domingo, 29 de diciembre de 2019

Estamos en crisis civilizatoria. "Nunca tantos aspectos cruciales de la vida fallaron simultáneamente ni las expectativas sobre el futuro han sido tan inciertas. Los problemas ambientales son inocultables, no importa cuán poderosos sean los negacionistas. Tampoco es posible ocultar las enormes desigualdades socioeconómicas mundiales que crecen a medida que el “desarrollo” se extiende por todo el mundo como virus mutante. Esta crisis se ve y siente en todos los ámbitos: ambiental, económico, social, político, ético, cultural y espiritual. Irónicamente, estas crisis son incluso alimentadas por las fuerzas de derecha para obtener el apoyo de los marginados, con imágenes falsas pero atractivas de cómo “el otro” -el inmigrante, por ejemplo- roba “nuestros” trabajos, recursos y felicidad. Resultado de este escenario convulso, la violencia y la represión envuelven y debilitan los procesos democráticos. Poner fin a la búsqueda del 'desarrollo' no es fácil".

¡Otros mundos son posibles!
El pluriverso ya respira...
10 de septiembre de 2019

Por Alberto Acosta, Ashish Kothari, Ariel Salleh, Arturo Escobar y Federico Demaria
Rebelión
La actual crisis planetaria posee una dimensión civilizatoria. Nunca tantos aspectos cruciales de la vida fallaron simultáneamente ni las expectativas sobre el futuro han sido tan inciertas. Los problemas ambientales son inocultables, no importa cuán poderosos sean los negacionistas. Tampoco es posible ocultar las enormes desigualdades socioeconómicas mundiales que crecen a medida que el “desarrollo” se extiende por todo el mundo como virus mutante. Esta crisis se ve y siente en todos los ámbitos: ambiental, económico, social, político, ético, cultural y espiritual. Irónicamente, estas crisis son incluso alimentadas por las fuerzas de derecha para obtener el apoyo de los marginados, con imágenes falsas pero atractivas de cómo “el otro” -el inmigrante, por ejemplo- roba “nuestros” trabajos, recursos y felicidad. Resultado de este escenario convulso, la violencia y la represión envuelven y debilitan los procesos democráticos.
Poner fin a la búsqueda del “desarrollo” 1 no es fácil. Su lógica seductora está ampliamente internalizada. Las sociedades del Norte Global, que sufren los efectos del crecimiento industrial, fueron las primeras en aceptar el evangelio de un único camino hacia el progreso. El Sur emula al Norte, cautivado por sus deslumbrantes estilos de vida en un curso aparentemente imparable que trae cada vez más problemas sociales y ambientales. Siete décadas después de que el concepto de “desarrollo” fue puesto oficialmente en escena, el mundo entero está sumido en el “mal desarrollo”.
¿Qué le sucede a la vida misma? Paradójicamente el discurso del “desarrollo” solo consolida la crisis global. Esta crisis no es coyuntural ni manejable desde las instituciones existentes; más bien, es estructural e histórica. Por eso urge pensar y actuar más allá del desarrollo 2, buscando una profunda reorganización de las relaciones dentro y entre las sociedades, y de las relaciones entre la Humanidad y la Naturaleza, de las cuales somos parte. Se requiere una nueva versión de las instituciones a nivel global, nacional y local, pero este objetivo está más allá de las capacidades de los posibles administradores planetarios o los políticos de los estados nacionales. En cambio, la remodelación debe ser, y está siendo, impulsada desde diversos espacios comunitarios de base.
Estas reflexiones son la esencia de un nuevo libro, Pluriverse: A Post-Development Dictionary 3. La idea nació durante la Cuarta Conferencia Internacional de Decrecimiento en Leipzig. Luego de casi cinco años de intenso trabajo, ve la luz este libro compuesto por 110 entradas temáticas sucintas de autores y autoras de todos los continentes.
La presentación del libro corre a cargo de Wolfgang Sachs, editor del seminario Development Dictionary, publicado en 1992 4. En la primera sección: “Desarrollo y sus Crisis: Experiencias globales”, un autor de cada continente analiza críticamente los impactos del desarrollo en su región. Esto abre la puerta a la sección dos: “Universalizar la Tierra: Soluciones reformistas”, que revisa las soluciones tecnocráticas convencionales, gerenciales o de reparación mercantil a la crisis global que van desde la “agricultura climáticamente inteligente” hasta la “gobernanza del sistema terrestre” 5 y el “transhumanismo” 6. Estas entradas demuestran por qué las propuestas reformistas convencionales no resuelven los problemas socioambientales de la actualidad, sino que los exacerban en muchos casos, o en el mejor de los casos retrasan ligeramente los colapsos que se avecinan.
La sección tres: “Un pluriverso de los Pueblos: Iniciativas transformadoras” es el cuerpo principal del Diccionario que ofrece relatos de alternativas teóricas radicales, visiones espirituales y “formas de mundo”, prácticas cotidianas y sostenibles que ya están sucediendo en todo el planeta. 7
Esta pluralidad de alternativas habla desde los márgenes de la modernidad capitalista eminentemente colonial y patriarcal, tanto desde las periferias coloniales como metropolitanas 8. Desde el Norte Global, vienen los eco-socialistas, ecofeministas y académicos del decrecimiento 9, cada uno de los cuales ayuda a configurar un vigoroso movimiento de movimientos. Desde el Sur Global 10, destacamos nociones inspiradoras como Sumak Kawsay o Buen Vivir (buenos convivires) 11, Swaraj, Ubuntu, Commoning, Communality, Agaciro, Agdals, Hurai, Ibadism, Shohoj y más 12. El libro también incluye versiones socialmente críticas de las principales religiones del mundo.
El concepto de “convivencialidad” 13, promovido por Ivan Illich, es fundamental para construir comunidades que permitan a cada persona vivir creativa y autónomamente con tecnologías e instituciones que ellas mismas controlan. Otras iniciativas transformadoras globales son el Tribunal Internacional para los Derechos de la Naturaleza 14; u otro para el arbitraje de la deuda. Estas narrativas imaginativas se unen a la crítica y a la acción decidida. En conjunto, este Diccionario de Post-Desarrollo sugiere que las transiciones democráticas pacíficas se descubrirán a medida que las personas tejan viejas prácticas y nuevas ideas en un tejido global de alternativas.
Las mismas y viejas promesas políticas ya no son viables. Tampoco podemos confiar más en la “responsabilidad social empresarial”, las “burocracias eficientes” y la extensión liberal pluralista de los derechos a todos los sujetos, - “personas de color”, los ancianos, las personas con capacidades diferentes, las mujeres o los homosexuales, aunque necesario, es altamente inadecuado en la medida que son respuestas legalistas y no transformadoras. Igualmente, hay que superar la preservación de algunos espacios “prístinos” de Naturaleza, esto no tiene ningún efecto sobre el colapso mundial de la biodiversidad. La acción debe ir al centro de la crisis sistémica actual: la mezcla tóxica del capitalismo heteropatriarcal, la colonialidad, el racismo y la modernidad unidireccional con su inclinación infinita por el poder y la acumulación depredadora a costa de toda la vida en la Tierra.
Académicos, activistas, políticos, periodistas, jóvenes y todos quienes no cuestionan el actual sistema dominante, solo abren la puerta a más reencarnaciones del fantasma del “desarrollo”. Las medidas a corto plazo concebidas desde los pasillos del poder solo afianzan el statu quo Norte-Sur, el patriarcado, la colonialidad y la destructiva separación instrumental de la Humanidad y la Naturaleza. Las soluciones bien superficiales no abordarán la crisis global, se requiere de un horizonte postcapitalista y de postdesarrollo, con fuerte sentido de transformación cultural. Asimismo, se requiere una política adecuada para adentrarse en las raíces del sistema, cuestionando los supuestos centrales del discurso del “desarrollo”, como el crecimiento, la retórica del progreso, la racionalidad instrumental, los llamados mercados libres, el universalismo, el antropocentrismo, el sexismo, etc.
Una estrategia adecuada demanda una ética basada en la interdependencia relacional de todo lo existente. Abrazará la diversidad y la pluriversidad; autonomía y suficiencia; solidaridad y reciprocidad; bienes comunes y cuidado; la integración de la Humanidad con la Naturaleza: Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza 15; simplicidad y suficiencia; derechos y responsabilidades; sostenibilidad ecológica y democracia radical; paz y no violencia. Una estrategia adecuada se orientará hacia y se sustentará en los marginados, explotados y oprimidos. Las transformaciones y las transiciones demandan tiempo para integrar la multiplicidad de dimensiones: política, económica, social, cultural, ética y espiritual.
Los caminos hacia una biocivilización son múltiples. Se tienden puentes entre el Norte global (decrecimiento) y el Sur global (postextractivismo) 16. Así, el pluriverso ya es visible en las cosmovisiones y prácticas radicales de muchos grupos en todo el mundo. La noción de pluriverso cuestiona la supuesta universalidad de la modernidad euroamericana. Como lo expresó tan sabiamente el zapatismo en Chiapas, México, el pluriverso constituye "un mundo donde encajan muchos mundos". Exploramos e innovamos hacia un futuro donde todos los mundos (humanos y no humanos) pueden coexistir y prosperar en dignidad y respeto mutuos, sin un solo mundo “desarrollado” que viva a expensas de los demás mundos, como sucede tan cruelmente en nuestro tiempo.
El camino hacia esta complementariedad es largo, pero estamos en marcha, como sugiere la alianza internacional de movimientos por la justicia social y la ecología. Es posible deducir, desde las acciones de muchos movimientos de mujeres, etnias, indígenas, trabajadores y trabajadoras, así como campesinas y campesinos, una convergencia creciente. La posdata del libro describe uno de esos intentos como un “Tejido Global de Alternativas” (Global Tapestry of Alternatives) 17, que poco a poco va surgiendo, un potencial de autoorganización, una miríada de movilizaciones y prácticas emergentes de muchas regiones del mundo.
Como Arundhati Roy anunció proféticamente, hace más de una década: “Otro mundo no solo es posible, él está en camino; en un día tranquilo, puedo escuchar su respiración”.
Notas: 

