miércoles, 31 de agosto de 2016

Confiemos:”cada lucha, cada demanda, cada movimiento, dispone de un conocimiento que puede compartir, al tiempo que la articulación reescribe los contenidos que expresan el origen, el contexto, las herramientas y los objetivos de la lucha unificada”.

Unificar las luchas desde 
la autoorganización popular
31 de agosto de 2016

Por Alejandro Floria Cortés (Rebelión)

"No somos gente sencilla que cree en la felicidad, ni alfeñiques que caen a tierra desolados ante el primer revés, ni escépticos que observan el esfuerzo sangriento de la marcha de la humanidad desde las alturas de una inteligencia burlesca y estéril. Creyendo en la lucha, aunque sin abrigar ninguna ilusión al respecto, estamos armados contra toda desilusión."
Toda Raba (1934) - Nikos Kazantzakis

La articulación de las luchas y los movimientos sociales desde la autoorganización popular (entendida como no institucional, libre y de abajo arriba) presentaría al menos tres ejes interdependientes para su estudio, implementación, desarrollo y consolidación, a saber: un eje organizativo, que una lo estratégico a lo operativo; un eje de lo social que una el barrio con el municipio; un eje cultural que una el conocimiento con la conciencia y la emancipación social. La necesidad de esta acción social como elemento creador y transformador tiene un carácter contra hegemónico, el origen de las luchas y las demandas es común: el capitalismo como megamáquina asimila a la sociedad y la convierte en recurso. No somos libres.

El trazado del eje organizativo puede ser un auténtico quebradero de cabeza si no nos desprendemos de las perspectivas y las construcciones institucionales y partidistas que han contaminado el imaginario popular en España en los dos últimos años de campaña electoral y, por supuesto, no somos capaces de derrochar fuertes dosis de imaginación para trabajar sobre sus ruinas. Después de la colosal farsa de la confluencia, del incierto frente único de Podemos y de su apropiación y perversión del espíritu del 15M al más puro estilo de la propaganda ultraderechista, es lógico que surjan dudas sobre cómo volver a empezar. Podríamos partir de que la izquierda (institucionalista y reformista) es un invento de la derecha y que las luchas y los movimientos sociales no se presentan a las elecciones .
Es preciso volver a las plazas para disfrutar de la eficiencia de los objetivos claros y de las preguntas sencillas. Hay que tomarle el pulso a la percepción de la articulación por los propios colectivos, por las luchas, y explorar las diversas posibilidades mediante mesas o asambleas de representantes, preferentemente a nivel local. La promoción debe partir desde los colectivos más consolidados y con más recursos, pero también de aquellas iniciativas que tengan la capacidad y la habilidad de conformar las referidas mesas, que cuentan con un enorme potencial de contenidos. El origen común de las luchas puede y debe propiciar una respuesta común que se represente a sí misma. El objetivo es crear sinergias en la conformación de masas críticas, en la movilización, en la difusión, en la pedagogía, en el apoyo mutuo,... Es imprescindible, por ello, analizar cómo compartir recursos en el sentido más amplio posible: virtuales, legales, de infraestructura, de conocimiento y de operación...
Se precisarán canales de comunicación internos autosuficientes de modo que cada lucha, cada demanda, sea una ventana a todas las demás y cada una, a su vez, proporcione la perspectiva del origen común: sabemos porqué estamos aquí; se precisarán también de puntos de encuentro físicos y virtuales, tanto para movilizarse, como para no hacerlo. Cualquier herramienta de índole organizativa debe esbozarse de modo que la operatividad de las iniciativas no debe verse afectada si la articulación global falla. La articulación no requiere de estructuras rígidas, ni verticales, ni permanentes... se trata de estar cuando hay que estar y donde hay que estar, de aportar lo necesario, dentro de lo posible. Esto es evidente atendiendo a los otros dos ejes, el social y el cultural.
Que el refinado gobierno ultraderechista del Partido Popular haya tenido una especial fijación por diluir en el olvido (léase Amnesia Histórica) las Humanidades en general y la Filosofía, la Sociología y la Pedagogía, en particular, se debe a que estas disciplinas albergan la última esperanza en la conformación de un pensamiento libre y un espíritu crítico que sirva de base a cualquier movimiento contra-hegemónico y contra-cultural. Es por ello que debemos comprometernos a defenderlas, preservarlas, estudiarlas y difundirlas. De esa forma sabremos y entenderemos que no son pocos los especialistas y los modelos que, en relación a la autoorganización popular, apuntan a la necesidad de trabajar la cohesión social, la comunidad y el colectivo antes de entrar en cuestiones ideológicas y programáticas.
Los dos últimos años de campaña electoral han implantado la percepción, no errónea, pero incompleta, de que todo es político, de que lo social es político. Y es cierto que lo es por las peculiaridades sistémicas, pero basta atender a las primeras modelizaciones sociológicas, coetáneas a la consolidación del capitalismo, para recordar la solidaridad como valor fundamental de lo social. Con el capitalismo, lo social y lo cultural evolucionan a lo político y a lo económico, respectivamente.

Es preciso dibujar un eje social con su primer punto en la organización barrial, superando la descripción administrativa y las limitaciones partidistas de las concejalías de distrito, para conocer su historia y estudiar su realidad social y recuperar sus demandas. No se puede hablar de articulación sin incluir a los barrios y a todas las iniciativas de orientación sociocultural en torno a los mismos, siendo obligado explorar las posibilidades que ofrece la autogestión como herramienta de emancipación (desde casas de la cultura, centros de mayores y ludotecas hasta bibliotecas, guarderías y cooperativas de distintas actividades). La cohesión del barrio posibilita compartir una percepción común de la operación del sistema capitalista y de las opciones de cambio frente al mismo desde lo común y lo colectivo. Se cerraría el eje social en el concepto del municipalismo, que idealmente debería ser una consecuencia de la organización popular pero que en la práctica será un concepto que habrá que compartir, en las etapas tempranas de la organización, con el ámbito institucional, puesto que ya ha sido tanteado por el postureo hipócrita de la nueva vieja política. Y antes de hablar de política, aún tenemos que hablar de cultura.

En las tormentas de ideas y en la exploración de posibilidades, se menciona aquello de crear conciencia y masa crítica, conceptos excesivamente borderline con aquella literatura de autoayuda que apuntaló a base de bien ( o de mal ) la consolidación del individuo como empresario de sí mismo. Cuando se habla de “la cultura como medio de emancipación del pueblo” se apunta, sin ambigüedades al trabajo y la experimentación en materia educativa y pedagógica en las décadas previas a la Segunda República. Sería ingenuo pensar, como decía Freire, que podemos esperar de las instituciones que se desarrolle una experiencia educativa que cuestione el propio sistema y evolucione para su transformación. Debemos volver la vista sobre esa nueva vieja política para verificar que no se han rebelado contra la aberrante política educativa del gobierno con el apasionamiento y las energías que tal barbaridad demanda. Tengo la convicción de que menos tiempo habría de costar hacer entender a la clase obrera que de sí sola ha de esperar todo, decía Ferrer i Guardia, y nada ha cambiado en un siglo.
Es por ello que cada lucha, cada demanda, cada movimiento, dispone de un conocimiento que puede compartir, al tiempo que la articulación reescribe los contenidos que expresan el origen, el contexto, las herramientas y los objetivos de la lucha unificada. El eje cultural puede aspirar con ambición a recuperar los ateneos , tanto a partir de herramientas virtuales como de espacios físicos autogestionados. Será fundamental el papel de docentes y profesionales de las materias de Humanidades (Pedagogía, Filosofía, Sociología, Historia,...) para crear y adaptar contenidos que construyan por sí mismos pero que estimulen aquello del aprender a aprender. La cultura creará conciencia, y la conciencia conducirá a la emancipación social. Todo se crea, se construye y crece desde abajo, desde lo radical de sí mismo.


Nos advierten que el gobierno de Evo, “a título de defender la ‘autoridad’ y la majestad del poder, nunca ha querido escuchar a los sectores sociales movilizados. Más bien ha optado por reprimirlos violentamente y, sobre todo a buscar la división, la deserción y las pugnas internas entre los movilizados”

La construcción del poder en vez del estado
31 de agosto de 2016

Por Arturo D. Villanueva Imaña (Rebelión)

Existen, sin lugar a dudas, múltiples razones para explicar, entender y analizar la muerte y asesinato de los mineros cooperativistas y el viceministro Illanes, que seguramente todos hemos hecho, por la enorme gravedad, daño y dolor que nos provocan.
Sin embargo, quisiera llamar la atención sobre una que eventualmente no ha sido mencionada. Se trata de esa compulsiva actitud y práctica gubernamental en la que ha caído este régimen (especialmente desde el año 2009 cuando las conveniencias de la coyuntura lo llevaron tan tempranamente a negociar, “transar” e incluir modificaciones en el Parlamento que no tenía por qué, ni debía hacerlo, a la Constitución emanada de la Asamblea Constituyente), y que tiene que ver con la decisión de conservar el poder “a como dé lugar” y “cueste lo que cueste”.
Es decir, priorizar la reproducción del poder y la conservación del gobierno, como la estrategia fundamental de sus acciones; muy por encima, al margen, e inclusive traicionando su obligación y responsabilidad de construir un nuevo Estado, tal como se había establecido como mandato popular y Constitucional.
Muy atrás quedó la esperanza, la expectativa y, principalmente, las tareas de transformación y cambio de la sociedad, la economía y el Estado, porque sencillamente se interpuso el afán y la codicia por mantenerse (mejor si indefinidamente), en el gobierno y el poder.

