jueves, 30 de abril de 2020

"Permitámonos en este tiempo crecer como sujetxs, como pueblo y como sociedad. Animémonos a salir de esta situación, diferentes. ¿A qué? En principio a nosotres mismes ayer. Que esta pandemia saque lo mejor de nuestra humanidad también está en nuestras manos. Que conduzca a nuevas formas de organización popular, donde se fortalezcan las diversidades, los vínculos solidarios entre nosotres y con nuestra Madre Tierra, asumiendo como desafío la transformación de los modos de vida actuales, para defender y priorizar la salud de los ecosistemas y la defensa de la vida".

Hoy COVID-19… ¿y mañana?

Instituto de Salud Socioambiental (InSSA)
Rosario, Argentina
14 de abril de 2020

Entendemos esta crisis, también, como evidencia de la determinación de los modelos extractivistas dominantes, sobre los procesos salud-enfermedad de las personas, tanto en la dimensión individual como en la colectiva. Esos modos de producción explotan nuestros territorios, con la consecuente contaminación del agua, aire y suelo con agrotóxicos, microplásticos, metales pesados y gases tóxicos, imponen la deforestación con corrimiento de la frontera agrícola, la explotación animal en condiciones deplorables, constituyendo un medio de cultivo ideal para la génesis de mutaciones virales”.

Por Instituto de Salud Socioambiental (InSSA)

Como sujetxs, en el transitar de este camino colectivo hacia un mundo diferente, nos vimos en la necesidad de compartir nuestros sentipensares en el contexto de la crisis pandémica que atravesamos como sociedad. La reducción extraordinaria de la morbimortalidad por enfermedades infecciosas, en las últimas décadas, había alimentado la esperanza de un mundo sin epidemias. Sin embargo, la crisis producida por la Covid-19, no representa un hecho o evento aislado o fortuito, sino que emerge de condiciones que el mismo ser humano generó, por sus acciones u omisiones, ante la falta de un pensamiento crítico, previsor y solidario y se suma a varias zoonosis precedentes como el SARS-CoV (2002), la gripe aviar por H5N1 (2005), la gripe A por H1N1 (2009), el MERS-CoV (2012) y el ébola (2014), pudiendo todas ellas ser consideradas como enfermedades prevalentemente antropogénicas.

A pesar de ello, la pandemia por COVID-19 cuenta con características propias, con consecuencias reales que impactaron, impactan e impactarán en la vida cotidiana de cada persona y en sus respectivas comunidades, que no deben ser minimizadas. En este contexto, si no nos reconocemos como parte de un todo viviente, dinámico, forzosa y naturalmente cíclico será complejo salir fortalecides de esta crisis.

Resulta imprescindible pensar lo más integralmente posible la situación, ya que si bien, cada decisión política determinará indefectiblemente el curso de esta inusitada pandemia, también, cada decisión individual afectará el devenir del todo el sistema mundo que finalmente acabará repercutiendo en cada sujetx.

Entendemos esta crisis, también, como evidencia de la determinación de los modelos extractivistas dominantes, sobre los procesos salud-enfermedad de las personas, tanto en la dimensión individual como en la colectiva. Esos modos de producción explotan nuestros territorios, con la consecuente contaminación del agua, aire y suelo con agrotóxicos, microplásticos, metales pesados y gases tóxicos, imponen la deforestación con corrimiento de la frontera agrícola, la explotación animal en condiciones deplorables, constituyendo un medio de cultivo ideal para la génesis de mutaciones virales, como quedó demostrado con la gripe aviar, la gripe porcina y el SARS, entre otros.

Todo ello es evidencia incontrastable de la alteración que hemos generado a los procesos metabólicos del planeta, con la instalación y globalización de los modos de producción extractivistas, generando un deterioro progresivo en la salud de las comunidades y reduciendo la capacidad de la respuesta inmunológica humana ante diferentes agresiones.

Se han construido sociedades que prescinden de un juicio crítico sobre su fundamento y sentido, que abandonaron la discusión sobre cuáles deben ser las necesidades a satisfacer y los objetivos que necesariamente deben perseguir. Por otro lado, las graves consecuencias de esta pandemia, desnudan la fragmentación, desfinanciación y vaciamiento que ha sufrido el sub-sistema público de salud producto de las políticas neoliberales y la consecuente mercantilización de la salud.

En este marco, si bien impera poner el foco en la urgencia, no podemos dejar de mencionar que las respuestas dadas desde un sistema con estas características se basan principalmente en el sostenimiento del aislamiento individual, limitando al mínimo la concurrencia a espacios asistenciales y apuntando todas las herramientas a les enfermes de coronavirus.

En fin, solo en acciones encaminadas a gestionar la enfermedad, sin tiempo para políticas que generen cambios esenciales que nos preparen mejor ante futuras pandemias, predeciblemente recurrentes.

En las carreras de medicina, por ejemplo, más allá de las formalidades y perfiles de egresades declamados, lo cierto es que se menosprecian y minimizan los contenidos y asignaturas como “Salud Socioambiental”. La “Epidemiología” es reducida a una mera ecuación matemática para el conteo de casos. “Salud Pública” y “Salud Colectiva” son siempre relegadas a sobrevivir en los pequeños lugares que le dejan los contenidos asistenciales de la enfermedad inmediata e individual que hegemonizan la formación y por lo tanto las prácticas. Se eliminan los pocos espacios para el desarrollo del pensamiento crítico y les estudiantes quedan cada día más alejados de los principios que impulsaron grandes médicos, como Ramón Carrillo y Arturo Oñativia.

Esta pandemia también evidencia que el mundo se ha vuelto más pequeño debido a los actuales medios de comunicación y transporte, con circulación continua y vertiginosa de mercancías y personas. Sumado a esto, los modos de vida en las grandes ciudades y conglomerados urbanos, facilitan y exacerban la propagación de este tipo de enfermedades.

Desde el Instituto de Salud Socioambiental (InSSA) entendemos a la Salud como “el ejercicio del derecho a luchar por una vida digna, fortaleciendo las diversidades y deconstruyendo las hegemonías, así como bienestar individual, interés colectivo, tanto como proceso de construcción social e histórica y como herramienta fundamental para la libertad de lxs sujetxs y los pueblos”.

Por ello nos sentimos invitades a pensar, imaginar y crear otras configuraciones posibles que trasciendan la lógica esquemática de los efectores asistenciales. Configuraciones con las que superemos el modelo médico hegemónico hetero-cis-patriarcal, retomando la dimensión pública y comunitaria de la salud para, junto a otras organizaciones sociales, construir un sistema de cuidados colectivo-doméstico-sanitario, como base para la sostenibilidad de la vida.

Consideramos que tenemos mucho que aprender de organizaciones que luchan bajo las banderas del feminismo, del ecologismo, de los pueblos originarios, de la vida campesina; rescatando la solidaridad y la horizontalidad, empujando las barreras que limitan la vida, para liberarnos de las inequidades, generando sociedades más libres y saludables.

En medio del aislamiento obligatorio (al que se recurre para ganar tiempo mientras se dota de insumos al sistema asistencial), resulta imprescindible repensar el diseño de los espacios comunes (reducidos cada día producto de privatizaciones, especulación inmobiliaria y cercos restrictivos) para que las políticas de seguridad, sociales y de cuidado, permitan avanzar en la configuración de ciudades pensadas y diseñadas para la sostenibilidad de la vida, en las que respirar no nos enferme, donde el sol y la ventilación adecuada en las viviendas sea un derecho de todos, donde el agua potable y segura llegue a todos los hogares (y no a la explotación minera, de hidrocarburos o agroindustrial). Ciudades en las que les mayores cuenten con lugares cómodos para sentarse y descansar cuando salen a la calle (frescos en verano, tibios en invierno), y nuestras infancias jueguen tranquilas y crezcan sin temores, porque saben que están siendo cuidadas por todxs. Ciudades donde el foco esté puesto en el buen vivir de los pueblos y no del mercado financiero. Ciudades en las que la Soberanía Alimentaria constituya la columna vertebral de los nuevos ordenamientos sociales.

Una sociedad que no es capaz de garantizar una alimentación adecuada para los pueblos pierde el primer elemento, sustancial, para el cuidado de la salud y la recuperación de la misma ante diferentes injurias.

Sin dudas, los momentos de crisis nos dan la posibilidad de redefinir las estructuras y sus lógicas de funcionamiento.

A pesar de las graves consecuencias que esta pandemia puede tener sobre nosotres tanto a nivel individual como colectivo, podemos asumirla como una oportunidad de aprendizaje. Puede convertirse en un punto de quiebre y llevar a repensarnos a nosotres mismes, haciendo emerger sentimientos de cooperación, solidaridad y respeto por el hecho de comenzar a reconocernos en ese otre. O también puede reconstituir el orden pre-establecido para seguir aún más fortalecido, prevaleciendo sentimientos individualistas de aislamiento, egoísmo, autoritarismo, discriminación, de “sálvese quien pueda”.

Es el miedo el que potencia estos últimos, y en esta pandemia está exacerbado por la forma en que se maneja la des-información. Con miedo nos lavamos las manos. Con miedo nos alejamos de les otres. Con miedo nos aislamos y encerramos cada día más en nosotres mismes. Con miedo no hay transformación posible, no hay modo de romper los límites que nos condicionan.