1  Arturo Escobar (2011), Encountering Development The Making and Unmaking of the Third World , Preinceton University Press. https://press.princeton.edu/titles/9564.html
2  Varios autores y varias autoras (2012) en Miriam Lang, y Dunia Mokrani (coords.), Más Allá del Desarrollo, Abya Yala y Fundación Rosa Luxemburg, Quito. http://www.rosalux.org.mx/docs/Mas_alla_del_desarrollo.pdf
3 Ashish Kothari, Ariel Salleh, Arturo Escobar, Federico Demaria, Alberto Acosta (editores) (2019), Pluriverse: A Post-Development Dictionary. Nueva Delhi: Tulika Books and AuthorsUpFront,http://www.radicalecologicaldemocracy.org/pluriverse/
4 Wolfgang Sachs (editor) (1996), Diccionario del desarrollo. Una guía del conocimiento como poder, PRATEC, Perú (primera edición en inglés en 1992), http://www.uv.mx/mie/files/2012/10/SESION-6-Sachs-Diccionario-Del-Desarrollo.pdf


7  Open Democracy - Latin America in a post-development era: an interview with Arturo Escobarhttp://www.opendemocracy.net/en/openeconomy/latin-america-in-post-development-era-interview-with-artu/
8  Consultar, por ejemplo, Degrowth in Movement (s), https://www.degrowth.info/en / dim / degrowth-in-movement / o Radical Ecological Democracy http://www.radicalecologicaldemocracy.org/
9 D’alisa, Giacomo, Frederico Demaria, y Giorgios Kallis (coords.) (2015), Decrecimiento. Vocabulario para una nueva era, Barcelona, ICARIA.http://www.researchgate.net/publication/327601236_Decrecimiento_Vocabulario_para_una_nueva_era 
11  Alberto Acosta (2017), “Los buenos convivires: Filosofías sin filósofos, prácticas sin teorías”http://periodicos.uern.br/index.php/trilhasfilosoficas/article/view/3070
12  Consultar entre muchas otras fuentes en The Guardian la multiplicidad de proyectos existentes en el mundo:http://www.theguardian.com/sustainable-business/2015/jul/21/capitalism-alternatives -sustentable-desarrollo-fallando
13 Ivan Ilich (1978), La convivencialidad, Ocotepec, Morelos, México.http://www.ivanillich.org.mx/convivencial.pdf
14  Esperanza Martínez y Alberto Acosta (2017), Derechos de la Naturalezacomo puerta de entrada a otro mundo posible, Rev. Direito e Práx., Rio de Janeiro, Vol. 08, N. 4, http://www.scielo.br/pdf/rdp/v8n4/2179-8966-rdp-8-4-2927.pdf
15  Alberto Acosta (2019), “Sin derechos de la naturaleza no hay plenos derechos humanos”, Amnistía Internacional, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=257686
16  Alberto Acosta y Ulrich Brand (2018), Salidas del laberinto capitalista -Decrecimiento y Postextractivismo , Fundación Rosa Luxemburg, Quito http://www.rosalux.org.ec/pdfs/Libro-Salidas-del-Laberinto.pdf
17  Global Tapestry of Alternatives http://globaltapestryofalternatives.org/
Sobre la autora y los autores:
Ashish Kothari: Kalpavriksh and Vikalp Sangam in India, and co-editor of Alternative Futures: India Unshackled.
Ariel Salleh: profesora y activista australiana, autora de Ecofeminism as Politics y editora de Eco-Sufficiency and Global Justice.
Arturo Escobar: Profesor de la  University of North Carolina, y autor Encountering Development.
Federico Demaria: Research & Degrowth, Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA), Departamento de Economía Aplicada, Universitat Autònoma de Barcelona (UAB); y International Institute of Social Studies (Holanda).Alberto Acosta: Economista ecuatoriano. Profesor universitario. Expresidente de la Asamblea Constituyente: 2007-2008.

Diferenciemos de quienes justifican extractivismos en que: "una transición justa se entrelaza necesariamente con la lucha de clases, mientras se cruza con las luchas por la reproducción social, contra el capitalismo racial, el militarismo y el imperialismo, que ponen en cuestión los fundamentos mismos del capitalismo. Si queremos salvar el mundo de nuestros hijos, tendremos que ser más revolucionarios que nunca en la historia de la humanidad, dirigiendo nuestros esfuerzos hacia el desarrollo humano duradero, es decir, el socialismo completo, que englobe las necesidades de toda la cadena de las generaciones humanas, así como la protección de la tierra misma. A fin de cuentas, no puede haber otro significado para una transición justa".


 Medio ambiente
Una "transición justa”
10 de septiembre de 2019
Por John Bellamy Foster
 Viento Sur

La idea de una “transición justa” aparece en todas partes en la actualidad, especialmente en el preámbulo del Acuerdo Climático de París 2015, que hace referencia a la necesidad de “tener en cuenta los imperativos de una transición justa a la población activa y la creación de empleos decentes y de calidad de acuerdo con las prioridades de desarrollo definidas a nivel nacional” 1/.
La transición justa surgió por primera vez como un principio rector del movimiento laboral en los años 1970-1990 bajo el liderazgo de Tony Mazzocchi en la Unión Internacional de Trabajadores del Petróleo, la Química y la Energía Nuclear (OCAW-Oil Chemical and Atomic Workers International Union), que estuvo en el origen de la creación del movimiento sindical y medio ambiental.
Tony Mazzocchi buscó eludir el “chantaje al empleo” en el que a los trabajadores se les decía constantemente que, si apoyaban las medidas medio-ambientales, perderían sus empleos. En respuesta, ayudó a popularizar el concepto de transición justa y propuso un “Súper fondo -Superfund- para los trabajadores”. Esta medida tenía la intención de compensar a los y las trabajadores por los costes de la transición ambiental, al proporcionarles un apoyo financiero y oportunidades de educación superior a los trabajadores “desplazados”. En palabras de Mazzocchi: “Hay un Súper Fondo para las zonas contaminadas. Debería haber uno para los trabajadores”. Sin embargo, todos los esfuerzos para crear un Súper fondo para las y los trabajadores (en oposición al Súper fondo para las empresas) fueron bloqueados en todo momento por los intereses capitalistas dominantes 2/.
Empleos y medio ambiente
La causa sindical-medioambiental y la idea de una transición justa tuvieron que ser defendidas a principios de la década de 1990, principalmente por el United Steel Workers (USW). La declaración de política ambiental del USW, adoptada en agosto de 1990 bajo el título “El mundo de nuestros niños: los metalúrgicos y el medio ambiente", decía que “creemos que la mayor amenaza para el futuro de nuestros niños podría ser la destrucción de su medio ambiente”. Los seres humanos ahora tenían “el poder de cambiar nuestro medio ambiente irreversiblemente”. Sobre el calentamiento climático (calentamiento plantario), el informe declaraba:
“La quema de combustibles fósiles como el petróleo y el carbón genera miles de millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Este gas y otros atrapan el calor en la atmósfera. El calentamiento planetario resultante podría derretir los casquetes polares, inundar nuestras ciudades costeras y convertir vastas áreas agrícolas en desiertos. El problema se agrava por la destrucción generalizada de nuestros bosques, que ayudan a absorber el exceso de dióxido de carbono. La pérdida de bosques y otros hábitats amenaza la extinción de muchas especies de plantas y animales. Incluso nuestros océanos están amenazados por la escorrentía tóxica, los derrames de hidrocarburos y el vertido de residuos en el mar” 3/.
Quizás en su observación más memorable sobre la naturaleza de la transición justa, el informe de 1990 del USW agregaba: “A largo plazo, la elección real no es el empleo o el medio ambiente. Son los dos o ninguno” 4/.
Refiriéndose a su documento original “El futuro de nuestros niños”, el USW señalaba en su informe ambiental de 2006, “Protejamos el mundo de nuestros niños”: “Nuestro informe original identificaba el problema del calentamiento global como el más importante de nuestra vida y advertía contra el riesgo de no hacer nada” 5/. Los principales enemigos, señalaba el USW [sindicato de los metalúrgicos], eran las multinacionales.

El concepto de transición justa se ha extendido por todo el mundo en el siglo actual y ha sido adoptado por la Confederación Sindical Internacional (CSI-ITUC), al tiempo que recibía el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo. Para la CSI, la transición justa podría concebirse como una “herramienta que el movimiento sindical comparte con la comunidad internacional, con el objetivo de facilitar la transición a una sociedad más sostenible y proporcionar esperanza sobre la capacidad de una economía verde de garantizar trabajos decentes y medios de vida para todos” 6/. Lo que es más importante, la CSI estima que es necesario abordar las realidades que se desprenden de las inequidades ambientales mundiales que se reflejan entre los países desarrollados con alta intensidad en la producción de carbono y los países en desarrollo con bajas emisiones de carbono, muy vulnerable al cambio climático 7/. Ninguna solución es posible sin reconocer las diferencias en la forma cómo las masas trabajadoras se insertan a escala mundial ante el cambio climático y las necesidades energéticas.