Por eso se entiende esa actitud arrogante, autoritaria, totalmente confrontacional que, a título de defender la ‘autoridad’ y la majestad del poder, nunca ha querido escuchar a los sectores sociales movilizados. Más bien ha optado por reprimirlos violentamente y, sobre todo (a través de la violencia utilizada, el cansancio y los largos periodos de NO escuchar demandas), buscar la división, la deserción y las pugnas internas entre los movilizados, con tal de desatender u ofrecer “acuerdos” y salidas a su conveniencia, independientemente del costo, el sacrificio y hasta los heridos y muertos que (como en el caso de los cooperativistas), se han multiplicado hasta superar los muchos sucedidos en épocas neoliberales y reaccionarias.

Y así como se ha querido cambiar la Constitución para favorecer la rereeeeelección del Presidente y Vicepresidente, con tal de conservar el poder a como dé lugar e indefinidamente si es posible; así también se ha encontrado esta forma de atender y resolver los conflictos sociales y las movilizaciones. Como de lo que se trata es de preservar, proteger y mantener el gobierno y el poder, la importancia fundamental de construir un Estado diferente, que corresponda mínimamente a una democracia respetuosa de la diferencia, la disidencia, la oposición y el pensamiento libres, se convierte en un sueño combatido y violentamente reprimido por el régimen. Las libertades no importan, estorban; y por eso se las “atiende” reprimiéndolas, como se lo ha hecho una y otra vez.
Aunado a ello y encaprichados en detentar autoridad y poder, también pierden (o no tienen, o no quieren tener), la más elemental capacidad autocrítica que permita ver los conflictos y problemas de una manera clara. Por eso son incapaces de explicar y analizar razonable y objetivamente los acontecimientos, y prefieren encontrar culpables (no soluciones y mucho menos causas). Esos culpables generalmente son resultado de una imaginación que ni siquiera es elementalmente básica o suficientemente rica, porque invariablemente termina por identificar a una supuesta derecha, el imperialismo u otros fantasmas, como los responsables de tan duros, dramáticos y violentos acontecimientos, con sus graves consecuencias que se suceden periódicamente en el país. Si no, basta ver lo sucedido con la movilización de los discapacitados que se produjo no hace mucho tiempo; ni qué decir con Takovo Mora, Chaparina por el conflicto del TIPNIS, Caranavi, etc.

Este legado de violencia y represión como respuesta a las movilizaciones sociales (que a posteriori inclusive implican su penalización y judialización como otro castigo); si bien circunstancial y temporalmente pueden “reforzar” su sensación y falso convencimiento de que conservan y protegen su “autoridad” y gobierno, o persuadirlos de que lo mantienen fuerte; sin embargo, es claro que se traducirá en un boomerang reforzado por su incapacidad autocrítica y el desprecio con el que tratan los acontecimientos y la percepción ciudadana.
Arturo D. Villanueva Imaña, Sociólogo, boliviano.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216137

“No podemos entender América Latina sin la comprensión de lo que realmente sucede en los países andinos, como Ecuador y Bolivia, autodenominados progresistas, y una Colombia catalogada abiertamente neoliberal. Debatir estas realidades y el papel de los movimientos sociales de izquierda contribuye en la conformación de un horizonte emancipatorio”.

Problemáticas comunes
Ecuador, Bolivia y Colombia: Perspectivas ''postneoliberales'' y neoliberal
31 de agosto de 2016

Por OCARU
La intervención de Esteban Daza abrió el panel: Políticas estatales de tierras y territorios en Ecuador, Colombia y Bolivia: estudios críticos desde una perspectiva histórica y comparativa. Daza sostuvo que no se puede entender América Latina sin la comprensión de lo que realmente sucede en los países andinos, como Ecuador y Bolivia, autodenominados progresistas, y una Colombia catalogada abiertamente neoliberal. Debatir estas realidades y el papel de los movimientos sociales de izquierda contribuye en la conformación de un horizonte emancipatorio.
Daza describió la línea de tiempo de las relaciones entre el Estado y las organizaciones indígenas y campesinas en el marco de la disputa por lo agrario en los últimos 10 años. La Constitución recoge elementos centrales como la Soberanía Alimentaria y la redistribución de tierras; sin embargo, la aplicación de estos mandatos ya en territorios y, a través de las normativas como tierra y recursos hídricos, han sido causa del conflicto.
El pacto minero-energético, la sustitución de importaciones y la apuesta por el sector agroindustrial han sido las políticas públicas que se han concretizado en los últimos años sobre los territorios indígenas y de campesinos; cada uno de estos proyectos atenta contra la autonomía y los territorios de quienes los habitan.
El pago de la deuda agraria es el ejemplo práctico de la apuesta del presente régimen: tanto la Ley de Recursos Hídricos como la Ley de Tierras parten del principio de la productividad. La productividad entendida como la solución a los problemas de los agricultores; sin embargo, esto desplaza la denuncia por el acceso a la tierra a un reclamo pasado de moda: "repartir tierra en la actualidad es repartir pobreza", eso nos dicen las autoridades públicas.
Para finalizar, Esteban Daza manifestó que en los últimos dos años, el descontento y la pérdida del miedo a manifestarse en las calles dan otro matiz a la lucha por el campo en el Ecuador. Se acaban de reunir organizaciones indígenas, campesinas, obreros y estudiantes para debatir y proponer el Acuerdo Agrario Nacional que busca generar espacios de articulación con quienes luchan por la Reforma Agraria y la Soberanía Alimentaria.
La siguiente exposición se llevó a cabo por Nataly Torres, quien manifiestó que el derecho humano a la alimentación está siendo golpeado en el Ecuador. Debatir y pelear por la alimentación es luchar por la tierra y el territorio. Manifestó que, así como en Colombia la desigualdad en la tenencia de la tierra es alta, en el Ecuador este problema es similar. Desde hace más de 50 años esta realidad no ha cambiado; lo mismo que pasa con la tierra pasa con el acceso al agua.
Las políticas públicas planificadas y ejecutadas por el régimen han sido muy ambiciosas y poco prácticas, el denominado Plan Tierras que prometió entregar más de dos millones de hectáreas a campesinos no logra cubrir ni el 2% de lo prometido. En su defecto, esta política ha traído muchos problemas a los campesinos que han comprado la tierra a precio comercial, pues ésta ha sido no solo una política ineficiente sino incompleta, pues entregar crédito y asesoramiento a los campesinos "beneficiarios" nunca se llevó a cabo.
La síguiente participación por Ecuador fue a manos de Carlos Carpio, dirigente de ASOMAC, quien relató cómo ha operado la política de tierra en el Ecuador. El dirigente mencionó que antes que apareciera el Plan Tierras, ellos habían peleado por la posesión de 675 hectáreas de tierra de una hacienda abandonada. Una vez que ellos tomaron la hacienda y la pusieron a trabajar, siempre existió la posibilidad de que se la quitaran ya que dependía de cada gobierno de turno. Sin embargo, cuando escucharon y conocieron de la posibilidad de obtener las escrituras de la tierra por la que habían luchado muchos años atrás, decidieron entrar a ser parte de la propuesta del Plan Tierras.
Este ha sido un gran error ya que por buscar la seguridad jurídica cayeron en un entrampamiento burocrático. En 2009, les entregaron las garantías de posesión. Dos años después, parte de su hacienda fue entregada a otra asociación de campesinos, lo cual ha causado varios problemas para aquellos que ya vivían y trabajaban allí, pues fueron desalojados, se perdieron cosechas e infraestructura productiva. Actualmente, están tomando acciones legales y planificando un reajuste en la entrega de tierras entre socios.
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El bloque de discusión sobre Bolivia, tuvo la participación de Ruth Bautista del IPDRS. Ella destacó que el horizonte de la lucha de los movimientos indígenas se construye a través de la autodeterminación por medio de la resistencia; para lo cual, mostró las líneas de tiempo que han permitido a los movimientos sociales construir su propuesta de estado postcolonial.
Ruth destacó que el papel de los gobiernos indígenas en Bolivia son necesariamente territoriales, el conocimiento que tienen de su espacio permite una administración del territorio más cercana a la realidad. Finalmente, mostró la importancia de la lucha actual por la tierra y el territorio en América Latina y destaca la propuesta que tienen los campesinos para defender sus territorios.
El bloque de debates de Colombia articuló la propuesta de Jhon Jairo Cerna, de la Universidad Católica de Antioquia, Fernanda de Agrodescendientes y Diego del Colectivo Abya Yala. Las intervenciones dieron cuenta que no existe en el campo colombiano un relevo generacional. No se trata que el hijo de campesinos sea sólo campesino ya que este aspecto debería ser modificado por la estrategia de volver al campo por parte de aquellos que migran por la falta de oportunidades, y este volverá con una serie de nuevos conocimientos que fortalecerán al campo.
Otro de los debates que se dieron desde Colombia fue la importancia de los diálogos de Paz para los sectores campesinos, pues la paz toma matices en los territorios y no debe pasar desapercibido. Por ejemplo, aquellos campesinos que fueron desplazados por el conflicto desean que se les devuelva la paz que tuvieron.
De la misma manera, las organizaciones del campo dieron cuenta que la paz puede traer otras consecuencias si no es construida desde los territorios, pues la propuesta de desarrollo rural podría, sin un diálogo de saberes, generar una serie de nuevos desplazados por el desarrollo.
La última intervención a cargo de agrodescendientes, retomó las dos discusiones anteriores y mostró que la propuesta organizativa autónoma y diversa puede pensar y accionar un sector agrario diferente, la resistencia y la permanente lucha que le apuesta a la agricultura campesina y a la alianza entre el campo y la ciudad genera una serie de solidaridades entre los verdaderos actores del campo.
http://ocaru.org.ec/index.php/comunicamos/noticias/item/6946-problematicas-comunes-ecuador-bolivia-y-colombia-perspectivas-postneoliberales-y-neoliberal