Permitámonos en este tiempo crecer como sujetxs, como pueblo y como sociedad. Animémonos a salir de esta situación, diferentes. ¿A qué? En principio a nosotres mismes ayer.

Que esta pandemia saque lo mejor de nuestra humanidad también está en nuestras manos. Que conduzca a nuevas formas de organización popular, donde se fortalezcan las diversidades, los vínculos solidarios entre nosotres y con nuestra Madre Tierra, asumiendo como desafío la transformación de los modos de vida actuales, para defender y priorizar la salud de los ecosistemas y la defensa de la vida.

Instituto de Salud Socioambiental (InSSA) Rosario, 14 de abril de 2020

Santa Fe 3100 – Rosario S2000KTR – Argentina Tel +54 9 341 436 2300 int 2544

e-mail: saludsocioambiental.instituto@gmail.com

http://www.saludsocioambiental.net.ar


Fuente: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com/2020/04/30/hoy-covid-19-y-manana/

"Tenemos que dejar de vivir con pobreza energética. Para eso debemos aumentar el criterio de ‘equidad energética’"Hoy se piensan modelos energéticos a partir de grandes polos productores -ambientalmente insostenibles, que acaban siendo ‘zonas de sacrificio’- y grandes polos de consumo -como las mineras y sistemas de transporte ineficientes para distribuir productos-"

Cayó el precio del petróleo: ¿Una oportunidad?

24 de abril de 2020
Por Radio Mundo Real – ¿Por qué la caída del precio del petróleo permite pensar en una transición energética justa? Entrevista a Felipe Gutiérrez (Opsur)
Este lunes 20 se anunció una caída histórica en los precios del petróleo en Estados Unidos. El valor de referencia para el crudo en Estados Unidos (WTI) llegó a números negativos por primera vez en su historia.
Desde el Observatorio Petrolero del Sur (Opsur) de Argentina expresaron en un comunicado que: “Los medios y redes sociales se llenan de explicaciones técnicas, cuando la respuesta es política: los hidrocarburos, en tanto insumo energético, son un derecho y como tal no pueden estar mercantilizados. El negocio sobre nuestros derechos nos hundió en una dependencia petrolera que hoy se revela como un error: la idea de Vaca Muerta como un gran polo energético exportador pende de un hilo y en este fracaso perdimos diez años de gestión energética.”
Para ahondar en este análisis estamos en comunicación con Felipe Gutiérrez, investigador de Opsur, quien destacó que, en el contexto de la pandemia de la COVID-19, bajó muchísimo la demanda de petróleo. Para él, este factor sumado a la sobreoferta y al precio del barril de petróleo que venía bajando en los últimos años, hacía «lógico» que ocurriera una situación de descenso del precio de petróleo. «Pero jamás imaginamos a estos niveles”, admite.
“La dificultad de entender lo que está pasando tiene que ver con lo especulativo que se ha vuelto el sector petrolero, al ser un commoditie, con precios que se van tranzando a niveles internacionales, es muy difícil seguir cuáles son las pautas que guían esto”, añadió.
Pero, esta coyuntura de crisis sanitaria, económica y social a nivel global puede ser un buen momento para proyectar “de qué manera vamos a construir soberanía energética”, dice el integrante de Opsur.
“Este momento crítico nos sirve para repensar esa idea de que la energía es una mercancía, e insistir en que es un bien social, por lo tanto, un derecho. El petróleo es un bien energético, un insumo clave, y en esta crisis debe pensarse como un problema político, no técnico”.
Por eso, Gutiérrez apuntó a la necesidad de hacer una transición justa hacia otro tipo de fuentes energéticas, renovables, y que la renovabilidad vaya de la mano de la gestión energética, entendiendo por gestión no solo la que se puede hacer desde el Estado, sino involucrar en la gestión pública a las comunidades indígenas y campesinas y a quienes trabajan en el sector energético. “La reconversión hacia otras fuentes energéticas debe incluir a los trabajadores del sector, sino se produciría una crisis de trabajo que no queremos”, dijo.
“Es importante pensar la descentralización de la generación energética. Hoy se piensan modelos energéticos a partir de grandes polos productores -ambientalmente insostenibles, que acaban siendo ‘zonas de sacrificio’- y grandes polos de consumo -como las mineras y sistemas de transporte ineficientes para distribuir productos-. Tenemos que dejar de vivir con pobreza energética. Para eso debemos aumentar el criterio de ‘equidad energética’».
Vaca Muerta y otros proyectos regionales y mundiales de fracking, dados sus altos costos, «no son proyectos que se puedan sostener en el tiempo y, como venimos diciendo hace diez años, no son la solución a los problemas energéticos», agregó el integrante de Opsur.
https://www.opsur.org.ar/blog/2020/04/24/cayo-el-precio-del-petroleo-una-oportunidad/

“Con vida los llevaron, con vida los queremos” exigían mientras caminaban alrededor de la pirámide de Plaza de Mayo. Más adelante portaban la foto de su hijo con la consigna “Aparición con vida”.

El 43 aniversario de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo se conmemora por las redes sociales

30 de abril de 2020


Por primera vez, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora evocarán su primer encuentro en sus casas y por las redes sociales. El aislamiento social preventivo y obligatorio a causa de la pandemia del Coronavirus impide su tradicional ronda y acto en la Plaza de Mayo.

Por Liliana Giambelluca.

Para conmemorar su primera ronda, las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora invitan este jueves a “compartir una foto con tu pañuelo blanco” -símbolo de su lucha- en sus redes sociales, donde difundirán un video.

La historia de las madres que enfrentó a la dictadura cívico-militar (1976-1983) comenzó el 30 de abril de 1977 frente a la Casa de Gobierno. Más precisamente ante el monumento a Manuel Belgrano ubicado en la Plaza de Mayo. Allí acudieron Mirta Acuña de Baravalle, Josefa “Pepa” Noia, Azucena Villaflor de De Vincenti, Berta Braverman, Haydé Gastelú de García Buela, las hermanas Gard: María Adela Gard de Antokoletz, Julia Gard, María Mercedes Gard y Cándida Gard, Delicia González de Miranda, Kety Neuhaus, Raquel Arcushin, Elida de Caimi y una joven que no dio su nombre.
La ronda comenzó cuando la policía les ordenó que “circularan” porque el estado de sitio no permitía reuniones de tres o más personas en la vía pública.
La cita fue convocada por Azucena Villaflor de De Vincenti, quien consideraba que debían unirse para buscar a sus hijos detenidos-desaparecidos. Las mujeres estaban cansadas de recorrer organismos oficiales, religiosos y militares para pedir información sin obtener ninguna respuesta.
Esas madres, a las que pronto se les sumaron otras, sembraron la semilla de la organización de derechos humanos más poderosa que enfrentó a la dictadura cívico-militar. “Con vida los llevaron, con vida los queremos” exigían mientras caminaban alrededor de la pirámide de Plaza de Mayo. Más adelante portaban la foto de su hijo con la consigna “Aparición con vida”.
Para organizarse, las madres se reunían en la Parroquia Santa Cruz. Fue allí donde un grupo de tareas de la Marina secuestró en diciembre de 1977 a Azucena Villaflor de De Vincenti, a María Eugenia Ponce de Bianco y a Esther Ballestrino de Careaga cuando salían de una reunión. La información la dio Alfredo Astiz, un capitán de la Armada infiltrado en las rondas, quien hoy cumple condena a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad.
De la parroquia, las madres fueron llevadas a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), las torturaron y en un “vuelo de la muerte” las arrojaron vivas al mar. Ese mismo mes, sus cuerpos aparecieron en las costas de la localidad Santa Teresita. En 2005, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó sus restos, que estaban enterrados como N.N. en el cementerio de General Lavalle.

“Qué digan dónde están los desaparecidos”
Muchas madres desconocen el destino de su hija o hijo detenido-desaparecido, y qué fue de su nieta o nieto, en el caso del secuestro de una hija embarazada. A pesar que es un pedido sistemático que hacen hasta el día de hoy, ningún Gobierno abre los archivos de la dictadura, donde encontrarán muchas respuestas.

https://www.anred.org/2020/04/30/el-43-aniversario-de-la-primera-ronda-de-las-madres-de-plaza-de-mayo-se-conmemora-por-las-redes-sociales/

Nos advierte: “Si el ministerio, los directores de clínicas, y todos los que tienen poder de decisión en salud más allá de nosotros como entidad gremial no se ponen las pilas a cuidar a los que cuidan no va haber quien cuide, el Estado es el responsable porque es el que tiene que garantizar los elementos de protección y que se cumplan los protocolos”.

Argentina. 

La primera línea sin cuidados

Revista Cítrica y Télam / Resumen Latinoamericano / 29 de abril de 2020
Lxs trabajadores de la salud, quienes enfrentan todos los días el Covid-19, están desprotegidxs. Tanto en clínicas privadas como en hospitales públicos denuncian la falta de elementos de protección. Representan el 15% de los contagios a nivel nacional.

