sábado, 27 de abril de 2019

Vemos que el ajuste "se traduce en la reducción vertical de la inversión social y en un conjunto de incumplimientos al mundo rural organizado, a las comunidades educativas y sanitarias, a la clase trabajadora, y a todos los grupos sociales oprimidos históricamente por la minoría en el poder. La misma minoría que, cómplice y promotora de la industria del narcotráfico y el crimen organizado, y del paramilitarismo (o tercerización de la represión estatal), no ahorra recursos cuando se trata de emplear métodos fascistas contra cualquier forma de disidencia política y social que se manifiesta en Colombia".

Chilenos se hermanan con causa justiciera de los Pueblos de Colombia en Paro Nacional 25ª

27 de abril de 2019

El Congreso de los Pueblos Capítulo Chile, junto a la Confederación Nacional de Asociaciones Gremiales y Organizaciones de Pequeños Productores Campesinos de Chile, la Izquierda Guevarista y otras iniciativas, enviaron un video saludando las demandas que contempló el Paro Nacional Activo que realizaron las fuerzas sociales disidentes de los actuales dueños de Colombia este 25 de abril. 

Por Andrés Figueroa Cornejo.

Las y los chilenos solidarios con la Colombia popular y su pueblo trabajador, indígena, campesino, afro, estudiantil, magisterial, profesional, LGBTTI, feminista, ambientalista y vinculado a la defensa de los derechos humanos, hicieron propia la movilización nacional que hace temblar a la oligarquía colombiana y su representación político partidista en cabeza del uribista presidente de extrema derecha  de ese país, Iván Duque.
Las políticas antipopulares y antilaborales de la administración Duque, tutelada por los intereses de la Casa Blanca, no sólo concentran sus dentelladas criminales contra las y los líderes sociales y de DDHH asesinados a diario. Igualmente, el régimen de turno es la cabeza de playa central de la intevención e injerencia frente a la democracia constitucional de su vecino gobierno chavista de Venezuela.
Asimismo, el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno colombiano no significa más que un nuevo ajuste estructural en contra de las grandes mayorías sociales. Él se traduce en la reducción vertical de la inversión social y en un conjunto de incumplimientos al mundo rural organizado, a las comunidades educativas y sanitarias, a la clase trabajadora, y a todos los grupos sociales oprimidos históricamente por la minoría en el poder. La misma minoría que, cómplice y promotora de la industria del narcotráfico y el crimen organizado, y del paramilitarismo (o tercerización de la represión estatal), no ahorra recursos cuando se trata de emplear métodos fascistas contra cualquier forma de disidencia política y social que se manifiesta en Colombia.
El Paro Nacional de Colombia de este 25 de abril ha logrado una participación y amplitud política ejemplar, en virtud de la justeza indiscutible de sus demandas, y a la búsqueda de un país en paz y con justicia social. Así también, esas mismas fuerzas democráticas que ahora llenan las calles de todo el país, exigen la libertad del ex dirigente de las FARC Jesús Santrich; el término del asesinato repetido de los miembros de esa guerrilla convertida hoy en un partido político desarmado; el reinicio de la mesa de diálogos entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, truncada unilateralmente por el guerrerismo de Álvaro Uribe y su cachorro Iván Duque; y la conquista de los derechos sociales y económicos que merecen todos los pueblos del mundo.
Como si hoy mismo fuera, el poeta mayor de Chile, Pablo Neruda, escribió a Colombia y su Pueblo mancillado, pero en Resistencia y alzado: «¿Cómo podías, Colombia oral, saber que tus piedras descalzas, ocultaban una tormenta de oro iracundo; cómo, patria de la esmeralda, ibas a ver que la alhaja de muerte y mar, el fulgor en su escalofrío, escalaría las gargantas de los dinastas invasores?».

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Fuente: https://www.anred.org/?p=114143

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