martes, 26 de junio de 2018

"Seguiremos respondiendo de la misma manera: con más y mejor organización popular. Los y las que estamos acá somos laburantes, somos familias de los barrios, somos estudiantes, somos mujeres, somos identidades diversas, somos organizaciones políticas y sociales. Y estamos creando día a día Poder Popular".

A 16 años de la Masacre de Avellaneda

25 de junio de 2018
Mañana se cumplirán dieciséis años de la masacre que marcó una época en la historia de la lucha popular y piquetera en la argentina. En el festival por la memoria de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki se desarrollaron diferentes actividades como el juicio a la justicia patriarcal, un panel de derecho a la protesta y el escenario con diferentes oradores y artistas populares. No obstante, al finalizar la jornada un cordón policial impidió sin motivo alguno la clásica movilizacón de antorchas sobre el puente Pueyrredón, dando un mensaje claro: los peores fantasmas de la represión a la protesta popular están de nuevo. Reproducimos el comunicado que se leyó ayer en el acto central a metros de la estación que hoy lleva el nombre de las víctimas. 
Por ANRed.  
Desde el 2002 la masacre de Avellaneda brilló por su impunidad y las complicidades que se tejieron en torno a los máximos responables. Como desde este momento, el pueblo organizado y la memoria popular es la única que le da a este hecho la relevancia y la continuidad que nunca tuvo para los medios hegemónicos y la justicia cómplice. Ayer, como hace ya dieciséis años, se realizó un acto en su memoria. Reproducimos el discurso que se leyó en el acto central.  
A 16 años de la Masacre de Avellaneda 
16 años de Impunidad,  Injusticia y  Complicidades 
16 años de Lucha, Organización y Rebeldía 
Cárcel a los Responsables Políticos de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki
Hoy 24 de Junio, a pocas horas de cumplirse un nuevo aniversario de la represión ordenada por el ex presidente Eduardo Duhalde, y que le arrancara la vida a nuestros compañeros Darío y Maxi, nos reunimos para reivindicarlos por su militancia, por el ejemplo que nos dejaron y por la rebeldía que entregaron al pueblo, pero sobre todo a las nuevas generaciones de jóvenes que inspirados en sus luchas, han forjado su identidad política y levantado sus banderas de manera inquebrantable, convirtiendo a Dario y a Maxi en ejemplos cotidianos de militancia.
Hace 16 años que luchamos por Justicia. En este tiempo hemos logrado condenar a cadena perpetua a los asesinos materiales. El ex comisario de la bonaerense Alfredo Fanchiotti y el ex cabo de la misma fuerza Alejandro Acosta, hoy están presos por ser los asesinos directos. También los policías Carlos Jesús Quevedo, Mario Héctor de la Fuente, Félix Osvaldo Vega, Gastón Sierra, Lorenzo Colman y Francisco Celestino Robledo fueron sentenciados a condenas menores.  
Todas estas condenas no se deben a la benevolencia del sistema judicial. Sabemos que las condenas conseguidas a los autores materiales de la Masacre de Avellaneda se lograron gracias a la enorme movilización de nuestro pueblo. Movilizaciones, escraches, acampes y comunicados de denuncia empujaron a la justicia a que en este caso no mire hacia otro lado, como sí lo hace en la mayoría de las veces en donde se debe juzgar a los poderosos.
Otro logro de la lucha popular durante estos años significa el cambio de nombre a la estación. Haber logrado dicho cambio de nombre nos permite estar hoy aquí, en la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Reemplazamos el nombre de Avellaneda, un político que ordenó el exterminio de nuestros hermanos y hermanas originarias de la Patagonia, por el nombre de dos símbolos de la lucha contra este sistema opresor: Darío y Maxi. Esto nos permite hoy seguir desarrollando los sueños de estos y de miles de compas, teniendo una estación que es propiamente una Es-Cultura Popular, un lugar de encuentro donde el arte y el trabajo se potencian en el camino del Cambio Social.
Tambien conseguimos, a traves del escrache y la lucha consecuente, que los maximos responsables politicos, Eduardo Duhalde y Felipe Sola, no puedan caminar tranquilos por la calle, porque el repudio popular es generalizado.
Tristemente, esta tendencia empieza a revertirse y hoy los podemos ver paseandose por estudios de television, y lamentablemente tambien por algunos escenarios, mostrándose como una alternativa al Macrismo y dando consejos de gobernabilidad.
A lo unico que pueden ser candidatos es al juicio y el castigo por el asesinato de militantes sociales!
En ese largo camino hacia el cambio social nos topamos con aquella jornada del 26 de junio de 2002. Ese día el Gobierno Nacional y el de la Provincia de Buenos Aires a cargo de Felipe Solá, llevaron a cabo un plan cuyo objetivo era disciplinar a las organizaciones populares que luchábamos por trabajo y dignidad.  
Por eso hirieron también con balas de plomo a más de cuarenta compañeros y compañeras, y cientos de los nuestros fueron perseguidos como si fuese una cacería para ser luego detenidos y torturados en las comisarías de la zona. Esa era la respuesta del gobierno de Duhalde y Solá a la tremenda crisis económica que ellos mismos, junto a otros de su calaña, habían provocado.  
A seis meses del estallido social del 19 y 20 de Diciembre del 2001, donde el pueblo terminó con el gobierno de De la Rúa y Cavallo, fue que Duhalde pretendió emitir una señal a los organismos internacionales de crédito. Intentó mostrar al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, que con mano dura podía enderezar el timón del barco que se hundía. Sin embargo, la represión y las muertes se convirtieron en su propio castigo. Tuvo que adelantar las elecciones y renunciar a postularse a la presidencia.
