martes, 30 de junio de 2020

“Instamos a Israel a abstenerse de cualquier decisión unilateral que conduzca a la anexión de cualquier territorio palestino ocupado y que, como tal, sea contrario al derecho internacional”.

Palestina, no a la anexión

30 de junio de 2020

Por: Beatriz Miranda*

“Tal vez apagues todas las luces de mi noche
Tal vez me prives de la ternura de mi madre
Tal vez falsifiques mi historia
Tal vez te pongas máscaras para engañar a mis amigos
Tal vez levantes murallas y murallas a mi alrededor
Tal vez me crucifiques un día ante espectáculos indignos
Pero no claudicaré (…)”.
Samih Al Qasim (1939 – 2014), poeta palestino.

La Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén del Este conforman el territorio palestino. Gaza es considerada “la más grande cárcel a cielo abierto del mundo”, es uno de los lugares del planeta con la más alta densidad poblacional, 5.500 personas por kilómetro cuadrado. Su población carece de agua potable, pues la mayoría de sus acueductos han sido contaminados, tiene a su disposición solamente 6 horas de electricidad diarias. Sometida a bloqueo económico y militar marítimo, terrestre y aéreo desde hace más de 13 años, registra altos índices de pobreza y desempleo y cuenta con un sistema de salud muy débil. Según organizaciones de derechos humanos, hay restricciones israelíes en atención y capacitación médica. Anualmente, muchas solicitudes de permisos son rechazadas o retrasadas. En ese contexto, este territorio podrá ser uno de los lugares más afectados por el COVID 19.
Como si fuera poco el sufrimiento del pueblo palestino con la ocupación militar de Israel, la expansión de sus asentamientos ilegales, la demolición de casas de los palestinos y las prisiones arbitrarias de civiles y niños, el “Acuerdo del Siglo” está a escasos días de ser puesto en marcha.
Una estratégica y fortalecida extrema derecha, sin pena ni gloria, parece estar dispuesta a asfixiar aún más al pueblo palestino y caminar arbitrariamente hacia la anexión, pasando por alto los principios consagrados en el derecho internacional.
El “plan de paz” de la Casa Blanca establece la anexión de parte del territorio de Cisjordania, lo que abarcaría el Valle del Jordán, tierra de recursos naturales y cultivos vitales.

Jerusalén, capital histórica de Palestina, pasaría a ser la capital de Israel. Jerusalén Este, sería la nueva capital de Palestina.
Según expertos, si esto sucediera Israel oficializaría su posición de Estado Apartheid ante los ojos del mundo y jamás reconocería a Palestina como un Estado.
Desde el primer momento de su proclamación, el “acuerdo” ha sido rechazado tanto por la Liga Árabe como por Al-Fatah y Hamas las principales organizaciones político-militares de Palestina, considerados por algunos “organizaciones terroristas” y, por sus seguidores, movimientos de resistencia. Según Hamás “la anexión de partes de Cisjordania sería una declaración de guerra que Israel lamentará amargamente”.
Ese plan de anexión no cuenta con el respaldo de la ONU, ni con la anuencia de la Unión Europea ni de los líderes del Partido Demócrata de Estados Unidos y tampoco con el apoyo de Rusia, China y del Vaticano.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Política y Seguridad, Josep Borrell, en una declaración avalada por 25 de los 27 países que conforman la Unión Europea afirmó que “Instamos a Israel a abstenerse de cualquier decisión unilateral que conduzca a la anexión de cualquier territorio palestino ocupado y que, como tal, sea contrario al derecho internacional”.
Se rumorea que, en los últimos días, los autores del “acuerdo,” Israel y Estados Unidos, se han reunido ´para delimitar el nuevo mapa y precisar cómo y cuánto territorio nuevo quitarán al pueblo palestino.

El Presidente palestino, Mahmud Abás, se niega a restablecer contactos con el Gabinete del Presidente Trump, suspendidos desde 2017, cuando Estados Unidos declaró Jerusalén como capital de Israel.
Aunque Israel posea una de las industrias militares más poderosas del mundo y que sea considerado el ejército móvil de Estados Unidos, debería dimensionar las consecuencias de esa anexión frente a los países árabes y sus pares extrarregionales.

Hay que preguntarse si este acuerdo del presidente Donald Trump, además de ser otro recurso de campaña electoral ante la comunidad judía, constituye una estrategia dolorosa para desviar la atención en un momento en que su popularidad está cada vez más baja, su ineficiente gestión de la pandemia del COVID 19 es cada vez más evidente y Joe Biden emerge como el candidato preferido de gran parte de los estadounidenses.
Con todo, mientras este maquiavélico contexto se define, es necesario apoyar al resistente pueblo palestino y rechazar esta anexión ilegal, pues representaría una usurpación de 30% de tierras de los palestinos, la legalización de los asentamientos hasta ahora ilegales de Israel en territorio ajeno y la posible expulsión de 300.000 palestinos de sus hogares.
Ojalá la comunidad internacional no sea cómplice de esta barbarie con su silencio, pues este acuerdo abriría un controvertido precedente: el uso de la fuerza para usurpar territorios de otras naciones.
La única salida aceptable es la coexistencia pacífica de los dos Estados. Este sería el Acuerdo del Siglo.


*Profesora Universidad Externado de Colombia
Fuente: https://www.anred.org/2020/06/30/palestina-no-a-la-anexion/


Debemos atrevernos a pensar y compartir reflexiones sobre la urgencias y posibilidades de entablar comunalidades entre les diverses de abajo cada vez más extensivas y comprensivas hacia la salud planetaria que incluye la nuestra.

