miércoles, 24 de mayo de 2017

Nos dicen desde Colombia que la construcción de paz desafía a "promover la democracia, la participación efectiva en la elaboración de una agenda agraria, la garantía de la soberanía alimentaria, la dignidad y autonomía de los pueblos históricamente marginados, la protección de la naturaleza y la adaptación a las nuevas dinámicas climáticas y ecológicas".

Revista Semillas N° 65/66 - Diciembre 2016
23 de mayo de 2017
La construcción de paz en el pos-acuerdo requiere afrontar el conflicto ambiental, social y armado, desde el desafío político de promover la democracia, la participación efectiva en la elaboración de una agenda agraria, la garantía de la soberanía alimentaria, la dignidad y autonomía de los pueblos históricamente marginados, la protección de la naturaleza y la adaptación a las nuevas dinámicas climáticas y ecológicas".
"Los acuerdos de paz le han abierto la posibilidad a la sociedad colombiana de plantear nuevas alternativas para la construcción de país, especialmente en los territorios más afectados por las dinámicas del conflicto armado y la violencia generalizada durante más de cincuenta años.
El primer punto de los acuerdos prioriza los territorios más afectados por el conflicto, la miseria y el abandono a través de los Programas de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial –PDET- con el fin de resolver algunas de las dimensiones estructurantes del conflicto armado, como lo es la cuestión agraria y territorial en Colombia. Para ello ha formulado una serie de estrategias consideradas fundamentales para llevar a cabo la Reforma Rural Integral, que presta especial atención al tema de uso, acceso, tenencia y formalización de la propiedad. A su vez contiene estrategias para el desarrollo rural de las comunidades, la coexistencia entre diferentes actividades productivas y los mecanismos de participación y negociación necesarios para que los objetivos de esta reforma lleguen a materializarse en dichos territorios.
Si bien el acuerdo plantea una Reforma Rural Integral que reconoce a las comunidades étnicas y campesinas y le dé prioridad al fortalecimiento de sus formas de organización, de ordenamiento territorial, sus economías propias, que las proteja de las consecuencias de la inserción del país en las dinámicas de los mercados internacionales de commodities y el libre comercio, el acuerdo promueve con marcada tendencia el desarrollo rural como estrategia para la transformación del campo, por encima de una reforma agraria que redefina las relaciones sociales de producción, desconcentre la tierra y el poder político asociado a esta (seguir leyendo)"

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/Principal/Secciones/Documentos/Revista_Semillas_N_65-66

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