Argentina. Huelga
general del 29 de mayo
La clase obrera en el
centro de la escena política
3 de junio de 2019
Por
Eduardo Lucita
Viento Sur
Luego de numerosos cabildeos y
discusiones internas la CGT convocó a un paro nacional para el pasado miércoles
29 de mayo. Fue impulsado por los gremios del transporte y luego asumido por el
conjunto de la central obrera (nuclea grandes gremios industriales, de
servicios y mercantiles). A la convocatoria se sumaron el Frente Sindical para
el Modelo Nacional (lo integran gremios estratégicos como Camioneros y
Bancarios) y las dos fracciones en que se dividió la CTA (mayoritariamente
estatales y docentes); las organizaciones de izquierda y los movimientos
sociales.La medida de fuerza no necesitaba mayores justificaciones, por el contrario hubiera sido necesaria efectivizarla muchos antes. Es el curso catastrófico de la economía lo que
Con ese préstamo solo se ganó tiempo. Se evitó el default hace un año atrás, a costa de un endeudamiento inédito y de tasas de interés del 70% anual, pero ahora están los vencimientos del préstamo del Fondo y los de los bonos en manos privadas. Nadie sabe cómo se pagarán…; los próximos meses serán decisivos, como dice mi amigo y compañero Claudio Katz en un reportaje publicado recientemente en este medio .
La unidad en la acción fue el dato destacado de este paro nacional que se sintió con fuerza en todo el país, el quinto contra la política del gobierno que encabeza Mauricio Macri. Tuvo un alto acatamiento: las actividades industriales, del transporte y bancarias estuvieron totalmente paralizadas, las escuelas públicas no funcionaron y en los hospitales solo hubo las guardias de rigor. En gastronomía y comercio la adhesión fue menor. Algo clásico en la Argentina de estos años. Las calles estuvieron prácticamente desiertas y las plazas y paseos repletas de gente. Fue un paro dominguero como se dice aquí.
Tuvo un aporte adicional simbólico, nada inocente por parte de
El paro se impuso por su propio peso: las tensiones sociales se acumulan y las bases presionan. El 30 de abril pasado ya se había convocado a un paro por el FSMN y el 4 de mayo hubo una marcha conjunta con empresarios pymes en defensa de
Una declaración formal y un objetivo claramente social, pero a nadie se le escapa que el país está entrando en la recta final del proceso electoral para las presidenciales de este año y los acuerdos políticos están a la orden del día. El paro juega también en ese entramado y presiona para que diversos dirigentes integren las listas parlamentarias del peronismo.
Al no tener continuidad en un plan de lucha, el paro actúa como válvula que descomprime pero no ayuda en nada a superar
El día después todo parece haber vuelto a la normalidad. La CGT lo da por superado, el gobierno lo descalificó primero y ahora busca ignorarlo, el proceso electoral, que ingresa en tiempo de definiciones vuelve a ocupar las preocupaciones políticas. Sin embargo, no puede ocultarse que el paro demostró una vez más la centralidad del trabajo en la sociedad capitalista, por un momento los trabajadores/as recuperaron el centro de la escena política demostrando que su potencialidad está latente.
En la vitalidad de la clase obrera, del movimiento feminista que
ya tiene dimensión de masas y de los derechos humanos que se muestran inclaudicables
frente a todo intento de reconciliación, está la fuerza social para enfrentar
la crisis por venir.
Eduardo Lucita es integrante del colectivo Economistas
de Izquierda, EDI.
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