¿New Deal verde?
Mientras tanto, el concepto de transición justa se ha extendido mucho más allá del mundo del trabajo y ahora se considera que también abarca cuestiones de los derechos de los pueblos indígenas y de la justicia ambiental. Para la Indigenous Environmental Network, basada principalmente en los Estados Unidos, una transición justa debe hacer frente a “una herencia de explotación, de ecocidio, de injusticia medioambiental, energética, climática y económica”. Por lo tanto, debe abarcar “el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de la Madre Tierra (Mother Earth). Además, "una transición justa requiere el rechazo de todos los mecanismos basados en el mercado que permiten la cuantificación y mercantilización de los recursos y procesos naturales de nuestra Madre Tierra, renombrados ‘servicios ecosistémicos’, comercio de derechos de emisión de CO2, compensaciones de carbono, compensaciones de conservación y biodiversidad, y financiarización de la naturaleza” 8/. La Climate Justice Alliance destaca por su parte que la transición justa debe abordar las injusticias medioambientales, tales como el racismo ambiental profundamente arraigadas en la sociedad actual 9/.
La propuesta principal actual para un New Deal verde -asociado a Alexandria Ocasio-Cortez, socialista democrática [miembro del Partido Demócrata], incluye el reconocimiento de la necesidad de una transición justa, es decir, el reconocimiento de las necesidades de las y los trabajadores, pueblos indígenas y el movimiento de justicia ambiental. Pero son precisamente las nociones más radicales de una transición justa las que son atacadas y es probable que se negocien desde el principio en un intento por integrar el #GreenNewDeal en la sociedad capitalista. Por esta razón, la asociación Ciencias para el Pueblo (Science for the People), relanzada recientemente, ha lanzado su Campaña del Nuevo Acuerdo de los Pueblos (People’s New Deal Campaign), para subrayar la idea de que nada se puede lograr sin una lucha que integre las exigencias de los y las trabajadores, las personas de color, los pueblos indígenas, las mujeres, las personas LGBTQ y las poblaciones del Sur. Además, ello debe comenzar con la oposición al militarismo y al imperialismo. También significa el rechazo de soluciones “eco-tecno” como la energía nuclear, la geo-ingeniería y otras “alternativas” engañosas y destructivas 10/.
Cambio de sistema
Sin embargo, es precisamente cuando el llamamiento a una transición justa se universaliza, teniendo en cuenta las necesidades de las poblaciones a escala mundial, de las generaciones futuras y de la diversidad de la vida en la tierra, se hará evidente que tal transición es imposible bajo el capitalismo. De hecho, representa la negación concreta del capitalismo. Aquí, el mensaje del movimiento ecosocialista, encarnado por organizaciones como System Change Not Climate en los Estados Unidos, es indispensable 11/. Una transición justa, si debe ser más que palabras, requiere un modo de producción completamente diferente, que ya no se base en la lógica de “¡Acumulad, acumulad! ¡Es decir Moisés y los profetas!” 12/.
Por lo tanto, una transición justa se entrelaza necesariamente con la lucha de clases, mientras se cruza con las luchas por la reproducción social, contra el capitalismo racial, el militarismo y el imperialismo, que ponen en cuestión los fundamentos mismos del capitalismo. Si queremos salvar el mundo de nuestros hijos, tendremos que ser más revolucionarios que nunca en la historia de la humanidad, dirigiendo nuestros esfuerzos hacia el desarrollo humano duradero, es decir, el socialismo completo, que englobe las necesidades de toda la cadena de las generaciones humanas, así como la protección de la tierra misma. A fin de cuentas, no puede haber otro significado para una transición justa. 
Notas:
1/ Acuerdo de París (2015) - texto sobre la web de la Confederación (CH).
2/ Samantha Harvey, Leave No Worker Behind, Earth Island Journal (Verano de 2018); Jeremy Brecher, “A Superfund for Workers”, en Dollars & Sense (noviembre-diciembre de 2018).
3/ United Steel Workers Environmental Task Force, Our Children’s World (Otoño de 1990), reproducido en New Solutions: A Journal of Environmental and Occupational Policy 2 , No. 2 (1992), citado en United Steel Workers, Securing Our Children’s World (2006), 4, 9.
4/ United Steel Workers, Our Children’s World, citado en David Foster, “BlueGreen Alliance”, International Journal of Labor Research 2, No. 2 (2010): 234.
5/ United Steel Workers, Securing our Children’s future, 5.
6/ International Trade Union Cofederation, A Just Transition: A Fair Pathway to Protect the Planet (2009), citado dans Anabella Rosemberg, “Building a Just Transition”, International Journal of Labour Research 2, no 2 (2010): 141.
7/ Rosemberg, “Building a Just Transition”, 145-48.
8/ Indigenous Environmental Network, “Indigenous Principles of a Just Transition”, consultado el 20 de junio de 2019.
9/ Climate Justice Alliance, “Just Transition”, consultado el 20 de junio de 2019.
10/ Zach Zill, “Nine Ways Scientists Can Support a People’s Green New Deal”, Science for the People 22, no 1 (primavera de 2019).
12/ Karl Marx, El Capital, Libro 1, sección octava.  

 John Bellamy Foster es profesor de sociología en la Universidad de Oregón y editor de la Monthly Review. 

Artículo publicado en Rebel, The socialist Website; 21-6-2019: http://www.rebelnews.ie/2019/06/21/3287/ 
Traducción de Viento Sur

"Responsabilizamos a Bolsonaro y a Evo Morales «por la desaparición y Genocidio físico, ambiental y cultural que se presenta actualmente en la Amazonía, y que por su acción y omisión se hace cada día más grave y que son pérdidas irreparables para la humanidad»".

Pueblos indígenas de la Amazonia declaran emergencia humanitaria y ambiental

22 de agosto de 2019

A través de una carta abierta, los indígenas de la cuenca amazónica se declararon en emergencia humanitaria y ambiental a raíz de los incendios que ya han arrasado miles de hectáreas de bosque en la Amazonia. Hicieron responsables a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Evo Morales, presidente de Bolivia, por los daños ambientales que los ponen en peligro.


El bioma amazónico mide cerca de 6.4 millones de kilómetros cuadrados. Es considerado el bosque continuo más extenso del mundo y por lo mismo es clave en la lucha contra el cambio climático. Pero su conservación no es gratuita. En la Amazonia viven cerca de 400 pueblos indígenas que han coexistido con la biodiversidad de las selvas tropiales por miles de años.
Hoy, a través de una carta pública, se declararon en emergencia «ante la evidente incapacidad y falta de voluntad de los estados de Bolivia y Brasil para proteger a los pueblos indígenas y a la biodiversidad ante los incendios forestales en la Chiquitania boliviana en Santa cruz de la Sierra y los estados de Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso del sur en Brasil».
La razón son los incendios que ya han devorado miles de hectáreas en la Amazonia de Brasil y Bolivia. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE) ha registrado en este 2019 un aumento en los fuegos de alrededor de un 83% en comparación con el mismo período de 2018. En Brasil, la extensión de los incendios obligó a estados amazónicos como Amazonas y Acre a declarar en alerta ambiental debido por las humaredas.
Bolivia también sufre de incendios. En Bolivia se ha deforestado en los últimos años un área del tamaño de 204.000 campos de fútbol, dice el diario berlinés Neues Deutschland, basado en la  Fundación Tierra. Solo entre los años 2000 y 2015, Bolivia perdió 3,26 millones de hectáreas de bosques naturales, según DW. (Satélites muestran cómo arde la Amazonia de Brasil)
La carta fue hecha pública a través de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), que agrupa a las organizaciones indígenas de los nueve países que comparten el bioma amazónico. Las organizaciones reconocieron que  nivel internacional existe un interés común en encontrar modelos de desarrollo alternativo en el que prime la protección de la biodiversidad, la estabilidad climática y las condiciones para garantizar la vida para las generaciones futuras en las que son fundamentales los aportes de los sistemas de conocimiento tradicional y espiritual para la vida de los pueblos indígenas.
«Desde hace años los Pueblos y Organizaciones Indígenas hemos advertido sobre la necesidad de cambiar las prioridades en los “Objetivos de Desarrollo Sostenibles” para enfocar todos los esfuerzos sociales, culturales, políticos y económicos en la protección de la vida y del territorio de toda la humanidad, que en una relación armonía y equilibrio puedan garantizar la estabilidad climática global. A pesar de nuestras luchas los avances son pocos, mientras que el modelo económico imperante sigue usando el planeta como un banco de recursos, principalmente los territorios indígenas, con lo que se agrava el riesgo de que el planeta se haga inhabitable, y en donde claramente se evidencia a la luz de los ojos del mundo un Genocidio físico y cultural», escriben en la carta.
Según la COICA, aun cuando se han formulado Declaraciones y Convenios Internacionales, «gobiernos como los de Brasil y Bolivia demuestran su falta de interés, negligencia, racismo y discriminación estructural en contra de la vida y la integridad de los Pueblos Indígenas».
Los indígenas amazónicos hacen responsables a Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, y Evo Morales, presidente de Bolivia, «por la desaparición y Genocidio físico, ambiental y cultural que se presenta actualmente en la Amazonía, y que por su acción y omisión se hace cada día más grave y que son pérdidas irreparables para la humanidad». También declararon a sus gobiernos como No Gratos en la Amazonia, y mencionaron que la criminalización a las luchas y organizaciones indígenas y sociales agravaba el problema frente a la pérdida de biodiversidad y desconocía los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Fuente: ttps://infoamazonia.org/es/2019/08/espanol-pueblos-indigenas-de-la-amazonia-declaran-emergencia-humanitaria-y-ambiental/
ismo-y-la-izquierda-frente-al-ocaso-de-macri/

