Del puestero a Benetton: el
rol de la corporación en la trama de la desaparición de Santiago Maldonado
6 de septiembre de 2017
El juzgado federal de
Esquel comunicó de forma oficial que la sangre del apuñalado por el puestero de
Benetton no pertenece a Santiago Maldonado. Se cae así la principal hipótesis
sostenida por el gobierno y el foco vuelve donde nunca tendría que haber dejado
de estar: el lugar de los hechos. En esa trama, la corporación Benetton
aparece en el centro.
La comisaría que montó el
Estado para proteger sus intereses. El caso que se convierte en un antecedente para comprender la
represión desatada en el Pu Lof de Cushamen. Las versiones e indicios que
señalan que Benetton financia los operativos de las fuerzas de seguridad
estatales. Más datos y testimonios que reconstruyen qué pasó el día que Santiago
desapareció.
“Nosotros ya sabíamos que no era de Santiago.
Esto era sólo para desviar el foco. Poco a poco se van cayendo todas estas
hipótesis de mierda. Lo concreto es que Santiago está desaparecido. ¿Ahora que
van a decir los medios ?”, dice a lavaca Andrea Antico, cuñada de Santiago
Maldonado, minutos después de que el Juzgado Federal de Esquel comunicara de
forma oficial que el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Facultad de
Farmacia y Bioquímica de la UBA confirmó que la sangre de la persona herida por
un puestero de Benetton el 21 de julio en Epuyén no es la de Santiago Maldonado.
Así se desmoronó la principal hipótesis del Gobierno nacional.
Lavaca había reconstruido en exclusiva cuatro testimonios que desmentían
esa hipótesis: son tres personas que vieron a Santiago en dos eventos distintos
el 27 y el 29 de julio en El Bolsón, y otra que contó que llevó al joven hasta la Pu Lof de Cushamen en la
mañana del 31 de julio. El Gobierno mantuvo la versión del puestero hasta que
la Justicia se expidiera. Y la Justicia se expidió.
El comunicado completo:
·
“El Juzgado Federal de Esquel comunica que el Servicio de Huellas
Digitales Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad
de Buenos Aires informó -en el día de la fecha- que el perfil genético de la
persona que habría sido herida el 21 de julio de este año durante el ataque
sufrido por Evaristo Jones en cercanías de Epuyen en la provincia del Chubut no
tiene coincidencia con el perfil genético de un hijo biológico de Enrique
Aníbal Maldonado y Stella Maris Peloso. El estudio fue requerido en el marco
del Expte. nº FCR 8233/2017 ´MALDONADO SANTIAGO ANDRÉS S/HABEAS CORPUS´.
·
Asimismo, se comunica que el Servicio de Huellas Digitales
Genéticas continúa realizando los análisis y cotejos solicitados respecto de
todas las muestras biológicas encontradas en los vehículos de Gendarmería
Nacional Argentina involucrados en el procedimiento del 1 de agosto de este
año, en las tres prendas que pertenecerían a Santiago Maldonado y en la vivienda
en la que residió en la ciudad de El Bolsón de la provincia de Río Negro”.
La confirmación oficial devuelve la atención a
la principal hipótesis denunciada desde el 1 de agosto por la familia, la
comunidad mapuche, los organismos de derechos humanos y la Defensoría Federal
de Esquel: Santiago es víctima de una desaparición forzada de persona.
Y en la trama de su desaparición no tiene un
rol el puestero, pero sí Benetton.
Este mapa sobre las tierras que posee la corporación Benetton
en Argentina fue realizado por el diario El País de España en un completo
informe sobre la represión al pueblo mapuche en Argentina. Se puede leer aquí
El rol de Benetton
Sergio Nahuelquir es uno de los werken
(voceros) de la Pu Lof. Se
presenta así: “Mi nombre es Sergio Nahuelquir, soy tataranieto de Ñancuche
Nahuelquir, uno de los primeros que llegó a Cushamen. Bisnieto de Gregorio
Nahuelquir, nieto de Ludovico, uno de los últimos lonkos que existió en la zona. Hijo de
Florentino y padre de Lautaro”. Su presentación no es al azar: su historia está
vinculada a Cushamen: “Nací a la orilla del camino que va desde El Maitén a
Cushamen, ahí pasa por el Río Pichico. En ese lugar nací yo, a dos kilómetros
de la Redonda, a 5 km
de la escuela 69, donde trabajo Trinidad Huala, la abuela de Facundo (Jones Huala, el lonko preso de forma ilegal
desde el 27 de junio). Ellos vivieron allí cerca de mina de Indio. Casi la
mayoría de los que estamos haciendo la recuperación somos de alguna u otra
manera de Cushamen: nietos, hijos. No somos de ningún otro lado”.