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216119

Constatemos cómo una gobernadora provincial del FpV se constituye en avanzada contra los derechos de los trabajadores.

Escandaloso fallo contra dirigentes sindicales 
que lideraron protesta en Tierra del Fuego
30 de agosto de 2016

En el día de ayer, el Juez Laboral de Primera Instancia Guillermo Penza, resolvió el desafuero de los dirigentes del SUTEF Horacio Catena y de Carlos Díaz que podrían ser despedidos por el gobierno provincial. Hay otros 15 docentes que podrían estar en la misma situación. Los exonerados fueron los que protagonizaron las protestas contra el paquete de medidas de ajuste impulsado por la gobernadora Bertone. 

Por Julia Soul para ANRed

En una decisión inaudita para sindicatos del sector público, la exclusión de la tutela sindical que habilita la exoneración de Catena y Díaz (y posiblemente otros 15 dirigentes docentes) es producto de un proceso iniciado por la ex – gobernadora Fabiana Ríos y continuado por la actual, Rosana Bertone. Ambos dirigentes habían liderado una permanencia en la Casa de Gobierno en 2013, luego de la cual se negoció una recomposición salarial acorde a la que reivindicaban los sindicatos estatales. No obstante tras el conflicto, Fabiana Ríos inició las causas penales que hoy dan un nuevo paso con la exclusión de la tutela sindical para los dirigentes docentes. Esto habilita el despido de los dirigentes y es la primera vez, desde la restauración del estado democrático, que una medida de estas características se aplica como respuesta a un episodio de protesta.
De avanzar en los procesos penales y en la exoneración de los dirigentes, se estaría consumando un gravísimo avance sobre los derechos de organización y protesta, únicas armas con que cuentan los trabajadores para enfrentar políticas regresivas que atentan sobre sus salarios y condiciones de vida.
Los gobiernos nacional y provinciales están alineados en llevar adelante políticas de estigmatización de los trabajadores y de persecución y represión del conflicto sindical, como ya ensayara el gobierno de Cambiemos ante la huelga ferroviaria de julio pasado.
Este Jueves a las 14 hs en Sala 2 del Anexo del Congreso Nacional se realizará una conferencia de prensa con la presencia de Horacio Catena, Secretario General del SUTEF y CTA Autónoma Fueguina.
Fragmento del Informe de la Secretaria de Prensa del SUTEF:
El 16 de diciembre de 2015 la ex gobernadora Fabiana Ríos, horas antes de cesar en su mandato, dejó firmado el decreto 3004/15 con la exoneración de los 17 docentes por participar de una protesta realizada en Casa de Gobierno el 23 de mayo de 2013, en el marco de un paro de la CGT y CTA provincial. En aquel entonces, luego de varias mesas de negociación durante ocho días de permanencia en el Edificio Gubernamental, se arribó a un acuerdo salarial acorde a lo solicitado por el gremio docente. Sin embargo, inmediatamente Fabiana Ríos inició causas penales y sumarios administrativos contra quienes encabezaron el reclamo.
La actual gobernadora, Roxana Bertone, rechazó el pedido de reconsideración presentado por los docentes y ratificó la exoneración de los 17 maestros, pero por tratarse de delegados docentes en todos los casos, la resolución final había quedado en suspenso hasta que la Justicia resolviera si excluía la tutela sindical a los dirigentes gremiales. Ahora, acaba de ser ratificada la exclusión de Horacio Catena en un procedimiento apresurado, como así también la de Carlos Díaz y en breve el Juez resolverá sobre los demás.
La metodología implementada por Fabiana Ríos para perseguir a los dirigentes gremiales continúa con Roxana Bertone, quien además ordenó el inicio de un sumario administrativo por el acampe que realizaron los gremios estatales este año contra el paquete de leyes de ajuste aprobado en enero. El mismo tendrá carácter de “Reservado” y buscará aplicar sanciones.
Los sumarios contra 17 docentes
La instructora sumariante que llevó a cabo el proceso de investigación contra 17 docentes había determinado suspensiones de 7 a 25 días. En tanto, la Junta de Clasificación y Disciplina de Secundaria coincidió con esto y la Junta de Clasificación y Disciplina de Inicial y Primaria consideró que, al estar contextualizado en una protesta y no en una situación en su ámbito laboral, no correspondía ninguna sanción. Sin embargo, Fabiana Ríos firmó la exoneración.
El sumario está basado en un decreto de la última dictadura militar que habla de “conducta digna y decorosa”, lo que es un concepto muy abierto y con un nivel alto de discrecionalidad. La Secretaria de Legal y Técnica, Leila Giadas –denunciada por el SUTEF en la Fiscalía de Estado por el "Megapase VIP" en el cual Ríos pasó a planta permanente a funcionarios y asesores políticos– fue quien modificó la resolución por la exoneración de los docentes. Su hermano Sergio Giadas era quien enviaba los mails a los testigos del juicio para inducir las declaraciones contra los docentes, especialmente contra Horacio Catena, como lo reveló Sergio Bóxer en su declaración en el juicio.
El juicio contra 33 trabajadores: 17 docentes y 16 camioneros
Por el mismo hecho, el 2 de diciembre de 2015 el Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia dictaminó condenas contra 28 trabajadores docentes y camioneros, absolviendo a 5, en un juicio signado de vicios donde quedó demostrada la intervención del Poder Ejecutivo provincial en el Poder Judicial. Se violó la legítima defensa en juicio y el debido proceso. La presión política sobre el Juzgado logró adelantar un año la fecha del juicio y dejó sin abogado de confianza a los camioneros. La Fiscalía realizó una acusación general donde no quedó claro qué se le imputaba a cada trabajador. Sorpresivamente se les había negado la “probation” a todos los que lo solicitaron.
Pero el mayor bochorno fue la declaración de un ex funcionario, Diego Bóxer, quien dijo que había mentido en su testimonio dos años atrás en sede policial y que había sido convocado por el Gobierno a una reunión a través de un mail en el cual lo direccionaron a él y a otros testigos, para declarar contra un dirigente en particular. Contó que Sergio Giadas, un funcionario de Fabiana Ríos, lo convocó a él y a otros testigos a tomar un café en Casa de Gobierno para decirle cómo debía declarar, esto fue por orden del Jefe de Gabinete. Por último mostró los e-mails recibidos y explicó que dejó su auto en Casa de Gobierno para ir a declarar porque lo llevaron en un patrullero. Por eso todos los testigos declararon lo mismo, de memoria y respondieron a las preguntas con un “no lo recuerdo”.
Ante este grave hecho, ni la fiscalía ni el Tribunal suspendieron el juicio y siguieron adelante, condenaron a los trabajadores e iniciaron una investigación sobre Diego Bóxer por “falso testimionio”. La sentencia no está firme, está en instancia de apelación con pedido de nulidad del juicio.
Los grupos de poder político quieren condicionar al máximo a los trabajadores para aplicar el ajuste a todo el pueblo de Tierra del Fuego. Al llevar a juicio a los delegados docentes están juzgando no solamente a toda la docencia fueguina, sino a todos los que no están dispuestos a permitir que avancen sobre los derechos de los trabajadores. Una Justicia con poco de justicia, en una provincia en la que quien eleva a juicio a los docentes es un juez cuestionado, De Gamas Soler: acusado y procesado por ocultar evidencias en el juicio relacionado con la causa AMIA. Un juez que buscó refugio en Tierra del Fuego con la complicidad de la clase política que lo nombró. La misma clase política que hoy necesita el campo popular desmovilizado para aplicar el ajuste.
Paremos la persecución
La ecuación es simple: condicionar a los que luchan con cárcel y exoneración de sus cargos. Pero se olvidan de poner en la ecuación que las luchas las protagonizaron los docentes en su conjunto, con decisiones democráticas, deliberando en asambleas. De hecho, los compañeros condenados y exonerados por los acontecimientos del 2013 han sido electos por voto democrático en 2014 como conducción en la CTA Autónoma y en 2015 en el Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación Fueguina, SUTEF.
Además, durante los 6 meses de lucha contra el paquete de leyes de ajuste, se criminalizó la protesta con innumerables causas a dirigentes estatales e incluso la detención por 72 hs de 5 dirigentes sindicales de distintos gremios, que ahora tienen restricciones que atentan contra sus derechos.
Contacto:
Horacio Catena: (02901) 15547472
Florencia Villarreal, Equipo de Prensa del SUTEF : (02901)15489060

Martín Bustamante, Prensa SUTEF: 011 1554894838
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article12723

Precisamos superar propuestas ya fracasadas e instaladas hoy en carácter de nuestra única salida como la que realiza la Organización Política La Caldera en su Declaración de agosto 2016:

Organización Política La Caldera // Declaración Agosto 2016

¡Organicemos la resistencia, 

construyamos la alternativa!