Lxs aplauden desde las casas todos los días a las 21, lxs llaman héroes y heroínas, guerrerxs que luchan contra el enemigo invisible que amenaza al mundo, pero están expuestxs al contagio, y se les exige trabajar sin los elementos de protección correspondientes, también son discriminadxs, hostigadxs, y señaladxs como peligrosxs por ciudadanxs que disfrazan su violencia de miedo y paranoia, y hasta algunos funcionarios públicos lxs han vuelto responsables de contraer covid-19.

¿Quién controla a las clínicas privadas? ¿Todos los hospitales públicos cumplen el protocolo de emergencia frente a la pandemia? ¿Cuál es la situación de aquellas provincias cuyo sistema sanitario se encuentra hace años en crisis? ¿Están en condiciones de enfrenar una pandemia? ¿Quién nos va a cuidar si se enferman quienes nos cuidan? El 21 de abril el Ministerio de Salud informó que se habían registraron 470 casos de Covid-19 entre trabajadores de salud, lo que representa el 14,94% del total de infectadxs. De ese número, 33 casos son por antecedentes de viaje y 437 por contacto estrecho, transmisión vertical, horizontal y comunitaria. El ministerio admitió que era una cifra elevada y que aspiraban a llevarla por debajo del 10% con las medidas acordadas.

Desde que se implementó la medida de aislamiento social preventivo y obligatorio trascendieron varios casos de clínicas privadas en las que el incumplimiento del protocolo sanitario provocó que cientxs de trabajadores de la salud y hasta el personal administrativo contrajera Covid-19. La mayor parte de las empresas de salud privada intentaron ocultar los casos. El 18 de abril falleció Silvio Cufré de 47 años, era enfermero del Instituto Médico Brandsen y tuvo contactos estrechos con pacientes contagiadxs. Cufré vivía en Alejandro Korn y permaneció internado una semana en el Hospital Regional de Cañuelas. La clínica donde trabajaba fue clausurada y el municipio de Brandsen denunció penalmente a las autoridades de ese lugar por «irregularidades que constituyeron un grave deterioro a la seguridad sanitaria», aunque demasiado tarde.

“El número de trabajadores de la salud infectados es preocupante porque estamos empezando la pandemia. Este es el momento de rever los procesos de trabajo, de ver que todos tengan los elementos de protección personal adecuado, que todos los sepan usar y que se cumplan los protocolos. ¿Quién controla si en una clínica privada se estén cumpliendo los protocolos y que no haya personal con febrícula al cual no le hayan permitido tomarse la licencia?”, se pregunta María Fernanda Boriotti, Secretaria General de La Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA).

En la Ciudad de Buenos Aires las cifras alarman, luego de que delegadxs gremiales denunciaran ante los medios de comunicación casos positivos de Covid-19 entre trabajadores de la salud por falta de insumos básicos de protección, dos clínicas privadas tuvieron que reconocer los contagios. El Sanatorio De la Providencia, en el barrio porteño de Balvanera, debió cerrar tras comprobarse que 34 profesionales que trabajaban allí habían dado positivo de Covid-19. Por otra parte, las autoridades del Hospital Italiano, con sede central en al barrio de Almagro, confirmaron en un comunicado que poseen 19 infectadxs.

Boriotti asegura que en algunos hospitales solo recibió capacitación el servicio de guardia y terapia, no así el resto del personal que actualmente también trabaja, y muchas veces son refuerzo y soporte de esas áreas, además agrega: “No sabemos cuántos trabajadores de la salud practicaron el ponerse y sacarse los elementos de protección antes de usarlos con un paciente positivo, y quién los supervisó, porque cuando estemos en el pico de la pandemia, esto van a tener que hacerlo de memoria.»

El 24 de abril el personal de salud de la Ciudad de Buenos Aires nucleado en ATE denunció en las puertas del Hospital Rivadavia, ubicado en Recoleta -uno de los barrios que concentra más casos- que no reciben los insumos para protegerse y los que recibieron son de mala calidad. De acuerdo a la información publicada por Canal Abiertoya fueron presentados más de cien amparos ante la Justicia porteña para que la Ciudad y las ART se encarguen de proveer los elementos de seguridad correspondientes para lxs trabajadores de la salud.

Mediante el decreto 367/2020 publicado el lunes 13 de abril en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso que las ART deben incluir el contagio de Covid-19 como enfermedad laboral, sin embargo, según lo que establece el decreto, lxs trabajadores tendrán que probar que contrajeron la enfermedad en su lugar de trabajo, excepto el personal de salud que posee la presunción a favor, es decir, que debe darse por hecho que el contagio se produjo en el ámbito laboral.
La secretaria de FESPROSA explica: “Este es el tiempo para supervisar que los protocolos se cumplan y lo que nos está demostrando el número de infectados es que no está funcionando. Cuando tengamos la mitad de la planta de trabajadores infectada quién va a atender en el pico de la pandemia. Gines se refirió a la omnipotencia de los profesionales de la salud, yo le pregunto si tiene certezas de que alguien capacitó y si el ministerio controla esas clínicas. Parte de los trabajadores que se infectaron en los efectores privados, a las cuales las patronales los hicieron responsables, dijeron que no les daban elementos de protección por no gastar.”

