viernes, 15 de febrero de 2019

Exigimos "la recuperación de las tierras del poder de persona dedicadas al lavado de dinero y al crimen organizado para 10 mil familias y la regularización de los asentamientos campesinos y la reactivación económica productiva con generación de empleo decente y el respeto al medio ambiente mediante".

Paraguay. Campesinxs convocaron para marzo a una movilización por tiempo indefinido contra Abdo Benítez


*Resumen Latinoamericano / 14 de febrero de 2019.
Durante un encuentro, los/as delegados/as de la Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI) resolvieron convocar a la movilización nacional por tiempo indefinido desde el 26 de marzo en Asunción, “porque el pueblo paraguayo viene soportando una ofensiva feroz de parte del gobierno de Mario Abdo Benítez que, lejos de impulsar una política para combatir la pobreza, vienen profundizando el modelo neoliberal que tiene como principal eje de su política, el endeudamiento público, la privatización y entrega de las empresas del estado, los bienes y servicios, así como los recursos naturales, como mayor desempleo, flexibilización laboral, precarización de las condiciones de trabajo, mendicidad infantil, campesinxs sin tierra, pobres y endeudados, indígenas expulsados de sus hábitats, familias sin techo, lo cual lleva al aumento de la pobreza y la extrema pobreza al pueblo trabajador”, expusieron en un documento que dieron a conocer al finalizar el cónclave.
La CNI estuvo en movilización y en resistencia por casi 40 días en la Plaza de Armas en el 2017 en defensa de la agricultura familiar campesina con propuestas legislativas para la solución de la crisis campesina en cuanto a la necesidad urgente para su reactivación productiva y para la superación del endeudamiento.
“El Gobierno sigue la misma línea del ex presidente Horacio Cartes, instala como línea discursiva, la transparencia y la lucha contra la corrupción, pero sin embargo se caracteriza por apañar los grandes hechos de corrupción, con la profundización de las desigualdades entre paraguayxs, demostra su insensibilidad y su falta de compromiso con la Agricultura Familiar Campesina (AFC), en relación a la compra de deudas públicas y privadas de los productorxs campesinxs, la falta de solución estructural a la problemática de la tierra porque la concentración de la tierra, cada vez es mayor en manos de extranjerxs y multinacionales; la inexistencia de instrumentos legales y la ausencia de políticas agrarias para el desarrollo de la agricultura familiar campesina es la razón por la que miles de campesinxs agricultorxs se encuentran hoy en riesgo de perder sus tierras, a causa de sus deudas judicializadas, además, no existen rubros para la producción a causa del ingreso masivo de productos de contrabando bajo el respaldo del gobierno”, consideraron.
Recordaron a su vez que la Reforma Agraria “es una causa nacional pendiente, ya no se puede tolerar que 2,6% de lxs latifundistas posean el 85% de la tierra; y el 97% de la población paraguaya posean tan solo el 14,5%, además el afán expansionista del agronegocio no tiene límite, continua expulsando a campesinxs e indígenas de sus tierra. Somos partidarixs de una reforma agraria integral, que no consiste solamente en el reparto de la tierra, sino que se debe atacar de raíz el problema de la concentración de la tierra. El latifundio y el minifundio deben ser superados.
Mario Abdo Benítez , sigue impulsado  que  los sectores privilegiados por parte del estado paraguayo históricamente, sigan siendo los grandes productores de la soja, la ganadería y los empresarios del transporte,  por un lado subsidiados con el bajo y nulo costo del impuesto inmobiliario.
Actualmente son víctimas de violentos desalojos en forma ilegal e ilegítima lxs compatriotas campesinxs e indígenas, del campo y la ciudad a pesar de ser lxs verdaderos dueños de la tierra en donde trabajan y viven. Es por ello que nos sumamos a la resistencia por la recuperación de nuestras tierras, y en memoria de nuestrxs héroes de Boquerón juramos defender la soberanía del pueblo paraguayo en unidad con los patriotas de todos los sectores de la sociedad.
Nuestra lucha es defender los verdaderos intereses de los campesinxs pobres, en garantizar el acceso a tierra productiva, la rehabilitación financiera, acceso a crédito adecuado y reactivación  productiva con producción sostenible y saludable con acceso ventajosos al mercado. Estamos  en contra del asistencialismo y del prebendarismo político. Buscamos una verdadera política de estado que garantice un desarrollo sostenible, que respete el medio ambiente y que ofrezca alimento sano a la población paraguaya es por eso que  nos preparamos para una gran movilización de carácter nacional  indefinida desde el 26 de marzo  para conquistar nuestras justas reivindicaciones.
La movilización tiene como objetivo denunciar la problemática estructural por el que atraviesan miles de compatriotas, producto de un modelo que opera como una democracia para ricxs, que quita las tierras, el trabajo y la educación al pueblo, en beneficio de las grandes transnacionales y en perjuicio de las grandes mayorías empobrecidas. La desidia, la inacción y la ineficiencia de los sectores retardatarios de nuestra política criolla han imposibilitado un avance más positivo para la implementación de la Justicia Social.
Asi mismo, exigir el subsidio a las deudas de lxs agricultorxs, la recuperación de tierra, la reactivación productiva de la Agricultura Familiar Campesina, Tarifa social de la Administración de Electricidad (ANDE), la Libertad Sindical, Generación de empleo, Política salarial, Seguridad social, la Educación pública, gratuita, laica y de calidad, entre otros.
Finalmente, se resolvió realizar una cumbre de los tres poderes del Estado para la presentación de las reivindicaciones y conformar la conducción integrada por representantes de cada organización, que se encargará de los preparativos de la movilización.”, apuntaron.

