jueves, 5 de septiembre de 2019

"Diluyamos las fronteras entre uno mismo y el otro para relacionarnos a través de los cuidados mutuos. Consideremos el cuidado dentro de la perspectiva de género para promover la paridad de oportunidades y visibilizar el cuidado como lo que es: un aporte a la sociedad".

En un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina

Red Latina sin fronteras


“En un contexto patriarcal, el cuidado es una ética femenina;
en un contexto democrático, el cuidado es una ética humana.”
Carol Gilligan
¿Qué es el cuidado? ¿Quién cuida a quien cuida? En este número Hysteria! pone a la mesa el tema de los cuidados para hacerlo visible, dignificarlo y revalorarlo; darle el lugar y la importancia que históricamente ha tenido, propone ver su concepción desde múltiples voces, perspectivas, estilos, necesidades y experiencias.
Los cuidados son un trabajo tan cotidiano que se ha invisibilizado, insensibilizado y normalizado en todos los niveles; asociados casi inevitablemente con las tareas domésticas, son imprescindibles para la vida: alimentarse, mantener una higiene personal, tener ropa limpia y un espacio aseado permiten el desarrollo de cualquier persona, la falta de ellos pone en desequilibrio cualquier tipo de actividad de la esfera pública. Su aportación es tan significativa que si fuera remunerado económicamente supondría casi una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país.
Como vemos, los cuidados son la base y mantenimiento del bienestar social; sin embargo, a pesar de su importancia es un trabajo desapercibido, infravalorado que se circunscribe a lo familiar cuando en realidad se trata de un asunto público.
Existe una “tradición” histórica de cuidados que indica, como obligación tácita, sea ejercido por mujeres; envueltos con valores y cargas emocionales han generado una concepción cultural de que ellas deben ser las principales responsables del cuidado y asistencia de las demás personas al interior del hogar, incluso, extendido a la racialización de quienes suelen ser las trabajadoras del hogar en las casas de personas con poder adquisitivo. Este rol de género impuesto en las mujeres ha servido para aislarlas de la esfera pública, la política, la cultura e incluso de la historia y anclarlas al ámbito familiar y privado.
La lucha histórica de las mujeres por su emancipación y la equidad de género ha avanzado muy lentamente, si bien han ganado grandes batallas, como la inclusión laboral y académica o el derecho al voto (todos hechos bastante recientes) nada ha cambiado con relación a la labor de los cuidados. Por ejemplo, con la incorporación de la mujer en el mundo laboral debió ocurrir algo similar a la inversa como la integración del hombre al mundo familiar. Los derechos que las mujeres han conseguido no han sido traducidos en una escala de igualdad de actividades sino en el incremento de sus jornadas dentro y fuera de casa.
Es necesario reflexionar sobre la importancia del cuidado y diluir la idea de que es una competencia femenina, ser conscientes que se trata de capacidad común y necesaria en todos los seres humanos, nada tiene que ver con el género, por lo que es imperante cambiar el pensamiento de lo masculino/femenino, lo público/privado; asimismo modificar la percepción cultural de que los cuidados y los trabajos domésticos son por amor, solidaridad, compromiso o que corresponde ejercerlos a determinado tipo de personas.
Los cuidados no solo se circunscriben a la crianza y cuidado de enfermos/as o personas dependientes, existen muchos tipos de cuidado y se realizan de múltiples maneras abarcando una enorme gama de tonalidades como lo son los cuidados afectivos y las ahora tan urgentes y necesarias redes de mujeres. Busquemos y multipliquemos esos cuidados positivos. Diluyamos las fronteras entre uno mismo y el otro para relacionarnos a través de los cuidados mutuos. Consideremos el cuidado dentro de la perspectiva de género para promover la paridad de oportunidades y visibilizar el cuidado como lo que es: un aporte a la sociedad.
Alejandra Buenrostro(Ciudad de México). Egresada de la carrera de Comunicación por la UNAM, FCPyS-SUA. Ha trabajado como periodista independiente, como creadora de contenidos para educación y actualmente realiza la investigación con el tema, “La otra cara de la enfermedad: Mujeres cuidadoras, preservación del rol femenino”.
Le gusta pensar que los grandes cambios se realizan a través de pequeñas acciones que llama micro-revoluciones. Así como micro-revolucionaria intenta, incansablemente, ser constante y congruente.
https://hysteria.mx/editorial-30-cuidados/

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