Dos semanas atrás, seis trabajadores entre lxs que se encuentran médicxs, enfermerxs y administrativxs del Centro de Salud del Norte, de Villa Adelina (localidad repartida entre San Isidro y Vicente López), resultaron infectadxs. El establecimiento fue clausurado el viernes 17 por orden de la jueza Sandra Arroyo Salgado. El centro de salud no informó que una mujer de 65 años que había estado internada allí murió por Covid-19. El número de infectadxs en ese lugar aumenta a 12, si se incluye a los empleados de una funeraria encargada del sepelio y familiares de la fallecida. 
El miércoles pasado desde el Hospital Manuel Belgrano se confirmó que 18 personas que integran el equipo de salud de ese nosocomio, ubicado en el partido de San Martín, tienen coronavirus. Las explicaciones que circularon están más cerca de responsabilizar del contagio a lxs propios profesionales, que a una falta de aplicación correcta del protocolo. “Puede haber pasado que trabajadores con sintomatología leve pueden haber estado contagiados sin que nos demos cuenta y sin que ellos lo denuncien a tiempo al sistema de salud”, explicó el director del hospital, Nicolás Rodríguez. Desde la dirección del nosocomio desmintieron la falta de elementos de protección para trabajar a raíz de una denuncia de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) por falta de insumos. Una vez que salió a luz el número de contagiadxs las autoridades anunciaron que sumaron personal, triplicaron la cantidad de equipos de protección y aumentaron los testeos de la Covid-19. Una vez más se actuó tarde.
En esa misma sintonía parece estar el ministro de Salud Ginés Gonzales García cuando días atrás afirmó: “Esto tiene que ver con que no se usó correctamente la ropa, no se sacaron correctamente la ropa, o muchos de ellos concurrieron con fiebre a trabajar”. Este tipo de declaraciones -que responsabilizan a los profesionales de contagiarse- pueden servir para alimentar la violencia y discriminación perpetuada por algunas personas hacia lxs profesionales. Vecinxs que saben dónde trabajan lxs han hostigado en sus domicilios y hasta lxs han denunciado simplemente por ser trabajadores de la salud. 
En respuesta a estos dichos Boriotti asegura: “Las declaraciones del ministro de salud responsabilizando a los trabajadores son peligrosas. En La Rioja un vecino le quemó el auto a una médica de terapia, ‘váyanse ratas infectadas’ le dejó como mensaje. La doctora estaba haciendo su aislamiento en su casa encerrada. Hay que ser muy cuidadoso con lo que se dice, es como cuando culpan a las mujeres por la violencia que reciben, la violaron porque provocaba o por cómo iba vestida, ¿me infecté porque no usé como correspondía los elementos de protección? ¿alguien controla? La responsabilidad final es del jefe de servicio, del jefe de inspección, del director de la institución y del Ministerio de Salud, la garantía de que trabajemos como corresponde.” 
Liliana trabaja en la clínica privada Noguera de la ciudad de San Antonio de Padua, en Merlo (Buenos Aires), el lugar atiende exclusivamente a afiliadxs de PAMI. Ella cuenta que a medida que avanzaban los casos de Covid-19 en su lugar de trabajo y las medidas de protección no llegaban no tuvo otra alternativa que comprar con su propio dinero un barbijo profesional para protegerse. “Al principio nadie le dio mucha importancia y fue catastrófico porque cuando quisieron darse cuenta ya estaba el virus circulando en la clínica y la empresa no tomó los recaudos, aunque sabiendo que íbamos a tener casos en el algún momento, no le dieron importancia porque no querían gastar demasiado en el personal. Tal como sucede en la mayoría de los lugares privados, hay mucha mezquindad en la compra de insumos y nosotros los trabajadores mientras exponemos nuestras vidas. Incluso teniendo pacientes de alto riesgo, todos mayores de 60 años. Yo me compré mis propios materiales de protección antes de que empezara haber más contagios porque ya sabía que iban a aumentar y creo que mi vida vale más que $1500 que cuesta el barbijo profesional, decidí invertir en eso y en guantes también”.
Liliana cuenta que las autoridades de la clínica no respondieron ni siquiera cuando apareció el primer contagiado: “Una semana después apareció un segundo caso y siguieron sin tomar recaudos, cada uno de los trabajadores, como teníamos miedo, nos compramos nuestros propios elementos de protección. Además tenemos familias no los queremos contagiar. El barbijo que nos dan en la clínica no es el que corresponde. Cuando ya estaba todo infectado y surgieron más casos recién ahí nos dieron un mameluco que no servía para mucho porque todo el espacio ya estaba contaminado. El servicio de limpieza tampoco está capacitado para manejar ese tipo de virus y no tienen los elementos suficientes para higienizar de manera correcta».
Actualmente en la clínica donde trabaja Liliana hay más de 10 profesionales contagiadxs, “estoy esperando el resultado de mi análisis, yo misma lo solicité cuando vi que a mis compañeros que trabajan en el mismo turno que yo le dio positivo y también estuve en contacto con pacientes contagiados”. Liliana asegura que hay más casos en otros centros de salud, “un compañero de la clínica Agüero en Morón también está infectado, esa clínica fue una de las primeras que tuvo pacientes con coronavirus”.
Recién esta semana las autoridades de la clínica donde se desempeña Liliana decidieron realizar una desinfección por sectores y trasladar a los pacientes a otro establecimiento de salud del mismo dueño. “La mayoría de los enfermeros estamos en nuestras casas en aislamiento, hoy no estoy yendo a trabajar, yo misma decidí aislarme tal como me dijeron cuando me realizaron el hisopado, no puedo salir de mi casa hasta que no tenga el resultado, eso fue el viernes pasado y eso mismo le comuniqué a la empresa.”
Crisis sanitaria en medio de la pandemia
En Salta, con un sistema de salud en crisis en plena pandemia el viernes pasado renunciaron dos gerentes del hospital de General Mosconi por falta de recursos, ambos son diabéticos y por lo tanto, grupo de riesgo frente al Covid-19. Sin embargo, renunciaron solo a la gerencia, seguirán trabajando como médicos, de esta manera buscan que envíen más personal al hospital donde hay días que solo cuentan con dos médicos y trabajan con guardias que comienzan un día a las 8 de la mañana y terminan a las 20 del día siguiente. A este caso se suma lo sucedido en el Hospital Joaquín V González donde lxs médicxs de guardia renunciaron luego de que uno de ellxs fue agredido en la guardia. Otro motivo que los llevó a tomar esta medida es la falta de infraestructura e insumos para atender a los casos de Covid-19.  
En la ciudad rionegrina de Cipolletti 14 trabajadores se infectaron en el Sanatorio Río Negro, lo que obligó a su cierre. En Chaco la situación es de una gravedad extrema, es la tercer provincia que registra más infectadxs y lxs trabajadores de la salud representan más de la mitad de los contagios, las cifras cambian minuto a minuto. El mayor número de contagios corresponde al Hospital Julio C. Perrando, el más importante de esa provincia, donde la propia directora resultó positiva de Covid-19. 
Boriotti plantea: “Chaco tiene un problema estructural más serio, al igual que otras provincias, desde Nación se han puesto a trabajar en un plan para proveer, ha ido especialmente gente del Ministerio de Salud de Nación a ver cómo son las estructuras en allí, pero también hay falta de insumos adecuados con la gravedad que son los mismos ministerios de las provincias los que otorgan elementos de protección que no son de la calidad necesaria. Hay provincias que están entregando elementos de protección personal que no son los adecuados, como un barbijo confeccionado de manera casera con todo el amor que ha hecho la población. Una cosa es el barbijo comunitario que es el que usa la población, que es muy distinto al barbijo que tienen que usar los trabajadores para atender pacientes en el hospital. En Chaco, Tucumán, Neuquén, La Rioja, Buenos Aires, en muchas provincias, frente a la falta entregan lo que venga.”
La secretaria de FESPROSA plantea que no todxs lxs trabajadores de la salud al inicio de la cuarentena estaban informados sobre cuáles eran los elementos correctos con los que podían trabajar sin riesgos de contagios como, por ejemplo, qué calidad de friselina es la que sirve. A un mes de concretada la cuarentena recién ahora conocen qué materiales sirven y cuáles no y comenzaron a rechazar las partidas que llegaban a sus lugares de trabajo. Y agrega: “Todavía tenemos tiempo porque la curva viene lenta y achatada, pero no lo desperdiciemos en hacer declaraciones que no se condicen con la realidad. Aprovechemos el tiempo para capacitar, fabricar elementos adecuados en el país, hay posibilidades de hacer muchas de las cosas que necesitamos, otras hay que importarlas, pero hay que avanzar hacia eso a nivel nacional. Porque si no saldríamos a exigir y hacer relevamientos de todo lo que está faltando, estarían muy cómodos los gobernadores y ministros de Salud sin resolver la situación”.
Desde el Gobierno se planificó una serie de vuelos de Aerolíneas Argentinas destinados a China para traer equipamiento sanitario. El 18 de abril arribó el primer avión con insumos, pero únicamente para Buenos Aires. El material que traerá el siguiente vuelo será distribuido desde el Ministerio de Salud de la Nación hacia el resto de las provincias.   
La salud de lxs trabajadores versus las ganancias de las empresas privadas de salud
Al inicio de la cuarentena a partir del decreto que estableció el aislamiento, se prohibió el funcionamiento de todas aquellas actividades que no estén estrictamente relacionadas con salud, seguridad y alimentos. Hubo un férreo control a todxs aquellxs ciudadnxs que transitaban sin el permiso adecuado, lo que también incluyó abusos policiales y un excesivo uso de la violencia por parte de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, el Ministerio de Salud no implementó medidas para controlar que las clínicas privadas, respetaran e implementaran de manera correcta y efectiva el protocolo frente a la pandemia de Covid-19. Por su parte, el Ministerio de Trabajo, encargado de velar por los derechos de lxs trabajadores de la salud tampoco supervisó que las entidades sanitarias privadas entregaran los materiales de protección necesarios para brindarles seguridad. ¿Por qué no se controló a aquellas entidades que ganan grandes sumas de dinero brindando un servicio de salud? ¿Cuánto poder tienen los efectores de salud privados? ¿A qué responde esta falta de control sobre un sector que prioriza sus ganancias por encima de la salud de sus trabajadores? 
En los hospitales públicos cerraron la terapia del Zubizarreta, aislaron el Fernández dejaron solamente la guardia, en el Ramos Mejía se cerró neo y maternidad, se van cerrando áreas completas para preservar, en cambio, en los privados se silencia, no se licencia a todo el personal que corresponde y cuesta que se avance en testear rápidamente a los casos sospechosos de los trabajadores de salud. Si se harían los testeos rápidos podríamos tener posibilidad de aislar a los compañeros solo doce horas y en base al resultado se toman las decisiones. No se avanzó adecuadamente desde el Ministerio de Salud a este control para poner límites. Ni siquiera se les terminó exigiendo la disponibilidad absoluta de las camas de internación y de terapia para que las maneje el ministerio como se dijo al principio que era la nacionalización de las camas. Quedó en una cooperación, pero vemos que los privados no cooperan ni con sus propios empleados, siguen facturando y no pasa nada”, explica Boriotti.
Otro de los casos que se intentó ocultar tuvo lugar en Rosario, una clínica que pertenece al Grupo Oroño, la empresa de medicina privada más importante de esa ciudad, cuyo director es Roberto Villavicencio, presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario y uno de los accionistas principales del diario La Capital. Una de sus clínicas tiene el mayor el número de casos positivos de trabajadores, Bariotti asegura que hasta la semana pasada eran 25 lxs trabajadores contagiadxs: “En los medios no se publicó nada, solo lo que difundió la clínica, con los tres primeros casos donde pusieron nombre y apellido de los infectados en el diario, eran dos médicos y un instrumentista y hubo personal que después terminaron contagiados, al cual no dejaron licenciarse y sumado a esto. En salud tenemos la cuestión del pluriempleo, un profesional trabaja en tres o cuatro lugares distintos, entonces se va replicando el contagio por no tomar las medidas correspondientes”.
El miércoles pasado, el Ministerio de Salud de la Nación mantuvo una reunión con FESPROSA, ATE y CTA-Autónoma, para tratar el pedido de un Plan Nacional de protección a los trabajadores de la salud, la propuesta fue aceptada y desde el Gobierno se comprometieron a impulsar a la brevedad un DNU o en su defecto una resolución ministerial que contemple «declarar de interés nacional la protección de los trabajadores de salud: establecer normas de funcionamiento del sistema, capacitación y entrega de elementos de protección personal que permitan reducir al mínimo el riesgo de contagio y alcanzar con la resolución el conjunto del sistema de salud público y privado en todas las jurisdicciones».
Boriotti concluye: “Si el ministerio, los directores de clínicas, y todos los que tienen poder de decisión en salud más allá de nosotros como entidad gremial no se ponen las pilas a cuidar a los que cuidan no va haber quien cuide, el Estado es el responsable porque es el que tiene que garantizar los elementos de protección y que se cumplan los protocolos”.
https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/29/argentina-la-primera-linea-sin-cuidados/

"Venimos de años de políticas de mano dura y populismo punitivo que no resolvieron la llamada inseguridad pero llenaron de pobres las cárceles hasta el límite".