Postneoliberalismo

30 de junio de 2020

Por Óscar Orama Oliva (Rebelión)
Cuando uno observa en la televisión las angustias de la compañía aérea Lufthansa, todo un símbolo de la Alemania moderna, se aprecia que, sin dudas, ya hay otra situación en el mundo después de la primera ola de coronavirus. La certidumbre de la incertidumbre empieza a convivir con nosotros. O se vencen los miedos o […]
Cuando uno observa en la televisión las angustias de la compañía aérea Lufthansa, todo un símbolo de la Alemania moderna, se aprecia que, sin dudas, ya hay otra situación en el mundo después de la primera ola de coronavirus. La certidumbre de la incertidumbre empieza a convivir con nosotros. O se vencen los miedos o lo que sucede en Estados Unidos será un espejo para muchos, porque el modelo económico excluyente y depredador, mostró sus límites con la pandemia.
Ante este panorama, Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo de México, sostuvo que: hoy todo proyecto de aspiración colectiva tiene que fundarse en un equilibrio entre el crecimiento económico y el desarrollo social, entre el uso de los recursos del patrimonio turístico y la diversidad de la Tierra. Pero, creo que a ello debe unírsele, de manera inexorable, el respeto armónico a la naturaleza, pues ella nos está pasando la factura por nuestros despiadados desmanes.
Otro hecho que demuestra que ya no será igual, es la siguiente noticia difundida por Rusia Today, el 22 de junio: El alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, anunció el próximo desmantelamiento del monumento al presidente Theodore Roosevelt, situado ante la entrada del Museo de Historia Natural, a petición de la propia institución: “El Museo Estadounidense de Historia Natural pidió eliminar la estatua de Theodore Roosevel [1] porque representa explícitamente a los negros e indígenas como subyugados y racialmente inferiores”, cita The New York Times al político. “La ciudad apoya la solicitud del museo. Es la decisión correcta y el momento adecuado para eliminar esa problemática estatua”, señaló De Blasio. En el monumento en cuestión, Roosevelt está representado a caballo, flanqueado a ambos lados por un amerindio y un negro a pie.
Roosevelt fue el 26 º presidente de Estados Unidos y su mandato se desarrolló entre 1901 y 1909. Para describir su política acuñó la metáfora ‘del gran garrote’. Paralelamente, contribuyó a la modernización del país y a la expansión del estado regulador, por lo que su figura la apelan políticos tan diferentes como Elizabeth Warren y Mike Pence. Al mismo tiempo, era claramente racista, asevera el New York Times, como lo demuestra su propuesta de dar subvenciones a los blancos para promover su natalidad y de esterilizar a los pobres y a los mentalmente discapacitados.
Y hay lugar para preguntarse porqué están ocurriendo esas cosas con los símbolos del imperio. ¿Qué significa que el imaginario ha cambiado y hasta el propio Museo de Historia Natural ha pedido retirar esa estatua? Estamos ante un nuevo momento, ya que ese movimiento significa que se transita por los caminos de revisar algunas historias e ideas, que hasta hoy han sido las narrativas oficiales en los centros de educación..
En anterior artículo, ¨Un mundo en proceso de ebullición¨, señalo la posición de varios altos oficiales retirados de las fuerzas armadas norteamericanas, con relación a retirar los nombres de ex militares confederados de importantes instalaciones militares estadounidenses, pero entonces no conocía la opinión del general David Petraeus [2], quien ha apuntado en ¨The Atlantic¨, el pasado 9 de junio: saquen los nombres de los confederados de nuestras bases militares. Hay que tomar en cuenta que Trump ha aumentado el presupuesto militar de Estados Unidos. En 2019 fue el mayor de los últimos 10 años, para satisfacción del complejo militar-industrial.
Pero en New York ocurrió otro hecho que llama la atención: las autoridades del Central Park retiraron una estatua del ginecólogo J. Marion Sims, del siglo XIX, conocido como el ¨padre de la ginecología norteamericana¨. Sims llevo a cabo, en repetidas ocasiones, dolorosos experimentos científicos, sin anestesia, en los cuerpos de mujeres negras esclavas, sin contar con la debida autorización. Este hecho es execrable, pero la solicitud de retirar la estatua, demuestra que están teniendo lugar acontecimientos de singular importancia en los Estados Unidos.
El 22 de junio, después de que un grupo de manifestantes intentara derribar la estatua de Andrew Jackson, situada frente a la Casa Blanca, el presidente Trump firmó un decreto, para encausar y condenar a 10 años de cárcel, a aquellas personas que derrumben monumentos. Pero es difícil echar a un lado el encono y, los resentimientos de las personas con todos aquellos vinculados a la esclavitud y la humillación de seres humanos negros, como es el caso de Jackson [3]
Una serie de tiroteos en días recientes en varias e importantes ciudades de Estados Unidos (Chicago, Carolina del Norte, Syracuse, Minneapolis, Seattle.) tienen a la policía en ascuas, así como a las comunidades. Algunos prevén que la mezcla explosiva de la pandemia, el malestar racial, el aumento histórico de la venta de armas y un rencoroso año electoral apunta a un verano excepcionalmente violento.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sufrido un descalabro. El mitin, para el lanzamiento de su candidatura a la reelección presidencial, que realizó el 21 de junio en Tulsa, Florida, no tuvo la asistencia esperada: se calcula que un tercio de los 20.000 asientos del Tulsa’s Bank of Oklahoma Center quedaron vacíos cuando habitualmente llena todos los recintos. El periódico Página12 señaló que la Casa Blanca había prometido que el promocionado evento, el primer acto oficial de Trump en tres meses, llegaría a convocar hasta 100 mil personas. El entorno del presidente anunció que se habían recibido un millón de peticiones para acceder al evento. Sin embargo, luego se ha revelado que la gran mayoría de ellas provenían de grupos contrarios que no pensaban acudir. Las razones de este insólito fracaso de Trump son variadas, incluida la aprensión de los votantes ante el posible contagio de coronavirus, pero hay una más poderosa que las demás: un ejército digital de adolescentes, fanáticos del pop coreano y demócratas se alió para gastarle una broma antológica al presidente. Según han revelado después en plataformas como TikTok o Twitter varios de esos troles (como se les conoce en jerga de internet), estuvieron solicitando y recibiendo miles de entradas que no pensaban utilizar, para humillar al presidente.
Por otra parte, hay que seguir muy atentos con el desarrollo de la pandemia, cuya fecha de control definitivo está lejos de ser avizorada, como indican las cifras ofrecidas La Organización Mundial de la Salud (OMS) este 22 de junio, señalo 183 mil nuevos casos de contagios de SARS-CoV-2 en el mundo, lo que representa la cifra diaria más alta desde el inicio de la pandemia, indicio de que la difusión está disparada. En gran medida ese registro está relacionado con lo que ocurre en América Latina, donde los casos de Covid-19 se multiplican raudamente pese a que los expertos indican que los picos de la región aún no han llegado. Más de 50 mil de esos nuevos positivos provienen de Brasil, que sigue mostrando números alarmantes, aunque parecen decrecer; luego le sigue Estados Unidos, donde la pandemia está reavivándose y se observa un desplazamiento brutal del Covid-19 hacia el oeste y el sur del país; y también emerge India. Son cifras que asustan. Claramente el epicentro actual de la pandemia está en América Latina.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado este 22 de junio que la pandemia de coronavirus sigue acelerándose. Durante su intervención en un foro virtual de salud en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Tedros afirmó que el mundo está ahora pagando su falta de preparación para combatir el virus, al tiempo que subrayó que las naciones deben trabajar juntas por la «seguridad mutua». «Ninguno de nosotros está a salvo hasta que todos estemos a salvo. Esta es una lección que debemos aprender de nuevo», destacó el jefe del organismo, añadiendo que «ningún país puede combatir esta pandemia solo» y que la mayor amenaza «no es el virus, sino la falta de solidaridad y de liderazgo mundial».
Aumentan los lógicos reclamos para unir fuerzas en el enfrentamiento a este fenómeno, pero tanto Estados Unidos como el Brasil, no muestran todavía la voluntad política de hacerlo, por lo cual este coronavirus no podrá ser enfrentado, por ahora, con toda posibilidad de controlarlo. La siguiente información del New York Times, del 23 de junio, revela la acuidad de la situación y cito: Estados Unidos ‘está demasiado roto para luchar’ contra el nuevo coronavirus y ‘no hay ningún otro país desarrollado que lo esté haciendo tan mal’, opinó el lunes una columnista del diario ‘The New York Times’. ‘Las curvas del coronavirus en el Reino Unido, Canadá, Alemania e Italia parecen montañas, con acusadas subidas y después bajadas.
El coronavirus elevará los niveles de deuda de las naciones más ricas del mundo en un promedio de casi un 20% este año, según dijo el lunes la agencia de calificación crediticia Moody’s [4], cerca del doble de los daños económicos observados durante la crisis financiera, según la agencia Reuters, del 22 de junio. “Estimamos que, de media, en este grupo, la relación entre la deuda pública y el PIB aumentará varios puntos porcentuales, casi el doble que en 2009 durante la Gran Crisis Financiera”. “En comparación con la Gran Crisis Financiera, el aumento de la carga de la deuda será más inmediato y generalizado, lo que refleja la gravedad y la amplitud del impacto causado por el coronavirus”. Esa nube pende sobre muchos países, especialmente los más subdesarrollados, avizorando serios problemas económicos para sus pueblos.
La pobreza está creciendo a ritmos acelerados. La cohesión social está muy fracturada en muchos países. La pandemia provoca un fuerte impacto negativo en la economía y el efecto será decisivo para una parte muy vulnerable de la sociedad. El 23 de junio la agencia Rusia Today informaba que, la economía mundial se ha contraído un 18,5 %, desde abril debido al coronavirus y a las medidas de bloqueo asociadas a la pandemia, según las estimaciones iniciales para el segundo trimestre de este año presentadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). «La caída en el comercio que estamos viendo ahora es históricamente importante, de hecho, sería la más pronunciada de la historia.
Y mientras todos estos acontecimientos y desarrollos están en pleno auge, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señalo el martes 23 de junio que, busca confirmar reportes de temperaturas récord de 38 grados centígrados en Siberia, afirmando que son «preocupantes» pero parecen ser consistentes con las tendencias de calentamiento. Quiere decir que los cambios climáticos continúan su inexorable marcha con todas las consecuencias ya dichas, para la especie humana.
Todo lo anterior indica que la situación económico-social que tenía la humanidad antes de enero de este 20020, no es la misma, ni tampoco será igual al día que acabe la pandemia. Muchas debilidades sistémicas, carencias y frustraciones se han puesto en evidencia, han afectado a millones de seres humanos, no solo en el llamado Tercer Mundo, sino en países desarrollados donde el neoliberalismo ha mostrado, cuan erróneas y mezquinas han sido sus políticas, para satisfacer los intereses de un pequeño grupo. Llego la hora de repensar la sociedad en que vivimos, en armonía con las necesidades y aspiraciones materiales y espirituales del hombre.
Notas
1) Theodore Roosevelt fue el líder de la invasión y ocupación militar de Cuba en 1898, de la imposición de la Enmienda Platt y de la imposición de la ilegal base naval norteamericana en Guantánamo, para mantener uncida neocolonialmente a Cuba.
2) David Howell Petraeus es un oficial militar retirado y ex funcionario público estadounidense. Con amplio conocimiento de Irak y Afganistán. Trabajó como el Jefe de la Agencia Central de Inteligencia desde su nombramiento el 6 de septiembre de 2011 hasta su renuncia el 9 de noviembre de 2012. Antes de asumir la jefatura de la CIA, Petraeus era un General (Cuatro estrellas), condecorado con 37 años de servicio en el Ejército de Estados. Libros : Counterinsurgency, North America: Time for a New Focus, The Status of the War and Political Developments in Iraq
3) Andrew Jackson fue un estadista estadounidense, séptimo presidente de los Estados Unidos. Jackson nació al término de la era colonial en algún lugar de la frontera todavía no marcada de Carolina del Norte y Carolina del Sur. Político, militar y terrateniente estadounidense. Fue presidente de los ‘Estados Unidos entre 1829 y 1837. Fue general del ejército. Jackson supervisó como general el asesinato (o más bien la masacre) de más de 800 indios…
4) Moody’s Corporation (NYSE: MCO) es la sociedad matriz de Moody’s Investors Service, una agencia de calificación de riesgo que realiza la investigación de historia, critica, calificaciones a corto plazo.

Fuente: https://rebelion.org/postneoliberalismo

"No podemos perder de vista que, a pesar de las limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que nosotros queramos que sea. En efecto, los planes de recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor normalidad» que queremos. El punto de partida no será alentador. Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda probabilidad, más frustración e incertidumbre. El coronavirus nos ha mostrado cuan frágil es la economía capitalista. Pero la crisis del capitalismo –con o sin coronavirus– seguirá golpeando la economía global".

Trabajo,

filigranas de la debacle capitalista

30 de junio de 2020
Por Eduardo Camín(CLAE)
La covid-19 provoca una crisis sin precedentes, y las medidas de confinamiento afectan a casi todos los trabajadores y las empresas. Ante ello, el Secretario General de las Naciones Unidas pidió prestar apoyo inmediato a los trabajadores en situación de riesgo, las empresas, los empleos y los ingresos. Las empresas pequeñas y medianas, el motor de la economía mundial, están sufriendo enormes dificultades y tal vez no sobrevivan, añade.
En una nueva nota de información sobre el mundo del trabajo y la covid-19 elaborada en colaboración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT),  Según una nota de información de la ONU, elaborada con la Organización Internacional del Trabajo (OIT, en mayo de 2020, el 94 por ciento de los trabajadores del mundo, vivía en países sujetos a algún tipo de medidas de confinamiento. Mientras, las empresas pequeñas y medianas, el motor de la economía mundial, están sufriendo enormes dificultades y tal vez no sobrevivan.
Para el segundo trimestre de 2020 se prevé una pérdida masiva de horas de trabajo, equivalente a 305 millones de trabajos a tiempo completo, y el 38 por ciento de la población activa –aproximadamente 1.250 millones de trabajadores– trabaja en sectores de alto riesgo. La nota indica que
El mundo del trabajo duramente golpeado
Según las últimas estimaciones de la OIT, el número de lugares de trabajo que han cerrado en todo el mundo en respuesta a la covid-19 ha reducido en un 10,7 por ciento el total de horas trabajadas en el segundo trimestre de este año. Esto ha provocado la pérdida de 305 millones de empleos, si se toma como base una semana laboral de 48 horas.
Inicialmente, la región más afectada fue la de Asia y el Pacífico, pero actualmente es la de las Américas, seguida por la región de Europa y Asia Central, dado que el epicentro de la pandemia se ha ido desplazando hacia el Oeste. Es difícil predecir su futura trayectoria.
Si bien es cierto, que, en términos médicos, el virus no discrimina. En cambio, en el mundo del trabajo ha golpeado duramente y de la manera más cruel a las personas más desfavorecidas y vulnerables, y ha revelado las consecuencias devastadoras de las desigualdades.
En la economía informal, seis de cada diez trabajadores viven del día a día. De estos dos mil millones de trabajadores, mil 600 millones ven amenazados sus medios de subsistencia de manera inminente, dado que el ingreso medio en la economía informal se contrajo un 60 por ciento en el primer mes de la pandemia.
Esto ha provocado un aumento dramático de la pobreza, y ha llevado al Programa Mundial de Alimentos a declarar en abril que la próxima pandemia podría ser la del hambre.
Situación de la economía mundial
Las previsiones con respecto a la economía mundial están sujetas a las grandes incertidumbres inherentes a la evolución de la pandemia y a las opciones sobre las políticas que aún deben determinarse.
Con respecto al crecimiento económico en 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó en abril sus previsiones anteriores de un crecimiento de +3,3 por ciento a una caída del -3 por ciento, con posteriores advertencias de que la situación seguía deteriorándose.
Las recientes previsiones del Banco Mundial y de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) indican una contracción de entre el 5 y el 8 por ciento, lo que supone la mayor recesión mundial desde la Segunda Guerra Mundial. La Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé una disminución del volumen del comercio mundial del 13 por ciento en el mejor de los casos y del 32 por ciento, en el peor.
Mientras tanto, los gobiernos han establecido planes de estímulo fiscal y monetario sin precedentes para contrarrestar las repercusiones sociales y económicas de la pandemia de covid-19, por un valor total de nueve mil millones de dólares, en consonancia con los compromisos de «hacer todo lo posible» para proteger a sus ciudadanos, lo que ha provocado un fuerte aumento de los niveles de deuda pública.
En abril, el FMI estimó que la ratio promedio de endeudamiento público con respecto al PIB aumentaría del 69,4 por ciento al 85,3 por ciento durante el año, y que muchos países alcanzarían niveles considerablemente superiores.
El resultado último de esta crisis humana es que, según el Banco Mundial, entre 71 y 100 millones de personas se verán arrastradas a la pobreza extrema, revirtiendo así los avances en materia de desarrollo registrados en los últimos años. El costo económico y social de los esfuerzos que deben desplegarse para detener la pandemia es innegable.
Esto ha generado un debate en ocasiones arduo sobre la interacción de los objetivos de política sanitaria y de política laboral. No obstante, si no actuamos con determinación ahora contra la pandemia, inexorablemente el costo socioeconómico tendrá proporciones aún mayores en el futuro.
La solidaridad y cooperación “nacionalizadas”
Sin duda, los estímulos fiscales y monetarios, aunados a los esfuerzos para apoyar a las empresas y favorecer el mantenimiento de los puestos de trabajo y de los ingresos requieren una importante inversión de recursos, incluso si, lógicamente, éstos no se consideran costos, sino inversiones.
Ese tipo de medidas no puede prolongarse indefinidamente, ni tampoco es ese su objetivo. Además, algunos países no tienen la capacidad para implementarlas, o por lo menos no durante el tiempo necesario, y si se retiran demasiado pronto podría producirse una segunda oleada de grandes dificultades.
La creciente diversidad de formas de trabajo que han ido apareciendo en los últimos años ha supuesto un obstáculo para prestar apoyo inmediato a aquellos que lo necesitan. A menudo, los trabajadores por cuenta propia, los subcontratados, los con contratos temporales, los de plataformas y otras categorías de trabajadores con una situación laboral incierta o prestaciones insuficientes han tenido dificultades para acceder a las ayudas.
A éstos se suman los muchos millones de trabajadores informales que se encuentran en una situación extremadamente precaria.
Para proteger la salud de los trabajadores se han observado tres posibles opciones: retirarlos de los lugares de trabajo y permitirles trabajar desde sus domicilios; pedirles que continúen trabajando en el lugar de trabajo habitual, pero con equipos y protocolos de protección adecuados, incluido el distanciamiento físico; o simplemente interrumpir su trabajo durante el período de emergencia.