Hoy tras 16 años volvemos a denunciar que aquel 26 de junio hubo una responsabilidad criminal del Estado y de sus Instituciones en la represión. La crisis del modelo neoliberal que impuso el menemismo desembocó en la formación de un ejército de por lo menos cinco millones de desocupados y desocupadas en todo el país. Las respuestas de los distintos gobiernos fue asesinar y perseguir a los y las luchadoras.
Víctor Choque, trabajador asesinado en 1995 en Tierra del Fuego durante una movilización de despedidos y Teresa Rodríguez en Cutral-Có en 1997, ambos durante el gobierno de Carlos Menem.
El comienzo del gobierno de Fernando De la Rúa tuvo su bautismo de sangre en el año 1999 sobre el Puente General Belgrano que unen las provincias de Corrientes y Chaco. Ahí Federico Escobar y Mauro Ojeda caían por las balas de la gendarmería de la Alianza. En el 2000 los cortes de la ruta 34 en General Mosconi y Tartagal, en la provincia de Salta, se llevaron las vidas de Carlos Santillán, José Oscar Barrios y la de Aníbal Verón.  
En 2001 el gobierno del radical De La Rúa deja más de treinta muertos en las calles y unos meses después el Gobierno de Duhalde planifica y ejecuta un operativo conjunto de todas las fuerzas de seguridad de la nación,
Ya en la época kirchnerista, los asesinatos de Carlos Fuentealba y Mariano Ferreyra, Luciano Arruga y la desaparición de Julio López, marcan una clara responsabilidad del Estado al momento de acallar las voces que protestan y resisten, planteando un cambio de fondo al saqueo del que es víctima nuestro pueblo y la nación.
Claro que todo este escenario no hizo más que empeorar drásticamente con la asunción de Cambiemos a la presidencia. El clima de represión institucional que se vive desde la asunción de Mauricio Macri nos recuerda a las peores épocas de nuestro país.
Por un lado gran parte del gabinete presidencial repite las consignas negacionistas del terrorismo de Estado, relativizando las cifras de desaparecidos y desaparecidas durante la última dictadura. Hicieron un intento por aplicar el 2×1 a genocidas condenados, pero la movilización del bravo pueblo argentino los hizo replantearse y finalmente dar marcha atrás.
Un pueblo entero gritando: Nunca más! El único lugar para un genocida es la carcel!
El engranaje de complicidades y ocultamientos entre funcionarios de Gobierno, el poder judicial y los medios de comunicacion en la desaparicion y el asesinato de Santiago Maldonado; los fusilamientos de Rafael Nahuel y de Facundo Ferreira ; y el hostigamiento permanente a los compañeros de La Poderosa demuestra claramente la matriz represiva de este gobierno, utilizando los mismos metodos que la dictadura para acallar las voces rebeldes y combativas que se levantan en todo el pais.
Seguiremos luchando y exigiendo justicia para todos los compañeros y compañeras caidas!
Fuera Bullrich!!
Es por todo ello que repudiamos profundamente al gobierno de Mauricio Macri, que intenta llevar adelante un plan político, económico y cultural al servicio del  imperialismo y sus multinacionales.
El retorno al Fondo Monetario Internacional sin dudas vendra de la mano de una imponente fuerza de resistencia, de un pueblo organizado que no quiere volver a ser pisoteado. El escenario de mayor empobrecimiento y por lo tanto mayor resistencia solo avizora mayores niveles de represion, por lo que sera necesaria la mas amplia unidad en las calles para enfrentar las medidas miserables que se quieren aplicar.
El feminismo marca el camino, dando un ejemplo de radicalidad y confrontacion contra todos los mecanismos de opresion sobre los que se amparan las estructuras rigidas del sistema, que empiezan a tambalear frente a la marea verde.
En la sociedad por la que luchamos no hay lugar para las violencias y los privilegios machistas. Necesitamos organizaciones populares que no encubran mas violentos, porque la revolucion sera feminista o no será!
Con la movilizacion y la organizacion logramos que se condene a Gabriel Marino, el travesticida de la compañera Diana Sacayan. Y asi seguiremos exigiendo justicia para todas y todes las compañeras muertas y desaparecidas!
Vamos por todo, con las pibas al frente, por el aborto legal, seguro y gratuito, contra todo tipo de opresion y explotacion!
En este preocupante contexto, los medios vuelven a agitar los fantasmas del 26 de junio. La figura de Darío y Maxi es un emblema de la represión del mal gobierno, y de un Estado al servicio de los poderosos. A 16 años de la masacre de Avellaneda, resulta alarmante que recrudezca un discurso de mano dura, que a la protesta social sólo quiere contestarle con palos, gases y represión.
Frente a todo este contexto, seguiremos respondiendo de la misma manera: con más y mejor organización popular.  Los y las que estamos acá somos laburantes, somos familias de los barrios, somos estudiantes, somos mujeres, somos identidades diversas, somos organizaciones políticas y sociales. Y estamos creando día a día Poder Popular.  
Es por todo esto que hoy, tras 16 años, y desde nuestra histórica estación Darío y Maxi decimos:
Cárcel a los Responsables Políticos de la Masacre de Avellaneda.
Por el avance del Juicio en la Justicia Federal para que se condene a los autores intelectuales.
NO a la represión de la protesta social y las luchas populares
Protestar es un derecho!
26 de junio: represión estatal NUNCA MÁS
Todos los compañeros, compañeras y compañeres caidos en la lucha: PRESENTES!

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