Argentina. Ante el debate abierto sobre qué hacer en las Cárceles ante la Pandemia

 Por Liga Argentina por los Derechos Humanos / Resumen Latinoamericano/ 29 de abril 2020 .—–

DESTACAMOS LO SIGUIENTE:
1. Venimos de años de políticas de mano dura y populismo punitivo que no resolvieron la llamada inseguridad pero llenaron de pobres las cárceles hasta el límite. Súper población, miseria, condiciones inhumanas por doquier. Ahora las cárceles no solo destruyen la humanidad de los presos sino amenazan a toda la población. Si allí estalla la peste, será un enorme foco infeccioso. Solo los ciegos pueden subestimar el peligro. La ONU la CIDH y todos los defensores de ddhh reclamamos soluciones integrales que incluyen reducir la superpoblación carcelaria mediante medidas humanitarias de emergencia.

2 La Argentina sufrió lawfare. El Poder Judicial fue colonizado por los cipayos a EEUU y los presxs políticos son producto de ello. Pero toda la población penal es víctima de Jueces y Burócratas. Decir que los Jueces «deciden» es volver a condenarlos, legitimar el lawfare y el camino más corto para una catástrofe humanitaria.
Votamos contra Macri, queremos democracia sin tutores ni inquisidores. El gobierno nacional se comprometió a limpiar las cloacas de la democracia, una profunda Reforma judicial hace falta ahora para que la casta de Jueces y Fiscales defensores a ultranza de la propiedad privada no condene a muerte la democracia.


Liga Argentina por los Derechos Humanos, 82 años de defensa de los derechos de todas y todos

https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/29/argentina-ante-el-debate-abierto-sobre-que-hacer-en-las-carceles-ante-la-pandemia/

"Tenemos desocupación, pobreza y ahora aislamiento y hambre. Los comedores, a partir de la pandemia, crecieron un 60% más y en algunos barrios 100%”.

Los movimientos sociales y un mismo reclamo

30 de abril de 2020

La situación de los barrios populares frente a la pandemia en las villas de Capital Federal y el Conurbano están en estado de emergencia. No existen protocolos claros para actuar, no hay responsabilidad del Estado para enfrentar el virus donde los más necesitados no sólo sufren el impacto de la crisis económica, sino que sufren la discriminación de no recibir la ayuda estatal que debieran tener contra el Covid-19. Los comedores de las barriadas subieron, en algunos casos, hasta en un 100% en sus demandas. ¿Qué medidas se deben tomar? ¿Cuál es el principal problema que hoy viven las organizaciones populares? Para poder entender esto, ANCAP habló con integrantes del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), Frente Popular Darío Santillán y el Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón (MTD). Muchos de los medios de comunicación eligen hoy sólo mostrar placas rojas con muertos e infectados, y se olvidan de las historias de quienes más precisan la asistencia del estado y políticas sanitarias urgentes. 

Por Federico Paterno (ANCAP).

Mónica, es integrante del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, y nos contó cómo ve hoy la situación en los barrios dónde vienen trabajando: “El principal problema de los movimientos sociales hoy es que el gobierno no está a la altura de las circunstancias que hoy padece el sector más vulnerable, porque tenemos desocupación, pobreza y ahora aislamiento y hambre. Los comedores, a partir de la pandemia, crecieron un 60% más y en algunos barrios 100%”. El FPDS realiza ollas populares en La Plata, Ezeiza, Cañuelas, Ituzaingó, entre otras localidades dónde vienen trabajando, bajo “lemas” como: Por una cuarentena sin hambre y sin alimentos no hay cuarentena. Juan Pablo integra el MTD Aníbal Verón y en vistas de la emergencia alimentaria aseguró: “El principal problema con los movimientos populares hoy es la comida para los comedores y los merenderos, es lo que venimos reclamando. Desde que comenzó, todo esto se multiplicó. La cantidad de gente que ha empezado a venir a los comedores y merenderos. En algunos casos hasta se triplicó en algunos barrios”.


El costo de la canasta básica que mide el índice de pobreza según el INDEC, marca que el ingreso para una familia de cuatro personas debiera ser de $41.994; las políticas del Gobierno Nacional desde el comienzo de la cuarentena, según explican les integrantes de las organizaciones sociales, no son suficientes. “Está a la vista que los más vulnerados están en las villas y el conurbano. Zonas como La Matanza, por ejemplo, dónde sabemos que por más que digan que hay que lavarse las manos, no hay siquiera jabón, o no hay agua potable. Una medida urgente que también se debe tomar, es en los casos de violencia de género, para frenar los femicidios”, indicó Mónica.

Marianela es una de las referentes del FOL, organización social que trabaja en 14 provincias del país, aclaró que la situación de les militantes padecen una condición de informalidad de empleo, al formar parte del sector más castigado en términos económicos y sociales. “Hay un aumento exponencial de la pobreza, de pérdida de trabajo, y además también por supuesto una caída de los pocos ingresos que tenemos. Esta pandemia ha puesto de relieve las desigualdades existentes que tienen ya mucho tiempo. Tiene que ver con un sistema desigual que privilegia la ganancia empresarial por sobre la vida humana”. En cuanto a lo que se vive en los comedores advirtió: “El problema del aumento del hambre es la cantidad de gente que se ha acercado a los comedores comunitarios, que en el inicio de la pandemia se ha duplicado, y el Estado no está garantizando todos los recursos que necesitan para brindar este servicio a la comunidad”.


Sobre los contagios de Covid-19 en los barrios tanto Mónica como Marianela, coinciden que no alcanza lo que está haciendo el Gobierno Nacional ni el Provincial. Desde el FOL Marianela explicó que “Por supuesto ya tenemos los primeros casos de COVID-19 positivo en varias zonas, y el tratamiento que se tiene que tener sobre estos casos en los barrios populares debe exigir un protocolo distinto, porque la mayoría de la gente nuestra, tiene agravantes previos como la tuberculosis, como la baja defensa por la mala alimentación,  muchísimos focos de bronquiolitis en los niños nuestros, un montón de problemas que en estas condiciones sociales agravan más el cuadro”. Mónica desde el FPDS Corriente Nacional subrayó “El sistema de salud pública nunca fue prioridad para los gobiernos. El aislamiento está bien, pero es fundamental que la gente tenga para comer lo indispensable, y así poder hacer la cuarentena”.

En la Villa 31 ubicada en Retiro, los infectados por Coronavirus pasaron de dos casos a trece en 24 hs. La 1-11-14 también se encuentra con casos positivos del virus. Desde la organización villera La Poderosa, ya vienen advirtiendo y denunciando la falta de políticas y protocolos para el aislamiento de los casos que aparezcan de infectados. 

 El hacinamiento en las barriadas es algo que está vigente, a esto se suma la pandemia, y la indefinición para resolver la urgencia.

Esteban es militante del Frente Popular Darío Santillán y en diálogo con ANCAP explicó “La situación de la cuarentena ya no está siendo tan relevante en relación a que ya se presentaron los primeros casos en los barrios, por ejemplo, en zona Norte, en Vicente López, pero también en el Sur, en Lanús y Almirante Brown. Es vital para no multiplicar el contagio, pero ya el trabajo viene siendo a partir de detectar el virus adentro de los barrios. Venimos haciendo un trabajo, en algunos casos coordinados con los Municipios, que es la identificación de casos”.

Ser la primera línea contra el hambre es la tarea en la que abordó Juan Pablo desde el MTD, considerándola una forma de estar en la batalla diaria contra el hambre. Hace 20 años esta organización trabaja en Florencio Varela, Quilmes, Berazategui, la zona de Almirante Brown y José C Paz. La cuestión de cómo abordar los casos de contagiados en los barrios, asegura que no es tarea simple. “No hay un protocolo, no existe eso, cada cual toma el protocolo del Ministerio de Salud de la Nación como quiere, es muy desastroso y si esto llega a explotar se va todo a la mierda, así de simple. Por todo lo que fue la experiencia, tuvimos que sacar a compañeros y compañeras infectados y llevarlos a los centros de aislamiento, y trasladarlos en sus propios coches y en camiones. Los han tenido que sacar ellos porque el Gobierno quería mandar la ambulancia con los médicos, esos todos equipados tipo astronautas, y una de las cuestiones que hay y que no queremos que se genere, es la estigmatización de los infectados en los barrios, porque ya ha habido casos que les quisieron prender fuego las casas”. Sobre la situación preventiva que debería accionarse en los barrios aseguró la militante del FOL “Acá también la discusión más profunda son los fondos, porque si uno fuera hijo de Paolo Rocca seguramente te hacen el test de inmediato, pero como nosotros somos hijo de Pérez y Gómez, queda claro que lo pobres también tienen que pelear por ese derecho”.