Aquí también se han observado dificultades. La OIT ha estimado que sólo un 18 por ciento de los trabajadores desempeñan tareas y se encuentran en lugares que se prestan al teletrabajo. Esto dista mucho de ser una opción al alcance de todos. Lamentablemente las personas que han seguido trabajando como antes -los del sector de la salud, los del cuidado, los del transporte y los trabajadores de la limpieza, que hoy se consideran personal esencial- no siempre han dispuesto de equipos y procedimientos de protección adecuados.
Además, cuando los trabajadores migrantes no sólo trabajan en condiciones de desprotección, sino que también viven en esas condiciones, las consecuencias para la salud pública y para su propia salud pueden ser graves. El caso de los 1,6 millones de trabajadores marítimos en todo el mundo ha puesto de manifiesto las dificultades particulares a las que se enfrentan: cerca de 200 mil marinos quedaron atrapados a bordo de buques durante largos períodos, al no poder efectuar cambios de tripulación ni ser repatriados.
En ocasiones, las medidas de confinamiento adoptadas por los gobiernos han supuesto fuertes restricciones a las libertades individuales. Por lo general, estas medidas han sido bien aceptadas por la población, que comprende que son adecuadas, proporcionales y limitadas en el tiempo, y, por consiguiente, resultan legítimas en la lucha contra la pandemia.
Ahora bien, lo que no es legítimo es que se apliquen esas restricciones a las condiciones de trabajo y que no se respeten plenamente las normas del trabajo, que a su vez constituyen herramientas importantes para superar la crisis.
Por último, se han observado dificultades en cuanto a la solidaridad y la cooperación internacionales en la respuesta a la crisis de la covid-19. Si bien ha habido una movilización de recursos sin precedentes, su utilización se ha limitado abrumadoramente a la esfera nacional. En el sálvese quien pueda, aún no hemos presenciado una respuesta mundial a la altura del desafío al que se enfrenta el planeta
¿Qué pasará ahora en el gran casino de Wall Street?
Los países de todo el mundo y la comunidad internacional en su conjunto siguen enfrentando los desafíos sanitarios, humanitarios y socioeconómicos asociados a la crisis causada por la pandemia. Mientras siga, las respuestas adoptadas en materia de políticas deberán aplicarse de forma eficaz como preludio necesario al retorno gradual y seguro al trabajo.
No obstante, ello no significa que se vuelva a trabajar como antes, al menos durante el período en que debamos seguir viviendo y trabajando con el virus y mientras no se disponga de una vacuna o terapia de acceso universal. Se está debatiendo mucho sobre cómo será el mundo del trabajo cuando superemos la pandemia, y la idea de una «nueva normalidad» en el trabajo está ganando terreno.
Con demasiada frecuencia, se pasa por alto la distinción entre las nuevas prácticas que deberán adoptarse durante el período en que el virus siga planteando la amenaza que hoy supone y las perspectivas de futuro a más largo plazo que puedan imaginarse cuando ya no existan esas limitaciones.
El riesgo de ello es que podemos perder de vista que, a pesar de las limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que nosotros queramos que sea. En efecto, los planes de recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor normalidad» que queremos.
El punto de partida no será alentador. Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda probabilidad, más frustración e incertidumbre. El coronavirus nos ha mostrado cuan frágil es la economía capitalista. Pero la crisis del capitalismo –con o sin coronavirus– seguirá golpeando la economía global.
En el gran casino de Wall Street los ludópatas neoliberales, podrán apostar a sus bolsas de valores, incluso sus economías ‘reales’ seguirán produciendo para un mercado virtual. Pero la clase trabajadora quedó atrapada, a la merced del virus del gran capital dando vueltas sin rumbo en la rueda de la fortuna. ¡Hasta cuando!
Eduardo Camín, periodista acreditado en ONU-Ginebra. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Subrayemos que se aplica "en más de 28 millones de hectáreas. Los campos de soja, maíz y algodón son rociados con el herbicida para que nada crezca, salvo los transgénicos. También se utiliza en cítricos, frutales de pepita (manzana, pera, membrillo), vid, yerba mate, girasol, pasturas, pinos y trigo. A partir del avance transgénico, aumentó geométricamente el uso del glifosato".

Una compilación que aporta más de 1.100 trabajos científicos

Un nuevo estudio vincula al glifosato con el cáncer, malformaciones y 

otros problemas de salud

30 de junio de 2020
Por Darío Aranda
Página 12

La compilación da cuenta de los impactos que el herbicida provoca en la salud y el ambiente. La semana pasada Bayer ofertó 11.000 millones de indemnización por juicios.

Existen más de 1100 estudios científicos que dan cuenta de los efectos del glifosato en el ambiente y en la salud. Están detallados en una reciente recopilación y dan cuenta del impacto sanitario del herbicida más utilizado del mundo, pilar del modelo transgénico. Más de 200 de esos trabajos científicos son de universidad públicas del país. En Argentina se utilizan más de 270 millones de litros cada año, los organismos de control no miden la toxicidad crónica del químico y, desde hace décadas, se suman familias y pueblos que denuncian los efectos de las fumigaciones.
Antología Toxicológica del Glifosato +1000, es el título del trabajo, de 270 páginas, recopilado por Eduardo Martín Rossi y editado por la ONG Naturaleza de Derechos. Al inicio se aclara que los 1108 trabajos científicos citados fueron, todos, sometidos a revisión por un comité de científicos o pares, y aprobados para su publicación académica. Se consultaron bases de datos científicas hasta mediados de 2019 y en todos los casos están disponibles mediante un link de acceso en Internet.
En el primer capítulo de la Antología Toxicológica se precisan estudios que vinculan el glifosato al cáncer, malformaciones, encefalopatía, autismo y parkinson. El capítulo dos aborda los mecanismos de fisiopatología celular (promotor el cáncer), apostosis celular (muerte celular programada), genotoxicidad y trastornos en el sistema endocrino. El tercer capítulo cita estudios de glifosato y su afectación en los sistemas reproductivo, inmunitario, digestivo, nervioso, renal y cardiovascular.
La multinacional alemana Bayer compró Monsanto en 2018 por 66.000 millones de dólares. Se transformó así en la mayor empresa de semillas transgénicas y agrotóxicos del mundo. Esta semana se hizo público el acuerdo extrajudicial de Bayer-Monsanto con casi 100.000 denunciantes de Estados Unidos. La multinacional alemana ofertó casi 11.000 millones de dólares para frenar demandas por las consecuencias en la salud del agrotóxico. Aún no se conocen los detalles del acuerdo. Tres condenas judiciales consecutivas (2018 y 2019) ya habían determinado la responsabilidad de la compañía y todas habían fijado resarcimientos millonarios.
En Argentina se aplica glifosato en más de 28 millones de hectáreas. Los campos de soja, maíz y algodón son rociados con el herbicida para que nada crezca, salvo los transgénicos. También se utiliza en cítricos, frutales de pepita (manzana, pera, membrillo), vid, yerba mate, girasol, pasturas, pinos y trigo. A partir del avance transgénico, aumentó geométricamente el uso del glifosato, desarrollado y comercializado inicialmente por Monsanto desde la década del 70, aunque en el 2000 se venció la licencia. Entre las empresas que comercializan glifosato en Argentina figuran Bayer-Monsanto, Syngenta, Red Surcos, Atanor, Asociación de Cooperativas Argentinas, Nufram, Agrofina, Nidera, DuPont, YPF y Dow. No existen datos oficiales de cantidades de uso, pero la ONG Naturaleza de Derechos utilizó las cifras de las empresas: en 2018 se utilizaron unos 270 millones de litros. En 1996, cuando se aprobó la primera soja transgénica de Monsanto, se utilizan 50 millones de litros.
La recopilación también aborda el impacto del agrotóxico en peces, anfibios, aves y mamíferos. Todo un apartado refiere al impacto en el ambiente, clasificado en consecuencias en el aire, aguas y suelos, donde se confirma que el glifosato permanece en el ambiente por largos periodos de tiempo y se traslada por extensas distancias. El capítulo seis y siete abordan el impacto en alimentos, la “interferencia nutricional” y la presencia del químico en comestibles y bebidas.
Es el quinto trabajo de recopilación de estudios sobre glifosato que publica Eduardo Rossi y Naturaleza de Derechos. “En los juicios de Estados Unidos la empresa no pudo negar los correos internos de Monsanto, donde reconoce que desconocía la toxicidad real del Roundup (marca comercial del glifosato). Y en los mismos tribunales se conocieron estudios que vinculan claramente al agrotóxico con la afectación en el ADN y con mecanismos vinculados al cáncer”, afirmó Rossi.
Durante muchos años Monsanto argumentó que no había “pruebas” de las consecuencias del herbicida. Periodistas agropecuarios y funcionarios seguían la misma línea argumental. Ante la cantidad de estudios de las últimas décadas, el nuevo relato señala que “existen dos bibliotecas” respecto al glifosato. Eduardo Rossi rechazó ese argumento empresario y destacó que existen más de 200 trabajos científicos de universidades públicas de Argentina, investigadores del Conicet y de organismos públicos (como el INTA) que confirman los impactos negativos del químico. Mientras que los únicos trabajos que señalan las bondades del producto son los de las empresas que lo producen o de científicos que reciben financiamiento de esas mismas compañías.
En Argentina no son públicos los estudios del Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que clasifican al glifosato como de “baja toxicidad”. Tampoco se tienen en cuenta los efectos crónicos (en largos periodos de tiempo).
Rossi destacó, entre otros trabajos, las investigaciones del grupo de Genética y Mutagénesis Ambiental (GEMA) de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), que desde hace más de una década investiga los efectos de los agroquímicos. Y, mediante decenas de publicaciones, confirmó que el glifosato produce daño genético, indicador de enfermedades como el cáncer. Todos sus trabajos están citados en su propia página de internet (contaminantesambientales.ar ).
https://www.pagina12.com.ar/275246-nuevo-estudio-vincula-al-glifosato-con-el-cancer-malformacio

Fuente: https://rebelion.org/un-nuevo-estudio-vincula-al-glifosato-con-el-cancer-malformaciones-y-otros-problemas-de-salud/

"Lo debemos al ambiente, a los valores que promueven los pueblos originarios, a nuestra salud y la de lxs que vendrán".