A continuación el texto completo de dicho comunicado:

RESPUESTA A LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, MARIO ABDO BENÍTEZ SOBRE SU RECHAZO A LAS MOVILIZACIONES CAMPESINAS.
La Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI), tiene como objetivo defender los verdaderos intereses de lxs campesinxs pobres, en garantizar el acceso a tierra productiva, acceso a crédito adecuado y reactivación productiva con producción sostenible y saludable con acceso ventajosos al mercado, mediante la movilización, garantizado en nuestra Constitución Nacional.
Está integrada por la Organización Nacional de Cañicultores Agropecuarios (ONCA), Movimiento Agrario y Popular (MAP), Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), Coordinadora de Trabajadores Campesinos y Urbanos (CTCU), Coordinadora Departamental de Agricultores de Concepción (C.D.A.C), Coordinadora Departamental de Igualdad de Oportunidades de San Pedro (C.D.I.O.S.P), y Coordinadora Regional de Canindeyú.
El campesinado tiene derechos de exigir al Gobierno. La situación rural del Paraguay se caracteriza por la profunda desigualdad propiciada por los diferentes gobiernos, incluyendo el gobierno actual del Señor Mario Abdo Benítez.
Por un lado, la agricultura empresarial, productora de soja, trigo y otros cultivos extensivos. Este grupo en continuo crecimiento, se halla asentada sobre los mejores suelos agrícolas en su gran mayoría producto apropiaciones malhabidas, que llevó a que el 9 % de lxs mismxs concentran el 94 % del territorio agrícolamente útil. Está caracterizado por el uso intensivo y a gran escala de agroquímicos, prescindiendo de mano de obra campesina. El sector se halla evidentemente favorecido por las políticas gubernamentales en cuanto a infraestructuras, créditos, investigaciones científicas, políticas tributarias, entre otros. A demás, estos conglomerados empresariales se desenvuelven, en un campo de mayor asistencia gubernamental, pues si bien existen abundantes normas de protección ambiental que pudieran llevar a una producción más amigable con el medio ambiente, las mismas son de nulo cumplimiento, debido a la corrupción imperante, hecho que acarrea graves consecuencias socio ambientales, reflejadas en la deforestación, contaminaciones, desprotección y colmatación de los cauces hídricos e incluso severas intoxicaciones humanas.
En contraste con la agricultura empresarial, se encuentra el 91% de los pequeños agricultores rurales a quienes les corresponde tan solo el 6 % de las tierras agrícolamente útil. Este sector se encuentra con suelos en degradación y a cuyo segmento pertenece la mayor parte de la Agricultura Familiar Campesina (AFC), generalmente productores de rubros de subsistencia. Este sector de la agricultura familiar es de baja productividad, ya que cuentan con acceso muy limitado a la tierra, al capital (crédito), a la tecnología y la asistencia técnica; sin embargo, es el grupo que provisiona de alimentos a la población local, se estima que más del 70 % de los alimentos provienen de la Agricultura familiar campesina, debido a que su producción es diversificada, sana, tradicional y se ofertan en los mercados locales.

En este escenario se desarrolla el quehacer campesinx, atravesando graves y profundos problemas socio económicos, cuyas raíces se hallan en la inequidad, la falta de políticas coherentes, eficientes y suficientes para atender este sector que concentra la mayor cantidad de pobreza en el país; en donde la población rural asciende a 2.754.055 habitantes de los cuales el 49,7% se encuentra en situación de pobreza y pobreza extrema, para ser más preciso, el 32, 5% es pobre y el 17, 9 % se encuentra en la pobreza extrema, según datos oficiales. En otras palabras, más de un millón de lxs agricultores y sus familias son pobres, y pobres extremxs, enfrentando situaciones de aislamiento de todo tipo, desarticulados socialmente, con dificultades de acceso a los diversos mercados y muchos de ellxs siguen con déficit para atender sus necesidades básicas de alimentación, salud y educación. La situación de las comunidades indígenas es aún más acentuada, en este sentido.

La creciente concentración de tierras produce cambios nefasto en la realidad social campesina, como se puede observar en el último censo Agropecuario, con la tendencia es la migración del campo a la ciudad y la persistencia de la pobreza. Es de destacar, que esta práctica daña profundamente la moral campesina, ya que, en vez de apoyar para salir de la pobreza, los somete a un círculo vicioso de recibir migajas del Estado a cambio de votos. Siguiendo en esta línea de análisis, expresamos que conforme a los datos oficiales, en los últimos años ha disminuido el presupuesto destinado a la DEAG y la asistencia técnica, llegando efectivamente a 21.000 familias, las que representa tan solo el 10 % del total de familias rurales campesinas.

Consecuente a todo lo manifestado, afirmamos que el Gobierno de Mario Abdo Benítez no se encuentra comprometido con el sector agrícola campesina, actuando en total contra sentido a sus obligaciones enmarcados dentro de 

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