Las reuniones entre intendentes provinciales y las organizaciones quedan vacías de respuestas. 
El MTD Aníbal Verón se reunió con  Andrés Watson (Frente de Todos) intendente de Florencio Varela y sobre éste encuentro el integrante del MTD relató “Lo único que querían eran los datos de los comedores nuestros, saber a cuanta gente les dábamos de comer, a cuantos les dábamos bolsones de mercadería, para ellos después ir a buscar los que no estaban recibiendo nada; sin siquiera contarnos a nosotros como parte del territorio, tenemos trabajo social histórico, tenemos un conocimiento del barrio tremendo y nada, sólo quieren información y les dijimos, ‘¿bueno querés información?, pero nosotros nos estamos quedando sin comida’, para poner lo fresco en la olla le tenemos que pedir a los propios compañeros y la guita se acaba”.
La situación que viven los vecinos y vecinas de los barrios populares precisa una respuesta urgente del Estado para que puedan enfrentar ésta pandemia con los recursos sanitarios básicos y, por sobre todas las cosas, sin hambre.


miércoles, 29 de abril de 2020

"Hemos de luchar ahora para evitar que nuestros gobernantes conviertan la crisis en una oportunidad para resucitar y profundizar el orden neoliberal moribundo cuando pase la tormenta de la pandemia. Se trata de clamar en nuestra lucha por algo en línea de un “Nuevo Pacto Verde” (“Green New Deal”) a escala global como programa interno mientras se acumulan las fuerzas para un cambio más radical del sistema. Las fuerzas progresistas y de izquierda tienen que situarse para hacer retroceder al impulso ultraderechista y neofascista. Se concentran los nubarrones. Se están trazando las líneas de batalla. Se aproximan convulsiones. Está en juego la batalla por el mundo postpandemia".

Las fuerzas de choque de la ultraderecha cumplen las órdenes del capital

La crisis capitalista es más mortal

que el coronavirus

29 de abril de 2020
Por William I. Robinson (Rebelión)
El confinamiento decretado en Estados Unidos y en muchos países del mundo para hacer frente a la pandemia de COVID-19 ha paralizado la economía capitalista y, por tanto, ha demolido el proceso de la acumulación de capital.

El hecho de que esta parálisis económica arroje a decenas de millones de trabajadores a una crisis de supervivencia es totalmente fortuito para la preocupación de la clase capitalista transnacional (CCT) de reanudar de inmediato la maquinaria lucrativa, ya que el capital no puede permanecer ocioso sin dejar de ser capital. El impulso de reavivar la acumulación explica que en muchas ciudades norteamericanas se hayan producido manifestaciones públicas de la ultraderecha para exigir el levantamiento de la cuarentena, al igual que los sectores más reaccionarios del capital promovieron el Tea Party a raíz del colapso financiero de 2008, movimiento que a su vez se movilizó en apoyo al trumpismo.
Si bien las protestas parecen espontáneas, de hecho han sido organizadas por las agrupaciones conservadoras estadounidenses, entre ellas la Fundación Heritage, FreedomWorks (Obras de Libertad) y el Consejo Americano de Intercambio Legislativo (conocido como ALEC por su sigla en inglés), que reúne a los directores ejecutivos de las grandes corporaciones junto con los legisladores derechistas locales de todo Estados Unidos. El mismo Presidente Trump enardeció a los manifestantes mediante una serie de tweets, entre ellos uno que declaraba “LIBERAR a VIRGINIA, y proteger su gran Segunda Enmienda, que está bajo asedio”. El llamado a defender dicha enmienda de la Constitución norteamericana, que garantiza el derecho a portar armas, prácticamente constituía un llamado a la insurrección armada. En el estado de Michigan seguidores armados de Trump bloquearon el tráfico para impedir el paso a la ayuda. Días atrás  Trump adujo tener poder “total” – la clásica definición de totalitarismo – para levantar la cuarentena.
A pesar de su retórica populista, el trumpismo ha servido bien a los intereses de la CCT en implementar un programa de neoliberalismo en esteroides que va desde la reforma impositiva regresiva y la amplia desregulación y privatización hasta una expansión de los subsidios al capital, recortes al gasto social y represión sindical. Trump – él mismo miembro de la CCT – retomó donde dejó el Tea Party a raíz del colapso financiero de 2008 y forjó una base social entre aquellos sectores de la clase obrera mayoritariamente blancos que anteriormente habían gozado de ciertos privilegios, como empleo estable y bien remunerado, y que en años recientes han experimentado una aguda desestabilización socioeconómica y movilidad descendente frente a la globalización capitalista. Al igual que el Tea Party que le precedió, Trump ha sabido desviar la cada vez mayor ansiedad social que sienten estos sectores desde una critica radical al sistema capitalista hacia una movilización racista y jingoísta contra chivos expiatorios como los inmigrantes. Estas tácticas trumpistas han convertido dichos sectores en fuerzas de choque para la agenda capitalista ultraderechista que los ha llevado al borde de un proyecto verdaderamente fascista.
La cada vez mayor crisis del capitalismo global ha acarreado una rápida polarización política en la sociedad global entre una izquierda insurgente y fuerzas ultraderechistas y neofascistas que han logrado adeptos en muchos países del mundo. Ambas fuerzas recurren a la misma base social de los millones de personas devastadas por la austeridad neoliberal, el empobrecimiento, el empleo precario y relegación a las filas de la humanidad superflua. El nivel de polarización social global y de desigualdad no tienen precedentes en estos momentos. El 1 % más rico de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza del planeta mientras el 80 % más bajo tiene que conformarse con apenas el 4.5 % de esa riqueza. Mientras se extiende el descontento popular contra esta desigualdad, la movilización ultraderechista y neofascista juega un papel crítico en el esfuerzo por parte de los grupos dominantes de canalizar dicho descontento hacia el apoyo a la agenda de la CCT, la misma disfrazada en una retórica populista.
Es en este contexto donde los grupos conservadores en Estados Unidos se han empeñado en organizar una respuesta ultraderechista a la emergencia sanitaria y la crisis económica, abarcando una mayor dosis de subterfugio ideológico y también una renovada movilización de sus fuerzas de choque que ahora exigen el levantamiento del confinamiento. La movilización de masas desde abajo bien podría exigir que el Estado proporcione ayuda a gran escala a los millones de trabajadores y familias pobres en vez de insistir en la inmediata reapertura de la economía. Pero la CCT y sus agentes políticos buscan a toda costa evitar que las masas pidan un Estado de bienestar social como respuesta a la crisis. Por eso promueven la revuelta reaccionaria contra el confinamiento avivada por Trump y la ultraderecha.
Independientemente de las diferencias políticas en el seno de sus filas, la CCT se ha empeñado en trasladar la carga de la crisis y el sacrificio que impone la pandemia a las clases trabajadoras y populares. Para este fin ha podido contar con el poder del Estado capitalista. Los gobiernos del mundo han aprobado nuevos rescates masivos para el capital mientras se escurren de esta piñata unas migajas para las clases trabajadoras. El gobierno estadounidense inyectó una cantidad inicial de 1.5 mil millones de dólares a los bancos de Wall Street en tanto que la Casa Blanca prometió que su respuesta a la pandemia “estaría plenamente centrada en liberar el poder del sector privado”, es decir, que la ganancia capitalista va primero y la misma impulsaría la respuesta a la emergencia sanitaria. Acto seguido aprobó un paquete de estímulo de 2.2 mil millones de dólares cuyo componente mayor fue rescates a las corporaciones. En Europa los gobiernos miembros de la UE aprobaron paquetes fiscales similares, al igual que hizo la mayoría de los gobiernos en el mundo, que abarcaban la misma combinación de estímulos fiscales, rescates corporativos y cantidades muy modestas de ayudas públicas.
Los gobiernos estadounidense y europeos prometieron al menos 8 mil millones de dólares en préstamos y subsidios a las corporaciones privadas, aproximadamente el  equivalente a todas sus ganancias en los últimos dos años, lo que la revista The Economist calificó del “rescate más grande de la empresa privada en la historia”. Se trata de la lucha de clases desde arriba. Mientras estos mil millones de dólares se acumulan en la parte superior del pirámide social, la crisis desatada por la pandemia dejará a su paso más desigualdad, más tensión política, más militarismo y más autoritarismo. La Organización Internacional de Trabajo advirtió que centenares de millones de personas podrían perder su empleo, en tanto la agencia internacional Oxfam calculó que hasta 500 millones están en riesgo de caer en la pobreza. Aún más ominoso, el Programa Mundial de Alimentos advirtió sobre “una hambruna de proporciones bíblicas” y calculó que hasta 130 millones de personas podrían morir de hambre por el posible colapso de las cadenas de abastecimiento de alimentos, lo que la organización calificó de “la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”.
Se avecinan convulsiones sociales y políticas
El carácter clasista de la pandemia queda al desnudo. Al virus no le importa la clase, etnia o nacionalidad de sus portadores humanos pero son los pobres, los marginados y las clases trabajadoras los que no gozan de las condiciones para protegerse del contagio ni pueden asegurar la atención médica en caso de contaminación. Pueden morir millones de personas, no tanto por la infección viral sino por la falta de acceso a los servicios y recursos de soporte vital. La CCT intentará aprovechar el desempleo y empobrecimiento masivo para reforzar su poder de clase mediante mayor disciplina y austeridad a medida que pase lo peor de la pandemia y la economía global se hunda en depresión. Las clases dominantes utilizarán la pandemia como cortina de humo para consolidar un estado policial global. Por último, la crisis capitalista desatada por el coronavirus será mas mortal para los trabajadores empobrecidos que el mismo virus.
Aun cuando se mantienen el gasto deficitario y el estimulo keynesiano mientras dure una depresión económica, la experiencia de 2008 nos muestra que los gobiernos recuperaron los costos de los rescates mediante una mayor austeridad, en tanto los bancos y las corporaciones utilizaron los fondos de dichos rescates para volver a comprar acciones y emprender una nueva ronda de actividades depredadoras. La estrategia de la CCT parece ser una repetición de 2008, ahora a una escala mucho mayor, dirigida a inyectar cantidades masivas de dinero al sistema bancario privado. A cambio no se impone a los bancos ninguna obligación de utilizar dicho dinero para reinvertir en la economía real o para algún bien social. A raíz del colapso financiero de 2008 los bancos simplemente convirtieron los miles de millones que recibieron en concepto de rescates en especulación en el casino financiero global y para apropiarse de más activos y recursos en todo el mundo.
Además de la movilización de las fuerzas ultraderechistas y neofascistas también se han movilizado sectores populares y las clases trabajadoras. Aunque no sea posible tumbar el sistema, la única salida a la crisis del capitalismo global será revertir las cada vez mayores desigualdades mediante una redistribución de la riqueza y del poder hacia abajo. La lucha por dicha redistribución ya ha comenzado en medio de la pandemia. En Estados Unidos, al igual que en otros países, los trabajadores han emprendido una ola de huelgas y protestas para exigir condiciones de seguridad mientras que los inquilinos hacen llamados a huelgas de alquileres. Los militantes del movimiento a favor de la justicia para de los inmigrantes han rodeado los centros de detención para pedir la liberación de los detenidos, los trabajadores automotrices han salido en huelgas salvajes para obligar a cerrar las plantas, los desamparados han ocupado casas deshabitadas y los trabajadores sanitarios han emprendido protestas ruidosas para exigir los equipos necesarios para realizar su trabajo en condiciones de seguridad.
Los grupos gobernantes no pueden sino sentirse asustados por el creciente descontento de las masas. La crisis erosiona la hegemonía capitalista y tiene el potencial de despertar a millones de personas de la apatía política. El proyecto neoliberal está agotado y a duras penas se podrá resucitar. Para bien o para mal, se reconstruirá el mundo. Hemos entrado en un periodo de cada vez mayor caos en el sistema capitalista mundial. Fuera de una revolución, hemos de luchar ahora para evitar que nuestros gobernantes conviertan la crisis en una oportunidad para resucitar y profundizar el orden neoliberal moribundo cuando pase la tormenta de la pandemia. Se trata de clamar en nuestra lucha por algo en línea de un “Nuevo Pacto Verde” (“Green New Deal”) a escala global como programa interno mientras se acumulan las fuerzas para un cambio más radical del sistema. Las fuerzas progresistas y de izquierda tienen que situarse para hacer retroceder al impulso ultraderechista y neofascista. Se concentran los nubarrones. Se están trazando las líneas de batalla. Se aproximan convulsiones. Está en juego la batalla por el mundo postpandemia.
William I. Robinson es profesor de sociología en la Universidad de California, Santa Bárbara.

