La mirada de China
sobre Venezuela
7
de agosto de 2017
Por Raúl Zibechi (La Jornada)
Conocer los criterios que maneja la potencia emergente sobre
América Latina, y en particular sobre Venezuela, es sumamente importante ya que
raramente sus medios de comunicación
dejan entrever las opiniones que circulan en el gobierno chino. El 1º de agosto
el periódico chino Global
Times publicó un extenso
artículo editorial titulado Venezuela
un microcosmos del enigma latinoamericano (goo.gl/ksmY77).
Global Times pertenece al órgano oficial del Partido Comunista de
China, Diario del Pueblo, pero está centrado en temas
internacionales y sus opiniones tienen más autonomía que el medio que lo
auspicia.
El artículo analiza las recientes elecciones a
la Asamblea
Constituyente mostrando cierto apoyo al proyecto pero, a la
vez, tomando distancias. Reserva sus mayores críticas a la Casa Blanca , al
mencionar que Washington sólo
está preocupado por tomar el control del continente como su patio trasero, y no
está interesado en ayudarlos.
Destaca que los objetivos de Estados Unidos
consisten en la eliminación de
Maduro y la destrucción del legado político de Chávez, pero también señala que
todos los gobiernos de izquierda del continente tienen una relación incómoda con Washington.
Según Global
Times, sin una
industrialización plenamente desarrollada, las economías latinoamericanas
dependen en gran medida de los recursos, razón por la cual muchos países
presentan fuertes brechas sociales y de riqueza, como sucede en Venezuela,
donde los campesinos y los pobres urbanos apoyan al gobierno mientras la clase
media rica sostiene a la oposición.
Hasta no hay novedades. Pero en este punto
arranca un análisis que devela las posiciones del gobierno chino. El sistema político que adoptaron
desde Occidente no ha logrado abordar estos problemas, explica Global Times.
Por lo tanto, dice el diario, independientemente de quién gane,
Venezuela tendrá dificultades para ver luz al final del túnel. Las divisiones
sociales no pueden ser resueltas, y la intervención de Estados Unidos no se
detendrá. Venezuela puede ser arrastrada a una prolongada batalla política. Con
total transparencia, la dirigencia china estima que el país se encamina hacia
conflictos mayores.
En segundo lugar, sostiene que Venezuela es un importante socio de China. Defiende
relaciones de cooperación independientemente
de quién gobierne el país, porque el
comercio con China será beneficioso para los venezolanos. Por eso estiman que
mantener relaciones fluidas y estrechas trasciende
intereses partidarios en Venezuela.
Los chinos abren el paraguas y advierten que
las relaciones no están subordinadas a los gobiernos de turno, o sea, que son
de larga duración y no van a renunciar a ellas aunque caiga el gobierno de
Nicolás Maduro.
El tercer punto es clave: Los disturbios políticos significan
riesgos para las inversiones chinas y China debe aprender a lidiar con ellas.
China no puede renunciar a su presencia económica en América Latina sólo por su
inestabilidad política, afirma el artículo.
Finalmente, sostiene que la presencia de China
en América Latina no implica un
motivo geopolítico, cosa harto dudosa; pero también asegura queChina no
interferirá en el proceso político de Venezuela o de cualquier otro país
latinoamericano, algo que hasta ahora es completamente cierto.
Aunque circunspecto, el análisis chino revela
tres cuestiones centrales. La presencia china en la región llegó para quedarse;
está claro que existe un conflicto con Estados Unidos; y no van a interferir en
las relaciones derecha-izquierda, porque –aunque lo nieguen– su presencia es de
carácter estratégico.
En otro momento, habrá que reflexionar sobre
el sistema político que China propone, indirectamente, a
los países amigos del mundo que, evidentemente, no se parece a las democracias
electorales del tipo occidental.
Las relaciones de China con la región abarcan
una variada gama de asuntos, desde inversiones económicas hasta acuerdos
militares y crecientes vínculos culturales con la apertura de cientos de
centros de estudio de lengua china. En varios países se han instalado
industrias, en particular de montaje y construcción de automóviles, lo que
amplía sus inversiones focalizadas en una primera etapa en materias primas.
Llama la atención la potencia de las
relaciones económicas. China es uno de los principales socios comerciales con
los países de la región y ha desplazado, desde 2005 a 2016, al Banco
Mundial y al BID como principal fuente de préstamos, con 141 mil millones de
dólares volcados hacia América Latina y el Caribe, según Inter-American
Dialogue (goo.gl/8iuAR7).
Venezuela absorbe casi la mitad del total de
préstamos, con 62 mil 200 millones de dólares, seguido por Brasil con 36 mil
800 millones, y bastante más atrás Ecuador y Argentina. Las inversiones en
Venezuela tuvieron un pico en 2010 y luego descendieron considerablemente, pero
siguen ocupando un lugar destacado. El grueso de sus inversiones se destinan a
energía, o sea hidrocarburos, pero también a minería e infraestructura.
Las inversiones más notables fueron destinadas
al terminal marítimo de la petroquímica Pequiven y a la empresa mixta
Sinovensa, formada por PDVSA y la Corporación Nacional
China de Petróleo, creada después de la nacionalización de la Faja Petrolífera
del Orinoco, en 2007. Gracias a los 4 mil millones de dólares invertidos por
China, Sinovensa pasó de producir 30 mil barriles diarios de petróleo a 170 mil
barriles (goo.gl/9QDaCp).
El último préstamo importante se registró en
noviembre de 2016, con 2 mil 200 millones de dólares en el sector petrolero,
para llevar la producción chino-venezolana a 800 mil barriles diarios en los
próximos años (goo.gl/MZE7nZ).
De seguir por este camino, China terminará
desplazando a Estados Unidos como principal mercado del petróleo venezolano,
siendo el país que ostenta las mayores reservas mundiales de crudo. Esta
realidad, más que el socialismo
del siglo XXI, explica los motivos de Washington para derribar a Maduro.
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=229934
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