Desde esa historia, habla de Benetton.
Dice: “La compañía siempre existió. Mi papá
trabajaba ahí mientras era la compañía inglesa. Amansaba burros. En ese tiempo
había mula y después, al tiempo, se fue para Santa Cruz a seguir amansando
allá. Nos fuimos en el año 80 por una realidad: en Cushamen no era posible la vida. Nos teníamos que
ir porque nos íbamos a morir de hambre. Y así fueron la mayoría de las
historias, que tenían que salir de Cushamen. Y yo tenía que volver alguna vez.
Sabemos que la compañía inglesa en ese entonces y ahora Benetton es un aparato
opresor de todo lo que es la
zona. Ha funcionado siempre así. La gente trabaja sumisamente
en lo que es Leleque. Todo el empresariado que ha venido siempre han oprimido
al pueblo. Te dan permiso para que saques leña, pero no más de lo necesario. Te
dan permiso para usar caballos, pero solo uno. Y así el poder fue aumentando
hasta la complicidad: ahora podemos ver el ejemplo claro del intendente del
Maiten, al que queremos denunciar porque ha discriminado la Pu Lof , pero quien se vale
de lo que es la compañía para pagar los salarios sociales complementarios.
También para hacer sus gestiones políticas: al deber favores, debe poner todo
el pueblo en contra de la recuperación porque, sino, no está cumpliendo con su
trabajo. También sabemos que El Maitén tiene muchas donaciones: Benetton
sostiene económicamente a El Maitén. Son relaciones carnales”.
Nahuelquir cuenta que esa relación se vio muy
clara en enero cuando la Pu Lof
sufrió tres violentas represiones en dos días por parte de Gendarmería,
Infantería y policía provincial. “La Gendarmería se alojó en el gimnasio del
Maitén que donó Benetton. La compañía también proveyó el catering y la comida:
estuvieron allí cinco días. Fue un gran despliegue, como 200 efectivos
alojándose allí. Todo eso lo paga Benetton”. En la descripción del operativo
del 10 de enero, el Diario
Jornada dice: “En el casco de
la Estancia Leleque
de la Compañía de Tierras del Sud Argentino había tranquilidad y cada una o dos
horas arribaban autoridades policiales y de Gendarmería a coordinar algunas
acciones”. Andrea Millañanco, integrante de la comunidad, cuenta que los allanamientos
de enero fueron dirigidos por el propio administrador general de Benetton,
Ronald McDonald: “Los caballos secuestrados fueron trasladados en un camión de
la compañía”.
Nahuelquir: “Cada vez que se mueven todas esas
fuerzas es evidente de dónde viene la parte económica. No hay que ser muy ciego
para sacar conclusiones: diez días antes de la represión donde se llevaron a
Santiago había habido una gran nevada. Se estuvo por todos lados buscando
conseguir medios o helicópteros para
subir a las montañas. No se consiguió, pero a los diez días fue la represión y
aparecieron helicópteros, drones, de todo. ¿Para qué? Para cazar al mapuche.
Allí es algo que sabemos: es la parte en la que Benetton hace su
articulación con el Estado”.
Y la cuestión con los puesteros?
-Cuando se entró hace dos años atrás a la
recuperación (marzo de 2015), empezaron los incendios de los puestos.
¿Casualidad que sólo sean de Benetton? ¿Con toda la seguridad que tienen?
Sucede de forma impune en toda la zona protegido por el gobierno local y los
intendentes. Hay declaraciones del Ejecutivo que dice que por qué no toma la
gente las manos en el asunto y los lleva a la comisaría. El año
pasado, en noviembre, decían: ´Corre peligro en la ruta 40 el turismo de toda
la Comarca´. Y son ellos quienes hacen los sabotajes. Además, los propios
trabajadores están en situación de precariedad: tienen el fogón, el caballo, el
perro y la carne, que deben pagar: Benetton le cobra al puestero la comida del
salario. Tampoco se pueden agremiar: ahora deben estar cobrando 6 mil pesos”.
Daniel Loncon, otro de los voceros, cuenta que
la subcomisaría de Leleque tiene más móviles policiales que otras localidades
cercanas como Epuyén, Maitén, El Hoyo. Nahuelquir: “Allí antes había una estación
de servicio. Hoy es la comisaría de Benetton”. El werken no puede confirmar que
dentro de la estancia opere una base informal de Gendarmería, pero afirma: “Lo
que sí hay es una relación carnal con la subcomisaría. Inclusive
no se sabe si la camioneta blanca que se llevó a Santiago no entró a la estancia. La Justicia
nunca dispuso, por un lado, indagar a Gendarmería, y por otro, ordenar el
seguimiento de los móviles. Tampoco allanó la subcomisaría”.