II. Pensemos porqué estar contra el capitalismo agrario y mirar hacia la agricultura comunitaria

El veneno que 
nos legó Monsanto
31 de mayo de 2019
Por Silvia Ribeiro
La Jornada


Ya son más de 13.000 los juicios iniciados contra Monsanto (ahora propiedad de Bayer) por haber causado cáncer a los demandantes o a sus familiares con el uso del herbicida glifosato, a sabiendas de los peligros que implicaba y sin informar de los riesgos a las personas expuestas. Son, en su mayoría, personas que aplicaban el agrotóxico sea en su trabajo agrícola, de jardinería o parques. En 2015, la Organización Mundial de la Salud  (OMS) declaró que el glifosato es cancerígeno para animales y probable cancerígeno en humanos.
El primer juicio que ganó una víctima, en agosto de 2018, fue la demanda de D. Lee Johnsson, un jardinero que aplicó glifosato por dos años en una escuela, a partir de lo cual contrajo el cáncer linfoma no-Hodgkin. (https://tinyurl.com/y5umrtt3). Un juez de San Francisco condenó a Monsanto-Bayer a pagar 289 millones de dólares en primera instancia, pero luego de que Bayer apelara quedó en 78 millones. En otro juicio, en marzo 2019, se dictaminó que Monsanto-Bayer debe pagar 80 millones de dólares a Edwin Hardeman por ser responsable de su enfermedad. Está a punto de concluir en Oakland el tercer juicio similar, iniciado por el matrimonio Pilliod contra Monsanto. Tienen 70 años y ambos padecen cáncer. Se espera que nuevamente sea un dictamen multimillonario en favor de las víctimas. (https://usrtk.org/monsanto-papers/)
Paralelamente en Europa, Monsanto perdió por tercera vez, en abril de 2019, el juicio iniciado por el agricultor francés Paul François, quien sufre daños neurológicos por el uso del herbicida Lasso, con otro componente agrotóxico.
Bayer, que finalizó la compra de Monsanto en 2018, ha perdido hasta el momento más de 30.000 millones de dólares por la disminución del valor de sus acciones, por el impacto negativo de los resultados de los juicios sobre glifosato. El 26 de abril 2019, 55 por ciento de accionistas de Bayer votó contra las estrategias del directorio, liderado por Werner Baumann, que defendió la compra de Monsanto.
El glifosato, inventado por Monsanto en 1974, es uno de los herbicidas más usados en el mundo. Se vende bajo muchas marcas, como Faena, Rival, RoundUp, Ranger y otras. Las cantidades aplicadas aumentaron exponencialmente con la liberación de cultivos transgénicos resistentes a herbicidas. El aumento de su uso produjo resistencia en más de 25 tipos de malezas, creando un círculo vicioso de aplicar cada vez más glifosato. Se han encontrado cantidades elevadas de residuos de glifosato en alimentos, fuentes de agua y test de orina, sangre y leche materna en varios países y continentes, fundamentalmente en los mayores productores de transgénicos.
En todos los casos de juicios nombrados, los jueces dictaminaron en favor de las víctimas porque hallaron que Monsanto sabía de los riesgos y no lo explicó en etiquetas ni estrategia de venta de los productos. El punto es central, ya que el argumento de Monsanto es que las agencias regulatorias, como la Agencia de Protección Ambiental en Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) anuncian el glifosato como un herbicida de bajo riesgo.
No obstante, en el curso de los juicios Monsanto ha tenido que liberar documentos internos que prueban que tenía estudios propios muy tempranos que mostraban el potencial carcinogénico del glifosato y que pese a ello se dedicó durante décadas a escribir artículos que lucieran como si fueran científicos negando la toxicidad del glifosato, que luego acordaron con diferentes autores supuestamente científicos que los publicaran en su nombre sin mencionar a Monsanto.
Varios de esos artículos fueron listados por la EPA para determinar que el glifosato era casi inocuo a la salud. La organización US Right To Know ha publicado en su sitio dedicado a los juicios contra Monsanto documentos desclasificados hasta 2019 con pruebas y nombres de varios autores y artículos falseados (https://usrtk.org/monsanto-papers/).
En un reciente artículo de Nathan Donley y Carey Gillam en The Guardian, denuncian que Monsanto nunca realizó estudios epidemiológicos del uso de glifosato para ver su potencial cancerígeno, y en su lugar dedicó enormes sumas de dinero (hasta 17 millones de dólares en un año) para hacer campañas de propaganda, artículos de opinión de periodistas sesgados y actuar como escritor fantasma de artículos científicos que afirman que el glifosato es inocuo o no tiene grandes riesgos. Esto aumentó luego de la declaración de la OMS en 2015 (https://tinyurl.com/yxkrw4l9).
También dan a conocer correos electrónicos de Monsanto con la consultora de estrategia e inteligencia política Hakluyt, en julio de 2018, que revelan que la Casa Blanca afirma que le guardará la espalda a Monsanto en cualquier caso y que pese a los estudios que muestran toxicidad no votarán nuevas regulaciones. (https://tinyurl.com/yxcbswp5)
Son abrumadoras las evidencias de que se debe prohibir el glifosato. Varias ciudades estadunidenses y algunas latinoamericanas ya lo han establecido. El tema no es solamente este tóxico o sólo Monsanto-Bayer. Todas las trasnacionales de agronegocios tienen estrategias parecidas para vender veneno a costa de la salud y el medio ambiente. Hay que avanzar en la eliminación de todos los agrotóxicos.
Silvia Ribeiro, Investigadora del Grupo ETC
Fuente: 
http://www.resumenlatinoamericano.org/2019/05/30/argentina-opinion-el-peronismo-y-la-izquierda-frente-al-ocaso-de-macri/

I. Pensemos porqué estar contra el capitalismo agrario y mirar hacia la agricultura comunitaria

III. El lado oscuro de
la expansión de la soja
Soja, acaparamiento de tierras y violación de los derechos humanos
Marzo 2019
Amigos de la Tierra

El crecimiento de la superficie global destinada al cultivo de soja ha crecido de menos de 30 millones de hectáreas en 1970 a más de 100 millones de hectáreas en 2012, y se prevé llegar a los 141 millones de hectáreas en 2050 si el consumo de carne sigue aumentando17. Esta considerable expansión del cultivo industrial de soja conlleva una serie de impactos graves en el medio ambiente y los derechos humanos. Estos se han hecho sentir principalmente en Brasil, Argentina y Paraguay.18 En 2012, se dedicaron más de 24 millones de hectáreas de tierra al monocultivo de soja, 19 millones en Argentina y 3 millones en Paraguay19.

El resultado ha sido la pérdida de millones de hectáreas de selva, sabana y pradera, destruyendo comunidades, biodiversidad y ecosistemas y contribuyendo de forma significativa al cambio climático. Los monocultivos de soja siguen amenazando bosques y selvas primarios como la Amazonia, la mata atlántica o el bosque seco Chiquitano, así como la zona tropical del Cerrado, el cálido y semiárido Gran Chaco, la pampa argentina y los campos uruguayos20.

La soja genéticamente modificada requiere grandes cantidades de herbicidas, que agotan el suelo, contaminan las aguas dulces y subterráneas y ocasionan problemas de salud para las personas y la fauna. La violación de los derechos humanos está ampliamente extendida, ya que se expulsa por la fuerza a los pequeños agricultores, llegando en ocasiones incluso a asesinarlos durante expropiaciones de terreno para plantar soja. Solo en Paraguay, 129 líderes campesinos han sido víctimas de ejecuciones extrajudiciales, y miles de agricultores han sido encarcelados dentro del marco de luchas por el territorio desde el fin de la dictadura en 198921. El comercio de la soja y la agroindustria depredadora desempeñan un papel muy importante en el discurso político de los países productores sudamericanos, a menudo vinculado a iniciativas políticas dañinas para el medio ambiente, los pueblos indígenas y los trabajadores rurales.22

La soja y la Política Agraria Común de la UE (PAC) A la PAC le corresponde parte de la responsabilidad sobre la expansión global de la soja y los problemas asociados en los países productores. Los subsidios y mecanismos de mercado de la PAC promueven un sistema agrícola en la UE que conduce inevitablemente a la intensificación de la ganadería. Dado que la PAC no proporciona suficientes incentivos a los agricultores para que pongan en práctica sistemas de ganadería extensiva alimentada con pasto y producción agraria mixta, estos se ven abocados a intensificar y especializar su producción. Debido a las condiciones en las que se crían, los animales de ganadería intensiva requieren piensos con un alto contenido en proteínas.