Agosto 2016
En el corto tiempo que lleva al mando del Poder Ejecutivo Nacional, el macrismo ha desarrollado una fuerte ofensiva contra la clase trabajadora y el pueblo pobre de nuestro país. Esta ofensiva se expresa tanto en el plano económico, con un fuerte ajuste y la transferencia de recursos a los sectores más concentrados de la economía, como en el plano político y cultural, tratando de cerrar el ciclo de luchas iniciado con la crisis del modelo neoliberal en Argentina a finales de la década del `90 y principio de siglo. Esta avanzada requiere de parte de nuestras organizaciones una respuesta a dos tiempos: impulsar por un lado una política de frente único y unidad de acción para luchar, organizando la resistencia al macrismo por abajo; por otro, avanzar decididamente en la construcción de un frente del conjunto de la izquierda anticapitalista en Argentina, para ofrecer una alternativa política al pueblo trabajador.

www.lacalderaop.com.ar/

martes, 30 de agosto de 2016

“Debemos comprender que la violencia no es ni un error ni una desviación momentánea, sino una característica sistémica del capitalismo en decadencia, en particular en las zonas donde la dignidad de los seres humanos no es reconocida”.



Los feminicidios, 
parte de la cuarta guerra mundial
20 de agosto de 2016
Por Raúl Zibechi (La Jornada)
El 14 de agosto la página desinformemonos.org advertía sobre los 31 feminicidios registrados en Querétaro desde enero de 2015, con un breve y estremecedor relato.
“Los juegos, los sueños, la escuela, los amigos, la familia, los cumpleaños, los viajes, la seguridad, la libertad, la dignidad y la vida han dejado de ser derechos para convertirse, vergonzosa, intolerable y lamentablemente en beneficios que se adquieren cuando ‘moderas’ tu manera de hablar, cuando ‘cuidas’ la manera en que vistes, los horarios en que sales, lugares que frecuentas, cuando dejas de confiar en las personas y cuando tu vida deja de ser tu vida.”
El artículo destaca que los feminicidios son a todas luces violencia de Estado; denuncia la impunidad que los arropa y propicia la repetición del daño, y destaca que la mayoría de las víctimas suelen ser mujeres indígenas y pobres.
La información remite directamente al libro de Silvia Federici, Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Traficantes de Sueños, 2010). Un trabajo de duradera influencia, que contribuye a iluminar la realidad permitiendo una mejor comprensión de un conflicto social. Analiza la caza de brujas en la sociedad medieval, y a la vez contribuye a la comprensión de lo que sucede en este periodo de la historia.
Federici sostiene que el feudalismo fue erosionado por el poder y la autonomía conseguidas por las clases populares, y que la respuesta de las clases dominantes fue una violenta ofensiva que sentó las bases del capitalismo. La esclavitud y el colonialismo, el sometimiento de los trabajadores en la producción y el confinamiento de las mujeres en la reproducción, la creación de jerarquías de raza, género y edad, formaron parte de esta nueva dominación.
El capitalismo no sólo llegó chorreando sangre y lodo desde los pies a la cabeza (Marx), sino creando un inmenso campo de concentración, donde la esclavitud en las plantaciones y la mita en las minas impulsaron la acumulación de capital (Federici, p. 91). El poder de las mujeres fue destruido con la caza de brujas, y los varones (y las mujeres, niños y niñas) fueron sometidos mediante la esclavitud asalariada y la esclavitud, para apropiarse de los bienes comunes.
Hoy atravesamos la crisis del capitalismo y la clase dominante vuelve a utilizar la violencia para perpetuarse. En la base de esta crisis está el poder adquirido por los sectores populares organizados en movimientos, en particular desde la década de 1960, cuando obreros fabriles desarticularon el poder patronal al desbordar la disciplina fordista.
La ofensiva en curso del capital busca destruir esa capacidad de organización y de lucha de los de abajo. Pero el mundo popular es hoy bien diferente al de antaño, en particular por la crisis del viejo patriarcado. Cualquiera que conozca los movimientos antisistémicos sabe que las mujeres juegan un papel central, aun cuando no sean tan visibles como los varones. Ellas son la argamasa de la vida colectiva, son las encargadas de la reproducción de la vida y de los movimientos. Además de cocinar, tejer y cuidar los animales en sus hogares, se juntan con otras mujeres para hacer lo mismo, pero en colectivo. Son las guardianas de los bienes comunes, materiales e inmateriales.
Ellas, y sus hijos e hijas, son las sostenedoras del mundo popular, de las familias extensas y de las organizaciones, desde las comunidades urbanas hasta las campesinas e indígenas, desde Chiapas y Cherán hasta Wall Mapu y los Andes. No es casual que estemos ante una nueva caza de brujas, cuando la reproducción ocupa un lugar tan importante en la resistencia y en el poder de las mujeres, con sus comunidades.
Las mujeres, y sus hijas e hijos, han desarticulado la familia nuclear patriarcal, el poder de la Iglesia y del cura, el papel disciplinante de la escuela, el cuartel, el hospital y el taller. Han creado un mundo donde las relaciones colectivas prevalecen sobre las familiares y la cooperación entre ellas hace que la división sexual del trabajo sea una fuente de poder y de protección para las mujeres, como escribe Federici sobre la sociedad medieval (p. 41). Prestar atención a lo que sucede en un tianguis, un comedor o un barrio popular hace innecesarios más comentarios.
La violencia para aniquilar a los sectores populares, a través del narco, del feminicidio y de las guerras contra los pueblos, ha sido diseñada por las clases dominantes para destruir nuestros poderes. No sólo los explícitos. Federici nos recuerda que los trabajadores del siglo XV ensayaban múltiples resistencias: dejaban de trabajar cuando tenían lo suficiente, sólo aceptaban tareas por tiempo limitado, se vestían de forma ostentosa, de modo que eran indistinguibles de los señores (p. 78).
La nueva caza de brujas, ahora sin juicios ni formalidades, sino a bala limpia, es parte de la cuarta guerra mundial del capital para eliminarnos como pueblos. Para triunfar en la lucha de clases, la burguesía debe arrasar la autonomía de los pueblos, de las comunidades y de las personas; la violencia y las políticas sociales son, en ese sentido, complementarias. El ataque a las mujeres y sus hijos es uno de los nudos de esta guerra.
Como en los albores del sistema, en su decadencia la violencia vuelve a ser el principal agente de la acumulación de capital. Lejos de cualquier ilusión, debemos comprender que la violencia no es ni un error ni una desviación momentánea, sino una característica sistémica del capitalismo en decadencia, en particular en las zonas donde la dignidad de los seres humanos no es reconocida.
Por esa razón, urge dilucidar las estrategias para enfrentar la violencia sistémica y la voluntad de aniquilación de los pueblos. Si el feminicidio y el asesinato indiscriminado de jóvenes y mujeres son sistémicos, ¿qué sentido tiene elegir gobiernos de diferentes colo-res que van a mantener el sistema en pie?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215761

"Discirnamos el papel que el narco y el feminicidio están jugando, como núcleo de las nuevas contrainsurgencias".

Narco y feminicidios: 
el control en espacios abiertos
6 de agosto de 2016
Por Raúl Zibechi (La Jornada)
Las sociedades disciplinarias funcionan organizando grandes espacios de encierro por los cuales pasan todas las personas: desde la familia y la escuela hasta el cuartel y la fábrica, en ocasiones la cárcel y el hospital. Según Michel Foucault, quien estudió a fondo las técnicas disciplinarias, estos espacios comenzaron su andadura en el siglo de la revolución francesa, hasta volverse corrientes en el siglo siguiente, en plena expansión del capitalismo. La masacre era la forma con que el sistema intentaba aplacar a quienes no encajaban en la disciplina, como la mayor parte de los pueblos indígenas y negros, entre otros.

