina rompieron relaciones con el régimen golpista.
El 29 de noviembre del mismo año, la dictadura convocó a unas elecciones fraudulentas, en las que resultó electo “presidente” Porfirio Lobo. Rápidamente EE.UU. y Colombia reconocieron al nuevo gobierno, en tanto que la mayoría de los países latinoamericanos lo continuaron desconociendo.
Desde entonces se vino desarrollando un juego de pinzas promovido por los gobiernos de EE.UU. y algunos gobiernos de Europa, tendiente al restablecimiento de Honduras en el sistema de relaciones internacionales. Estas presiones fueron resistidas por los movimientos populares y por algunos gobiernos sudamericanos que hasta el día de hoy no reconocen a ese régimen como legítimo.
En mayo de 2010 el Presidente Hugo Chávez anunció que no asistiría a la Cumbre Iberoamericana en Madrid, si participaba de la misma Porfirio Lobo Sosa. Esta decisión fue tomada junto a otros presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en una reunión cumbre extraordinaria realizada en Buenos Aires.
En diciembre de 2010, cuando se iba a reunir la Cumbre Iberoamericana en Mar del Plata, el presidente de Bolivia Evo Morales anunció que no participaría de la misma si se invitaba a Lobo. Dijo entonces Evo: “Si el tal Lobo, el presidente producto del golpe de estado en Honduras (…) va a la Cumbre Iberoamericana, yo no voy a participar. No voy a ir. ¿Cómo voy a estar con dictadores en esa cumbre?”.
Lobo, de todas maneras, no fue invitado por la presidenta argentina Cristina Kirchner a participar en la Cumbre. Un mes después, el primero de enero del 2011, Porfirio Lobo fue el único mandatario latinoamericano excluido de la lista de invitados a la asunción de la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff. El rechazo se mantenía firme.

Ahora, en abril del 2011, a instancias del presidente colombiano y en territorio de Colombia -en Cartagena de Indias-, Chávez se reunió con Lobo y expresó: "Con mucho gusto he conocido al presidente Lobo”. Agregó también: "nosotros hemos hecho gestiones para tratar de ayudar a que Honduras se reintegre a todos los organismos internacionales y a los programas de cooperación con nuestros países".

¿Qué ha cambiado para semejante giro en la política internacional?
Pasaron pocos meses desde aquellas decisiones de no reconocimiento del desgobierno hondureño, expresadas por varios presidentes latinoamericanos, cuando se produce este brusco viraje en la actitud de Hugo Chávez, que cuenta con el aval del coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) Mel Zelaya, y de algunos miembros de la Coordinación Nacional del Frente. Otros y otras integrantes de la misma Coordinación Nacional expresaron su descontento con los mismos, y cuestionaron la metodología inconsulta con la que se realizaron.




Berta Cáceres, dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras manifestaba al respecto:
“Hay una situación de impunidad y indefensión absoluta en este país, combinado con un proyecto de muerte neoliberal, que implica profundizar el proceso de privatización, no sólo de los bienes naturales como el río, el agua, el bosque. También la privatización de la salud, de la educación, de cosas elementales que son derechos humanos para el pueblo hondureño. No han cambiado en nada las estructuras golpistas. El sistema judicial y el Congreso Nacional, en gran parte son los mismos que dieron el golpe de estado. En el ministerio público, que está al servicio de los poderosos de este país, en esencia nada ha cambiado, ni se ha revertido el proyecto de dominación. (…) La represión es más abierta todavía que en los primeros meses después del golpe. Yo creo que estos elementos hacen muy peligrosa esta mediación.




Una de las cosas más peligrosas es no someter las decisiones de manera informada y transparente a la Asamblea del Frente Nacional de Resistencia Popular, porque cualquier decisión, acertada o no, tiene que ser producto de la asamblea, de debates, sobre un análisis objetivo, sabiendo con quiénes nos estamos enfrentando y conociendo las estrategias del imperialismo, si es así, podría ser fruto de una discusión. Yo creo que aun así sería inaceptable la participación de Santos, nosotros lo condenamos totalmente, y también que se tenga a Pepe Lobo como un personaje que impulsa una reconciliación, sabiendo que es un tipo hipócrita, igual que el régimen que representa.




Respecto de la OEA, nosotros hemos dicho que ningún gobierno democrático puede reconocer a un régimen que se funda en las armas, en la violencia, en la impunidad de quienes han cometido este crimen en contra del pueblo hondureño con el golpe de estado, quienes asesinan y quienes se están enriqueciendo y se están beneficiando con enormes ganancias multimillonarias con el golpe de estado. Creo que los gobiernos no deben reconocer a este régimen y que la OEA no debe incorporar a este régimen mientras no se convoque realmente a una Constituyente hecha por el pueblo, donde por primera vez el pueblo participe de manera democrática, incluyente, y donde se traten de resolver los problemas estructurales de este país, se castigue a los responsable de estos crímenes, que se termine con la impunidad –aunque sabemos que éste es un proceso largo-. Hacemos el llamado a los pueblos del mundo a solidarizarse y a que exijan a sus gobiernos que no acepten ni reconozcan a este régimen represivo” .

