lunes, 9 de julio de 2018

Tenemos metas como "preservar la biodiversidad; ejecutar un plan de manejo; alentar la actividad científico-educativa; garantizar la libre circulación y la seguridad; prevenir daños al ambiente e ilícitos; y resguardar la salud de los habitantes que viven en zonas aledañas".

El último pulmón verde del sur del conurbano está en peligro

7 de julio de 2018
La Reserva Natural Santa Catalina es el espacio con mayor riqueza medioambiental de la zona. Desde hace más de siete años, un grupo de vecinos se organizó para defender su biodiversidad, sus recursos y, especialmente, para evitar que los terrenos sean vendidos.
Por Movimiento Etiopía para ANRed
El último gran reducto rural del sur del conurbano bonaerense es la Reserva Natural Santa Catalina. Ocupa 728 hectáreas del partido de Lomas de Zamora y cuenta con una inmensa diversidad biológica: conviven allí más de 150 especies de aves, hongos y algas; más de 60 familias de invertebrados; y decenas de plantas y árboles autóctonos. Su potencial ecológico-ambiental, demográfico y educativo genera que sea imprescindible su preservación: buena parte del oxígeno de la zona, sin ir más lejos, proviene de la reserva.
Sin embargo, Santa Catalina estuvo y está en peligro. En 2011, para lograr que el espacio fuera declarado reserva natural, existió una importante lucha de la que surgió Vecinos Autoconvocados en Defensa de Santa Catalina, una de las agrupaciones que actualmente sigue trabajando en y por la reserva.
Sin embargo, la sanción de la Ley Provincial 14.294 que la declaró Reserva Natural y Paisaje Protegido no fue suficiente, y los intentos de vender o explotar las tierras continúan.
¿A qué apunta la organización? Uno de los objetivos es recuperar el dominio de parte de la reserva, que fue rellenada y socavada por la empresa Covelia S.A., lo que provocó una alteración del equilibrio hídrico. Otras metas son preservar la biodiversidad; ejecutar un plan de manejo; alentar la actividad científico-educativa; garantizar la libre circulación y la seguridad; prevenir daños al ambiente e ilícitos; y resguardar la salud de los habitantes que viven en zonas aledañas.
¿Y cuál es su trabajo específico? Los Vecinos Autoconvocados en Defensa de Santa Catalina se enfocan especialmente en tres actividades. En su asamblea semanal (sábados por la tarde) debaten problemáticas y acciones a seguir. También organizan uno de los tres puntos de la Red Barrial de Reciclado (las otras las coordinan la Casa Carlos Fuentealba y el Movimiento Etiopía), en la que se recolectan residuos que son entregados a cooperativas de trabajo. Y además realizan jornadas de difusión para generar conciencia y lograr mayor participación vecinal en la defensa del espacio.
Una de las exigencias de la organización es que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) reglamente y asegure el cumplimiento de la Ley 14.294, ya que algunos sectores de la reserva todavía están bajo la administración de Covelia y de la Universidad de La Plata.
En medio de la lucha para protegerla de los peligros exteriores, ellas y ellos recorren los senderos de la reserva para cuidarla, también, de los peligros interiores. “El bosque mixto está invadido de especies exóticas –explica una de las voluntarias–. Entonces, cuando reconocemos una especie autóctona la señalizamos, para diferenciarla y preservarla. Las plantas autóctonas forman parte del ecosistema local. Se regulan mutuamente con otras especies y generan equilibrio entre las poblaciones de seres vivos de la reserva. Las especies exóticas, en cambio, alteran ese equilibrio, ya que se reproducen descontroladamente. El trabajo de guardaparques y voluntarios es fundamental para garantizar la preservación de la biodiversidad y también para demostrar la importancia del lugar a las autoridades municipales y provinciales”.

Fuente: http://www.anred.org/?p=99220

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