Las más diversas resistencias, desde los obreros, las mujeres y los jóvenes, hasta los pueblos oprimidos y los enfermos consiguieron neutralizar y desbordar los centros de encierro donde funcionaba la disciplina. La crisis de la familia nuclear, así como la de la fábrica fordista, llevaron al sistema a reconfigurar las formas de dominación. Cuando el encierro ya no funciona, comienza a ser sustituido por las llamadas sociedades de control, como las ha denominado Gilles Deleuze.
Según el filósofo, en su breve y excelente texto “ Post-scriptum sobre las sociedades de control”, el control al aire libre apela a tecnologías no fijas, que funcionan como un tamiz que varía en cada punto. El marketing, el consumismo, el endeudamiento, los sicofármacos y las máquinas informáticas, en vez de las máquinas simples, son algunas de las técnicas del control a cielo abierto, que poco a poco van componiendo un nuevo régimen de dominación. Hasta aquí, ninguna novedad.

Sin embargo, estas técnicas funcionan en el norte del mundo. O mejor, en las zonas del ser, donde la humanidad de las personas es reconocida y la mayor parte de la gente es controlable mediante las deudas, la televisión y el consumismo. Pero, ¿qué sucede en la zona del no-ser, donde esas técnicas no pueden obtener los mismos resultados? En estas zonas las relaciones sociales son bien diferentes, heterogéneas, respecto de las hegemónicas. No sólo son demasiado pobres para endeudarse, como destacaba Deleuze. Son diferentes.
·         La primera diferencia es la hegemonía de los valores de uso frente al predominio de los valores de cambio en la zona del ser. El capitalismo ha moldeado sólo parcialmente la vida cotidiana y las relaciones entre las familias, por lo que la ayuda mutua, la cooperación, el intercambio de bienes no mercantilizados y la solidaridad juegan un papel central. Incluso el dinero funciona como valor de uso, como enseñan los bancos populares que existen entre los de abajo.
·         La segunda es la potencia que tienen las relaciones comunitarias y de reproducción de la vida frente al individualismo y la producción que caracterizan la zona del ser. No sólo existen comunidades formales, sino relaciones sociales ancladas en los trabajos colectivos, tequio o minga, que producen bienes para el autoconsumo y el intercambio, sino que buena parte de esos trabajos están focalizados en la reproducción. Quizá podemos decir que en la zona del no-ser las diferencias y el antagonismo entre producción y reproducción son pequeñas.
·         La tercera diferencia se relaciona con la existencia de múltiples formas de trabajo: salario, reciprocidad, esclavitud, servidumbre y emprendimiento mercantil familiar. Esa diversidad se hace aún más compleja porque buena parte de los asalariados conviven con dos y hasta tres relaciones de trabajo distintas. De modo que no puede decirse que haya una forma central, sino un conjunto de relaciones laborales complementarias, aunque todas estén sometidas al régimen capitalista.
El abajo organizado es un mundo de afectos y de confianzas fuertes, que estrecha las posibilidades de control por medio de las deudas, por ejemplo, o del marketing, donde las solidaridades neutralizan los mecanismos de control. Entonces, ¿cómo se controla a cielo abierto a esta parte de la humanidad?
El régimen de control en la zona del no-ser tiene en el narco y en el feminicidio sus ejes centrales. Donde los jóvenes no son domesticables y las mujeres no obedecen ni al esposo ni al cura; donde ellas crearon formas de vida y reproducción de la vida en sus mercados autocontrolados y los jóvenes practican culturas diferentes, no integrables en los circuitos dominados por los monopolios del entretenimiento. El narco impide que los chicos desplieguen sus formas de vida y el feminicidio actúa contra las mujeres rebeldes. En ambos casos apuntan a revertir la crisis del patriarcado y el desborde de los espacios de encierro.
El narco tiene un carácter sistémico. El feminicidio también. Quien piense que son desviaciones o extravíos de pervertidos se pierde en el laberinto de los modos de dominación y queda sin posibilidades de reaccionar. Este carácter sistémico puede apreciarse en la no reacción de los estados-nación a la masacre que están provocando, porque les apuntalan la dominación en tiempos de crisis sistémica o, en lenguaje zapatista, cuando la tormenta empieza a desplegarse contra los de abajo.

El problema es que esta realidad (el papel del narco y del feminicidio) no se puede percibir desde la academia o desde las instituciones estatales. Hay que estar allí, en la favela o en la comunidad, para comprender hasta qué punto las autoridades son cómplices y, de modo muy particular, los aparatos armados del Estado. En muchos barrios los narcos se instalaron protegidos por policías o militares. Unos y otros trabajan en la misma dirección: neutralizar a los de abajo. La única forma de hacerlo, en este periodo, es mediante el exterminio masivo. Eso es la tormenta.
Se dice que las diferentes formas de opresión conllevan otras tantas formas de resistencia, y que éstas pueden desplegarse con mayor vigor en la medida en que las opresiones sean iluminadas. Por eso es importante discernir el papel que el narco y el feminicidio están jugando, como núcleo de las nuevas contrainsurgencias.
http://www.jornada.unam.mx/2016/08/05/opinion/018a1pol
Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215273

Pensemos: “quizás podamos encontrar en América Latina y en el mundo asiático, con todas las dificultades que estamos viviendo hoy, laboratorios espectaculares de luchas sociales, de una nueva clase trabajadora ampliada y una batalla que recupere un socialismo con perfil del siglo XXI, que por cierto será muy diferente a lo que vivimos en los siglos XIX y XX”.


Veinte años de la revista Herramienta
De la caída del Muro a 
una "globalización" en crisis
30 de agosto de 2016

Por Ricardo Antunes (Rebelión)
Aldo Casas (Consejo de Redacción de Herramienta): Sobre Herramienta y los 20 años que estamos valorando y conmemorando, lo primero es dar gracias por la solidaridad y todas las valoraciones positivas que recibimos en estos días. Continuar este camino exige aferrarnos a lo ya aprendido y lo conquistado. Intransigencia frente al capital con todo su fetichismo, mistificaciones y creciente inhumanidad; compromiso con todas las luchas emancipatorias y fraternal y constructiva disposición a seguir debatiendo a partir de las luchas de nuestro tiempo para construir una nueva forma social o un nuevo mundo en el que deberán caber muchos mundos, como le gusta decir a los zapatistas.


  • Continuar exige también ser capaz de autocriticarse, de renovarse, de arriesgarse proponiéndose más y más ambiciosos objetivos, reconociendo prioridades e insuficiencias. Quiero subrayar este aspecto porque a veces da la impresión que Herramienta es un colectivo casi todopoderoso, con múltiples recursos, múltiples fuerzas y capacidades; la realidad es más difícil y más dura, que necesitamos más participación activa de todos ustedes y de todos nuestros amigos que no se han podido acercar hoy. Más compañeros para el equipo de trabajo, para el armado y alimentación de la página web, para la difusión, la venta y el debate de nuestros materiales que siguen estando muy sub aprovechados. Necesitamos más amigos que quieran invitarnos para que podamos hacernos presentes en las muchas y diversas actividades de la izquierda social y política de nuestro país y continente; u organizar eventos a los que nos sumaremos en tanto nos lo pidan y nuestras fuerzas lo permitan.
  • Continuar exige desafiar rutinas, las nuestras pero también las de los movimientos de los que somos parte y con los cuales dialogamos. Asumir la necesidad y la obligación de discutir entre nosotros y con otros, no doctrinariamente sino constructivamente y a partir de los datos y desafíos de las realidades que vivimos y luchamos. No para monologar, no para multiplicar algo en que cada maestrito recita su librito, sino tratar de sostener en el tiempo un intercambio real de opiniones, no para convencernos sino para que esa discusión nos permita actuar en la lucha de clases con más y mejores instrumentos conceptuales, propuestas mejores, etc.


Necesitamos y necesitaremos mucha más ayuda para intentar hacerlo.

Quiero destacar la importancia hoy aquí de Ricardo Antunes porque es una personificación de Herramienta, todos los miembros del Consejo de Redacción, especialmente yo, hemos aprendido mucho de Ricardo. Personalmente quiero destacar que he aprendido mucho de los errores y frustraciones de Ricardo y de su capacidad de sobreponerse a ellos. Porque Antunes además de ser un sociólogo con una amplísima experiencia académica, fue militante del Partido Comunista Brasileño, fue de los primeros en sumarse al Partido de los Trabajadores, impulsó con energía la labor del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, estuvo entre los fundadores del PSOL y en esta larga marcha, cada vez que algo salió mal o dio errado, trató de corregirlo siempre en el sentido indicado por Marx, “la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” y las organizaciones sociales, políticas o de cualquier tipo deben servir a ese propósito o habrá que construir otras. Me gustaría decir que Ricardo Antunes es una especie de personificación de lo que es o quiere ser Herramienta.

Menciono cuatro puntos que me parecen de candente actualidad y realidad:


* La crisis estructural del capital, tal cual la analizó Mészáros, se expresa y se articula con múltiples crisis ahora convergentes. Hay crisis financieras, crisis de sobreacumulación y sobreproducción, hay crisis climática, hay crisis civilizatoria y crisis también profunda e irresoluble del sistema mundial de Estados y, por lo tanto, de la gobernabilidad mundial.

