domingo, 20 de octubre de 2019

"Consideremos que la totalidad de los pueblos indígenas del país están bajo ataque de los megaproyectos y de los programas asistenciales que se operan para individualizarlos y romper a las comunidades. Son proyectos que se dan a las personas o a las familias y no a las organizaciones o asambleas, y ante la precarización de la vida, dividen a las comunidades".

“Puede ser nuetra última batalla”

20 de octubre de 2019

Entrevista a Gloria Muñoz Ramirez, directora del medio de comunicación Desinformémonos, sobre “Derecho a réplica. Hablan los Pueblos”, documentales sobre los proyectos extractivos en zonas indígenas en México.

Por Jéssica Visotsky para ANRed.

J.V: Gloria, ¿nos quisieras contar un poco cómo nace este trabajo: “Derecho a réplica. Hablan los Pueblos”?
G.M.R: Nace con la propuesta de ver qué piensan las comunidades indígenas, los diferentes pueblos, naciones, tribus y barrios que serán afectados por tres megaproyectos sobre sus territorios, dos de ellos, el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, ideados ó restablecidos por el actual Gobierno Federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Y uno más que fue planteado por los gobiernos neoliberales, panistas y priistas anteriores, pero que no se había podido echar a andar por la resistencia de los pueblos nahuas de Morelos, Puebla y Tlaxcala, pero que en este sexenio se piensa operar. Se trata del Proyecto Integral Morelos, que contempla una termoeléctrica, un acueducto y un gasoducto.
Estos tres proyectos están planteados en zonas indígenas, y para echaarlos a andar se hicieron consultas que no siguieron los protocolos del Convenio 169 de la OIT. En ese contexto, el equipo de Desinformémonos queríamos saber qué se pensaba desde las comunidades sobre estos proyectos. Lo que hicimos un grupo de periodistas, fotógrafos y videoastas fue visitar 9 estados de la república, recorrer 40 comunidades indígenas, entrevistar a 116 personas representantes de 35 comunidades indígenas y ver que pensaban.
¿Derecho de réplica por qué?
En el actual sexenio se estableció una conferencia de prensa presidencial todos los días de 7 de la mañana a 9 de la mañana, lo que nos da un promedio de más de 200 conferencias de prensa, más de 21,000 minutos de flashes y micrófonos puestos a disposición de las figura presidencial. En todos estos minutos de tiempo aire no se ha contemplado en ningún momento la palabra de los indígenas que se oponen a estos proyectos. Y esto es sin tomar en cuenta tres informes de gobierno y las visitas del presidente a los diferentes estados en donde se implementan estos proyectos, y en donde nunca se ha reunido con ningún grupo, organización o colectivo indígena que se oponga.
Por eso decidimos voltear el micrófono y las cámaras e ir a buscar kas voces que no han sido contempladas. ¿Hay indígenas qué si están de acuerdo con los proyectos? Sí, sí los hay, pero nosotros nada más fuimos con quienes no lo están.
Se trata de un trabajo de campo sobre tres proyectos estratégicos del sexenio: El Tren Maya contemplado en cinco estados del sur de México: Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco. Y del Proyecto Interoceánico qué es un corredor de Coatzacoalcos, Veracruz, a Salina Cruz, Oaxaca, que contempla 265 kilómetros, se conoce como la cintura de México porque es la parte más angosta del país para conectar el Océano Pacífico con el Atlánrico, y visceversa, y donde se planea un corredor industrial y comercial. Finalmente, el Proyecto Integral Morelos es un proyecto energético que fue concebido por el presidente panista (derecha) Felipe Calderón en el año 2011; fue construido casi en su totalidad por el presidente priista Enrique Peña Nieto, quien desde el principio se encontró con una oposición muy grande en los tres estados y optó por reprimirla. Los líderes fueron encarcelados pero no se rindieron  y junto, a la movilización social, ganaron amparos porque no había estudios de impacto ambiental; se habían saltado las consultas a las que tienen derecho todos los pueblos indígenas, en este caso pueblos nahuas, y el resultado fue que estaba parada la obra.
Llegó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador y decidió poner a operar la termoeléctrica que la resistencia y los amparos mantenían parada. Y aquí hay que hacer un un apunte muy importante, pues en el 2014 Andrés Manuel visitó estás comunidades. Tenemos que tener en cuenta que Andrés Manuel llevaba 12 años de candidato a la presidencia, y en uno de sus actos de campaña visitó a las comunidades opositoras al Proyecto Integral Morelos y les dio todo su respaldo. Dijo que no era posible que ese proyecto siguiera sobre estas tierras y que la gente tenía todo su apoyo para que no se implementara. En las elecciones del 2018 estos pueblos votan por él porque les había prometido que el proyecto no se iba a echar a andar, pero en noviembre de 2018, ya como presidente electo, desechó su compromiso y anunció que era importante poenen a operar la termoeléctrica. Las comunidades por eso hablan de una traición. Al público de Argentina hay que explicarle que los pueblos de Morelos son herederos de la lucha por la tierra del general revolucionario Emiliano Zapata, no son cualquiera. En cada casa hay una carabina del abuelo, del bisabuelo, están los certificados que los avalan como herederos de Zapata, quien no es una tradición muerta sino una lucha viva por la tierra.
En este contexto, los herederos de Zapata declaran al presidente como persona non grata en el estado, justo cuando se conmemora el centenario del asesinato a traición de Emiliano Zapata.
Hay un momento álgido de esta lucha en febrero, pues pasan dos cosas: López Obrador anuncia una consulta que nada tiene que ver con la consulta mandatada por el Convenio 169 de la OIT respecto a las comunidades indígenas afectadas por cualquier proyecto en sus comunidades. A uno de los actos donde el presidente está anunciando la consulta, acude un grupo opositor que no tiene cabida entre sus invitados, se coloca hasta atrás y le empieza a gritar “Agua Sí, Termo No”, y él se enoja visiblemente y les grita “A ver radicales de izquierda, que para mí no son más que conservadores.
Uno de los indígenas nahuas que le gritaban ese día era Samir Flores Soberanes, uno de los iniciadores de la lucha contra el proyecto, quien diez días después de ese acto, fue asesinado en el patio de su casa.