La soja es una leguminosa con un elevado contenido proteico, perfectamente adaptada para piensos de ganadería intensiva, y el hecho de que no haya aranceles sobre la soja importada para piensos garantiza que la UE facilite su comercio. La demanda desde dentro de la UE se mantiene elevada, y los impactos medioambientales, sociales y sobre los derechos humanos del cultivo industrial de soja siguen sin abordarse.23

IV. Producción de proteína vegetal en Europa Cultivos proteicos en la UE

Los cultivos ricos en proteínas que se producen en Europa suelen dividirse en oleaginosas y leguminosas. La mayor parte del suministro proteico propio de la UE, alrededor del 65 %24, procede de oleaginosas. Las oleaginosas más extendidas en Europa son la colza, el nabo y el girasol. Una vez extraído sus aceites, la harina sobrante, rica en proteínas, se usa como pienso para ganado. Los cultivos leguminosos (familia Fabaceae) se puede dividir en leguminosas de grano (o legumbres) y leguminosas forrajeras. Proporcionan alrededor del 3 % de las necesidades de proteínas de la UE.25 Entre las leguminosas forrajeras se incluyen la alfalfa y el trébol. Las legumbres más habituales son las judías, lentejas, garbanzos y guisantes. Los cacahuetes y las habas de soja también son legumbres, pero debido a su elevado contenido en grasas, se clasifican como oleaginosas y se registran por separado. Los principales cultivos de leguminosas en la UE son los guisantes forrajeros, habas y altramuces. El guisante forrajero se cultiva predominantemente en Francia, España y Alemania; las habas y habas panosas, en Reino Unido y Francia, y los altramuces, en Polonia.26

La producción de cultivos de leguminosas en Europa se ha reducido de forma notable a lo largo de los últimos veinte años debido a su escaso rendimiento, bajos incentivos económicos y la importación libre de aranceles de proteaginosas y oleaginosas del extranjero.
Aunque todavía es pequeña, la producción de soja en la UE ha crecido con rapidez en los últimos años. Entre 2007 y 2015, aumentó un 183,2 %28, alcanzando los 2,7 millones de toneladas entre septiembre de 2017 y 2018.29 El principal productor de soja es Italia, seguida de Francia, Rumanía y Croacia. También se ha empezado a cultivar recientemente en Hungría y Austria. Serbia, que en estos momentos está en el proceso de adhesión a la UE, también cuenta con una producción significativa de haba de soja. Una vez acceda a la Unión Europea, se convertirá en el segundo mayor productor de esta.

Quién está invirtiendo en la soja europea
Un estudio reciente, encargado por la organización de agricultores de Rumanía Eco Ruralis30, muestra algunos de los agentes implicados en la actualidad en la producción de soja europea. Muchos de ellos son grandes corporaciones que llevan décadas dedicadas a la producción de soja en Latinoamérica. Uno de los agentes más activos del mercado europeo, ADM, está invirtiendo en plantas de procesamiento de soja; Cargill, un gigantesco comerciante de materias primas, está presente en todo el sector de granos y oleaginosas europeos y ha invertido en los últimos años en adquisiciones en Europa Oriental (Rumanía y Ucrania); Bunge, activo en el sector de procesamiento y prensado de aceites, está construyendo plantas de procesamiento en los Países Bajos y Francia. Las empresas que pertenecen a uno de los principales productores de productos porcinos del mundo, Tonnies Group, ya explotan unas 7000 ha en el noreste de Rumanía. Al mismo tiempo, el capital financiero se está convirtiendo en una de las fuentes principales de financiación de la soja europea y se está animando a los inversores a especializarse en la especulación con terreno agrícola, sobre todo en Centroeuropa y Europa del Este. Asimismo, grupos como FEFAC (fabricantes de piensos), COCERAL (representa a los comerciantes de piensos) y FEDIOL (asociación de la industria de aceites vegetales y harinas proteicas) también apoyan la expansión del cultivo de soja dentro de Europa31. Además, también quieren garantizar que los agricultores europeos reciban financiación suficiente para producir oleaginosas, de forma que puedan obtener insumos baratos para sus productos. Amenaza a las pequeñas explotaciones agrarias El número total de explotaciones agrícolas en la UE lleva varias décadas siguiendo una trayectoria descendente. Entre 2003 y 2013 ha cerrado un tercio de las explotaciones agrícolas de la Unión Europea. Estos acontecimientos se producen en toda Europa: la mitad de los países han perdido entre un tercio (Bélgica, República Checa, Alemania, Italia, Polonia, Reino Unido, etc.) y dos tercios (Bulgaria, Eslovaquia) de las mismas32. El patrón generalizado del desarrollo agrícola de la UE se ha dirigido hacia una mayor concentración de actividad agrícola en las manos de relativamente pocas explotaciones, hasta el punto de que, en 2013, el 3 % de las explotaciones agrícolas eran dueñas de más de la mitad del suelo agrario.33 Según Eurostat, más del 80 % del área agrícola dedicada a cereales especializados, oleaginosas y proteaginosas está siendo trabajado por explotaciones agrícolas grandes o muy grandes (≥ 25 000 EUR).34 En Rumanía, un país que aporta el 33,5 % del número total de explotaciones agrícolas en la UE-28, y una de las naciones identificada como una de las que cuentan con mayor potencial para aumentar la producción doméstica de soja de la UE, el porcentaje del número total de explotaciones agrícolas en manos de minifundistas ronda el 95 % (< 8000 EUR), de las cuales más del 65 % son explotaciones muy pequeñas (< 2000 EUR). Las pequeñas explotaciones desempeñan un papel clave en la sociedad: fomentan el empleo rural, contribuyen considerablemente al desarrollo del territorio, proporcionan productos locales especializados y respaldan los servicios sociales, culturales y medioambientales. Por tanto, una mayor expansión de la producción de soja a escala industrial, particularmente en Centroeuropa y Europa Oriental, amenazaría la existencia de productores agroecológicos a pequeña escala y desplazaría la producción agrícola existente a otros lugares.

V. Métodos de producción beneficiosos para los agricultores y el medioambiente Sostenibilidad, agroecología y soberanía alimentaria
Cada vez hay un mayor reconocimiento internacional ante el hecho de que el sistema alimentario globalizado no es sostenible. Los Objetivos y Estrategia de Desarrollo Sostenible de la UE destacan la necesidad urgente de desarrollar sistemas alimentarios más sostenibles y resilientes en Europa. Queda cada vez más aceptado que se necesita un sistema alimentario que dé de comer a una población creciente y, al mismo tiempo, proteja los recursos naturales, las comunidades rurales y la naturaleza. Se ha afirmado en ocasiones que la agricultura industrial a gran escala es más eficiente que la ecológica, y que proporciona métodos y tecnologías apropiados con los que alimentar a la cada vez más numerosa población mundial. No obstante, este argumento no tiene en cuenta los considerables problemas medioambientales, sociales y sanitarios derivados de la producción, procesamiento, distribución, consumo y residuos industriales de alimentos.35 En otras ocasiones, también se ha afirmado que hay que aumentar la producción de alimentos para subsanar el hambre y la malnutrición. Sin embargo, los científicos estiman que ya se está produciendo comida suficiente para alimentar a hasta 10 000 millones de personas, una población muy superior a la que actualmente habita en la Tierra.36 Las investigaciones muestran claramente que el origen del hambre no es una falta de suministro global de alimentos, sino que más bien se debe a la pobreza, falta de democracia y acceso desigual a tierras, agua y otras infraestructuras y recursos.37
Para poder cultivar comida suficiente para la población mundial de forma sostenible, es necesario proteger los recursos ecológicos esenciales para la producción alimentaria presente y futura. 40 años de investigación científica han demostrado que la agricultura agroecológica, unida a una agricultura orgánica diversificada, es la forma más eficaz de obtener una producción sostenible de alimentos al mismo tiempo que se abordan problemas medioambientales como el cambio climático, la erosión del suelo, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad.38 Plantar leguminosas en este sistema diversificado, usando variedades locales adecuadas como parte de una rotación de cultivos bien planificada, es un método con gran arraigo de reducir el uso de pesticidas artificiales, conservar e incrementar la biodiversidad agrícola y contribuir a una agricultura sostenible. Una parte importante de esto implica recortar drásticamente la producción ganadera para reducir la huella ecológica de la producción de alimentos.

