martes, 29 de marzo de 2011

Incorporémonos a la lucha por la Verdad, la Justicia y a la de derechos humanos de todas y todos hoy

"Silvia Suppo sigue pidiendo justicia" por Dahiana Belfiori, integrante de Enredadera, grupo de mujeres y feministas en el Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo Resulta difícil comenzar a hablar hoy, cuando se cumple un año del terrible asesinato de Silvia Suppo. Resulta difícil hacer que las palabras se sigan unas a otras tratando de generar un sentido que para algunas personas sigue sin manifestarse. Continúa siendo duro pensarnos sin Silvia, a quien le arrancaron la vida impunemente, para quienes como nosotras y nosotros venimos ejerciendo la lucha por el esclarecimiento del crimen y subrayamos su naturaleza política. Sin embargo, desde el dolor y con las dificultades de construir en las diferencias, la ciudad de Rafaela vio nacer y crecer un Espacio que busca Verdad y que busca Justicia. La ausencia de Silvia dio lugar a la presencia de algo que quizás ella misma buscó y soñó durante años. A los colectivos, organizaciones y personas que hicimos y hacemos este camino, el significado de la conformación del Espacio Verdad y Justicia por Silvia Suppo, se nos comienza a revelar en el hacer. Exigimos Verdad y Justicia, pero no sólo para Silvia, exigimos una Verdad y una Justicia que contengan muchas verdades y justicias y que incluyan a quienes son permanentemente excluidos y excluidas de derechos. Pienso que Silvia lo hubiera querido así. Y me animo a decirlo porque Silvia asumió con su vida un compromiso en la búsqueda de Verdad y de Justicia -anclada en la lucha que sostuvo durante años por un mundo mejor, realmente humano- construyendo e impulsando activamente diversos proyectos colectivos e inclusivos en Rafaela, a pesar de la soledad que sentía. Hablo de Silvia, de esa mujer valiente que tuvo hijos y que a pesar de todo continuó creyendo en el amor y desde ahí reconstruyó su vida. Hablo de Ella. Ella, que no dudó en denunciar con nombre y apellido a quienes participaron de sus torturas y de su secuestro, el de su hermano Hugo Suppo y el de su compañero de toda la vida Jorge Destéfani, como así también el de su ex pareja, Reinaldo Hattemmer. Ella, que fue una de las primeras mujeres en declarar las violaciones cometidas durante la última dictadura militar en Argentina, como forma sistemática de tortura específica ejercida hacia las mujeres en una causa que condenó a un ex juez federal vinculado a delitos de lesa humanidad; ella, que fue y sigue siendo testimonio de vida. Recuerdo una nota del 30 de marzo de 2010 escrita por Sonia Tessa que tituló “el valor de contar” y que recuperaba parte del testimonio de Silvia que sirvió para condenar a represores y una conversación que había tenido con la periodista, en la que precisamente señalaba la importancia de dar testimonio, la importancia de contar. Creo que Tessa con ese título condensó acertadamente la mejor cara de Silvia, mejor dicho, la única, la que tiene quien transita la vida con coherencia, algo difícil de encontrar en estos tiempos y que Silvia mantuvo durante su vida. Valor de contar lo vivido, valor al no callar para que nadie nunca más olvide. Ese valor y esa presencia en hechos y palabras que Silvia mantuvo durante su vida es la que nos impulsa hoy en este grito social por el esclarecimiento de un asesinato de indudables características políticas. Un crimen, que mediante un vergonzoso operativo de prensa que encubrió inmediatamente a los verdaderos responsables, pretendió cerrarse como un asesinato en ocasión de robo y que sigue sosteniéndose desde ciertos sectores del poder judicial y político como tal sin haber ocurrido una investigación seria del caso. Los diversos colectivos y personas que integramos el Espacio no dejamos de pedir Justicia, como lo hiciera Silvia. Porque creemos en la lucha de toda su vida, que es en gran medida la nuestra, es que nos encontramos en esta voluntad de hacer, de juntarnos, de crear y de creer. Voluntad nacida de la firme convicción de condenar lo inadmisible y aberrante, lo que nunca más debió pasar, lo que sigue pasando. Es por eso que pensamos y trabajamos por la recuperación de la memoria colectiva denunciando además las violaciones a los Derechos Humanos en la actualidad. Como alguna vez escribí también, hoy Silvia está presente, nos acompaña en las calles y en las plazas y pide Justicia por ella y por todas y todos a través de las pancartas, de las banderas, de las voces, de postales. Invitando a moverse de la comodidad y el adormecimiento, una de esas postales dice: "¿Qué estás haciendo por Silvia Suppo?" y nos tiende una mano, o muchas. Mujer, luchadora, compañera, hermana, amiga Silvia Suppo ¡Presente! Esclarecimiento YA del crimen de Silvia Suppo. Aparición con vida de Julio López. Derechos Humanos para todas y todos hoy. Fuente: http://www.anred.org/ / 29-03-2011

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