El siguiente megaproyecto que cubrimos en “Derecho de réplica. Hablan los pueblos”, es el Tren Maya, que, lejos de ser un proyecto únicamente turístico, concectará todos los megaproyectos que ya existen en la Península de Yucatán, y que tienen que ver con la agroindustria, los parques de celdas fotovoltaicas, parques eólicos, mega granjas porcícolas y con una serie de proyectos que ya están implantados y que ya tienen un territorio devastado ¿Y qué hace el tren? Conectar todo esto porque también es un tren de carga, reconfigurar el territorio y crear una nueva territorialidad. Rogelio Pons, responsable del proyecto y del Fondo Nacional de Turismo(FONATUR), se atrevió a declarar lo siguiente: “Este es un proyecto que va a convenir a las comunidades porque hasta para pedir limosna les va a quedar cerca a los Indígenas”. Este es el país que les proponen, uno en el que tengan un tren que les quede cerca par “pedir limosna”.

Está también la folklorización de lo maya, siguen vendiendo a la cultura maya como la de los centros arqueológicos, la descubridora del cero, de los grandes avances en astrología y demás, pero no al maya actual, al que no está en los museos, al que está sembrando la tierra, al está produciendo y es parte de una cultura viva de la cual se están aprovechando incluso con una ceremonia para pedirle permiso a la Madre Tierra.
El tercer proyecto que tocamos en este trabajo en el Corredor Interocéanicoa, ideado en la cintura de México que recorre de Salina Cruz, Oaxaca, a Coatzacoalcos, Veracruz, y viceversa, con el fin de transportar mercancía hacia Asia, Europa y Estados Unidos. Un proyecto que viene desde hace más de un siglo y ha sido intentado por diferentes gobierno. El expresidente neoliberal Ernesto Zedillo diseñó un plan muy complejo y no lo pudo hacer por la oposición de los 15 pueblos indígenas afectados, las más de 500 comunidades que se encuentran a lo largo de 265 kilómterios.
Lo que hacemos en Desinformémonos es recoger las voces de algunos de los pueblos indígenas que se manifiestan en oposición a estos proyectos porque afecta su vida, su cultura, su territorio, su manera de relacionarse, su tejido comunitario, todo. Es muy difícil de entender la idea que los indígenas lo que quieres es seguir siendo lo que son, porque es más fácil verlos como pobres que no quieren seguir comiendo frijoles y tortillas, que quieren su milpa y prefieren ser obreros, trabajadores de la maquila o cargadores de maletas.
J.V: Ustedes se encontraron a lo largo de la filmación de estos documentales con los pueblos que se oponen, ¿cómo opera la cooptación de las comunidades, digo, pensado en el proyecto este “Sembrando vida” porque ahí está el problema, no?
G.M.R: Es una pregunta fundamental en estos momentos. Considero que la totalidad de los pueblos indígenas del país están bajo ataque de los megaproyectos y de los programas asistenciales que se operan para individualizarlos y romper a las comunidades. Son proyectos que se dan a las personas o a las familias y no a las organizaciones o asambleas, y ante la precarización de la vida, dividen a las comunidades, me atrevería a decir que de manera más grave que en otros sexenios, porque se multiplican estos programas.
J.V: ¿Querés contar en qué consiste el “Sembrando vida”?
