lunes, 23 de abril de 2018

Preguntémonos si ante una situación común, debemos abajo seguir el siguiente ejemplo de Brasil o plantearnos la unión contra la acumulación gran capitalista y por la vida.

Manifiesto por la democracia, 
la soberanía nacional
y los derechos del pueblo brasileño.
23 de abril de 2018

Traducido del portugués para Rebelión por Alfredo Iglesias Diéguez
Brasil vive días sombríos. La pérdida de derechos, promovida de manera acelerada por el gobierno de Michel Temer y su base parlamentaria, es parte de un preocupante brote autoritario. La violencia, el odio y la intolerancia que circulan por las redes sociales, impulsados por estrategias de comunicación de los medios tradicionales, se arrogan la pretensión de marcar la agenda política nacional, tratando al Estado Democrático de Derecho como si fuera un obstáculo anacrónico en su camino.

El asesinato de la concejala Marielle Franco y de su chofer, Anderson Gomes, fue el episodio más dramático de esa espiral de violencia, aunque no fue el único. El atentado contra la caravana del ex presidente Lula, en Paraná, por su evidente carácter paramilitar; y su posterior prisión, que sólo fue posible por la actuación de diferentes agentes del derecho que dieron prioridad al clamor orquestado por parte de la opinión publicada frente a los derechos constitucionales que le asisten, son hechos gravísimos. Tales hechos forman parte de un mismo argumento, en el cual las conquistas populares obtenidas en el proceso constituyente de 1988 son consideradas excesivas por una élite conservadora y reaccionaria, por lo que es necesaria la puesta en marcha de un "programa correctivo" que haga posible que el progreso pueda ser desvinculado de la obligación política de disminuir las desigualdades que aún asolan Brasil.

Las fuerzas políticas e institucionales que promueven la implantación de ese programa de retrocesos quieren instalar, en la propia legalidad, la prerrogativa de abandonar por el camino a los más pobres, despojando a amplias mayorías sociales del derecho a la ciudadanía. Ante estos hechos, se hace urgente un mayor diálogo entre todos los sectores sociales comprometidos con la libertad, la democracia y los derechos sociales. Es hora de reunir partidos, organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, profesores, científicos, agentes del derecho, artistas y líderes religiosos, entre otros, para articular la resistencia democrática a los atentados contra la democracia y el estado de derecho.

La articulación de estos agentes debe basarse en tres ejes fundamentales. El primero es la defensa intransigente de las libertades democráticas, de los derechos políticos y de las elecciones libres. Los rumores sobre la posibilidad de cancelación del calendario electoral deben recibir como respuesta la enérgica defensa de unas elecciones democráticas y libres. El segundo se refiere al enfrentamiento intransigente de la violencia ejercida por la extrema derecha. La democracia no puede convivir con grupos paramilitares, amenazas de muerte, atentados o asesinatos. Es hora de decir basta a la violencia, actuando en todas las instancias posibles, para alcanzar y castigar a los responsables de ejercer e incitar al odio y a la intolerancia, así como a los responsables de los crímenes contra líderes políticos, que impactaron al país.
¡Democracia!

El tercer eje de esta unidad está en la defensa de los derechos sociales, de la soberanía y del patrimonio nacional. Como ya indicamos, la violencia ejercida por la extrema derecha y los ataques a la democracia constituyen el programa político de los sectores más retrógrados de las élites económicas, para quienes la civilización se limita a sus propias conquistas materiales. Por eso, mientras aumenta la violencia contra los sectores populares y democráticos, crece también el ataque a los derechos sociales y a la soberanía, como demuestran los recortes de derechos con la reforma laboral, el intento de aprobación de la reforma de las pensiones, de privatización de Eletrobrás, y la flexibilización entreguista de las normas de derecho ambiental y la implementación de una agenda económica rentista que da total prioridad a las ganancias cada vez mayores del sistema financiero.

Es hora, por lo tanto, de defender la democracia, con la energía de los que saben de sus virtudes y son conscientes de la amenaza representada no sólo por un programa autoritario, sino por una plataforma política opuesta a la civilización.

Los partidos que suscriben este manifiesto convocan a todos los sectores sociales comprometidos con los valores democráticos a la formación de un amplio frente social. Ese frente, que no tiene finalidades electorales, buscará estimular un amplio debate nacional contra el avance del odio, la intolerancia y la violencia. Sólo así podremos reconstruir un Brasil soberano y de respeto absoluto al estado de derecho.


Carlos Lupi                                                                                        Gleisi Hoffmann 
Presidente Nacional do PDT                                                                 Presidenta Nacional do PT 



Carlos Siqueira                                                                                   Luciana Santos 
Presidente Nacional do PSB                                                                 Presidenta Nacional do PCdoB 



Juliano Medeiros                              Edmilson Costa                               Rui Costa Pimenta
Presidente Nacional do PSOL             Secretário Geral do PCB                  Presidente Nacional do PCO


https://ptnosenado.org.br/wp/wp-content/uploads/2018/04/manifesto_democraciaCOMPCO.pdf
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar la autoría, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción. 

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