Menos soja. Más leguminosas
La importación exenta de aranceles de oleaginosas y proteaginosas, junto con la falta de apoyo a los cultivos de leguminosas domésticos, han hecho que los agricultores pierdan tanto el interés por su producción como la capacidad de cultivarlos en Europa.39 En 2007, el número de programas de fitomejoramiento de proteaginosas nativas de Europa se había reducido a cinco. La escasa demanda de semillas y ayuda técnica ha hecho que la investigación europea en este campo también haya descendido. Aumentar la producción de leguminosas diferentes a la soja en Europa tendría efectos positivos para la agricultura y el medioambiente europeos. Gracias a su capacidad de fijar el nitrógeno, el uso de leguminosas en cultivos rotatorios puede reducir el uso de fertilizantes, y con ello la contaminación de acuíferos relacionada con el elevado uso de estos. Si rotación de cultivos se lleva a cabo de forma adecuada, permite rebajar el uso de abonos nitrogenados en hasta 100 kilos por hectárea al mes.40 Eso, a su vez, contribuye a reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el óxido nitroso que se forma debido al exceso de nitrógeno en el suelo tiene un potencial de calentamiento global 310 veces superior al del dióxido de carbono. Las rotaciones anuales de cultivos también reducen las enfermedades de las plantas y, por tanto, la necesidad de pesticidas. Contar con un alto porcentaje de leguminosas en una rotación de cultivos también refuerza la biodiversidad y beneficia a los insectos polinizadores. La reintroducción de una mayor diversidad de legumbres en la agricultura europea contribuiría además a mantener la diversidad de las semillas y a aumentar la resiliencia general. Los agricultores también se beneficiarían considerablemente de diversificar los cultivos y cultivar más legumbres. Usar menos fertilizantes y pesticidas ahorra costes, y la rotación de cultivos requiere menos arado, ya que se conserva el humus y la humedad del suelo. Un estudio de 2010 de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible del gobierno francés calculó que el ahorro de usar menos fertilizante en Francia podría llegar a sumar los 100 millones de euros anuales.41 Casos prácticos en Polonia y Francia demuestran que el cultivo de leguminosas permite a los productores ahorrar considerablemente en los costes de transporte asociados con la compra de ingredientes proteicos.42 Para que este aumento de producción se produzca dentro de un marco agroecológico, en vez de seguir el modelo de negocio vigente, resulta esencial integrar sistemas agropecuarios, diversificar las especies y centrarse en las formas en las que cultivos y animales pueden beneficiarse mutuamente. La productividad puede mejorar con el tiempo, tanto en la explotación agrícola como en la cadena alimentaria, quitando el énfasis en el incremento de las cosechas mediante monocultivos. Es necesario prestar atención desde una perspectiva social y política a cómo las personas, comunidades y autoridades locales pueden contribuir a este cambio. Ayudar a los campesinos a pequeña escala a desarrollar cadenas de suministro locales debería ser una prioridad, en vez de apostar por el desarrollo de cadenas de suministro especializadas globales o europeas. Para estimular el cultivo de leguminosas de grano o forrajeras diversas en la Unión Europea, es necesario mantener los instrumentos que fomentan su cultivo, así como introducir otros nuevos instrumentos con ese mismo fin, que sean parte de una condicionalidad mejorada en la PAC, los «eco-esquemas» y los programas de desarrollo rural. Un buen ejemplo podrían ser los programas plurianuales para revivir el sector de fitomejoramiento de proteaginosas, complementados con educación y formación, así como instalaciones descentralizadas para la producción de piensos animales a base de variedades de cultivos regionales y locales. VI. Recomendaciones de políticas Amigos de la Tierra Europa celebra la iniciativa de la Comisión Europea de presentar un Plan de proteínas para Europa y la predisposición mostrada por los estados miembros de la UE a reducir la importación de soja de países del hemisferio sur. Amigos de la Tierra Europa aconseja a los legisladores a que examinen la raíz del problema: la ganadería industrial. La mayoría de las plantas proteicas que se importan y producen se usan como pienso para animales y no para el consumo humano. El problema de la ganadería industrial debería abordarse con una política orientada a «menos carne, pero de más calidad». Una verdadera transición a una producción de proteínas sostenible necesita incluir una estrategia agrícola diferente, basada en la agroecología, que incluya rotación de cultivos para todas las explotaciones agrícolas y ayudas específicas a los minifundios y las explotaciones sostenibles. Hay que evitar que amplíen su actividad con el fin de incorporarse en cadenas de valor controladas por comerciantes de materias primas, y toda acción deberá garantizar que conserven su diversidad y autonomía y que puedan participar activamente en el mercado.43 Para aumentar la suficiencia proteica de la UE, la Comisión Europea y los estados miembros deben: • Introducir medidas concretas para reducir la producción y consumo de cárnicos y lácteos industriales y aumentar la demanda de cultivos de proteínas vegetales para el consumo humano. • Incentivar la producción de cultivos proteicos diversos e infrautilizados para consumo humano por encima de la ganadería intensiva. • Promover la producción doméstica de leguminosas para piensos que contribuyan al mismo tiempo a la producción de otros bienes, como la apicultura, o sirvan para alimentar a polinizadores silvestres y a fijar el nitrógeno en el suelo. • Llevar a cabo una evaluación completa con indicadores de resultados sobre cómo pueden abordarse los objetivos del Plan de proteínas dentro de la PAC, incluido: o Introducir las leguminosas en la definición de rotación de cultivos de la condicionalidad mejorada para los pagos directos a los agricultores. o Retirar los apoyos a los monocultivos o rotaciones cortas, la ganadería intensiva y otras prácticas que conducen de facto a la concentración de tierras, así como garantizar que esas prácticas no se fomenten fuera de la UE. o Apoyar diversos métodos de agricultura agroecológica, y rotación de cultivos y las prácticas de diversificación que incluyan el cultivo de legumbres, creando cadenas de suministro cortas de la granja a la mesa a precios equitativos para agricultores y ciudadanos, por ejemplo a través de los «eco-esquemas». o Aumentar la dotación financiera del servicio de asesoramiento agrícola para mejorar la concienciación de los agricultores sobre el rol positivo de mejorar la fertilidad del suelo a lo largo del tiempo mediante el cultivo de leguminosas. o Proporcionar un fondo de subvenciones a través del segundo pilar para ayudar a los agricultores a diversificar, alejarse de la ganadería intensiva y pasar a la producción de animales alimentados con pasto y cultivos proteicos para el consumo humano. o Garantizar la disponibilidad de semillas y leguminosas no GM a precios equitativos y reconocer esto como una oportunidad para fomentar el fitomejoramiento ecológico de legumbres y leguminosas para el consumo humano y su comercialización en la cadena de valor.
o Proporcionar un fondo de subvenciones a través del segundo pilar para promover instalaciones descentralizadas y mejoradas de selección de semillas y de desarrollo, procesamiento, almacenamiento y comercialización de variedades locales y regionales de leguminosas. REFERENCIAS

II. Analicemos cómo nos mienten sobre el porvenir del sistema capitalista mundializado

Economía global 2019; 

actualización (2)

6 de septiembre de 2019
Por Rolando Astarita
En la primera parte de la nota (aquí) dijimos que en los últimos 10 años la economía global se ha caracterizado por el crecimiento débil, y la baja inversión, en un marco de abundante liquidez. En lo esencial, se trata de plusvalía que, al no reinvertirse productivamente, se vuelca a los mercados financieros. Por eso, los organismos internacionales y observadores advierten sobre el peligro que entraña un crecimiento anémico sostenido en el aumento del crédito y un mar de deudas.
Por ejemplo, en su informe 2018 sobre comercio y desarrollo la UNCTAD señala que “los bancos han aumentado mucho más de tamaño gracias al dinero público; los instrumentos financieros opacos vuelven a estar a la orden del día; el sistema bancario paralelo se ha convertido en un negocio de 160 billones de dólares, el doble de la economía mundial…  Gracias a los billones de dólares de dinero público (‘expansión cuantitativa’), los mercados de activos se han recuperado, se realizan fusiones de empresas en gran escala y la recompra de acciones constituye ahora la característica distintiva de una gestión sagaz. En cambio, la economía real se ha mantenido renqueante fluctuando entre momentos efímeros de optimismo y rumores intermitentes de riesgos a la baja” (“Informe sobre el comercio y el desarrollo, 2018”).
Más adelante: “La preocupación principal se debe a que el tibio crecimiento mundial sigue teniendo una gran dependencia de la deuda, en un contexto en el que están cambiando las tendencias macroeconómicas. A principios de 2018, el volumen de la deuda mundial había aumentado cerca de 250 billones de dólares —el triple de los ingresos mundiales— en comparación con los 142 billones de dólares registrados hace un decenio. La estimación más reciente de la UNCTAD indica que la relación entre deuda mundial y PBI es en la actualidad casi un tercio mayor que en 2008”. Señala también que hubo una explosión de la deuda privada, sobre todo en los mercados emergentes y los países en desarrollo, “cuya participación en el total de la deuda mundial aumentó del 7% en 2007 al 26% en 2017, mientras que la relación entre el crédito a empresas no financieras y el PBI en 7 las economías de mercado emergentes se incrementó del 56% en 2008 al 105% en 2017”.
En este punto recordemos que el Banco Mundial también destaca el crecimiento de la deuda de los países atrasados: en las economías “emergentes y en desarrollo” aumentó de un 15% del PBI, promedio, al 51% en 2018. Volviendo al informe de la UNCTAD, dice que los flujos transfronterizos de capitales no solo son más volátiles, sino también han pasado a ser negativos “para el conjunto de los países emergentes desde finales de 2014, habiendo sido la salida de capitales especialmente cuantiosas en el segundo trimestre de 2018”.
En el mismo sentido, la OCDE también alerta que la deuda privada crece rápidamente en las economías más grandes: el stock global de bonos corporativos no financieros se ha duplicado en términos reales en relación a 2008, llegando a casi 13 billones de dólares. Además, la calidad de la deuda se ha estado deteriorando, lo que incluye un elevado stock de préstamos apalancados.
Por su parte, el FMI dice que han aumentado los riesgos de la situación financiera (véase “Global Financial Stability Report IMF”, abril 2019). Las políticas monetarias laxas después de 2009 ayudaron a sostener la expansión del crédito, pero la deuda se elevó a niveles históricamente altos. En EEUU la deuda corporativa ha pasado de 4,9 billones de dólares en 2007 a 9,1 billones a fines de 2018; es un aumento del 86%. De esta deuda, el mercado de préstamos apalancados, a fines de 2018 llegaba, en EEUU, a 1,3 billones de dólares  (sobre los préstamos apalancados, ampliamos más abajo).

El mercado de bonos de grado de inversión también se hizo más riesgoso. En promedio, la deuda corporativa está sesgada hacia emisores de menor calificación; existe elevado apalancamiento y crecimiento rápido del crédito, indicadores que anticipan caídas económicas y crisis bancarias. La rentabilidad corporativa mejoró desde 2017; la tasa de rentabilidad –beneficios sobre activos- ha sido notablemente más elevada que en otras economías avanzadas. Sin embargo, los beneficios disminuyeron en el último trimestre de 2018. Y, más importante, el riesgo financiero ha permanecido elevado.