Bajo el lema “Nos deben una ley” Chubut lanzó la Segunda Iniciativa Popular contra la megaminería

30 de junio de 2020
Se cumplió una semana de la junta de firmas para el proyecto de ley de las asambleas en contra de la megaminería, que avanza con el compromiso y participación de cada paraje, comuna y localidad, en una provincia que desde el 2003 reafirma ¡No a la mina!

Por Flavia Nuñez para ANRed

El proyecto de ley de Iniciativa Popular (IP) 2020 es la herramienta legislativa elegida desde la Unión de Asambleas de Comunidades de Chubut –UACCh- para proteger a la provincia de la avanzada minera en los territorios. La IP2020 fue lanzada el pasado lunes 22 de Junio en Esquel y demás pueblos cabeceras de costa y cordillera pero a una semana de la colecta la junta de firmas se extendió a toda la provincia, transformando la iniciativa popular en un contundente mensaje a la clase dirigente, especialmente al gobierno y legisladores/as. Es que la IP es un proyecto de ley que permite la participación de la ciudadanía y requiere de su aval para ingresar y ser tratado en la legislatura provincial. Esta es la segunda vez que las asambleas del no a la mina presentan un proyecto de estas características tras el fraude legislativo de la primera IP presentada y fraguada en 2014, acompañada entonces por la foto- escándalo del diputado que en pleno tratamiento del proyecto recibía órdenes de un empresario minero para hacerle modificaciones a la ley del pueblo. Se va la segunda clamaron las y los chubutenses y el apoyo de la comunidad fue inminente, y más potente que en la anterior IP.
Los pueblos que luchan Viven
Como expresa Guido desde provincia de Buenos Aires en apoyo a la IP2020, “esta es una enorme, heroica, trascendental, esperanzadora y digna campaña del Pueblo de Chubut para juntar firmas para prohibir por ley la megaminería en toda la provincia”. Y ese es el espíritu que transmite a todo el país esta lucha, que atraviesa la provincia patagónica con firmas que van desde Puerto Madryn a Esquel, pasando por localidades de precordillera como El Maitén, de la meseta como Yala Laubat y Gan Gan, comunas rurales como Facundo o parajes como Las Golondrinas, ciudades costeras como Comodoro Rivadavia, y del valle como Trelew, Gaiman y Dolavon; junto con la ciudad capital Rawson, capitana de la resistencia en legislatura.
La fuerza de la comunidad está en la decisión comunitaria. La segunda Iniciativa Popular en Chubut se lanzó en simultáneo en toda la provincia bajo el impulso, coordinación y organización de las asambleas que integran la UACCh pero cuenta con el apoyo de los demás sectores en lucha, entre los que destacan Salud, Educación, Multisectorial feminista, partidos y sindicatos de base, y los movimientos de trabajadores en resistencia, como el de las fábricas de Trelew Sedamil y Fyrsa. “No cambiamos sueldos por Megaminería”, concluyen, en una de las provincias más castigadas por el desgobierno de Mariano Arcioni, que desde hace tres años viene adeudando sueldos –en la actualidad con hasta dos meses de atraso- a las y los empleados estatales incluido el personal esencial de salud.
Por qué una Iniciativa Popular
La provincia de Chubut tiene una ley que la protege de los estragos que produce en los territorios la minería a gran escala. Esta ley fue sancionada en el año 2003 tras el contundente rechazo a la minería en la consulta popular del pueblo de Esquel en la que más del 81 por ciento de la población votó no a la mina y echó a Meridian gold de su montaña. Desde entonces la Ley 5001, denominada ahora XVII-Nº 68, prohíbe la minería a cielo abierto con uso de cianuro como método de extracción, pero no es suficiente, ya que ahora desde el gobierno nacional expresan la decisión de avanzar con una “minería sustentable” que no usaría cianuro, al tiempo que junto al lobby minero provincial pretenden instalar en el discurso la necesidad de establecer zonas de sacrificio, como la ofrecida al proyecto Navidad en la meseta central de Chubut, cuya actual propietaria es la repudiada multinacional Pan American Silver, reconocida en América Latina por los estragos que dejó en Guatemala, Ecuador, Bolivia y Perú.
Una embestida de larga data. Frente al avance de los proyectos mineros en el interior de la provincia, como señalan en el documento de lanzamiento de la IP2020, “fue que en el año 2012, las asambleas de vecines de comunidades chubutenses que nos oponemos a la minería (UACCH) nos propusimos impulsar una legislación que ampliara la protección ambiental de la Ley 5001, utilizando para ello un mecanismo de democracia semidirecta establecido en la Constitución Provincial y denominado Iniciativa Popular”.
Se trató de un arduo trabajo que permitió presentar en mayo del 2014 en la Legislatura Provincial un proyecto de ley para establecer parámetros de sustentabilidad ambiental en las explotaciones mineras, que fue acompañado con 13.007 firmas. Pero el proyecto fue tratado recién el último día, el 25 de noviembre, cuando como resalta el documento UACCH: “cometieron impunemente un fraude legislativo”, torciendo así la voluntad del pueblo y aprobando por 15 votos a favor una ley que elles, durante el transcurso de la sesión, transformaron en ley minera”. Las asambleas solicitaron a la justicia la nulidad de la sesión ya que no se había respetado la esencia del proyecto y por conocimiento público de que las y los legisladores actuaron influenciades por empresarios mineros, tal como se pudo observar en la foto en la que se plasmaba el intercambio de mensajes entre el diputado Muñiz y Gastón Berardi, gerente de Yamana Gold.
La Justicia no anuló la sesión y la Legislatura consideró que el proyecto de ley había sido tratado. Sin embargo, ante el escándalo producido, nunca fue aplicada y fue derogada un año después. “Nos robaron la democracia en la primera aplicación de la iniciativa popular” acusan las asambleas, y reavivan la iniciativa con toda la fuerza que no se detiene y resiste bajo el lema “Nos deben una ley”.
El relanzamiento de la IP reafirma la voluntad de las comunidades porque se trata de “una ley basada en los principios ambientales preventivo, precautorio, de sustentabilidad y de equidad intergeneracional, principios que deben garantizar el presente y el futuro, que deben impedir el colapso de la naturaleza, que deben modificar el sentido antropocéntrico de las actividades humanas y así poder ubicarnos en un equilibrio con todos los otros seres que habitan el planeta”. Es por esto que en el documento de la UACCh destacan las múltiples alternativas a la megaminería que tiene Chubut, como los cientos de proyectos productivos sostenibles que las comunidades conocen y por los que apuestan por ser verdaderamente amigables con su entorno.
Achatame la curva del saqueo
Mientras frente a la pandemia se pide al pueblo que tome los máximos recaudos al tiempo que se paralizaron la mayoría de las actividades en el país, Argentina dio rienda suelta a la deforestación, al fracking y a la minería a gran escala. Y Chubut no fue la excepción: las empresas aprovecharon el aislamiento para circular por las comunidades del interior, llevando kits disfrazados de Responsabilidad Social Empresaria, herramienta que intentaron utilizar para comprar voluntades en una provincia que tiene la actividad prohibida por la ley 5001. Pero se encontraron con una comunidad conciente que rechazó las prebendas y con las Asambleas de comunidades de Chubut que respondieron con el relanzamiento del Proyecto de Iniciativa Popular: “Luchamos por una ley que garantice el agua pura a todes les chubutenses; pero además, por expresar a les gobernantes y empresaries que la minería metalífera en Chubut no cuenta con licencia social”. Porque en Chubut el No es No: “Ni trasnacional ni nacional, ni privada ni estatal, no es no. No pasarán”.
Lo que aumenta son los cuidados comuntarios
“Vecinxs informan a vecinxs” es uno de los pilares de la lucha antiminera que hoy se amplía al vecinxs cuidan a vecinxs. La colecta de firmas de la IP se realiza bajo un estricto protocolo de cuidados comunitarios frente al covid 19 que pone en valor el compromiso y responsabilidad de las comunidades. Como destacan en UACCh “confiamos en nosotres, con la dignidad que nos caracteriza, con la fuerza de este pueblo y el convencimiento de que estamos en el camino de la vida”. Pero los cuidados comunitarios van más allá.
Silvina está en Esquel y forma parte de la Asamblea de vecinxs autoconvocadxs por el no a la mina desde los tiempos del plebiscito en 2003. Desde local del No a la mina en donde juntan firmas para la IP nos cuenta un proceso que se está dando en todos los pueblos de Chubut: “Cuando nos comunicábamos con contactos para ir a llevarles las planillas para llenar nos pasó en muchas oportunidades que nos decían quiero firmar mis planillas pero también quiero recolectar firmas, llevar planillas para mi familia, para mi trabajo, para mis vecinxs. Así que pensamos que vamos a superar ampliamente el porcentaje que tenemos que cubrir de firmas, que es el 3 por ciento del padrón electoral, 13.500 firmas. La emoción es gigante y sobrepasa todas las expectativas”.
Y es que en cada asamblea se renuevan los pedidos de planilla sin cesar, se suman locales e instituciones como puntos fijos y crecen las colas en las plazas, puertas de supermercados, ramblas, costa de río y veredas de vecinxs. Casi no quedan pueblos sin colecta de firmas. Estudiantes en otras provincias pero con domicilio en Chubut piden tener sus planillas. E incluso firmaron políticos, como el intendente de Trevelen y los concejos deliberantes de Epuyén y Puerto Pirámides más concejales de Esquel y Trelew.
El amor mueve montañas y el amor por el territorio todo lo demás. Esta primera semana de IP nevó en la mayoría de las localidades cabeceras de firmas, como en Epuyén, Lago Puelo, Paso de Indios, y a otras llegó el fresquito cordillerano. En todos los casos más temprano que tarde las asambleas siguieron con la colecta de firmas.
Nati está en Trelew comprometida ciento por ciento con la IP y su relato muestra la fuerza de un proyecto comunitario hecho por y para las comunidades: “Hoy fue un día tan bello, a pesar del frío les vecinos de Trelew se acercaron exclusivamente a firmar, nos regalaron alfajores, leche de almendras, nos ofrecieron sus casas para calentar agua, nos regalaron alcohol en gel, sus lapiceras (…) la diferencia con la experiencia de hace 6 años atrás es abismal. De la primera a la segunda IP, pasaron años de trabajo y conciencia y se nota tanto. Mañana seguimos juntando firmas, y cada día nos volvemos a casa más fortalecides que el día anterior.  Gracias pueblo”.
Gracias pueblo
Silvina agradece a su pueblo e insiste en recordar que en cada localidad encontrarán a sus promotores con planillas de la Iniciativa Popular que están disponibles en cada asamblea comunitaria o consultando la web de la IP www.leymineriachubut.com.ar
Como sea, la rueda de la decisión comunitaria está en marcha y nada podrá frenarla. No con semejante apoyo avalando la IP en: Lago Puelo, Cushamen, Esquel, Trevelin, Corcovado, El Hoyo, Epuyén, Cholila, El Maitén, José de San Martín, Paso de Indios, Las Plumas, Paso del Sapo, Gualjaina, Los Altares, Cerro Cóndor, Chacay Oeste, Yala Laubat, Gan Gan, Ricardo Rojas, Facundo, Gaiman, Dolavon, Trelew, Rawson- Playa Unión, Comodoro Rivadavia, Rada Tilly, Sarmiento, Río Mayo, Puerto Pirámides y Puerto Madryn.