Algunos quieren ver en acontecimientos recientes, como el Brexit o las disputas entre EE. UU. y la Rusia de Putin y el super capitalismo chino, síntomas de que la globalización está ya en retroceso; la realidad a mi juicio es muy distinta, es precisamente el predominio aplastante del mercado globalizado y las encarnizadas competencias, agudizadas por la crisis, lo que pone en evidencia que uno de los límites absolutos con los que choca el impulso expansivo del capital es la inexistencia de un Estado mundial que sea capaz de contener los mecanismos autodestructivos del sistema.

La crisis migratoria que se vive en Europa visiblemente, pero que es una crisis mundial, el Brexit, la dislocación en curso de la Unión Europea, el pretendido proteccionismo que pregona dos posibles candidatos presidenciales de la extrema derecha en EE. UU., la nueva ofensiva de los neoliberales en nuestra América son en perjuicio de esta crisis mundial.

* En esta condición, en la conformación del sujeto social colectivo revolucionario, el enterrador del capitalismo, como diría Marx, resulta ser mucho más compleja de lo que decía el Manifiesto Comunista, o mejor dicho, el sujeto revolucionario mismo resulta ser mucho más complejo, poliformo o multivariado, porque multivariado es el sistema de explotación y opresión que es el capital.

El sujeto social revolucionario surgirá obviamente anclado en la contradicción que plantea el capital pero se irá redefiniendo en las luchas, tal y como son las luchas de hoy en día, con toda su diversidad y, sobre todo, el sujeto revolucionario se constituirá como tal en la medida que demuestre capacidad de construir alternativas político-sociales al capital y de construir en paralelo poder popular que los imponga.

* El carácter mundial de la crisis no borra las peculiaridades nacionales o regionales. Impone afrontarlas con plena conciencia del carácter internacional de la revolución, aunque no tengamos muy claros los términos y tiempos en que esto se exprese hoy. Lo que parece, en todo caso evidente, es que los reflejos y capacidades internacionalistas de los trabajadores y pueblos del mundo están muy por detrás de lo necesario y esto requiere de respuestas y construcciones que no sean meras invocaciones a viejas internacionales que ya no existen.

* La necesidad de ser críticos y autocríticos implica que nos debemos obligar a serlo incluso de las experiencias de los trabajadores y movimientos populares mismos de los que participamos, porque después del brutal fracaso, de las grandes organizaciones políticas y sindicales de masas, construidas en el siglo XX, no basta con criticar traiciones de tal o cual partido o tal o cual decisión de una mala dirección. Es preciso cuestionar también las debilidades e insuficiencias de los de abajo, de nuestros compañeros, nuestros movimientos, de nuestra clase, porque no habrá revolución si los subalternos mismos no son capaces de revolucionarse y nosotros con ellos.


Ricardo Antunes
(Consejo Asesor de Herramienta – Universidad de Campinas (SP): Quiero empezar agradeciendo a todos los compañeros y compañeras de Herramienta. Es un honor para mí estar cerrando este lindo coloquio por los 20 años. Yo, muy modestamente, me considero un co-fundador en el exterior de Herramienta, porque por una invitación de Néstor López, en el primer número de Herramienta, aquél de tapa blanquita, colaboré y me convertí en un compañero de Herramienta. Dejo mi saludo para Néstor, para que pueda recuperarse y también a todos y todas los que están aquí, que son luchadores que hacen de Herramienta un arma de lucha contra el capital.

Preparé una presentación en sintonía con el tema en general. No voy a hablar tanto del mundo del trabajo, que es mi investigación central, sino un poco de la tragedia latinoamericana hoy. Dando un énfasis al tema del trabajo porque es un tema vital. Voy a intentar tratar la era de las rebeliones, de las contrarrevoluciones y del nuevo Estado de excepción que estamos viviendo en nuestra América Latina.

Voy a empezar con 1968, el año que bamboleó al mundo, los levantamientos en París, en varios países de Europa, la invasión rusa a Checoslovaquia, las huelgas en Brasil, la masacre de los estudiantes en México, las huelgas del otoño caliente en Italia en el ´69, mismo año del Cordobazo en Argentina. Son algunos hechos emblemáticos de un período que encontró en 1968 una fase de rebelión y confrontación abierta. En ese momento la lucha central era por el dominio y el control del capital por parte del trabajo y las fuerzas sociales. Cinco años después, 1973/1974, se presentó un cuadro de profunda crisis estructural analizado por Mészáros, Chesnais, Robert Kurz, lamentablemente el último fallecido. Mészáros y Chesnais son hasta hoy colaboradores de Herramienta. Todos ellos importantes críticos de la tragedia del sistema del capital.

En 1973 en un cuadro de profunda crisis del sistema de dominación del capital, constatada en todos los niveles: económico, social, político, ideológico, valorativo, aquél fue obligado a diseñar una nueva ingeniería de la dominación. Por lo tanto, empieza el fin de un ciclo de revueltas y el inicio de una era de contrarrevolución burguesa de amplitud global.

El trípode destructivo

Vinieron en una sucesión concatenada o que se podría llamar “trípode destructivo”: la reestructuración productiva de los capitales, la financiación ampliada del mundo y la barbarie neoliberal. Este es el trípode de la destrucción de nuestros días, y fue responsable del advenimiento de una contrarrevolución burguesa de amplitud global.

Quiero recordar al gran sociólogo marxista brasileño, con el que tuve el honor de compartir una amistad, Florestan Fernandes, y otro que también es muy conocido entre ustedes, Octavio Ianni. Florestan es el constructor de la idea de que nuestra América Latina siempre oscila entre la revolución y la contrarrevolución. Esta contrarrevolución burguesa inició la barbarie neoliberal todavía dominante, inició una monumental reestructuración del sistema del capital a escala global, que hoy nosotros llamamos de mundialización o globalización del capital. Creando, construyendo una ingeniería productiva muy destructiva en relación al mundo del trabajo. El primer resultado de esto es una ampliación descomunal de la superexplotación del trabajo.

Tal vez la más original crítica marxista de la superexplotación del trabajo que se hizo en Brasil fue la de Ruy Mauro Marini, que es olvidado en su país cuando se exilió en Chile y luego en México y regresa muchas décadas después. Esta superexplotación del trabajo, acrecentada hoy, es el trazo de base material de un mundo donde en la cúspide está la predominancia del capital ficticio, una punta dentro del capital financiero.

Es bueno recordar que el capital financiero no es solo capital ficticio que circula y se generaliza en las especulaciones y saqueos. El capital ficticio es una parte prolongada del capital financiero y éste, en sus orígenes, es una fusión compleja entre el capital bancario y el capital industrial, como nos enseñaron Lenin, Rosa Luxemburgo y tantos otros.
Por el contrario de cierta lectura, en mi frágil opinión, defendida por muchos economistas menos críticos, el capital financiero no es una alternativa más allá del mundo productivo, pero controla en gran parte el sistema productivo del capital y solo una parte de él, el capital especulativo de tipo ficticio se disocia de la producción y este es el lastre material existente sin el cual –labase productiva- el sistema financiero no puede dominar eternamente.

El capital ficticio sin algún lastre material es una imposibilidad, cuando se piensa en una dominación de largo período. No es por otro motivo que en la lógica hoy hegemónica del capital financiero, el saqueo, la explotación y la intensificación del uso de la fuerza de trabajo tiene que ser llevada cada vez más a un límite. Es por eso que los padecimientos y los niveles de superexplotación de la fuerza de trabajo alcanzan grados de intensidad jamás vistos en fases anteriores, tanto en el sur como en el norte del mundo.

El futuro de la humanidad pasa porque el proletariado chino pueda cambiar su realidad

Aquí voy a hacer un pequeño paréntesis para ilustrar un poco lo que estoy diciendo. Hoy China es un ejemplo de hiper explotación del trabajo, la empresa Foxconn es emblemática. Es una empresa de tercerización global que tiene 16 unidades productivas en China, una de ellas es la unidad productiva de Shenzhen donde se pueden encontrar cadenas de montaje de todas las marcas de tecnología celular. Todos los productos que fabrica la Foxconn son Apple, Nokia, etc., porque es una empresa de tercerización global. Emplea alrededor de 1.500.000 obreros y obreras, en 2010 recibían entre 100 y 200 dólares al mes, con jornadas de trabajo que suelen llegar a 12 horas. En este proceso de intensidad de explotación del trabajo hubo varias tentativas de suicidio en 2010 y trece ocurrieron. Jóvenes obreros que saltaron por las ventanas, etc., dada la explotación, la humillación, el asedio moral, etc.