Las empresas han destinado ganancias al pago de dividendos y la recompra de sus acciones, que superaron las ganancias de inversión y alcanzaron las alturas más elevadas en la poscrisis. En algunos sectores los pagos de dividendos fueron financiados con toma neta de préstamos, aumentando la deuda ya elevada.

Señala también que se ha invertido la curva de rendimiento de los bonos (un indicador que suele anticipar recesiones); y la inversión se ha detenido. En este contexto, las vulnerabilidades siguen creciendo en el sector corporativo y entre los intermediarios no bancarios. A pesar de que la relación deuda – capacidad de servirla de las empresas estadounidenses ha mejorado desde la crisis financiera, esto podría cambiar rápidamente si aminora de manera significativa el crecimiento, o se endurecen las condiciones financieras (véase también más abajo).
En la zona del euro el crédito se expandió en menor medida –debido a la crisis de la deuda- pero siguen existiendo debilidades estructurales en los sectores de la media y pequeña empresa. Aquí las vulnerabilidades son más pronunciadas en el sector soberano, con deuda elevada o incluso elevándose, como es el caso de Italia. Además, la deuda corporativa se ha incrementado de forma significativa en un número de países, entre ellos Francia. En el sector bancario hubo fuertes caídas en la valuación de activos, lo cual plantea riesgos para algunos bancos. En otros países adelantados, si bien la vulnerabilidad de los bancos es baja, continúa siendo motivo de preocupación el apalancamiento de los hogares (elevado ratio deuda / PBI y creciendo en algunos países). En Japón la baja rentabilidad de los bancos es motivo de preocupación, así como el elevado riesgo que han tomado intermediarios financieros no bancarios. La situación financiera en China, otro de los focos de preocupación del establishment, la tratamos aparte.
En el mismo sentido que los anteriores informes, el BIS Quarterly Review, septiembre 2018, señala que el crédito internacional (transfrontera y en moneda extranjera) ha continuado expandiéndose, y alcanza el 38% del producto mundial. Este crecimiento ha sido encabezado por la emisión internacional de títulos de deuda. El rol de los bancos se redujo, tanto como prestamistas como inversores. La primera reducción ocurrió cuando la crisis financiera; luego hubo una breve recuperación, pero volvió a contraerse fuertemente cuando la crisis del euro. El descenso de la participación de los bancos en el mercado internacional de títulos de deuda fue compensado por el aumento de los acreedores no bancarios, tales como fondos de pensión, compañías de seguros, fondos de mercado monetario (money market funds) y fondos de cobertura (hedge funds). Los emisores de bonos son principalmente gobiernos y grandes empresas. Muchos países de economías emergentes o en desarrollo han aumentado su endeudamiento mediante la emisión de bonos.

Liquidez y recompra de acciones
Un rasgo destacable de la coyuntura son las plusvalías que no se reinvierten productivamente y se acumulan como capital líquido, o se destinan a la recompra de acciones. En 2018 la recompra de acciones por las 500 compañías estadounidenses del S&P llegó a 800.000 millones de dólares. Desde 2008 hasta principios de 2018 se realizaron recompras por 5,1 billones de dólares. Según estimaciones de analistas, entre 2007 y 2016, las 500 empresas del S&P gastaron el 54% de sus beneficios en recompra de acciones (ver aquí). Según Goldman Sachs, en 2019 las 500 del S&P estarían en tren de recomprar acciones por 940.000 millones de dólares. Con bajas tasas de interés, las recompras son financiadas, en muchas ocasiones, con créditos apalancados (véase el siguiente apartado).

Es claro que la recompra de acciones aumenta las ganancias por acción de forma artificial, ya que aumenta el valor del capital sin que se corresponda con un incremento de la inversión productiva y la generación de plusvalía. Además, dado que el 10% más rico de las familias posee el 86% de los paquetes accionarios, la recompra aumenta la concentración de riqueza e ingresos. Un flujo de dinero que alimenta los fondos de inversión y toda forma de valorización financiera de los activos.
Aunque en mucho menor medida, en la zona del euro la recompra de acciones experimentó un auge en los últimos 12 meses, llegando a 100.000 millones de dólares. Por otra parte, las empresas japonesas mantienen cash en los bancos por 4,8 billones de dólares (ver aquí).

Bonos BBB, préstamos apalancados y el crecimiento de los CLO
El crecimiento del crédito, y las deudas, genera las condiciones para el estallido de una nueva crisis financiera que tendría inevitables repercusiones sobre el conjunto de la economía. A fin de profundizar en esta explicación, empecemos recordando cómo están conformados los mercados de crédito.
Se dividen en dos clases fundamentales. En primer lugar, están los bonos de grado de inversión, emitidos por empresas de alta calificación. Estos bonos van desde calificación AAA (la mejor) a BBB. En este segmento del mercado de crédito lo distintivo es que, tanto en EEUU como en Europa aumentó significativamente la emisión de bonos BBB. En EEUU el incremento se produjo principalmente antes de la crisis financiera; en Europa continuó después de la crisis. El resultado es que en 2018 la participación de los bonos BBB era de aproximadamente un tercio en EEUU, y la mitad en Europa. Dado que estos bonos son aptos para inversores institucionales –que están obligados a invertir en títulos con un mínimo de calificación-, un debilitamiento de la economía puede llevar a la caída de la calificación de los bonos BBB a bonos basura, lo que desataría ventas forzadas de los fondos que tienen obligación de mantener sus colocaciones en grado de inversión (véase aquí).

El segundo tipo de mercado de crédito es el de “grado especulativo”. Está conformado por los bonos de alto rendimiento (calificación menor a BBB) y por los préstamos apalancados. Pues bien, aunque la participación de los bonos basura (los más riesgosos) ha disminuido en el total de la deuda, han crecido los préstamos apalancados. Se trata de préstamos que se otorgan a empresas que ya tienen un peso de deuda “sustancial” (típicamente cuando la deuda es cinco veces mayor que las ganancias antes de intereses, impuestos y amortización), y pobres calificaciones crediticias. Estos préstamos se realizan a tasa variable, están asegurados con colateral subyacente, y sus pagos tienen prioridad frente a bonos de alto rendimiento. En EEUU su volumen más que se ha duplicado desde 2010. Y cada vez más se usan para fondear la toma de riesgos financieros a través de fusiones y adquisiciones, compras apalancadas, pagar dividendos y recompra de acciones.

El crecimiento de los préstamos apalancados se debe en gran medida a su titularización (en otras notas también hemos empleado el término securitización) a través de la emisión de Collateralized Loan Obligation(obligación de deuda colateralizada). Se trata, en lo esencial, de un título respaldado por un pool de deuda. El mismo se origina cuando un gerente de instrumentos financieros compra a un banco un paquete de préstamos apalancados, que agrupa en un paquete. Para fondear la compra, vende participaciones en el CLO a inversores. Las participaciones se dividen en tramos, que se diferencian por el riesgo implicado.

Los inversores que asumen los mayores riesgos adquieren los tramos equity del CLO, y reciben mayor tasa; pero son los primeros que dejan de cobrar si se produce un default de los préstamos subyacentes. Los inversores que asumen menor riesgo son los que compran los tramos senior del CLO, y cobran primero, pero reciben menos interés. Por eso los CLO son muy similares a las CDO, las obligaciones de deuda colateralizada, que contribuyeron a inflar la burbuja inmobiliaria que terminó en el estallido financiero de 2007-9. Las CDO  tenían como activo subyacente los créditos hipotecarios. Por eso, a partir de 2007 los defaults sobre las hipotecas subyacentes hicieron que los valores de los CDO se desplomaran, agudizando al extremo la crisis financiera.

Pues bien, por estos tiempos la nueva “estrella financiera” son los CLO. En los últimos años la parte de los bancos en el mercado de préstamos apalancados estadounidense bajó al 8%, mientras que la parte de las CLO aumentó del 47 al 60%. Según el Banco de Inglaterra, a fines de 2017 había, globalmente, alrededor de 750.000 millones de dólares invertidos en CLO. Un tercio estaba en manos de bancos de EEUU, Europa y Japón, y el resto pertenecía a inversores no bancarios. Entre los bancos, las entidades japonesas son las mayores inversoras. De acuerdo a informes bancarios, cuatro bancos japoneses tenían unos 108.000 millones de dólares en CLO de EEUU (M. Rodríguez Valladares, “Non-banks Are The Largest Holders Of Collateralized Loan Obligations Globally”, Forbes, 11/06/19).
Indudablemente, se trata de instrumentos financieros opacos, y la deuda subyacente muchas veces financia operaciones especulativas y riesgosas. Además, el aumento de su demanda ayudó a que se licuaran cláusulas de protección de los inversores, que estaban incluidas en los acuerdos de préstamos; por eso se los conoce como acuerdos con “apenas cláusulas”.
Antes de la crisis los acuerdos con “apenas cláusulas” eran el 25% del total. Según Moody, hoy son el 80%. Si viene una recesión, muchas empresas van a tener muchas dificultades para pagar sus elevadas deudas. Por sobre todas las cosas siempre debemos tener presente que, por más complejas que sean las ingenierías financieras, nada puede evitar las desvalorizaciones de los títulos cuando entre en crisis la realización de la plusvalía. Y el peligro se agudiza porque la misma opacidad de estos títulos impulsa el vértigo de la especulación, y el crecimiento de todas formas de capital ficticio. Por eso los estándares más laxos para suscribir títulos, la menor protección a los inversores, junto a una porción mayor de crédito débil, aumentan la probabilidad de tensiones y problemas, y reducen los ratios de recuperación en la eventualidad de que se endurezcan las condiciones financieras o haya un fuerte descenso en la actividad económica.
Además, dado que fondos de inversión han sido grandes compradores, por medio de CLO, de préstamos apalancados, el tener que admitir pérdidas en los valores de sus títulos puede impulsar el pedido de reembolso de fondos, llevando a ventas forzadas y a mayores caídas de los precios. Este tipo de dinámicas afectaría no solo a los inversores que tienen esos préstamos, sino a la economía más en general. Los préstamos apalancados posiblemente no dispararán la- próxima crisis, pero es muy probable que la profundicen (véase, por ejemplo, M. Greene, “Do leveraged loans pose a threat to the US economy?”, Financial Times 11/02/19). En este respecto es significativo que Janet Yellen, ex responsable de la FED, advirtiera, a fines de 2018, que “existe el peligro de que si algo provoca una caída de la economía, los altos niveles del apalancamiento corporativo podrían prolongar la recesión y llevar a cantidad de quiebras en el sector corporativo no financiero”. Sobre los CLO dijo que “mucho del subyacente de esa deuda es débil. Pienso que los inversores la tienen en paquetes como los paquetes subprime [se refiere a las hipotecas de baja calificación, subyacentes de los CDO]”. Señaló también que el endeudamiento corporativo se disparó en años recientes, pasando la deuda de 4,9 billones de dólares en 2007 a 9,1 billones (véase aquí).