Gustavo vive en Comodoro Rivadavia y sus palabras resuenan en cada asamblea: “Cansadas de esperarlos para el debate, reprimidas por la policía, estigmatizadas por los medios de prensa y en cuarentena, las asambleas siguen fluyendo como el agua. Democracia no es solo ir a votar cada tantos años. Democracia es exigir como ciudadana/o ser parte de la decisión del modelo de desarrollo del territorio que habitamos”.
Porque nos deben una ley, porque se lo debemos al ambiente, a los valores que promueven los pueblos originarios, a nuestra salud y la de lxs que vendrán.
Hoy podemos decir SÍ a esta segunda Iniciativa Popular.

"Intentamos acercar realidades que las distancias y las estrategias de comunicación corporativa logran ocultar. Dar voz a los pueblos amazónicos es, en resumen, nuestro objetivo principal. Recomendamos pues, visionar nuestros trabajos que son de libre acceso".

Entrevista a Marc Gavaldà, director del documental Punta de lanza

«Son tiempos de

resistencia territorial

al extractivismo»

5 de mayo de 2020

Colectivo Alerta Amazónica

Confinado en su colectividad rural en los bosques de Collserola, en la periferia de Barcelona, nos atiende por teleconferencia Marc Gavaldà, profesor de ecología política en la Universidad Autónoma de Barcelona, activista y  director del nuevo documental Punta de Lanza, que se estrena a fines de abril en la Muestra de Cine Latinoamericano CineBaix.
En pleno confinamiento planetario estrenan un nuevo documental sobre la Amazonía. ¿De qué va Punta de lanza?
Este documental pretende reflexionar sobre las aristas del progreso en la región amazónica. En los últimos años, los gobiernos de los países que comparten la cuenca han proyectado grandes expectativas en base a la construcción de infraestructuras que facilitarán multiplicar el saqueo de recursos. La percepción de estos proyectos entre la población difiere dependiendo de los modelos productivos en los que se sustentan.
– ¿A qué te refieres?
Bien, en Bolivia se ha conformado una matriz económica con formato extractivista, que busca ampliar la frontera agrícola y minera selva adentro. Esto impulsa al mercadeo de tierras y la colonización para deforestar los bosques y vender madera primero y luego carne vacuna. Existen compromisos de exportación al respecto con China y Rusia que obligan a ampliar la cabaña ganadera. Por otro lado, los pueblos indígenas se aferran a sus territorios para preservar los recursos naturales que saben explotar en un modo de manejo que conserva las estructuras forestales y los ríos. Esta es la confrontación más visible.
– ¿Qué región de Bolivia han documentado?
– El eje de rodaje trató de seguir el trazado de un nuevo proyecto carretero, el Corredor Norteamazónico, que pretende unir la ciudad de La Paz, con el departamento del Pando y Brasil. Es un proyecto que se enmarca en la Iniciativa de Integracion Regional Andina (IIRSA-Cosiplan), destinado a cruzar el continente desde el Atlántico al Pacífico para facilitar el transporte de mercancías.
Nuestro viaje recorrió los departamentos de La Paz, Beni y Pando, ingresando en el Parque Nacional Madidi y los territorios indígenas Tacana 1 y Tacana 2.
– ¿Cómo fue la recepción por parte del pueblo indígena Tacana?
– Mi conexión con el pueblo Tacana viene de lejos. Ya en el año 2000 tuve la oportunidad de vivir unos meses en Tumupasa, el corazón de su territorio. Ahí se crearon lazos de amistad con algunas familias que he seguido cultivando hasta hoy.  A pesar de las amenazas que afectan sus territorios, el pueblo Tacana mantiene la identidad y la cultura relativamente vivas y se organiza para defender sus derechos. Nuestra entrada en sus territorios fue escrupulosa. Primero consultábamos a sus organizaciones, luego presentábamos nuestras intenciones a toda la comunidad. También organizamos proyecciones de cine documental en los lugares donde grabábamos. Era una manera de hacer conocer nuestros trabajos anteriores y crear complicidades con el proyecto.
– ¿Qué amenazas afectan a los territorios indígenas de esa región?
– La región del norte amazónico boliviano es una de las áreas de altísima biodiversidad mundial más bien conservadas, pero enfrenta hoy día serias amenazas.  La mencionada carretera y la apertura de accesos facilita el ingreso de actividades extractivas por parte de actividades ajenas al territorio. Por otro lado, en esta visión de progreso que implementa el gobierno central, se ha construido un ingenio azucarero que pretende imponer un cambio de usos del suelo por la necesidad de monocultivos de caña. También existe un proyecto aberrante de construir dos mega-represas en el río Beni que desplazarían a decenas de comunidades ribereñas de los pueblos Tacana, Chimán y Mosetén. Y el petróleo…
– ¿Encontraron petróleo en Amazonía de Bolivia?
– Hay una volutas política de avanzar la exploración petrolera en áreas no tradicionales. El gobierno presume de unos datos facilitados por una consultora francesa que indican la posible existencia de una bolsa de gas de varios trillones de metros cúbicos en la cuenca del río Madre de Dios. En 2016 se realizó una campaña de exploración sísmica donde abrieron más de 1.000 kilómetros de líneas para explorar hidrocarburos. Estos trabajos se iniciaron sin consultar a los pueblos afectados, los Araona, Tacana y Cavineño. Peor aún en los trabajos se encontraron pueblos en aislamiento voluntario.
– ¿Existen en Bolivia pueblos en aislamiento?
– Desde hace una década se habla del pueblo Toromona, en las cabeceras del Alto Madidi, incluso se reservó un área intangible para protegerlos. Sin embargo, en los últimos años, el avance de las fronteras extractivas para implementar nuevos proyectos, ha hecho visibles pueblos que se habían refugiado en las entrañas de la selva. El documental habla de dos casos, que involucran los trabajos de estudio previo de la represa del Chepete y la exploración sísmica de YPFB en la cuenca del Madre de Dios, pero existen referencias orales de otros pueblos.
– Este panorama que describes no es muy optimista. ¿Existe todavía esperanza en los pueblos amazónicos que participan en el documental?
Esperanza y determinación. No olvidemos que estos pueblos ya han sobrevivido a siglos de explotación. La fiebre del caucho hizo mucho daño a los pueblos amazónicos, pero un siglo después, todavía conservan su identidad. Claro que existe una migración de los jóvenes a la ciudad y muchos valores culturales, como la lengua- se pierden con los abuelos y abuelas que mueren.  Sus formas de vida, arraigadas en el territorio se ven amenazadas por el avance del extractivismo. Pero una generación de jóvenes ingresa a las organizaciones con aliento y se organizan redes de resistencia y apoyo mutuo entre pueblos afectados por diferentes proyectos. Son tiempos donde toca resistir y consolidar los territorios.
– ¿Qué luchas destacas de los pueblos amazónicos?
– En toda la cuenca amazónica cientos de pueblos resisten en diferentes grados de organización para custodiar sus territorios del avance del extractivismo. La gran propuesta de estos pueblos es que apuestan por un modelo de vida basado en valores externos al capitalismo. Creo que en un momento histórico planetario de emergencia climática, estos modelos endógenos de desarrollo son una gran aportación, y debemos apoyar a consolidar y fortalecer, antes de que la embestida cultural asociada a una sociedad del espectáculo y del consumo barra estas culturas para siempre. Son muy emblemáticos los discursos y prácticas de autonomía indígena de los pueblos del Cauca y del movimiento zapatista, por ejemplo. Pero también la resistencia digna de los pueblos del TIPNIS, de los Huampis en Perú o los Huaorani en Ecuador.  O los pueblos de la cuenca del río Marañon, en Perú, que han sufrido décadas de contaminación y su salud ambiental ha sido muy perjudicada. En 2016 ejecutaron un bloqueo en Saramurillo para que el estado se involucre en la remediación ambiental y se detenga la impunidad en los vertidos.
– Justo este tema lo trata el documental Lágrimas de aceite, ¿cierto?
– Correcto, en 2016 hubo al menos 8 roturas del Oleoducto NorPeruano en el río y afluentes del Marañón. Fuimos meses más tarde a recorrer todo el cauce de esta arteria fluvial, rescatando testimonios en las comunidades intoxicadas por el consumo de agua y pescado manchado de petróleo. Lágrimas de Aceite denuncia un sistema de impunidad ambiental institucionalizada que deja a las poblaciones enfermas y desprotegidas cuando el petróleo empieza a fluir por los ríos que son su sustento vital.
– Bueno, cuéntanos un poco del  colectivo Alerta Amazónica y sus objetivos.
– El colectivo Alerta Amazónica se formó en 2012, a raíz de un primer documental con ese nombre en la cuenca del Bajo Urubamba, en Perú. Queríamos establecer la conexión entre el consumidor de gas en el Estado Español y los impactos que genera su extracción en la Amazonía. El hilo que los conectaba es Repsol, una empresa que arrastra un historial nefasto de pasivos ambientales. En Camisea, descubrimos la huella que imprime sobre la cultura y el territorio de las comunidades nativas y el acorralamiento a pueblos en aislamiento voluntario o contacto inicial como los Nahua, Nantis i Kakintes.
La experiencia nos motivó a seguir documentando conflictos ambientales donde los pueblos indígenas amazónicos luchan en clara desventaja. Nuestra aportación, intenta pues acercar realidades que las distancias y las estrategias de comunicación corporativa logran ocultar. Dar voz a los pueblos amazónicos es, en resumen, nuestro objetivo principal. Recomendamos pues, visionar nuestros trabajos que son de libre acceso.
– ¿Donde se podrá ver Punta de lanza?
– Originalmente habíamos organizado un estreno mundial en paralelo en los territorios  Tacana 1 y Tacana 2. Lamentablemente la crisis de Covid-19 obligó a postergarlo. Entre el 23 de abril y 3 de mayo estará visible en la Muestra de Cine Latinoamericano Cinebaix.cat y próximamente en otros festivales. A parte, invitamos a plataformas y organizaciones que puedan organizar presentaciones en linea y también presenciales, cuando nos desconfinen.
Ver Punta de Lanza en la Mostra de Cine Latinoamericano Cinebaix (hasta 3 de mayo 2020): http://mostra.cinebaix.cat/pellicula/punta-de-lanza

 



lunes, 29 de junio de 2020

Reconozcamos la corrupción e impunidad de la casta política para no seguir delegando en el Estado optimizado como garante de la acumulación gran capitalista mediante criminalidad de lesa humanidad y lesa naturaleza.