¿Por qué ocurre esto en China? Hace un mes y medio estuve por primera vez en ese país. China tiene un sistema muy complejo. Nosotros conocemos muy poco de lo que sucede allí actualmente. Pero puedo decir esto, si un gobierno chino decide hacer en este predio, aquí en un área de Buenos Aires, un gran emprendimiento, contrataría una gran transnacional que se ocuparía de construir la infraestructura necesaria. Esa transnacional utilizaría un proceso de contratación y subcontratación de otras empresas. Porque hay un control por arriba del Partido Comunista, ese control hace que el Estado chino pueda extraer parte de la plusvalía creada en la producción. Todas las grandes corporaciones, que son muchas, se arreglan con el Estado chino y comienza un proceso de precarización descomunal del trabajo, porque China tiene casi 1.500.000.000 de población total, de los cuales casi 800.000.000 son parte de la población económicamente activa, es una super población excedente monumental, recordando términos de Marx.

Durante la Revolución China de los ‘60, sufrió un proceso de calificación, alimentación y educación diferente de la India, país que pude visitar también. En China no hay ninguna legislación protectora del trabajo, los sindicatos son estatales y controlados por la burocracia estatal del Partido Comunista. De tal modo que las luchas obreras en China, las huelgas, que fueron intensas en la última década, frecuentemente se dan contra la burocracia estatal y contra el control de un sindicalismo oficial. El futuro de la humanidad pasa porque el proletariado chino pueda o no cambiar las cosas en su propia realidad.

Es muy difícil caracterizar a la sociedad china: no parece ser una sociedad socialista. Pero tampoco es una sociedad capitalista típica, porque este control político del partido es garantizado por una monumental burocracia estatal que emplea una fuerza sobrante monumental de trabajo en la seguridad, los funcionarios públicos, etc. Yo conocí dos ciudades solamente, Shangai y Pekín, son las únicas ciudades del “sur” del mundo que conocí que están organizadas, no se parecen a San Pablo, ni a la ciudad de México, porque son organizadas, el metro funciona, los sistemas ferroviarios funcionan, pero bajo mucho control.

Durante los años ´70, nosotros los brasileños teníamos todo, éramos los campeones de fútbol, pero también éramos los campeones de la super explotación del trabajo. Hoy no lo somos más. Hace unos años estaba dando un curso en México y mirando un periódico decía: “Empresarios de todo el mundo, vengan a producir a México. Porque acá se puede explotar más que en China”. Ustedes conocen la idea de las maquilas, que son verdaderos centros de montaje de productos, porque se paga entre 10 y 20 veces menos el trabajo de la clase obrera mexicana, tanto hombres como mujeres, en comparación con la clase obrera norteamericana.

Cuando estuve en India, en octubre de 2013, el Ministro indio estaba haciendo una propaganda que decía así: “China creció por el Made in China” o sea por producir en China. La propuesta del Ministro era crear un eslogan para la India, que sería “Make it in India” o sea, “produzca en India”, porque en India las condiciones de explotación del trabajo con aún más intensas que las chinas.

Yo creo que hay entre 200 y 300 millones de hombres y mujeres en la India que por una compleja situación de casta y de clase, son excluidos de la condición más elemental de humanidad. Las personas viven en una situación que para nosotros es chocante, y yo vivo en Brasil, conozco casi toda América Latina, pero nunca había visto una miseria tan brutal como en la India, que además está absolutamente naturalizada, por una combinación perversa de un sistema de clases y un capitalismo que excluye a todos aquéllos y aquéllas que no son parte de las castas consolidadas. Pero la superexplotación no es un problema solo de la India, veamos el caso de Japón.

Este país tiene hoy más de un 34% de su clase trabajadora en condiciones de trabajo precario, informal. Hay palabras como “arubaito” que significa trabajo precario y es una expresión que es utilizada desde la era Meiji del siglo XIX.
Hay una figura en Japón actualmente que es el “Cyber refugee”, que es el joven precarizado que migra del campo a la ciudad, que no tiene donde dormir por la noche porque no tiene con qué pagar un cuarto o una pensión. En Japón hay cápsulas de vidrio para dormir, los obreros pobres las alquilan. La única diferencia con una cámara mortuoria es que es de vidrio. Si no puede pagar esto, van a pasar la noche en cyber cafés cuyo precio es bajo. Van allí para conectarse e intentar conseguir un trabajo para el día siguiente. Lo que el geógrafo inglés James Peck, llamó “trabajo contingente”. Si hay trabajo hay que presentarse a las 5 am, trabajar toda la jornada y al final del día recibe el pago, sin ningún sistema de contratación legal. Este es un ejemplo japonés.

En EE. UU. el ejemplo del trabajo esclavo moderno es el “wallmartismo”. Wallmart se caracteriza por burlar los derechos de los trabajadores. Todavía no es fuerte en Europa pero sí en USA y en el sur del mundo. Una parte de las millares de empresas proveedoras y sub proveedoras, la primera cadena son entre 6 y 9.000 y la última llega a 65.000, según Pietro Bsso, sociólogo marxista italiano, se pueden encontrar en China. Por eso los precios de Wallmart son los mejores, porque están basados en esta precarización del trabajo.

Y si pudiese dar más de un ejemplo, citaría que vale la pena observar el ejemplo reciente de Inglaterra, no es reciente porque empezó hoy, ya tiene más de dos décadas, hay una tendencia de expansión a este sistema que se denomina “contrato de 0 hora” (zero hour contract). Funciona de esta manera, yo contrato a alguien, un médico o enfermero, etc., éste se queda esperando la llamada, uno, dos, al tercer día recibe la llamada y hace el trabajo y recibe el dinero. Pero ese dinero que recibe es el que corresponde a ese pequeño tiempo de trabajo, pero estuvo disponible 72 horas.
Un ejemplo de esto es Uber. Muchos de los empleados de Uber son médicos, economistas, administradores, ingenieros desempleados. Llamo la atención de esto porque no es una tendencia marginal, el mundo financiero del capitalismo global puede convivir con la dilapidación del trabajo, con la corrosión de los derechos del trabajo, con la demolición de los códigos del trabajo. Es por esto que hace un mes que en Francia hay luchas cotidianas contra una medida de un gobierno “socialista” que quiere implantar un código de trabajo flexible. Estando en China con Michael Lowy y un grupo de marxistas de occidente que son críticos de China, le pregunté cómo veía el gobierno de Hollande y su respuesta me pareció espectacular: “para mí es un gobierno de extremo centro”. El papel de extremo centro representado por un hombre de extrema derecha es destruir los derechos del trabajo.

En nuestra América Latina vivimos bajo formas diferenciadas de precarización del trabajo. En esta larga era de contrarrevolución una precarización del trabajo que pasó por las dictaduras militares, que todos conocemos, pasó por la desertificación liberal, ensayó alternativas y ahora estamos viviendo nuevamente una onda conservadora del retorno de aquello que nunca salió, sólo que ahora se trata de la línea bruta, directa del neoliberalismo.


El neoliberalismo, sea como tragedia o farsa, sigue dominando y retorna con más fuerza

Fue contra este proyecto profundamente destructivo del capital, que los obreros y obreras de los campos, de las ciudades, los campesinos, los indígenas, los sin tierra, los desposeídos, los hombres y mujeres sin empleo, además de una gran cantidad de movimientos sociales como la juventud, ambientalistas, la lucha de las mujeres, de los homosexuales, desencadenaron nuevas formas de lucha social y política especialmente a partir de los años ´90. En el caso brasilero desde los ´80. En los Andes, donde madura una cultura indígena secular y milenaria, cuyos valores son muy distintos de aquellos estructurados bajo control del tiempo del capital, se emplearon las rebeliones, se diseñan nuevas luchas dando claras señales de contraposición al orden que se estructura desde el inicio del dominio con base de expropiación y desposesión típica de la fase neoliberal.

Pero tuvimos un período de gobiernos que ustedes llaman “progresistas” que fueron muy diferentes, donde ocurrieron muchas luchas. En Venezuela los asalariados pobres de los morros de Caracas esbozaron formas de organización popular en las empresas, en los barrios populares, inclusive en las comunidades. En Perú los indígenas desencadenaron varios levantamientos contra gobiernos conservadores. Hubo períodos de levantamientos en Ecuador que depusieron a muchos gobiernos. En Argentina durante la eclosión de los levantamientos de 2001 vimos la lucha de los trabajadores desocupados, de los piqueteros, que conjuntamente con los obreros y las clases medias empobrecidas depusieron varios gobiernos, seis en pocos días. En México encontramos el ejemplo de Chiapas del ´94 y posteriormente la Comuna de Oaxaca en 2005 que hoy ha vuelto, hay rebelión en Oaxaca nuevamente, de mano de los maestros públicos. Es interesante que una categoría que en el pasado tenía cierto estatus, como lo es el maestro, hoy sufre un proceso global de proletarización, por eso hay huelgas y revueltas de maestros en todos los países del mundo, de norte a sur.

Estos son fuertes ejemplos de huelgas, rebeliones y revueltas contra la destrucción neoliberal. Hubo incluso innumerables luchas sociales urbanas rurales en toda América Latina contra la comoditisación, la mercantilización de los servicios públicos, como la salud, la educación, el transporte, la minería, contra la privatización del agua. Recordarán la lucha de las comunidades indígenas. En este período el ciclo gobernante liberal en América Latina perdió progresivamente fuerzas, lo que posibilitó la ampliación del descontento social. Tal vez el primer período de desgaste neoliberal.