Fuente: https://rebelion.org/la-crisis-capitalista-es-mas-mortal-que-el-coronavirus/

"Necesitamos reforzar una vez más el desesperado pedido por donaciones, porque quedan pocas raciones y se acabaran a la brevedad: #ContagiáSolidaridad."

Argentina. Tras cuarenta días de Hacinamiento Barrial Obligatorio. Las villas gritan las 40
28 abril 2020


Por Nacho Levy*, Resumen Latinoamericano 
«Hace dos días que la Villa 31 no tiene agua, hace 24 horas que no tiene luz y hace 70 años que no tiene respuestas.» 


1. El Barrio Mugica, cuya falaz «urbanización» se ocuparon de promocionar en todos los medios, no sólo tiene los casos de coronavirus que ya denunciamos, ¡ahora nos confirman otros nuevos 11 contagios! Y las medidas están a la vista. Hace dos días que la Villa 31 no tiene agua, hace 24 horas que no tiene luz y hace 70 años que no tiene respuestas.
2. Todavía no existe ningún proceso de individualización sobre los grupos de riesgo que debieran ser aislados del aglomeramiento entre los pasillos estrechos e invisibilizados de la ciudad más rica del país, donde hoy se cumplen 40 días de Hacinamiento Barrial Obligatorio.
3. Frente al abandono en Zavaleta y la Villa 21-24 de Barracas, las propias organizaciones sociales, junto a la Parroquia Caacupé y los trabajadores de la salud venimos haciendo un relevamiento que implica también la vacunación y el acompañamiento de los vecinos más vulnerables: en sólo 4 días, se vacunaron 930 mayores de 65 años, en 15 postas comunitarias.
4. Seguimos enfrentando diariamente serios problemas para poder acceder al Ingreso Familiar de Emergencia, por cuestiones burocráticas, por nombres inscriptos que no figuran en el registro, por las computadoras que faltan, por el acceso imposible a Internet, por la incompatibilidad con otros parientes, por los trámites del DNI o por no haber cumplido todavía los 2 años de residencia. Y aun en aquellas gestiones que lograron completar el trámite, muchos destinatarios cobrarán ese recurso recién a mediados de mayo, con dos meses de cuarentena cumplidos.
5. Frente a la dificultad para conseguir los productos de limpieza, la Secretaría de Desarrollo Social de Paraná nos entregó un kit por única vez para los comedores oficiales, que son apenas el 50% de los informales, bien. ¿Saben qué traen? Dos litros de lavandina y 3 jabones.
6. Ahí, en el barrio San Martín de Entre Ríos, la cola que se hace larga, pero muy larga, no es al cajero, ¡es al basural! Ahí, en el Volcadero Municipal, se acercan cada día más personas buscando comida o materiales para sobrevivir a la desocupación: se paga $ 4 el kilo de cartón.
7. Las autoridades provinciales en Córdoba Capital y Mar del Plata, así como los responsables municipales en Tandil y Rosario, todavía les están adeudando los cheques alimentarios a los merenderos comunitarios.
8. Bajo los balcones llenos de aplausos que aturden a Puerto Madryn, los empleados estatales del Hospital Isola coparon las calles este lunes, exigiendo el sueldo de marzo.
9. Con las lluvias en Capital Federal, cae de arriba el agua para la lucha contra el coronavirus, porque la tan promocionada «urbanización» ni siquiera garantizó los caños para que AySA pudiera llegar. Y entonces ahora llega también la temporada de pileta para el dengue, porque no hay descacharreo, ni recolección, ni fumigación: 2412 casos, sólo en tres meses, ¡sólo en 3 comunas de la zona sur!
10. La demanda de nuestros comedores comunitarios aumentó un 40% en los últimos diez días, que se vuelve un pico del 320% en la curva ascendente del 2020.
11. De las 90 toneladas de secos que baja bimestralmente el Ministerio de Desarrollo de Nación, para los comedores que funcionan como brazos del Estado, hay 48 que todavía no han llegado.
12. Además de 10 compañeros con dengue, hay dos casos confirmados de Covid-19 en el barrio Los Pumitas de Rosario, donde el propio municipio nos pidió que no dejara de funcionar nuestro comedor, debido a la emergencia, pero ahí también deben dos meses de fondos. Y aun así, nos pidieron que hiciéramos tapabocas y no entregáramos comida a ninguna persona que no los utilizara, porque «para eso les mandamos la tela». Pues bien, también nos deben la tela.
13. Como el Gobierno porteño no acondicionó ningún espacio para recibir a los grupos de riesgo, ni a los contactos estrechos de las villas y sus propias autoridades reconocen que sólo cuentan con las 300 camas de los Curas Villeros, el hotel cooperativo Bauen ofreció cien camas para los barrios, pero nos dijeron que no: afecta sus negocios inmobiliarios.
14. A la voluntad manifiesta de ocultar la expansión del virus en los barrios pobres, porque no quieren aislar a nuestros ancianos en los mismos hoteles que hospedan a los turistas, ahora se suma el temor fundado de muchísimas familias a perder sus viviendas en caso de abandonarlas, por la desesperación que brota del hacinamiento en la pandemia. Y entonces hay gente que miente, abonando el silencio del gobierno y del televisor. Miente, porque tiene temor.
15. Un cuarto de las familias que recibían bolsones en el barrio Las Quintas de Santa Teresita, más precisamente 50 de las 220, ¡no recibieron ni un paquete de fideos en 40 días!
16. La diabetes, que por supuesto representa un factor de riesgo en zonas de clase media, se vuelve más dramática aún en las barriadas populares, porque se necesitan 4 tiras reactivas diarias para medir el azúcar, una después de cada comida. Y 50 tiras cuestan 2.500 mangos, de modo que quien usa efectivamente 120 por mes, se gasta el 50% de la IFE, sólo en eso. ¿Usted cómo haría? Nuestros diabéticos se miden la sangre una vez al día.
17. Abajo, pero muy abajo, en Tierra del Fuego, el barrio Mirador, como Escondido, como Obrero, como Kaupen, como Cañadón y como La Cumbre, no tiene agua potable, ni gas natural, ni luz, ni red cloacal. Y cuanta sólo con dos canillas comunitarias, que no siempre funcionan. Quienes no pueden comprar el agua envasada, utilizan mangueras para tomarla desde un chorrillo que baja de la montaña. Así cocinan, así curan, así beben, así lavan.
18. Todavía sigue sin resolverse la problemática de las garrafas para los sectores populares, que no son beneficiarios del decreto 311, cuando no existe el gas natural. Una familia tipo debe gastar entonces 2 mil pesos mensuales, en promedio. Y por eso estamos gritando que, ¡por favor!, crucen urgente los datos del RENAPER con las empresas de gas, para realmente poder subsidiar a todas las viviendas afectadas, mediante el Programa Hogar.
19. Sin excepciones, nuestros dispositivos alimentarios incrementaron su actividad durante los fines de semana, cubriendo esos días con ollas populares, transformando merenderos en comedores y creando 20 nuevas bocas de entrega. Pero aun así, en Viedma, se han reactivado los grupos de trueque, donde mucha gente lleva sus bienes más preciados. Para cambiarlos por leche.
20. Por los humos tóxicos que genera la quema de residuos y el aglomerado de las casas, cada vez hay más niños con problemas cardíacos y respiratorios en el barrio Madres a la Lucha de Río Gallegos, donde la única salita que funciona aborda también a otros 3 barrios. Y sólo atiende por wasap, con 4 empleados y ninguna ambulancia: toda la ciudad tiene 6, para 95.700 habitantes.
21. Desde las distintas Casas de la Mujer y las Disidencias de La Poderosa, el feminismo villero viene acompañando a 383 víctimas de violencia de género, que también conforman en muchos casos los demás riesgos que requieren resguardo frente a la pandemia. Y aun así, seguimos padeciendo inadmisibles demoras en las respuestas institucionales.