De un vistazo y muchas aristas #104

2 de junio de 2020

Por Alianza Biodiversidad
Entrecruzamientos que agravan  los sistemas alimentarios agroindustriales
#Biodiversidad104 | Haciendo eco con toda la documentación de este número de Biodiversidad, sustento y culturas, presentamos varias aristas aparentemente dispersas que nos ayudan a entender la gravedad de la agroindustria: sus fundamentos históricos de acumulación, su filosofía apoyada por una tecno-ciencia filibustera, las riesgosas innovaciones que alimentan sus ganancias, la mentira de su filantropía, sus hilos políticos a nivel internacional, las evidencias de su nocividad en las granjas fabriles, los transgénicos, los agrotóxicos, la deforestación, las pandemias, el caos climático y la represión y el crimen para mantenerlas. Todo se conjuga en este abigarrado mosaico.
La cría industrial de animales en confinamiento (avícola, porcina, bovina) es una verdadera fábrica
de epidemias animales y humanas
Grandes concentraciones de animales, hacinados, genéticamente uniformes, con sistemas inmunológicos debilitados, a los que se administran continuamente antibióticos, según la OMS, son la principal causa de generar resistencia a los mismos a escala global. Un perfecto caldo de cultivo para producir mutaciones de virus más letales y bacterias multirresistentes a los antibióticos, que con los tratados de libre comercio se distribuyen por todo el globo.[...]
La relación entre ganadería industrial y epidemias-pandemias va más allá de los grandes criaderos. Hay causas concomitantes: la cría masiva de animales confluye con la destrucción de hábitats naturales y de biodiversidad que hubieran funcionado como barreras de contención de la expansión de virus en poblaciones de animales silvestres.
Los principales responsables de esta destrucción de ecosistemas son el sistema alimentario agroindustrial en su conjunto, el crecimiento urbano descontrolado y el avance de megaproyectos para servicio de los anteriores: minería, carreteras y corredores comerciales.
El sistema alimentario agroindustrial juega el papel principal: según la FAO, la causa mayoritaria de deforestación en el mundo es la expansión de la frontera agropecuaria industrial. En América Latina causa 70% de la deforestación, y en Brasil hasta 80%.
De toda la tierra agrícola del planeta, 78% (!) se usa para la industria pecuaria a gran escala: sea para pasturas o siembra de forrajes. Más de 60% de cereales que se siembran globalmente son para alimentar animales en confinamiento
En cada paso de la cadena alimentaria agroindustrial, 4-5 grandes transnacionales dominan más de 50% del mercado global.
Solamente tres empresas (Tyson, EW Group y Hendrix) controlan toda la venta de genética avícola en el planeta. Otras tres la mitad de toda la genética porcina. Y unas pocas más la genética bovina. Esto causa una enorme uniformidad genética en los criaderos, que facilita la trasmisión y mutación de virus.
Igual sucede con las empresas del comercio mundial de commodities agrícolas (granos y oleaginosas), controlado casi en totalidad por seis empresas: Cargill, Cofco, ADM, Bunge, Wilmar International y Louis Dreyfus Co, que comercian los forrajes que van a la cría industrial de animales, principalmente soya y maíz transgénico.
Las mayores procesadoras de carne avícola, porcícola y vacuna son actualmente JBS, Tyson Foods, Cargill, WH Group-Smithfield y NH Foods. WH Group, de China, es la mayor empresa porcícola del globo y domina en América del Norte, dueña de Granjas Carroll, donde se originó la gripe porcina.
Es significativo el caso de Cargill, que siendo la mayor empresa global de comercio de commodities agrícolas pasó de proveer forrajes a ser además criadora, siendo la tercer compañía mundial de cárnicos (aves, cerdos, vacas).
Pese a los desastres que está causando la pandemia de Covid-19, esas empresas siguen sus actividades, gestando la próxima pandemia, que podría incluso ocurrir mientras la actual sigue activa.
Es hora de terminar con este sistema agroalimentario absurdo y dañino, que solamente beneficia a las corporaciones. Es el principal factor de cambio climático y pese a utilizar de 70 a 80 por ciento de la tierra, agua y combustibles de uso agrícola, sólo alimentan a 30 por ciento de la población mundial. Silvia Ribeiro, “Gestando la próxima pandemia”, La Jornada, 25 de abril de 2020.
Hay un cruel oscurantismo en la praxis industrial: la aberrante creencia de que las técnicas
costosísimas aplicadas a los actos más humildes vuelven próspera a la gente
La ceguera reforzada por las profesiones dominantes sobre las cantidadesde energía socialmente optimas; la superstición de que los seres humanos no pueden vivir sino en un capullo institucional que los atiborre de educación, calorías y asistencia médica
Hay ya mucha gente que percibe el conflicto latente entre el ser humano y los instrumentos industriales. Iván Illich encarna la esperanza de que este conflicto se manifieste en una Gran Crisis o sea la ocasión de una opción sin precedentes. Cuando se disipe la ilusión industrial, aparecerá, como alternativa muy realista, la posibilidad de una sociedad convivial donde un número creciente de personas hagan más con menos. “Los humanos que saben decir con claridad lo que quieren, lo que pueden y lo que no necesitan” preparan ya el terreno para una crisis franca que requerirá una solución global. Los modos de la crisis dependerán de la diversidad de los horizontes de donde se elevarán estas voces y de la claridad con que se plantee la opción: ¿queremos herramientas conviviales [aquellas que nos devuelven a la comunidad] o que nos aplaste la megamáquina, las herramientas industriales [que nos enajenan del cuerpo social]? Jean Robert, Los cronófagos, de próxima aparición.
El 24 de marzo se realizaron acciones de protesta con bloqueos, cortes de ruta y barricadas en diversos puntos de Chiloé
Como respuesta a la violencia ejercida por fuerzas represivas estatales, quienes quebrantaron la aduana sanitaria para abrir por la fuerza el flujo de camiones de la industria salmonera y de mitilicultura [el cultivo de moluscos] provenientes del continente.
Cabe señalar que organizaciones sociales de Chiloé habían logrado establecer un acuerdo con autoridades regionales para el aislamiento ante la emergencia sanitaria del Covid-19, más aún considerando que en el archipiélago no había casos de contagio, fijándose que pasarían por el Canal de Chacao sólo alimentos e insumos básicos. Sin embargo, el 24 se permitió el flujo de camiones de la industria acuícola y algunos buses, custodiados por fuerzas especiales de carabineros e infantes de guerra de la Marina, quienes reprimieron a habitantes guardianes de la medida sanitaria, deteniendo a dos de ellos: al presidente de la JJVV de Chacao, Andrés Ojeda y al vecino, Pablo Montalva de Coñimó.
Al ser detenido, Ojeda señaló: “es lamentable que Salmon-Chile, sus asociados y la industria de la mitilicultura tengan de rodillas a Chiloé. En estos días complejos anteponen sus actividades económicas por sobre la salud de nuestra gente coludidos como el gobierno regional y varias autoridades locales”.
Chiloé es un archipiélago con más de 40 islas, con unos 170 mil habitantes distribuidos en 10 comunas, que la deja en un estado de extrema vulnerabilidad por no existir condiciones sanitarias para enfrentar una emergencia de este tipo por la conectividad y sistema hospitalario.
Luego de los violentos quiebres sanitarios por parte de agentes represivos estatales, por la tarde y noche en Chiloé se realizaron acciones de protesta con bloqueos, cortes de ruta y barricadas en diversos puntos de Ancud, Quemchi, Castro, Quellón y Queilen. Al otro día, en otros lugares y en Isla Lemuy, cuya cabecera es la comuna de Puqueldón también se realizaron manifestaciones tendientes a la protección efectiva de la población: “La única barrera que en algo nos protegía o pretendía hacerlo, fue derribada por el Estado en el canal de Chacao. Todas las comunas en este minuto se están organizando para proteger el archipiélago de Chiloé y nosotros esperamos hacer nuestra parte por Lemuy”, señalan desde el movimiento social.
Luego de las acciones violentas contra habitantes de Chiloé en el canal de Chacao, Álvaro Montaña, del Movimiento Defendamos Chiloé, dio cuenta de la llegada de una mayor dotación represiva: “En estos momentos, la empresa Transmarchilay ha permitido el ingreso de un guanaco y dos carros más. Ésta es la respuesta del gobierno a nuestra necesidad. No mandan médicos, no mandan camillas, sino que mandan guanacos, gracias al auspicio de la empresa Transmarchilay, para que todos los chilotes sepan”. La escritora poeta canaria-chilota, Maribel Lacave, indicó a Radio Estrella del Mar: “Estamos hablando de una situación extrema, de un problema de agresión contra la vida, entonces defendamos a nuestros vecinas y vecinas que lo único que están haciendo es sacrificándose para evitar que entre el contagio. Estamos velando por la salud de todos”. Rebelión en Chiloé contra irresponsabilidad sanitaria estatal y acuícola, Territorios comunicaciones, Chile, 25 de marzo, 2020
Al mismo tiempo que la usurpación y el vasallaje, para destinar las tierras a la caña de azúcar,
Hernán Cortés llevó a cabo el desplazamiento del cultivo del maíz de los pueblos
Hacia 1524, estableció dos ingenios azucareros en Tuxtla y, en 1532, otro ingenio en Tlaltenango, en las cercanías de Cuernavaca. Al oriente de Morelos, en 1582, la hacienda del Hospital montó un cañaveral en territorio usurpado, entre otros, al pueblo de Anenecuilco. [...]
Este sistema agrario que traspuso la declaración de independencia, a finales de la dictadura de Porfirio Díaz representaba la forma predominante bajo la cual se efectuaba la explotación de los trabajadores del campo. No era un régimen homogéneo, pero en conjunto las haciendas de todo el país detentaban 16.6 millones de hectáreas y tenían el control de los principales productos agrícolas a excepción del más importante de todos, desde el punto de vista económico y civilizatorio: el maíz.
En segundo y tercer grado de importancia, alternándose por años, la caña de azúcar y el henequén eran los cultivos más importantes por el valor de la cosecha y estaban monopolizados por las haciendas. Lo mismo ocurría con otros cultivos importantes, como el tabaco, algodón, café y trigo.
Al final de la dictadura porfirista a principios del siglo XX, la importancia estratégica de las haciendas de Morelos puede observarse considerando que eran unidades capitalistas de alto rendimiento, cuya fuerza radicaba, por un lado, en el monopolio de la tierra y, por otro, en un elevado nivel tecnológico de los ingenios azucareros. En Morelos, el 46 por ciento del territorio estaba en manos de las haciendas y 79 de cada 100 hombres, entre 11 y 60 años, eran peones. Ambos datos fueron los más altos del país, salvo en Guerrero.
Con la tecnología moderna, al interior de las economías azucareras del mundo, se produjo la separación de la propiedad de la tierra y la propiedad del ingenio industrial; sin embargo, en México no ocurrió así. Aquí se aplicó la maquinaria moderna —a gran escala, en el caso de Morelos— al modelo terrateniente colonial. Más aún, se agudizó el monopolio de la tierra y también la centralización de la fase industrial, en manos de los hacendados. La hacienda porfirista combinó la apropiación de una renta absoluta, derivada del monopolio de la tierra, con la apropiación de plusvalía, derivada de la explotación del trabajo asalariado. Esto produjo una clase híbrida —terrateniente y capitalista industrial a la vez— con métodos exacerbados de explotación, humillación y despojo.
Las formas de sujeción se multiplicaron con esa modernización. Pero los asalariados de las haciendas no eran trabajadores “libres”, sino peones sometidos por medio del endeudamiento y la vigilancia especial de los capataces. Para mayor control, con frecuencia los trabajadores vivían “acasillados” dentro de la hacienda. Francisco Pineda, “Emiliano Zapata: maíz, azúcar y petróleo”, Desinformémonos, abril de 2012.
El avance del modelo agroindustrial de monocultivo es parte de la dinámica regional
Por lo cual es importante considerar los acuerdos firmados y los que están negociándose por parte del Mercosur, dado que los Tratados de Libre Comercio ponen en peligro la producción campesina e implicarían una profundización de la presencia de las corporaciones del agronegocio. Se presenta el avance del modelo en la región, tomando como punto de referencia el año 2003, en que empiezan a denominar al cono sur como “República Unida de la Soja”. En estos 15 años, los cultivos de soja pasan de un poco más de 33 millones de hectáreas a casi 58 millones de hectáreas. Base-Is, Con la soja al cuello, Informe sobre los agronegocios en Paraguay, 2018. Marielle Palau, coordinadora.
Los cultivos transgénicos de soja y maíz en Uruguay tienen varios aspectos: económico-político, científico,de salud, medioambiental, bioético, social y cultural.
Las “normas relativas a bioseguridad de vegetales y sus partes genéticamente modificadas” dictan una política de “coexistencia regulada” entre cultivos GM y no-GM, así como el etiquetado voluntario de alimentos que contienen OGM, si es que se pueden comprobar en sus productos finales. No se pueden realizar análisis de glifosato en muestras humanas. Es muy complicada la interacción entre academia y política. Las consecuencias son un aumento del PIB por exportaciones, al costo de un mayor uso de pesticidas y plaguicidas, pérdida de biodiversidad, de soberanía alimentaria, desaparición de polinizadores y una serie de impactos que para analizarlos se necesitan nuevos indicadores. Planteamos un espacio interdisciplinario que tenga como objetivos generales hacer evaluación del impacto del paquete tecnológico (evaluando la exposición al glifosato, pesticidas y plaguicidas, la presencia de transgénicos en semillas, cultivos, materias primas y productos finales); la evaluación de sistemas de producción agroeconómica, con indicadores para evaluar la producción agroecológica; aporte de criterios técnicos para regular la bioseguridad y otras políticas y consultas públicas sobre seguridad, soberanía alimentaria y salud humana; y formación de recursos humanos, difusión y comunicación de resultados.
La alternativa es poner en manos de la producción agroecológica los saberes que se tienen, formarse científicamente, aprender de la Madre Tierra, imaginar y reinventar la milpa, dar un marco científico a los buenos usos y costumbres, los buenos hábitos y la buena alimentación. Pablo Galeano y Claudio Martínez, Núcleo Interdisciplinario Colectivo TÁ: “Transgénicos y alternativas agroecológicas”.
El tema de la coexistencia entre OGM y semillas nativas surgió en la sesión sobre agricultura y transgénicos
del Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP) en México
Ha sido central el debate sobre la introducción de maíz genéticamente modificado a México, centro de origen. La controversia inicia en 2001. Las autoridades competentes (Cibiogem, 2003) habilitan por todos los medios posibles la introducción de OGM. Hay una “actuación de seriedad” (término con el que algunos franceses definieron la actitud de hacer como que hacen todo pero en realidad no hacen nada). Las leyes mexicanas en la materia parecen de avanzada, vistas por encima, pero la realidad es completamente distinta. Hay una pugna entre una epistemología reduccionista y una compleja.
Para los reduccionistas sólo los expertos pueden opinar, sólo las opiniones técnicas son válidas; entonces se impone la noción de que los OGM son un mal necesario; a mayor tecnificación, mayor progreso; y se habla de las posibilidades de coexistencia, imponiendo divisiones artificiales y arbitrarias del país para establecer lugares donde sí se pudieran poner cultivos GM, sobre todo en el noreste de México.
Nuestra respuesta, desde la complejidad, es realizar análisis multidisciplinarios de problemáticas particulares y elaborar documentos de difusión y divulgación, llevando a cabo un trabajo conjunto con organizaciones de la sociedad civil. Intervención de Alma Piñeyro en el seminario Nuevas tendencias tecnológicas y sus impactos en América Latina. Grupo ETC, Memorias del seminario, Heinrich Boll, 21-23 de mayo de 2018.
En Bolivia, los agroindustriales no despojan legalmente de la tierra, sino que generan un proceso de dependencia
Que fuerza a quienes producen en pequeña escala a alquilarles sus hectáreas. Es decir, pueden conservar su propiedad y el acceso a su tierra, pero no participar del modelo de agronegocio, que requiere capital intensivo.
Esta situación de alquiler de tierras tiene relación directa con la estructura agraria del país, con una desigualdad muy clara: el 78% de productoras y productores de soja en Santa Cruz de la Sierra son de pequeña escala (50 hectáreas o menos) y controlan sólo el 9% de la tierra. Apenas 2% de quienes producen (quienes explotan más de mil hectáreas) controlan el 70% de la tierra.
En Paraguay el apoyo institucional al agronegocio y a la concentración de la tierra se da en casi todos los estratos de gobierno, desde el aparato represivo hasta los órganos de control y los ámbitos responsables de la aprobación de las semillas transgénicas. La expulsión de la población campesina e indígena se da principalmente por mecanismos de coacción, intoxicación, alquiler y venta de “derecheras” (posesión sin títulos).
En Uruguay, en tanto, el proceso de concentración de tierras se dio a partir del avance del agronegocio, que (además de la soja) incluye el modelo forestal-celulósico. Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur, Capítulo 4: Concentración de la tierra y expulsión de pueblos originarios y campesinos de sus territorios
El desarrollo intensivo de monocultivos comerciales para el mercado de exportación ha implicado la
degradación y contaminación de los ecosistemas en las áreas donde se producen
La mayor parte de las importaciones de alimentos de México y casi la totalidad de sus exportaciones agropecuarias se concentran en Estados Unidos, país con una agresiva política a escala global y con una trayectoria en el manejo político de sus exportaciones de alimentos. Con ello, el gobierno mexicano ha perdido autonomía en el manejo de su política agroalimentaria. Consideremos la vulnerabilidad ambiental, manifiesta en la falta de una política clara orientada a preservar y desarrollar la biodiversidad y la riqueza fitogenética de México. Esta situación se relaciona con la disminución de las oportunidades de vida de los pequeños productores campesinos, quienes durante siglos han desarrollado diversidad de razas y variedades de los cultivos básicos, particularmente en el caso del maíz. Estos productores, han tenido que migrar interna e internacionalmente para poder sobrevivir abandonando la agricultura. A causa de esta situación, disminuye la posibilidad de mantener las razas tradicionales de los cultivos y las variedades silvestres en los lugares de donde son originarios. A lo anterior se suman los programas gubernamentales que difunden el uso de semillas híbridas entre campesinas y campesinos y, sobre todo, la entrada sin control de semillas transgénicas de maíz, lo que pone en riesgo el patrimonio biogenético de esta planta. Humberto González y Alejandro Macías, “Vulnerabilidad alimentaria y política agroalimentaria en México”, Desacatos, revista de ciencias sociales, 2014.
El crecimiento del uso de agrotóxicos en la región fue exponencial y tiene directa relación con el avance
del modelo de agronegocio centrado en semillas transgénicas resistentes a herbicidas
Una característica, repetida en todos los países, es que no existe un registro riguroso ni actualizado del uso de agroquímicos. Este dato no es casual: la ausencia de estadísticas oficiales es parte de una estrategia que une a empresas y gobiernos para evitar que se puedan cuantificar y precisar los daños. [...]
En la década de 1990 Monsanto presentaba al glifosato como inocuo y biodegradable. La propuesta era, entonces, reemplazar a los herbicidas más tóxicos por el novedoso producto. Al día de hoy —tras cientos de investigaciones científicas— no sólo quedó desmentida su inocuidad, sino que el mismo sistema hoy promueve, por medio de los transgénicos de resistencias apiladas, los mismos herbicidas a los que supuestamente había reemplazado. Para colmo, venden tecnologías como la resistencia al 2,4D —herbicida que se usa comercialmente desde 1946 y ha sido prohibido en muchas jurisdicciones por su toxicidad— publicitándolas como fórmulas de avanzada. Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur, Capítulo 3: Agrotóxicos: el crecimiento exponencial de su uso y los impactos en la salud y los territorios
En la historia de larga duración, el cultivo del maíz operó como eje de la auto-organización en la
 comunidad campesina de México y, desde una perspectiva mayor, fue soporte de uno de los 
procesos civilizatorios de la humanidad. Esa historia es la raíz profunda de la revolución del sur.[...]
El maíz no monopoliza los nutrientes de la tierra sino que, por el contrario, incrementa su productividad cuando es sembrado junto con otros cultivos, en “milpa”, con el frijol, la calabaza y el chile; en unidades que también producen tubérculos, cereales, agaves, hortalizas o frutales. El autoabastecimiento de los bienes necesarios, como sabemos, ha sido una barrera de resistencia a la monetarización y mercantilización de todo.
Desde ese punto de vista, es posible considerar que la diversidad —tanto en la producción como en el aprovechamiento del maíz— y la auto-organización constituyen el sustento material y organizativo de la autodeterminación de la comunidad campesina, como práctica cotidiana. Para los zapatistas, la economía del maíz era el sustento de la vida y, a la vez, la base material de su vocación de libertad.
[...] El conflicto nuclear de la revolución del sur, entre las haciendas y los pueblos, puede considerarse, también, como la confrontación violenta entre la economía del azúcar, con sus formas de sometimiento, y la economía del maíz, con sus formas de auto-organización y libertad. Desde esta perspectiva, es posible observar también la respuesta feroz que emprendió el poder contra la acción revolucionaria de los zapatistas. Francisco Pineda, “Emiliano Zapata: maíz, azúcar y petróleo”, Desinformémonos, 6 de agosto de 2012

