domingo, 27 de octubre de 2019

Exijamos responsabilidad estatal y de petroleras: “Los sismos están y posiblemente van a aumentar en la medida de que la actividad petrolera se intensifique por lo que es necesario tener en cuenta esta variable en la nueva infraestructura de la región y anticipar posibles inconvenientes en la ya instalada”.



Martín Álvarez Mullaly
El cohete a la luna

Desde que en 2015 se intensificó la explotación, la zona tembló más de 150 veces
El mensaje de Javier Grosso llega acompañado del mapa comparativo. Él es docente e investigador del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional del Comahue y viene indagando los recientes movimientos sísmicos en los alrededores de la localidad de Sauzal Bonito donde avanza la explotación hidrocarburífera mediante la técnica del fracking. Recientemente sistematizó el archivo del Instituto de Prevención Sísmica (INPRES) y los resultados confirman sus sospechas: hasta el 2015 la presencia de movimientos en la zona que analiza son escasos sino nulos. A partir de esa fecha, que coincide con la intensificación de la explotación en Vaca Muerta, la zona tembló más de 150 veces. Los últimos 135 movimientos registrados ocurrieron en los primeros diez meses de 2019. Vaca Muerta se convirtió en un inestable samba al que, como en el juego, tan solo algunos quieren subir.
“La información a partir de archivos públicos y datos del INPRES es bastante clara, hay una línea de tiempo que va desde 1901 a 2015. En ese tramo de casi 115 años no se han detectado ni están georeferenciados movimientos sísmicos en la zona de Sauzal Bonito o Añelo. Cabe destacar que sí existen algunos registros previos al 2015 —reflejados en el mapa— que están un poco más al norte o noroeste, pero en general podemos decir que la zonificación de ‘baja sismicidad’ era real y que eso en los últimos tiempos cambió”, explica Grosso.
La tierra no siempre se movió en esa región, o al menos no con esta intensidad. La sistematización constata la hipótesis sobre una reactivación de fallas por inducción antropogénica, es decir por el accionar de actividad humana, en este caso de la industria petrolera. Esta información ratifica la experiencia de quienes viven en el lugar, que aseguran que los movimientos empezaron con la llegada de las torres de perforación.
Según el geógrafo, “el fracking puede haber generado respuestas por parte de las estructuras geológicas. Alguna relación tiene que tener, porque las profundidades de los sismos son muy cercanas a las profundidades donde se realiza el tramo horizontal de los pozos. Durante 115 años no hubo registros de sismos, cosa que en parte puede ser por la ausencia de estudios y registros sobre la zona”. Grosso destaca, además, que mientras en los últimos meses disminuyó la velocidad de perforación y fractura, también se constató una caída en la sismicidad. Se hace evidente que ambos fenómenos están concatenados.
Los sismos asociados a la explotación con fracking no son una maldición criolla: con distintas características se repiten, por lo menos, en Estados Unidos, Canadá, China, México y Reino Unido .
En junio del 2019 se instalaron los primeros dos sismógrafos del INPRES de la veintena comprometida. “Con esto se buscaría mejorar el registro de aproximación al epicentro de los sismos y también calcular el foco que es la profundidad”, indica el investigador que informa también que hay un acuerdo confidencialidad que no permite que INPRES comparta información sobre los movimientos menores a 2.5° en escala Richter. Por eso en el mapa fueron representados sólo los movimientos mayores de 2.5 Ml. No obstante, la organización Sismología Chile ha detectado y publicado sismos de intensidades menores la semana pasada.
El mayor impacto de los movimientos ocurre en Sauzal Bonito, un paraje de 300 habitantes ubicado en el centro de la provincia de Neuquén. El pueblo se extiende entre el margen sur del río Neuquén y una elevada meseta, un angosto valle en el que grandes piedras amenazan a las viviendas desde lo alto. A pocos kilómetros de las casas se encuentra la explotación del área Fortín de Piedra operada por Tecpetrol, que con más de 70 pozos logró extraer el 85% de gas de la Cuenca neuquina, lo que representa más de un 10% del total nacional. Este tipo de movimientos, según Grosso, pueden generar remoción de suelos en masa. Un alerta que se desprende de estudios de la propia Universidad Nacional de Comahue. A su vez considera que “la prioridad es brindar información a la ciudadanía”. Otra zona en la que se tornaron más frecuentes los movimientos es en el área Aguada Pichana Este, que queda pocos kilómetros al noroeste de Sauzal Bonito. Allí la empresa francesa Total ha pasado a la etapa de desarrollo masivo de la explotación.
“Se tendría que tomar decisiones de resguardo de posibles efectos, esto implica detener tareas, minimizar los efectos. Incluso la misma dirección de INPRES dice que de encontrarse una relación debería bajar la intensidad en la inyección de los fluidos”, aclara Grosso. Otro aspecto que le preocupa es la modificación de zonificación sísmica para las construcciones y obras sismorresistentes, hoy Neuquén se encuentra catalogada como Zona 1: reducida. “Hay empresas que están operando en Vaca Muerta y más precisamente en Sauzal Bonito y sus ingenieros ya están calculando las obras de infraestructura para una Zona 2: de sismicidad moderada. Desde el directorio de INPRES me dijeron que no estaba en sus planes cambiar la zonificación”.
Los cambios en las obras deberán realizarse por prevención, es posible que medidas así no sean del agrado de las empresas y la provincia, ya que implica un mayor costo de construcción. Grosso espera que esas definiciones se asuman con responsabilidad: “Los sismos están y posiblemente van a aumentar en la medida de que la actividad petrolera se intensifique por lo que es necesario tener en cuenta esta variable en la nueva infraestructura de la región y anticipar posibles inconvenientes en la ya instalada”.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/vaca-muerta-sismo-y-sustancia/

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