Loncon: “Lo que advertimos, puntualmente, es
un corrimiento adrede por parte del Estado. Intencional. Había una ruta
provincial que conectaba Cushamen con El Maitén pero, como se metía en sus
campos, Benetton pidió que se corriera esa ruta: la Provincia tuvo que hacer
dos puentes sobre el Río Chubut para que la ruta no pase por su campo. Son
cuestiones y pretensiones que este privado tiene y la provincia obedece
cabalmente sin chistar. Ese corrimiento estatal no es fortuito: tiene que ver
con una intencionalidad para que ese privado ocupe el lugar, por una cuestión
filantrópica, pero que compra voluntades. Hoy hay un pueblo como Cushamen que
intenta despegarse del proceso de recuperación territorial cercano y es un
frente interno que tenemos que resolver como comunidades. El Estado cómplice se
corre de su rol para que el privado cumpla así un rol de protectorado. Hasta un
fiscal le dijo al propio McDonald que la estancia de Benetton tenía más
patrulleros que cualquier otro pueblo. Fue cuando el mayordomo le reclamó
seguridad porque estaban incendiando puestos: le dijo que vaya a golpear la
puerta a otros poderes porque ellos tienen destinados patrulleros que habían
sido sacado de sus pueblos para cuidar sus intereses”.
El suceso que relata Loncón ocurrió en junio
del 2016 y puede escucharse a través de un audio que reprodujo el sitio noticiasesquel.com.ar.
El fiscal de El Hoyo, Oscar Oro, respondió al pedido de la multinacional de más
seguridad: “En la
Compañía Tierras del Sud había 20 policías y no sé si 3 o 5
móviles policiales. O sea que en un momento dado, un particular tenía más
policías y más móviles que una comisaría. Pero además esos policías que fueron
afectados a la Compañía
Tierras del Sud fueron sacados de otras comisarías que se
quedaban desprovisto de gente. Es como que el Estado sigue mirando para otro
lado”.
A los tiros
Celedonio Díaz es músico y escritor de Esquel.
Publicó algunos libros referidos a la historia local. Algunos de ellos son
utilizados como material universitario y en escuelas públicas, como El desalojo de la tribu Nahuelpán. Díaz dice a lavaca:
“La subcomisaría de Leleque surgió con la excusa del abigeato y coincidió con
la decisión de pavimentar las rutas de ingreso a El Maitén, haciéndose la traza
a pedir de la boca de Benetton, que la hizo pasar frente a la estancia ´La
Burrada´, de su propiedad. Desde antes del 2005 y hasta el 2008, el camino de
salida de El Maitén a El Bolsón y Bariloche
era por la Aldea
Buenos Aires Chico, donde vive y reclama derechos la
Comunidad del longko Sepúlveda, tiroteado hace unos años por Héctor Guajardo,
hermano del ex intendente de El Maitén”.
Guajardo es un estanciero conocido en la zona. Tiene un
frigorífico y se dedica a la producción agropecuaria. Los conflictos venían de
hace años. En marzo de 2006 se interpuso una demanda civil que denunciaba la
construcción de un puesto en tierras de la comunidad Sepúlveda
y la introducción de ganado. Hubo medidas cautelares, denuncias penales y un
largo proceso judicial. En 2010, al lonko le avisaron que Guajardo había
entrado a sus tierras. Ve los rastros de la camioneta, sale a buscarlo a
caballo. El empresario lo atacó a balazos. Una fuente de esa causa dice a lavaca “Por poco no le produjo la muerte. Esa causa
penal que empezó por tentativa de homicidio terminó con una probation por abuso
de armas”.
Noceti y el testigo
Guajardo también aparece vinculado a los
hechos del 1 de agosto. Una de las voceras de la Pu Lof , Soraña Maicoño,
llegó a la comunidad con otras dos personas a las 9 de la mañana, luego que les
informaran el hostigamiento de Gendarmería en el territorio. Su horario de
llegada coincide con lo informado por Gendarmería en el expediente: el primer
alférez Daniel Gómez dijo que a las 9 de la mañana observó un vehículo color
gris que ingresa por un camino al margen de la ruta 40 “a la construcción que
se encuentra a 400 metros ”.
Sin ningún tipo de precisión sobre el motivo
de la actuación, a la 10:30 establecen que personal apostado observó al auto
salir y que se “ordena a un vehículo oficial realizar un seguimiento
controlado”. A esa hora salieron de la Pu Lof para alejarse del territorio e informar a
diferentes organizaciones cuál era la situación en la comunidad. No
pudieron: “Apenas salimos con dos lamien del campo, una camioneta de
Gendarmería nos siguió. A la altura de la estancia de Leleque, del casco de la
entrada de Benetton, que es también a la altura de la subcomisaría, nos detiene
Gendarmería. Allí ya había dos camionetas apostadas con conos bien grandes.
Eran tres camionetas, contando la que nos seguía desde el Lof”.
Les revisaron el auto, les secuestraron
volantes, mientras veían cómo camionetas de Gendarmería salían con urgencia en
dirección a la Lof: “También podía ver cómo salían las camionetas blancas del
casco de la estancia de Benetton. Hablaron con los gendarmes. Era como que
estaban muy al tanto de lo que pasaba. Hacían consultas, se informaban”. Soraya
cuenta que entre las 13 y las 13.15 ven llegar una camioneta blanca con luces
azules, “tipo led”, en la parrilla del vehículo. “Baja un hombre, saco largo,
alto, flaco, le da la mano a cada uno de los gendarmes. La lamien se le acerca,
se presenta y le pregunta quién era, que por qué nos tenían demorados hacía más
de dos horas, que nos quitaron los papeles del auto, los documentos, y entonces
dice: ‘Yo soy el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación y si
yo quiero las puedo tener seis horas también’. Nos quedamos duras.”.
-¿Era Noceti?
-Era Noceti.
Soraya cuenta que Noceti volvió a pasar por el
retén. Fue en el momento en que querían hacerles firmar un acta como si ellos
hubieran salido de la estancia de Benetton en Leleque. Uno de los testigos de
Gendarmería para labrar esa acta fue Héctor Guajardo.
Quién manda
Desde ese lugar –donde estuvo más de seis
horas demorada- Soraya cuenta qué vio: “Al estar todo el día detenidas frente
al casco de la estancia, se veían que entraban y salían camionetas de Benetton
con sus capataces: paraban y hablaban con los gendarmes, se dirigían en
dirección a la Pu Lof ,
volvían, bajaban a la
subcomisaría. Como nosotras queríamos ir al baño, nos
custodiaban hasta la
subcomisaría. También podíamos observar cómo los capataces
hablaban desde sus camionetas a los gendarmes. Veíamos a los peones que venían
a caballo, porque habían andado del otro lado del alambre del territorio, y
llegaban hasta la
comisaría. Si bien los sueldos los paga el Estado, la
subcomisaría es bancada por Benetton y es para Benetton. Más de una vez han
baleado el territorio y entraron a cualquier hora de la madrugada. Eso se ha
denunciado, pero nunca hubo ningún tipo de respuesta. Hay una connivencia que,
más que una complicidad, marca una señal: quien manda ahí es Benetton”.
El antecedente
“Es notoria la capacidad de influencia de
Benetton sobre funcionarios y sobre las fuerzas de seguridad”, dice a lavaca Gustavo
Macayo, abogado del matrimonio de Rosa Nahuelquir y Atilio Curiñanco, que en
2002 inició la recuperación de sus tierras ancestrales frente a la Estancia Leleque
de la multinacional, a pocos kilómetros del actual Pu Lof. Macayo fue una de
las decenas de personas de Esquel espiadas por servicios de inteligencia en el
marco del intento de aplicación de la Ley Anterrorista
a la comunidad de Cushamen en 2015. Es una de las voces especializadas que
pueden graficar la mutación de esos territorios.
“Tomé la primera causa en 2002. Ellos ocuparon
el predio con la idea de que era fiscal y no tenía propietario, porque ese
lugar no forma parte de las estancias de Benetton. Qué pasa: en algún momento
fue cercado por la
multinacional. Lo mismo pasa hoy con la Lof en Cushamen:
estaba abierto y era tierra fiscal. Las comunidades vecinas continuaban
utilizándolo aun cuando lo habían cerrado, para pastoreo y sin hacer ocupación
permanente ni construcciones. El conflicto tomó mucho estado público y pudimos
llegar a juicio oral y público en 2004. Allí explotó con mucha fuerza el tema
Benetton y las estancias de los ingleses de la Patagonia, que datan de 1896 y
se originan en una donación de 10 estancias de 90 mil hectáreas cada una. Es
decir: un feudo de 900 mil hectáreas. Eso lo hizo el presidente José Evaristo
Uriburu”.
Atilio y Rosa sufrieron desalojos y causas
penales. El conflicto motivó la participación del Premio Nobel de la Paz,
Adolfo Pérez Esquivel. Viajaron a Italia y se entrevistaron con el propio
Benetton, que les prometió la donación de tierras, pero la familia la rechazó:
sólo aceptarían la restitución de sus tierras. El Estado reconoció el
territorio en el marco de la Ley
N ° 26.160 (Emergencia Territorial Indígena, se buscará una
prórroga en el Senado en los próximos días). “Hoy están conformados como
comunidad. La situación de ellos está judicializada, pero suspendido el trámite
por la aplicación de la ley” explica Macayo.
Benetton nunca reconoció la derrota. “El poder
ya venía ampliándose a partir del Museo Regional Leleque, que lo hizo con ayuda
de antropólogos, historiadores y otras personas que se prestaron a armar una
narrativa sobre el poblamiento de la Patagonia. Tiene
todo tipo de material de archivo y es uno de los museos más grandes de la
región, donde Benetton cuenta la historia de la Patagonia. Es muy
grave: es una multinacional propietaria de la mayor cantidad de tierras en Argentina”.
La multinacional se fue asentando. Macayo:
“Antes cuando sucedía un delito en algún paraje y llamabas a la comisaría de El
Maitén, no te podían mandar a nadie porque no tenían móviles. Si tenían,
estaban rotos. Y si estaban bien, no tenían nafta. Eso era permanente. Frente
al Museo, allí mismo, había una estación de servicio. La empresa compra ese
predio y ahí se transforma en una comisaría. A partir de allí en El Maitén y en
Leleque hay una cantidad de vehículos policiales modernísimos. También hay una
participación a través de obras en las diversas localidades, que lo posicionan
como el vecino económicamente más importante de toda la Patagonia: no hay otra
empresa que atraviese Neuquén, pase por Río Negro y llegue a Chubut”.
Fuerzas de seguridad y corporaciones
El abogado Gustavo
Macayo agrega a lavaca:
“Cuando estas empresas ven afectados sus intereses, sean o no legítimos,
aparece la mano del Estado más cruel que nunca. Es una constante: pasa con
Chevron en Neuquén, con Barrick en San Juan, con Monsanto en Córdoba. También
aquí. Maitén y Leleque están militarizados hace años: es impresionante y
desmesurado para el nivel de peligrosidad que puede tener el grupo de mapuches
que están recuperando el predio. Habría que hacer una pericia muy detallada para
determinar si es parte de la reserva Cushamen , de la ocupación original de la comunidad Vuelta
del Río o si forma parte de alguna de las estancias. Hasta que no se haga, no
podemos hablar ni de delito ni de propiedad privada. Para la comunidad, ese es
un predio ocupado tradicionalmente por familias indígenas”.
Celedonio Díaz: “La otra entrada y salida era
por Vuelta del Río, un tramo de 25 kilómetros de tierra que cruza por la
comunidad del mismo nombre y por el casco de la estancia FitiRwin
de Benetton. El edificio de la subcomisaría era propiedad de los hermano
Sarquís, abogados ambos, y uno de ellos juez de Cámara de Esquel”.
Hector Sarquis, uno de los dos hermanos, fue
abogado de José Vicente El Kazen, un empresario que denunció por usurpación a
la familia de Mauricio Fermín en Vuelta del Río. Esa denuncia motivó un
desalojo violento en marzo de 2003 –muy recordado en la zona- ordenado por el
juez José Colabelli, quien en 2004 fue destituido por ese hecho: hoy retornó a
los Tribunales de Esquel.
Sigue Díaz: “Los Sarquís explotaron durante
muchos años el negocio de ramos generales de la estancia, en el edificio donde
funciona ahora el Museo Leleque. Ellos heredaron ese comercio concesionado por
los gringos a su padre. Después se hicieron ´dueños´ o compraron por otros medios un predio que lindaba y/o abarcaba parte del
actual lof. Vendieron más tarde ese predio de pocas hectáreas a un joven que,
luego, falleció. Entonces fue que los Sarquís construyeron el edificio donde
funciona la subcomisaría: se instalaron en un cruce de caminos estratégico que
llevaba a Cholila y a El Maitén, donde nos deteníamos los viajeros a cargar el
combustible. El último encargado se llamó Juan Arbe y estuvo allí hasta que
falleció. La recuperación de Rosa y Atilio fue el fusible que les disparó la
idea de darle a Benetton una policía más cercana al lugar donde, se preveía,
surgirían los conflictos de reclamos de devolución de tierras después de
promulgada la ley 26.160” .
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