Los millones de hectáreas que hoy ocupan los monocultivos de soja y maíz transgénicos, y el nivel de concentración de la tierra en poder del agronegocio sólo pudieron concretarse avanzando sobre territorios campesinos e indígenas. La instalación del modelo transgénico se realizó con distintos niveles de coerción. Desde la estafa que representó la compra irregular de tierras —donde un empresario llegaba con supuestos títulos de propiedad y obligaba a irse a campesinas y campesinos con posesión ancestral— hasta el uso de la violencia, ejercida por la fuerza pública o por grupos de choque contra las familias que, conscientes de sus derechos, se negaban a dejar sus parcelas. Esto generó (y sigue generando) que miles de personas sean expulsadas de sus tierras, presas, heridas y asesinadas.
En Argentina, los territorios campesinos e indígenas más afectados están ubicados en las provincias del llamado Gran Chaco Americano: Formosa, Salta, Santiago del Estero, Chaco, Santa Fe, y partes de Córdoba, San Luis y Catamarca. En la mayoría de estos territorios hubo monte y vivieron familias, hasta que el agronegocio avanzó con violencia: en algunos casos, con el accionar de grupos paramilitares y la complicidad del poder político y judicial; en otros, con el abandono del Estado, y también con los llamados “desalojos silenciosos”.
Esta modalidad no es sino la estafa a familias que desconocían sus derechos y no estaban organizadas. Los empresarios se apropiaban de las tierras exhibiendo falsos títulos de propiedad, logrando que las familias —engañadas por abogados u operadores judiciales— dejen sus tierras sin poder reclamar sus derechos. Estimaciones oficiales señalan un piso de ocho millones de hectáreas en este tipo de conflicto. Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur, Capítulo 5, Criminalización de luchas campesinas y de pueblos originarios: la violación de derechos humanos, la represión y el asesinato como herramienta disciplinadora, abril de 2020.

Una carta demandando que en la futura “Cumbre sobre sistemas alimentarios” no tengan injerencia ni el Foro Económico Mundial ni la Fundación Bill y Melinda Gates fue enviada la semana del 16 de marzo por 550 movimientos sociales y redes internacionales, organizaciones de la sociedad civil internacionales, movimientos y organizaciones regionales y centros de investigación de todo el mundo por iniciativa del Comité Internacional de Planeación para la Soberanía Alimentaria (CIP) y la entregaron al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
En diciembre de 2019, la Secretaría General de la ONU anunció una Cumbre sobre Sistemas Alimentarios en 2021, que el Foro Económico Mundial (FEM o mejor conocido como WEF por sus siglas en inglés y promotor de la agroindustria y la agricultura por contrato como pocos), sería co-organizador y que Agnes Kalibata, actual presidenta de la Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA), sería representante de Guterres. Tan pronto se supo, cientos de organizaciones demandaron el fin de la “alianza estratégica” con el FEM por considerar sumamente peligroso el poder que adquirirían las empresas transnacionales sobre la política alimentaria global, cuando son ellas las que “han causado y/o empeorado las crisis sociales, económicas y ambientales a las que se enfrenta el mundo”.
AGRA, financiada por Bill y Melinda Gates, “promueve los intereses de la agroindustria”, por lo cual es absurdo que represente a la ONU. En la carta se dice que “la asociación entre la ONU y el FEM ayuda a que se establezca el capitalismo de las partes interesadas como modelo de gobernanza para todo el planeta”.
En una cumbre así, se privilegiarían los modelos ultra-tecnificados de agroindustria que impulsan las empresas, despreciando las perspectivas de los más afectados por el hambre y la malnutrición: pueblos originarios, personas sin tierra, mujeres, trabajadores rurales, campesinos, pescadores, pastores, consumidores, personas que padecen inseguridad alimentaria en las zonas urbanas y los jóvenes.
El Mecanismo de la Sociedad Civil (MSC) para las relaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria de la ONU nos mantiene al tanto en esta situación. En un boletín del 24 de marzo, proponen que “colocar a la FAO y al Comité Mundial de Seguridad Alimentaria, así como a los gobiernos al frente de la Cumbre, garantizaría una gobernanza alimentaria multilateral e inclusiva.” De lo contrario “aumenta el riesgo de la influencia corporativa en la cumbre y se ignora el potencial del papel de los pueblos más afectados por el hambre y la malnutrición” haciendo que la gobernanza alimentaria sea peligrosamente antidemocrática en estos tiempos de pandemia. Grupo ETC, “Los accionistas empresariales no deben conducir las políticas alimentarias”, abril 2020.
El barrio Ituzaingó Anexo, en las afueras de la provincia Córdoba (centro de Argentina) 
Es de casas bajas, asfalto gris y chicos y chicas que juegan en la calle. Era como muchos otros barrios, hasta que ganó notoriedad por la gran cantidad de casos de cáncer y de niñez con malformaciones que se registraron entre su población. Sus habitantes miraron y comenzaron a encontrar las causas de tanto mal: al este, norte y sur había campos de soja, sólo separados del barrio por una calle. Las fumigaciones con agrotóxicos llegaban hasta las puertas de las viviendas.
La organización Madres de Ituzaingó, nacida a medida que las enfermedades se multiplicaban, relevó los casos y denunció a empresarios sojeros como a la dirigencia política, por complicidad. Eran llamadas “las locas”, pero se convirtieron en pioneras en denunciar la contaminación del modelo agrario. En 2009, casi una década después de las primeras denuncias, la Justicia cordobesa prohibió que fumiguen en cercanías del barrio. “Fumigar en áreas urbanas viola disposiciones de la Ley Provincial de Agroquímicos y constituye un delito penal de contaminación ambiental, que se pena con hasta diez años de prisión”, explicó el fiscal de Instrucción del Distrito III, Carlos Matheu, que determinó la figura penal de “contaminación dolosa del medio ambiente de manera peligrosa para la salud”. En 2012 se transformó en el primer caso en llegar a juicio penal. Luego de dos meses de audiencia, la sentencia determinó que el productor agropecuario y el aerofumigador fueron encontrados culpables de contaminar y afectar la salud de la población, y recayó sobre ellos una pena de tres años de prisión (condicional, sin cumplimiento efectivo). Las Madres de Ituzaingó reclamaron el cumplimiento de la pena efectiva.
Desde la Campaña Paren de Fumigar Córdoba (que reúne a una decena de organizaciones) valoraron el fallo: “Es el primero en Argentina. Teníamos razón: las fumigaciones son delito y tienen condena”. Atlas del agronegocio transgénico en el Cono Sur, Capítulo 3, Agrotóxicos: el crecimiento exponencial de su uso y los impactos en la salud y los territorios, abril de 2020
Hay una crisis ética y política en el manejo de la ciencia, en los contenidos mismos, que vuelven
inmanejables los objetos, provocando que se salgan de control y generen problemas efectivos
La biotecnología o la ingeniería genética pueden ser perpetuamente innovadas, pero hay un problema: las tecnologías de edición genética tal vez permitan prescindir del uso masivo de pesticidas, pero la devastación de toda la biodiversidad en la República de la Soya, la devastación que ha generado en Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, ésa no se compone con edición genética. Es una devastación irreversible y acumulada. Se van acumulando una serie de desastres de tecnologías cada vez más sofisticadas y cada nueva generación, con cada nuevo paquete de iniciativas arrogantes que implican valorización de capital, van dejando un cúmulo de factores caóticos imprevistos que van haciendo sinergia entre sí. La industria química mundial arroja permanentemente 200 mil sustancias químicas —y en muchos países de América Latina apenas se monitorean demasiado pocas. No se monitorea la interacción entre ellas en el medio ambiente. Hay una sombra invisible de interacción química en la totalidad del medio ambiente, que está interactuando con la totalidad de los ecosistemas y la totalidad de nuestros cuerpos y que está detrás de esa crisis del medio ambiente y de la salud. Andrés Barreda, “Nuevas tecnologías, crisis y capitalismo”, Grupo ETC, Memorias del seminario, Heinrich Boll, 21-23 de mayo de 2018.

Un análisis de la deforestación en el Cerrado a partir de datos recopilados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) reveló que, entre agosto de 2018 y julio de 2019, un área de 933 km² fue destruida sólo en Mato Grosso. De este total, la devastación ocurrió mediante acciones ilegales en 88% de los casos. Esto es una reducción del 6% en relación con el área deforestada el año anterior, pero según el documento publicado por el Instituto Centro de Vida, la tasa de destrucción del bioma sigue siendo “alarmante” por el alto grado de ilegalidad en las acciones. Una gran parte de la deforestación ilegal identificada proviene de propiedades rurales registradas en el Registro Ambiental Rural (CAR). Este registro electrónico es obligatorio y tiene como objetivo integrar la información ambiental para la preservación de bosques y vegetación nativa. De la deforestación ilegal identificada en estas propiedades registradas, 64% se concentra en grandes propiedades, con más de mil 500 hectáreas. Según Vinícius Silgueiro, coordinador del Centro de Inteligencia Territorial de ICV, los datos muestran que la destrucción es realizada por aquellos que ya tienen poder económico y, por lo tanto, es fácil identificarlos por las agencias ambientales para rendir cuentas por delitos. “Cuando observamos el universo de propiedades que se desmonta ilegalmente, se concentra en menos de 900 haciendas, un número muy pequeño en comparación con el número total de propiedades en el Cerrado, un 3%. Es preocupante que pocas propiedades que podrían estar bajo inspección sean las que destruyan más del 60% del bioma y pongan en riesgo la producción agrícola”. Philip Vidon, “Las grandes propiedades rurales son responsables de más del 60% de la deforestación en El Cerrado”, Epoca, 6 de febrero de 2020
El capitalismo industrial es parecido a un iceberg. En la parte visible los valores de uso producidos
autónomamente son sustituidos por valores heterónomos o “industriales”
La destrucción de los saberes locales y de las tradicionales bases de subsistencia asegura un proceso de irreversibilidad. Su eficacia no se fundamenta en la supresión brutal de libertades prácticas, sino en volverlas improductivas.
En la parte invisible del iceberg el capitalismo industrial cobra la mayor parte de su tributo en esfuerzo físico y fatiga. Agobia sobre todo a quienes considera “improductivos”: los indígenas de todo el mundo, las mujeres, los jóvenes y los viejos, pero también a los mismos asalariados durante sus horas “improductivas”. Debemos cuestionar radicalmente el desprecio del que hace gala el modo de producción dominante (heterónomo, industrial, “capitalista”, “masculino”) respecto de todas las formas que se apartan de su norma (autónomas, conviviales, “corporales”, “femeninas”).
Al atribuir a los discrepantes un escaso “valor del tiempo”, los planificadores sancionan, castigan su aparente poca “productividad”. [...] Con el fin de sobreexplotar a estos discrepantes, industrializando la producción obligatoria de ciertos tipos de “valores de uso”, el modo de producción dominante confiesa que en realidad se alimenta de la discrepancia respecto de la norma que pregona.
El hecho decisivo es que el plusvalor no pueden realizarlo los trabajadores ni los capitalistas, sino los estratos de la sociedad o las sociedades que no producen de modo capitalista, escribía Rosa Luxemburgo en un pasaje profético [..]
Rosa Luxemburgo no se limita a la realización del plusvalor. Explora sus orígenes, o mejor dicho, el modo de creación de las condiciones que hacen posible su acumulación.
Decir que el capitalismo vive de formaciones no capitalistas es decir más exactamente que vive de la ruina de esas formaciones; y si tiene una necesidad absoluta del medio “no capitalista” con fines de acumulación lo necesita como un suelo nutricio: un manto donde la acumulación pueda realizarse por absorción. En una perspectiva histórica, la acumulación de capital es un proceso metabólico que se desenvuelve entre modos de producción capitalista y precapitalista. La acumulación no puede efectuarse sin éstos, pero además, vista desde las formaciones no capitalistas o precapitalistas, la acumulación consiste en su corrosión y su asimilación. La acumulación capitalista tampoco puede existir sin las formaciones no capitalistas que no logren durar junto a ésta. El desmoronamiento continuo y progresivo de las formaciones no capitalistas es la condición para la existencia del capital. Jean Robert, Los cronófagos. Próxima aparición
Dijo Emiliano Zapata: “Y la lucha sigue: de un lado, los acaparadores de tierras, los ladrones de montes y aguas, los que todo lo monopolizan, desde el ganado hasta el petróleo. Y del otro, los campesinos despojados de sus heredades, la gran multitud de los que tienen agravios o injusticias que vengar, los que han sido robados en su jornal o en sus intereses, los que fueron arrojados de sus campos y de sus casas por la codicia del gran señor, y que quieren recobrar lo que es suyo, tener un pedazo de tierra que les permita trabajar y vivir como personas libres, sin capataz y sin amo, sin humillaciones y sin miserias”. Francisco Pineda: “Emiliano Zapata: maíz, azúcar y petróleo”, Desinformémonos, 5 de agosto de 2012
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