En la misma dirección se pronunció el dirigente de la resistencia Carlos H. Reyes : “Nosotros seguimos llamando a la comunidad internacional y a los países que aún no han reconocido a este gobierno, a que sigan en esa misma posición, porque es lo único que puede obligar a que esta gente cambie sus actitudes y podamos tener, internacionalmente, una coyuntura favorable, que sumada a la interna nos pueda dar una mejor perspectiva. Nosotros siempre hemos sostenido que Porfirio Lobo no es gobierno, es la continuación del golpe de estado. Estamos en una institucionalidad rota, y para nosotros mientras no se vuelva al orden constitucional en el país, no debe volverse a la OEA, mientras no se respeten los derechos humanos, no debe volverse a la OEA, mientras continúe una conducción golpista en la institucionalidad, no debe volverse a la OEA”.

Lo cierto es que si algo cambió –que ayude a explicar dichos acuerdos-, no fue en el sentido del respeto a los derechos humanos. Muy por el contrario.
El 15 de abril, unos días después de las reuniones Santos-Chávez-Lobo, y Chávez-Zelaya-Barahona, fue publicado el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la situación de los derechos humanos en el continente. En relación a Honduras denuncia la CIDH que las violaciones a los derechos fundamentales “se han incrementado a partir del golpe de estado de 2009”, y subraya “la participación de escuadrones de la muerte en los ataques contra la resistencia, y a defensores y defensoras de derechos humanos”.

El Informe de la CIDH incluye datos sobre asesinatos, hostigamientos y amenazas contra defensores y defensoras de derechos humanos, líderes sociales, magistrados. Entre muchos casos se mencionan los de Julio Fúnez Benítez, asesinado el 15 de febrero de 2010, militante sindical; Claudia Brizuela, asesinada en su domicilio el 24 de febrero de 2010; Francisco Castillo, miembro activo de la resistencia asesinado el 17 de marzo del 2010; el del líder magisterial Juan Manuel Flores Arguijo -asesinado en el Instituto San José del Pedregal frente a alumnos y profesores- el 23 de marzo de 2010; Adalberto Figueroa, del movimiento ambientalista de Olancho, asesinado el 8 de mayo; Gilberto Alexander Nuñez Ochoa, del comité de seguridad del FNRP, asesinado el 13 de mayo de 2010 de 17 balazos; Pedro Antonio Durón Gómez y Oscar Tulio Martínez, miembros del FNRP asesinados de varios disparos el 26 de mayo. El informe reporta el asesinato de 10 periodistas durante el año 2010, y amenazas hacia integrantes de las radios comunitarias La Voz de Zacate Grande, y la radio garífuna Faluma Bimetu-Coco Dulce. (Sabemos que otras radios también fueron amenazadas, e incluso que se entraron a sus instalaciones, como es el caso de las radios del COPINH -Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras).

Se subrayan en el Informe agresiones y persecuciones a defensoras y defensores de derechos humanos, quienes confirman que “la situación en Honduras ha empeorado, porque los escuadrones de la muerte están volviendo a operar con un objetivo de persecución de carácter político”. Se denuncian “actos de hostigamiento contra maestras y maestros que se manifestaron contra el golpe de Estado (…) y que estarían siendo adoptadas represalias de naturaleza económica”. Se alerta que decenas de educadores de la resistencia “se encontrarían sujetos a medidas previstas en la legislación interna, para asegurar la eficacia del procedimiento”. Se iniciaron además “procesos de investigación contra instituciones educativas en las cuales sus maestros hubieren participado en acciones de protesta”. Existe “un uso abusivo del aparato de justicia de los tipos penales de asociación ilícita, terrorismo, rebelión, sedición, y manifestación ilícita, con el objeto de obstaculizar las labores desempeñadas por miembros de organizaciones civiles”. “La CIDH ha recibido información del uso de fuerza desproporcionada de la policía, en contra de una manifestación realizada el 20 de agosto, por maestras y maestros, en la Universidad Pedagógica Francisco Morazán”. En el informe de la CIDH se subraya que las violaciones a los derechos humanos afectan de forma especial a aquellos sectores de la población históricamente marginados, discriminados, y de mayor vulnerabilidad, como la comunidad LGTB, las niñas y los niños, las mujeres, y los pueblos indígenas y garífuna.
El 18 de marzo del 2011, en una movilización del magisterio, fue asesinada Ilse Ivana Velásquez Rodríguez, de 59 años, Subdirectora de la Escuela República de Argentina de Tegucigalpa. Unos días después de la presentación del informe, que da cuenta de manera incompleta de los crímenes -ya que muchos de ellos no fueron denunciados-, el Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) informó el asesinato de sus compañeros Tarin Daniel García Enamorado, de 26 años, tres hijos, encontrado sin cabeza, y de su suegro, Carlos Alberto Acosta Canales, cinco hijos.

En estos días, dos integrantes de la Comisión de Verdad, Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), y Adolfo Pérez Esquivel (Servicio Paz y Justicia), manifestaron al diario argentino Página 12 : “La represión al pueblo hondureño sigue, porque el gobierno de Lobo está reprimiendo a los maestros, a los sindicatos fuertes y a los periodistas” (Nora Cortiñas). “El derrocamiento de Mel Zelaya en Honduras es un test para toda la región. Se instalan gobiernos con cierto tinte constitucional, que son apoyados por sectores civiles, y la Corte Suprema, en un marco de pseudo legalidad. Pero es un golpe de Estado (…)” (Adolfo Pérez Esquivel). Luego de explicar que se trata de crímenes de lesa humanidad, y que se van a presentar los casos en la Corte Penal Internacional, subrayaba el Premio Nobel de la Paz: “Si la OEA acepta a Honduras, es una amenaza para todo el continente”. (...) continúa
Argenpress.info 03-05-2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario