Reforma educativa en CABA:“Quieren preparar a los pibes para un mercado donde
la estabilidad laboral sea cosa del pasado”
7 de septiembre de 2017
En un marco de movilizaciones y asambleas de
docentes y estudiantes porteños, ANRed dialogó con Jorge Adaro, secretario
general de la
Asociación Docente Ademys , sobre las características de la
reforma educativa propuesta por el Gobierno de Rodríguez Larreta. También se
refirió a la situación salarial de los docentes, el estado edilicia de las
escuelas y colegios en la Ciudad de Buenos Aires y el tratamiento de la
desaparición forzada de Santiago Maldonado en las aulas.
Por Nicolás Rijman para ANRed
¿En qué consiste la reforma educativa
impulsada por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?
La nueva reforma educativa en Media que está impulsando el
Gobierno bajo el nombre de “Secundaria del Futuro” es profundizar de alguna
manera lo que fue la Nueva Escuela Secundaria que empezó a
implementarse unos años atrás y de la que nosotros fuimos absolutamente
críticos. Esta reforma tiene algunos puntos sobresalientes para destacar y
fundamentar su rechazo. Por un lado, desde el punto de vista laboral de los
docentes, hay una pérdida de horas-cátedra importante, lo que significa
básicamente pérdidas de puestos de trabajo. ¿Por qué digo esto? Porque el
planteo que hace con esta nuevas escuelas secundarias del futuro es que va
haber un 30% de la carga horaria o de las materias con profesor al frente del
aula. El 70% restante va a ser con el profesor funcionando como un
“facilitador”. Podemos entenderlo como una especie de tutor, donde el alumno
además desarrollará ese 70% de la clase por medios
informáticos o no sé, el Gobierno no da precisiones en ese punto. En este
sentido hay una pérdida de horas importantes para los trabajadores. Un segundo
aspecto es que va haber una reducción de los contenidos y de las cargas
horarias, porque se van a nuclear a las materias conocidas hasta hoy (Historia,
Geografía, Cívica) en un área de Ciencias Sociales y así con las demás. Esto
apunta a una pérdida de horas en los contenidos que venía tradicionalmente teniendo
la escuela.
Un tercer punto, que entendemos que expresa de manera más
acabada la idea del Gobierno, es lo referido a Quinto Año, que va a pasar a ser
un Año dedicado a dos cuestiones centrales. Por un lado, al trabajo de alumnos
y alumnas, entiéndase menores, en empresas bajo el eufemismo de “pasantías”. No
hay nada que indique que esto apunte al desarrollo y a la formación de los
alumnos. Todo lo contrario: esto viene ajustado más a las necesidades y a los
intereses de los empresarios. Esto para mí también es muy importante. Desde
Ademys queremos poner un poquito el acento en esto porque ¿en qué marco se
desarrolla esta propuesta de pasantías? En una marco donde en la política
económica del Gobierno comienza a emerger un sujeto cada vez más presente que
es el desocupado. La juventud, que viene a ser un sector con una gran crisis en
cuanto al ingreso al campo laboral, va a producir a muy bajo costo, a costo
casi 0 de mano de obra por parte de las empresas, y esto va a profundizar de
alguna manera la perdida de fuentes de trabajo.
¿A que apunta esto? Por un lado, a políticas del Gobierno
que tienen que ver con la precarización laboral, con la reforma laboral, con la
quita de derechos que figuraron en el Convenios Colectivos de Trabajo. Y por
otro lado, además de la precarización que implica esto, la otra mitad del año
va a estar destinada a los proyectos de emprendedurismo. El Gobierno a través
del entonces ministro Bullrich, ya planteaba “tenemos que educar para la
incertidumbre”. ¿Cómo es esto? Es ingresar a los pibes en un mercado donde la
estabilidad sea cosa del pasado, donde los derechos laborales sean del siglo
pasado como lo plantearon ellos y acostumbrarse a que el trabajador va a ser de
corto tiempo y puede tener 20 o 25 laburos a lo largo de su vida. Una
inestabilidad en el campo del trabajo importante. El emprendedurismo es la
solución que este Gobierno plantea para ese mundo de incertidumbre en materia
laboral. Es preparar a los pibes y a las pibas para que aprendan a hacer
proyectos donde logren a través de la acción individual procurarse
materialmente lo que necesiten para vivir, o sea, procurarse un trabajo que no
sea colectivo, que no sea como el conocido hasta ahora, sino un poco el planteo
básico del menemismo: “abrite un video, una cancha de paddle o una cervecería
artesanal”. Que cada uno se arregle como pueda.
Esto nos parece que enmarca la línea terrible a la que
apunta el Gobierno y que consiste en que la escuela prepare alumnos para que
hagan lo que puedan en un mercado laboral que se los va a comer. Estos
elementos, nosotros entendemos, son suficientes como para plantear un rechazo
absoluto, sin medias tintas, a la propuesta del Gobierno.
¿Cuál fue la respuesta de Ademys?
De rechazo. La pretensión de Ademys es facilitar todo lo
que sea necesario para la organización de los trabajadores docentes,
básicamente los de educación media, para organizar el rechazo a la reforma y
dar pelea contra esta política. Desde hace algunas semanas ya empezaron a
surgir asambleas autoconvocadas. Hay 16 escuelas que van a ser las pilotos a
partir del próximo año para empezar esta reforma y, de esas, ya en 9 o 10 los
docentes se han manifestado por escrito en contra de la reforma. Generan
sus propias asambleas donde han sacado documento críticos sobre esto y ya este
viernes se va hacer la segunda o tercera reunión de docentes en general de
escuelas afectadas y no afectadas para valorar la situación y ver con qué
medidas profundizar la movilización para resistir esto. Ademys está a
disposición para la organización, básicamente, de la lucha de los docentes
contra esta reforma educativa en media.
¿En qué situación se encuentra la paritaria de
los docentes porteños?
Este año hemos tenido una paritaria muy singular en un
marco donde el Gobierno, aprovechando ciertas limitaciones y debilidades de los
sindicatos nacionales que durante años han sido parte de las paritarias y han
favorecido muchas de las políticas gubernamentales, este año se las quitaron.
En 2017 en la Ciudad de Buenos Aires hay una primera oferta que se hace en
febrero que es del 17% y que formalmente era el cumplimiento del Gobierno a la
política nacional del macrismo de establecer un techo salarial con ese
porcentaje para cualquier discusión paritaria. Eso fue rechazado por el
conjunto de los 17 sindicatos y por la docencia de la Ciudad. Ese mismo mes
el Gobierno hace una oferta de 19,5%. Luego de que esa propuesta sea nuevamente
rechazada, lo que se expresa por una cantidad de medidas de fuerza muy masivas,
el Gobierno no volvió a convocar al dialogo a los sindicatos docentes. Pasaron
cuatro meses hasta que vuelve a hacer una convocatoria donde “mejora” la oferta
con un incremento que del 2%. Este 21,75% también es rechazado y no vuelve a
haber propuesta. El Gobierno avanza como si hubiera sido aceptada. Cuando
termina el receso escolar, nos enteramos que el Gobierno anuncia que de los 17
sindicatos, 15 habían aceptado la propuesta, es decir, una nueva traición de la
burocracia sindical a las expectativas de la docencia aceptando una propuesta
que era realmente muy poco seria. Los dos sindicatos que entendemos que son los
más representativos de la Ciudad, UTE y Ademys, hicimos una serie de acciones,
movilizaciones y paros contra esto. Ahora el gobierno aprovecha este acuerdo
con la burocracia para decir “si de 17, 15 aceptaron, acá se acabó la
paritaria”. Esto es lo que ha quedado y nosotros desde Ademys seguimos
insistiendo no en la convocatoria de una mesa, sino en la reapertura de esa
mesa para volver a discutir un salario que satisfaga las necesidades de los
docentes.
¿Cómo está la situación edilicia de las
escuelas y los colegios de la Ciudad?
El otro problema que se va planteando junto al salario es
el estado en que se encuentran las escuelas. En Ademys todos los días tenemos
denuncias de compañeros de distintas escuelas y distintos lugares de la Ciudad
sobre un ventilador que no funciona, un techo que se cae, escuelas que se
inundan después de alguna lluvia. Se expresa ahí toda la desinversión que el
Gobierno viene sosteniendo en los últimos años en cuanto a la escuela pública.
El estado de la escuela en general es bastante precario, con condiciones que no
son las indicadas para establecer ese proceso de enseñanza y aprendizaje con
los pibes. Este es un camino sin salida desde el momento en que el Gobierno en
los últimos diez años ha hecho una reducción del presupuesto educativo del 10%.
Insisto con esto que afecta básicamente a la escuela pública porque a la vez
que desciende año tras año la inversión en ese campo, lo que se incrementa son
las partidas para subsidiar a las escuela privadas, además de otras partidas
que van generando ingresos a las empresas privadas de educación, por ejemplo la
Universidad de San Andrés y la Universidad Católica , que han sido las elegidas
para el perfeccionamiento y la capacitación sobre todo de los directivos en
desmedro de la Universidad pública. El cuadro de situación lo venimos
caracterizando como de emergencia educativa, no solamente por el aspecto
salarial o por las condiciones en que los docentes debemos desarrollar nuestro
trabajo cotidianamente y los pibes desarrollar su proceso educativo, sino que
tiene más que ver con invertir y fortalecer a todos los sectores privados
vinculados a la educación y destruir, de alguna manera, a la escuela pública.
Esto no es una consigna vacía. Si a todo lo descripto sumamos la falta de
vacantes, que también expresa la falta de construcción de espacios para que los
pibes puedan tener su vacante, es una situación verdaderamente de crisis
educativa.
¿Qué opinan del debate por el tratamiento del
caso de Santiago Maldonado en las aulas?
En cuanto a la polémica que se abrió la semana pasada
sobre si la escuela debe o no abordar temáticas vinculadas a la realidad
política-social del país como es el caso de la desaparición forzada de Santiago
Maldonado, tenemos una posición absolutamente clara. Entender que el docente no
debe hacer abordaje de estos temas, entender que la escuela no debe hacerse eco
de este tipo de situaciones, es negar la razón de ser de la docencia, del hecho
educativo. Se pretende una escuela que instruya, que enseñe a leer, a sumar, a
restar, pero se descarta la razón del ser del trabajador de la educación que es
despertar consciencia crítica, tener la capacidad de interactuar y reflexionar
sobre la realidad que tenemos que hacer de manera conjunta con nuestros alumnos
de todas las modalidades. Los docentes tenemos la capacidad suficiente para
abordar este tema puntual que entendemos de interés de la sociedad respetando
la etapa evolutiva del alumno, su nivel escolar. Nosotros también hemos sacado
para trabajar en las aulas un material, una secuencia didáctica para abordar el
tema en las escuelas. Esto generó mucha polémica. Entendemos que hubo una cosa
muy artificial generada desde algunos medios ,
donde se mencionaba por ejemplo la catarata de twitters o de intervenciones en
las redes sociales en contra de la posición de nuestro sindicato, otros
sindicatos y de trabajadores que intentan llevar esto a la práctica. Decía
algo artificial porque en las escuelas no se ha vivido una cantidad de
situaciones con esas características. A nosotros nos hace acordar mucho lo que
fue el inicio del año escolar donde, a partir de la masividad del conflicto
docente en provincia de Buenos Aires sobre todo, empezó a atacarse a los
trabajadores en huelga con las propuestas de voluntariado reventando las redes
sociales, sobre todo Twitter, con los trolls pagados por el Gobierno. En este
sentido creemos que mucho de lo que hubo forma parte de una campaña oficial
avalada, por supuesto, por los medios
de prensa que abonan a su política. Esto en un escenario electoral, es decir,
donde el Gobierno ha intentado instalar de algún modo una polarización con el
tema y ha utilizado nuevamente como objeto de su furia a la docencia. Más allá
de este análisis, reivindicamos fuerte y abiertamente el derecho que tiene
tanto el alumno como el docente de interactuar de una manera crítica sobre la
realidad, de tener una mirada crítica sobre los medios
de comunicación y sacar sus propias conclusiones. Por lo tanto, estamos
absolutamente satisfechos con nuestra campaña de poder facilitar a nuestros
docentes materiales para que puedan trabajar y, en el marco de esa campaña,
desestimamos de manera absoluta las acusaciones de una política totalitaria por
parte de los sindicatos que implementábamos estas actividades o difundíamos
estas iniciativas. La política totalitaria corresponde a los gobiernos y no a
una organización sindical que no hacía más que ofrecer y poner a disposición de
los docentes esas herramientas didácticas para trabajar y de ninguna manera
obligaba a nadie a hacer nada que no tuviera ganas de hacer.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article14942
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