G.M.R: El sembrando vida es un proyecto de este sexenio que consiste en el apoyo individual a los campesinos para que siembren arbolitos en dos hectáreas y media que, además, ya están sembradas, pero como para que puedan recibir 4500 pesos mensuales tienen que presentar terrenos limpios, lo que hacen es deforestar estas hectáreas, este bosque nativo o selva media, para poder acceder al recurso y plantan arbolitos que en muchos casos son ajenos a la región. Y que en caso de que se den, tardarán entre 5 y 10 año. No es “sembrando vida”, sino matando vida, literal, destruyendo vida.
J.V: Para terminar Gloria, no puedo dejar de preguntarte si siendo vos periodista y estando acá en México y viendo la realidad tan dura que viven aquí, como las desapariciones en México, te quería preguntar por el caso de las agresiones a los periodistas.
G.M.R: Estamos viviendo uno de los peores momentos para la prensa en México. Es una etapa negra que inició junto con la llamada guerra contra el narcotráfico, hace más de 12 años. México ocupa el primer lugar de todo el Continene Americano en agresiones a periodistas. Y el segundo o tercero en el mundo, solo por debajo de países en guerra abierta, como Afganistan o Siria, pero aquí supuestamente no hay guerra, aunque es claro que nosotros la vivimos todos los días. Y dentro de esta guerra, uno de los saldos son los periodistas muertos, amenazados, desplazados y desaparecidos. Y digo uno de los saldos, porque también tenemos que hablar del feminicio, de los asesinatos de migrantes y de defensores.
Recuerdo una actIvidad que realizamos un grupo de periodistas el último día del gobierno de Enrique Peña Nieto, para despedirlo con una protesta y reclamarle la impunidad. Según la organización Artículo 19, durante su sexenio asesinaron a 47 periodistas; mientras que en lo que va del actual sexenio, dependiendo las estadísticas que se consulten, se habla de entre 11 y 15 colegas asesinados, con un 100 por ciento de impunidad. No hay detenidos, o hay castigo nada, por eso pueden seguir matándonos.
J.V: ¿Y respecto de los índices y cifras sobre desapariciones y asesinatos desde el 2006 hasta ahora, desde lo que es la guerra contra el narcotráfico que se habla…? 
G.M.R: Hablamos de más de 40000 desaparecidos y 200000 asesinatos. De estos 40000 desaparecidos, los 43 de Ayotzinapa son los más nombrados, pero son 43 de 40000 y todos valen lo mismo.
El Gobierno de México ha puesto cifras al horror de las fosas clandestinas en el país y reveló que se han encontrado 4,974 cuerpos en más de 3 mil fosas en los últimos 13 años y medio. Son las cifras de la barbarie, en un país en el que se asesina a 10 mujeres al día.
J.V: ¿Es una guerra, un nuevo genocidio que están librando contra los pueblos? 
G.M.R: Quien no quiera ver una guerra, no quiere ver la realidad. Una guerra con varios frentes, siendo uno el de los pueblos indígenas. La indígena zapoteca Betina Cruz, de Juchitan, np dijo n este trabao “si no paramos esto, nos terminan. Puede ser nuestra última batalla”.

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Fuente: https://www.anred.org/2019/10/20/si-nos-ponen-estos-proyectos-nos-terminan-puede-ser-nuestra-ultima-batalla/

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