22. De todas las vecinas acompañadas por otras vecinas de distintas asambleas, atrapadas en situaciones de violencia intrafamiliar, sólo el 35% pudo realizar la denuncia durante la cuarentena y únicamente al 53% le otorgaron las medidas de protección que fueron requeridas. De todas ellas, un 56% tiene personas a su cargo y sólo el 31% cuenta con un ingreso económico regular, que suelen ser programas de empleo social, en medio del silencio sepulcral.
23. Una de cada 4 mujeres en nuestros barrios necesita una solución habitacional urgente, para poder romper el círculo de violencia. Y mientras tanto: 101 femicidios y transfemicidios, en 2020.
24. ¡Una primicia que ningún medio quiso tener! En Zavaleta, decidieron remover a los jefes del servicio de Prefectura por haber liberado sus 4 consignas deliberadamente, ¡3 veces en un mismo día! Sí, esa misma zona en la que asesinaron a 4 personas en el último mes y medio, por el negocio del narco, las Fuerzas y el periodismo parapolicial. Fueron removidos cuando lo pudimos demostrar con fotos, pero si no hubiera sucedido lo mismo que sucede cuando no queda registro: nada. No salió en ningún medio.
25. En Sierras Chicas, El Sauce no posee red de agua potable, así que depende del camión que manda la comuna, pero sin una frecuencia preestablecida: nuestro merendero llegó a estar una semana sin agua. Y ojalá fuera el problema de apenas un barrio cordobés: en el Yape, Elisa convive con 8 personas y una cloaca rebalsada, siendo hipertensa, pero no tuvo respuestas ni cuadrilla hasta que no etiquetamos a los responsables en Instagram. Y el «arreglo» duró 24 horas.
26. Distribuidos en algunas provincias mediante cadenas de supermercados que no existen en otras regiones, los cuadernillos elaborados por el Ministerio de Educación no están llegando a donde más hacen falta, mientras Chaco y la Ciudad de Buenos Aires anuncian que podrían «empezar a evaluar de manera virtual». Mientras tanto, en la vida real, nuestra asamblea de Juella, en Jujuy, hoy debe organizarse para viajar 8 kilómetros hasta Tilcara, cada vez que necesita conexión o hacer alguna impresión… Por eso, la Edición Cuarentena de La Garganta estará dedicada íntegramente a las niñas y niños de las barriadas, traduciendo el contenido lúdico y pedagógico de los cuadernillos a nuestra impronta, nuestra identidad y nuestra realidad.
27. A 200 kilómetros de Posadas, en la Aldea Tacuapí Mirí, los seres humanos toman agua de un arroyo y comen lo que cazan, como por ejemplo gusanos, con arroz, fideos o polenta, porque no tiene ni un comedor comunitario. Hace 3 meses, literalmente 3 meses, que no los visita ningún agente sanitario.
28. A la sombra de tantas falsas informaciones, 7 policías fueron desplazados en Misiones, por haber trasladado a un pibe de 19 años durante cuadras a fuerza de los «rebencazos» que le daban desde sus motos, en la Colonia Andresito. Tampoco nadie publicó su grito.
29. Y como nunca se trata de «un caso aislado», el 18 de abril, la Infantería de la misma Policía misionera detuvo a Gustavo Quevedo en Deseado, cuando iba al almacén. Ahí nomás, le pidieron cordialmente “veinte flexiones de brazos” y se lo llevaron detenido, también a punta de rebenque. Lo cagaron a palos y lo liberaron, sin elaborar ningún acta, ¿para qué?
30. El 1 de abril, en pleno aislamiento, el gobierno de Córdoba no tuvo mejor idea que suspender los programas de trabajo provinciales: la inclusión laboral para adultos mayores, el primer empleo e inserción profesional. Una pavadita, que sólo les cagó la vida a 27 mil personas.
31. A mayor atrincheramiento, mayor demanda de energía y mayor riesgo eléctrico. Sólo en el último mes, el barrio porteño de Fátima padeció 3 incendios, que afectaron a 4 familias, todos por explosiones, cortocircuitos y chispazos de cables, en días de lluvia. Como hoy. Sólo una vez llegaron los bomberos.
32. El 17 de abril, 122 efectivos penitenciarios de la Unidad Penal N°1 de Corrientes fueron testeados por ser contactos estrechos de un contagiado en San Luis del Palmar. Otros 4 agentes más resultaron positivos. Y entonces, este lunes, 20 internos del Penal iniciaron una huelga de hambre pacífica pidiendo condiciones de higiene y aislamiento para los grupos de riesgo, ahí donde se desborda un 40% de superpoblación carcelaria, porque hay 670 presos, en una unidad para 440. Al día siguiente, cerca de las 15, reprimieron, hirieron a 12 presos y asesinaron a José Candia, quien estaba terminando de cumplir una condena de 6 años por robo: 10 balazos, 7 de goma y 3 de plomo, antitumultos. «Pero debe ser información discrecional». Son datos del Ministerio de Seguridad provincial.
33. Rehenes del mismo colapso alimentario que llegó a cuadriplicar la demanda en el barrio Pellicer de Mendoza, hace más de 25 días que nuestras asambleas correntinas debieran haber recibido el camión con la mercadería que le vienen adeudando. La seguimos esperando.
34. La carga horaria del «personal de salud alimentaria» aumentó un 50% y también creció un 30% esa increíble planta voluntaria que nos permite sobrevivir a la emergencia, pero necesitamos reforzar una vez más el desesperado pedido por donaciones, porque quedan pocas raciones y se acabaran a la brevedad: #ContagiáSolidaridad.
35. De los 50 casos positivos de Covid-19 en La Rioja, hoy 22 son laburantes de la salud, porque «no toman los recaudos», según el gobernador Ricardo Quintela, que no tiene nada que ver con todo eso, eh.
36. Toda el agua que llega hasta el Barrio Cataratas, en Puerto Iguazú, sale de dos pozos en la zona alta, cuyo acceso se libera 2 días por semana. Los vecinos llevan sus baldes y se pasan interminables horas esperando en el mismo lugar. Los dengues, también.
37. Si bien hasta recién no teníamos casos en la Villa 21-24, nos acaban de confirmar el primero, tras las alertas de los dos positivos en el Hospital Penna, la segunda casa de toda una inmensa comunidad. A esa doble villa de Barracas, el 70% del agua llega contaminada, cuando llega, porque además hay problemas de presión. Y ahí vive nuestro vecino Santos Ruiz, que tiene 59 años, diabetes, hipertensión y dificultades cardíacas: sólo tiene agua de noche. Y hoy sobrevive con los bidones que le provee su asamblea.
38. Entre las mayores preocupaciones para la Patria Baja, sin dudas está el consumo, pero no sólo ese consumo que abordan los noticieros con sus traductores macroeconómicos, sino el consumo problemático de sustancias que llegan donde no llega todo lo demás: específicamente en Villa 20 (Lugano), Bosco II (Santiago del Estero) y San Petersburgo (La Matanza), hay muchísimos adictos sin respuesta, ni contención, porque «no están recibiendo gente los centros de rehabilitación».
39. A esta hora, todos los centros de día están cerrados y no se oye una propuesta del SEDRONAR, ni una preocupación del periodismo. Al igual que el clorhidrato de cocaína, el consumo de paco puede causar hipertensión arterial y cardiopatía isquémica, que se asocia además con rabdomiolisis y la falla renal. No por nada, quienes consumen base muestran cambios a nivel arterial que se asocian al mayor riesgo cardiovascular, sin contar el humo que afecta al sistema respiratorio. Y no se olviden, ¡el sistema hospitalario será el mismo para todos! No basta saludarse con los codos.
40. Hasta ahora, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hubo al menos un caso de violencia institucional por día, desde que comenzó la cuarentena. Y no lo decimos nosotros, ni la prensa, lo dice un informe del Ministerio Público de Defensa.
Referente de La Poderosa
https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/04/28/tras-cuarenta-dias-de-hacinamiento-barrial-obligatorio-las-villas-gritan-las-40/