En términos más generales, y según el BIS, el financiamiento apalancado –comprendiendo los bonos de alto rendimiento y las finanzas basadas en préstamos apalancados- se ha duplicado desde la crisis financiera (BIS Quarterly Review, septiembre 2018). Además de destacar el carácter pro-cíclico de los préstamos apalancados, el informe señala que en los últimos años muchos de esos préstamos se utilizaron para refinanciar deuda. En EEUU, desde 2015, la refinanciación de deuda ha representado el 60% de la emisión institucional de préstamos apalancados. El hecho de que los bancos encuentren mayores facilidades para titularizar y vender esos préstamos a través de CLO, contribuye al crecimiento de los préstamos apalancados. Y a medida que avanzó el ciclo de negocios, aumentó la tasa de default de estos préstamos: pasó, en EEUU, del 2% a mediados de 2017 al 2,5% en julio de 2018. Pero además, dado que son a tasa variable, la situación puede empeorar en la medida en que las tasas de interés recuperen a niveles más normales. El informe del BIS también llama la atención sobre el aumento de tomadores de préstamos con calificación BBB, al  que nos referimos más arriba; y advierte que una eventual rebaja en la calificación de estos deudores puede llevar a que muchos inversores se descarguen de la deuda.

Interludio: recordando el rol de los CDO en los 2000
Introduzco un breve paréntesis para recordar, al menos parcialmente, la dinámica especulativa de la titularización que desembocó en la crisis. En 2009 escribíamos: “La titularización y la extensión de los mercados monetarios y de capitales debilitaron las posibilidades de supervisión del banco central [nos referíamos principalmente a la FED] sobre el sistema. En el sistema tradicional el banco debía cumplir con ciertos requisitos a la hora de decidir en qué activos colocar el dinero de los depositantes, y hasta cierto punto, esto podía ser supervisado por el banco central. Pero las titularizaciones que actualmente realizan los bancos son operaciones por fuera de balance…


En este aspecto los balances de los bancos y de otras instituciones ya no proveen información suficiente sobre el verdadero estado financiero. Además, el crecimiento de los créditos estructurados implica que nadie sabe bien qué está comprando ni cómo se evalúa el riesgo. Cuando alguien compra un tramo senior o super senior de CDO… no puede calcular qué valor real está adquiriendo. El problema se agrava porque es de interés de los manager de las firmas que organizan estas operaciones ocultar la verdadera naturaleza de lo que están haciendo. No olvidemos que ganan por administrar fondos y por presentar ganancias, aunque éstas estén infladas y sean puramente nominales” (pp. 84-5, El Capitalismo roto. Anatomía de la crisis económica, Madrid, 2009, La linterna sorda)

La situación en China
Dados los límites de esta nota, solo señalamos que otro foco de atención es China. Recordemos que cuando se produjo la crisis financiera el gobierno chino destinó un paquete por valor de 586.000 millones dólares a estimular la economía. Ese estímulo se dirigió esencialmente a inversión en infraestructura (72% del paquete) y a fomentar un boom en inversión fija. La mayor parte del gasto en infraestructura fue realizada por gobiernos locales, los cuales se financiaron en buena medida, a través de la “banca en la sombra” (shadow banking), esto es, operaciones que promueven los bancos por fuera de sus balances. Por eso, la implementación del paquete de estímulo disparó un rápido crecimiento en inversión fija, y de la banca en la sombra.
El aumento de la inversión fija compensó, al menor parcialmente, la caída de la demanda provocada por la caída de las exportaciones.
Sin embargo, hacia 2012-13 la economía enfrentaba crecientes riesgos debido a sobrecapacidad, aumento de las deudas locales y muy especialmente el crecimiento de la banca en la sombra. En noviembre de 2014 el Ministro de Finanzas, Zhu Guangyao alertó que la banca en la sombra era el principal peligro para la economía. Pero el gobierno trató de controlarla, no suprimirla. Después de todo, la banca en la sombra proveía liquidez que fondeaba el crecimiento económico. Así, los gobiernos locales siguieron financiándose con la banca en la sombra para sostener proyectos de inversión, a pesar de que fueran de baja rentabilidad. Incluso se construyeron ciudades que no fueron habitadas.
Pero finalmente el crecimiento de la deuda impuso la necesidad de limitar a la banca en la sombra. Según el FMI, se endurecieron las regulaciones financieras, y el control sobre las inversiones por fuera de presupuesto de los gobiernos locales, lo cual redujo  el ritmo de aumento de la deuda y ayudó a contener el incremento de riesgo en el sector financiero (“Informe Revisión artículo 4, agosto 2019”). Por eso disminuyó el ritmo de crecimiento de los activos bancarios (del 15% a mediados de 2016 al 7% a mediados de 2018) y se recortó la emisión de vehículos de inversión por fuera de balance. Muchos bancos los incorporaron a sus balances. Las medidas tuvieron éxito en reducir el apalancamiento en el mercado financiero. Sin embargo, la deuda total del sector no financiero todavía crece a un ritmo más rápido que lo que lo hace el PBI nominal. El informe de la OCDE, que hemos citado más arriba, dice: “China sigue siendo una fuente de preocupación, en la medida en que el despliegue de herramientas monetarias, fiscales y cuasi-fiscales no solo tiene efectos inciertos sobre la actividad, pero podría continuar alimentando la deuda corporativa no financiera, que ya se encuentra en un nivel récord”. En este contexto se desarrolla, además, la guerra comercial con EEUU.
 A modo de conclusión: las condiciones para una crisis global
El crecimiento del capital dinero, la acumulación de liquidez en manos de las empresas, ha ido a alimentar los mercados de crédito y deuda, sin traducirse en un aumento significativo de la acumulación productiva. Como señaló Marx, refiriéndose a las coyunturas de plétora del capital, las mismas constituyen una demostración de los límites de la producción capitalista. Escribía en El Capital: “… si esta nueva acumulación tropieza con dificultades en su aplicación, si choca con la falta de esferas de inversión, es decir, si se opera una saturación de los ramos de producción y una sobreoferta de capital en préstamo, esta plétora de capital dinerario prestable no demuestra otra cosa que las limitaciones de la producción capitalista (…) La acumulación del capital de préstamo consiste, simplemente, en que el dinero se precipita como dinero prestable. Este proceso es muy diferente de la transformación real en capital, es solo acumulación de dinero en una forma en la cual puede ser transformado en capital” (p. 654, t. 3, edición Siglo XXI).

En términos de la economía argentina, hemos tenido una muestra de esta dinámica en la entrada de inversiones de cartera que realizaron grandes ganancias mediante el mecanismo del carry trade –consiste en endeudarse a baja tasa baja en una moneda, para invertir en otra moneda aprovechando los diferenciales de tasas de interés-, sin que contribuyeran en lo más mínimo al desarrollo de la economía. Peor aún, no solo no hubo desarrollo, sino su retirada a partir de 2018 provocó devastación económica e infinitas penalidades a la población.

Para terminar esta actualización, subrayamos también una cuestión sobre la que hemos insistido desde hace tiempo, en oposición a la llamada “tesis de la financiación”: las crisis son un resultado de las contradicciones del capital de conjunto; no del dominio de una forma del capital (el financiero) sobre otra forma del capital (el productivo), como generalmente se piensa en los ambientes del progresismo izquierdista, siempre inclinado a encontrar virtudes en un tipo de capital contra otro tipo de capital (base ideológica para aconsejar a los trabajadores el conciliacionismo de clase). La realidad es que los circuitos del crédito y la deuda son inseparables de la esfera productiva. Como alguna vez también lo expresó Marx, no hay que olvidar que el crédito “es una forma inmanente del modo de producción capitalista” (p. 781, ibid.). Dicho de otra manera, capital financiero y capital productivo son formas que se subsumen en una unidad esencial: la hermandad de la explotación del trabajo. Pero por esto mismo, una economía no puede crecer indefinidamente en base a deuda en aceleración creciente. Esta es la base sobre la cual se desarrollan los elementos que, tarde o temprano, desembocarán en una nueva crisis global. Lo que subyace, enfatizamos, es la debilidad del proceso productivo.
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Fuente: https://rolandoastarita.blog/2019/09/06/economia-global-2019-actualizacion-2/