En algunos casos tales movimientos y partidos políticos se convirtieron en gobierno y generaron experiencias políticas que señalaron la posibilidad efectiva de cambios, como en la Venezuela de Chávez con el bolivarianismo o, en mucha menor escala, el movimiento social de Evo Morales que inició un ciclo de cambios en Bolivia. Pero hubo también victorias de movimientos y partidos de oposición que llegaron al gobierno, como el PT de Brasil y el Frente Amplio en Uruguay. Sabemos hoy, que el resultado de las elecciones por las cuales el PT asumió en 2003, no sé si decir que fue una tragedia o una farsa, o las dos juntas; probablemente un poco de ambas. Pero después de más de una década de estas victorias podemos constatar que en su gran mayoría, en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, estos nuevos gobiernos aceptaron, con sus diferencias, hacer un amplio pacto de fuerte conciliación con los grandes capitales, lo que terminó de corroerlos por dentro y devorar a sus gobiernos, como sucede en Brasil hoy.


Después de luchas de gran importancia que marcaron períodos de fuerte descontento, el neoliberalismo, sea como tragedia o como farsa, sigue dominando y retorna con más fuerza. Durante 2008 y 2013 vimos un ciclo de rebeliones espectacular, dentro de una larga era de contrarrevoluciones. Túnez, Egipto y todo el Oriente Medio, en Inglaterra el levantamiento popular que comienza en barrios de inmigrantes negros y se expande por Inglaterra y luego por todo el Reino Unido. Antes de Podemos el levantamiento de la juventud en España, los Indignados que después llevó a la actual formación de Podemos, el Occupy Wall Street fue vital en USA y pienso que solo se puede comprender la campaña de Sanders a partir de la juventud que vivió y participó del levantamiento. Por otro lado las revueltas en Italia, en Grecia, antes del trágico giro de Syriza, la lucha del movimiento popular obrero, de los asalariados, de los trabajadores públicos que fue vital en Grecia.

Si a través de gobiernos neoliberales puros, sea por acción de gobiernos social-liberales, apológicamente muchas veces llamados “neodesarrollistas” como en el caso brasilero y el gobierno del PT que fue además, a lo sumo un “neodesarrollismo de tipo liberal”. Porque los fundamentos de la economía política del gobierno de Lula eran neoliberales. Por supuesto que hay diferencias entre un gobierno puro neoliberal y aquél. Son formas distintas de lo mismo. “No es lo mismo, pero es igual”. Un positivista no puede comprender esto, y un posmoderno menos.

Hablando del caso argentino, la primera vez que visité el país fue en el ´76 y a partir de ahí regresé decenas de veces. Después de un largo desgaste de los gobiernos de los Kirchner, asistimos recientemente a la victoria de Macri a quien yo defino como “variante de gladiador de la barbarie”. El gobierno golpista de Temer en Brasil, Macri en Argentina, la trágica situación de Venezuela, el primer “no” a Evo Morales. Estamos presenciando la gestación en un nivel bastante avanzado y ya casi victorioso del golpe parlamentario en Brasil a través del proceso de impeachment que en la forma que ha asumido burla gravemente la Constitución brasileña de 1988.

Los gobiernos de Lula y Dilma del PT como gobiernos de conciliación, fueron en última instancia gobiernos significativos de la representación de los intereses dominantes, pero realizando algunos programas de mejoras puntuales como el programa “Bolsa familia” volcado hacia los asalariados y sectores más pobres del país, entre tantas otras medidas. Era una tentativa de un gran gobierno de conciliación de clases.

Mientras el escenario económico brasilero fue favorable, parecía caminar bien, hasta 2008/2010. Lula terminó su mandato en 2010 con un 83% de aprobación, pero con el agravamiento de la crisis destructiva económica que viene devastando muchas partes del mundo eso cambió. China crecía un 12% al año, hoy crece un poco más de 6%, que para China es una hecatombe, porque es un país que emplea una masa de trabajadores que nacen y necesitan empleo.


En este cuadro el caso brasilero se agudizó, porque más allá de la crisis económica, se intensificó la crisis política y llevó a una crisis institucional. La salida encontrada por las clases dominantes en Brasil, sean brasileñas o transnacionales, fue el impeachment. Como el impeachment está previsto en la Constitución brasileña, se convirtió en la alternativa ideal de flagrar un golpe con apariencia legal y constitucional. Esta es la mayor obra de arquitectura política brasileña, es un golpe que tiene apariencia legal, un golpe que contando con el apoyo decisivo de todos los grandes sectores burgueses que determinaron que Lula no servía, que Dilma no servía más, entonces los descartó.

Los medios cumplieron un papel decisivo, las cadenas de televisión y todas las grandes radios, canales de televisión y prensa fueron propulsores de la movilización que llevó de 2 a 4 millones de personas de las capas medias conservadoras a la calle, generalmente los domingos después del almuerzo, porque primero van al club: el señor, la señora, los hijitos, el perrito y claro, la esclava, la trabajadora que cuida de los niños. Luego de la salida, a luchar contra la corrupción en Brasil. Imagínense ustedes, a la clase media y burguesa luchando contra la corrupción, de la que es una parte activa. Con el apoyo de los grandes capitales dando recursos. Por eso es un golpe, no militar como en el ´64, pero sí un nuevo tipo de golpe forjado por el pantano parlamentario, que hasta pocos meses antes era la base aliada que daba sustento a los gobierno de Dilma y Lula.

Es un pantano, se mueve y mucho. Vale recordar lo que dijo Marx en el siglo XIX cuando afirmó que el Parlamento francés había llegado a la posición más degradante y más degradada. Perdió el respeto de la opinión pública, dice Marx. Pero él no vio el funcionamiento servil y pantanoso del Parlamento brasileño, porque si lo hubiera conocido hubiera revisado su tesis sobre el Parlamento francés, que sin dudas es incomparable con lo nuestro. La votación del impeachment fue un círculo de animales, con la diferencia que los animales reales tienen algo de charme.


El desafío es construir una alternativa política y social que deconstruya la institucionalidad dominante

Para empezar a esbozar una conclusión, la primera afirmación es que la crisis que vivimos es de una gran profundidad en América Latina. Porque la crisis que tuvo epicentro en el norte del mundo, ahora está golpeando en el sur. Es una crisis además de económica, social y política; una crisis institucional en el caso brasileño, que abriga riesgos de confrontación creciente entre los tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.

A pesar de que el gobierno de Dilma hizo esencialmente todo lo que las distintas fracciones de las clases dominantes le exigían, frente a la amplitud y el alcance de la crisis, las clases dominantes decidieron el descarte de un gobierno que siempre les sirvió y de esa manera reintroducir un gobierno puro como el de Temer. Temer era el vicepresidente de Dilma que fue propuesto por Lula, porque en el PT siempre hay uno que manda y que decide, es nuestro Perón, ese es Lula. Bueno nuestro no, de ellos.

Es una tragedia, porque Lula fue nuestro mayor líder durante el siglo XX, pero quedó en el pasado. Las clases dominantes recurren entonces al uso de un instrumento legal: el impeachment. Lo mismo ocurrió en Honduras en 2009 y en Paraguay en 2012. Esto no significa que se deba ser condescendiente con los gobierno del PT, pero es un golpe que con sus múltiples modalidades, es siempre un acto que tiene la marca de la ilegalidad y la excepcionalidad.

En el caso brasileño tal vez podamos decir que en esta fase que vivimos hoy, julio de 2016, solamente es posible a través de un nuevo tipo de golpe esta faceta parlamentaria respaldada en una legislación de excepción, solamente así es posible cambiar el gobierno. En la población hay un enorme descrédito por las enormes falencias del gobierno del PT, pero la población pobre sabe que las derechas son peores. Por eso Dilma ganó, porque muchos se taparon la nariz sabiendo que era mala pero lo otro, Aécio Neves, era un Macri brasileño.

Parece entonces que, al menos en este aspecto, Agamben tiene una dosis de razón y nuestra América Latina puede empezar a preparar o intensificar la resistencia a esta esdrújula fase que puede ser caracterizada provocativamente como Estado de derecho de excepción, un “Estado de excepción normal”, lo cual es una contradicción en sus términos, porque es esta la forma de nuestra democracia burguesa.

¿Por dónde recomenzar entonces?

Las rebeliones de junio de 2013 fracturaron toda la institucionalidad brasileña y plantearon dos alternativas, la propuesta de una reforma política hecha por un Parlamento controlado, o la alternativa real y positiva que será el resultado de una transformación social y política impulsada por las masas trabajadoras y populares en su nueva morfología, con un diseño heterogéneo. El desafío es entonces construir una alternativa política y social que deconstruya la institucionalidad hoy dominante que está separada de la vida cotidiana real de las clases trabajadoras. Muchos preguntan cuáles serán los nuevos canales sociales de política capaces de crear una nueva fuerza de izquierda auténticamente ligada con lo mejor de los movimientos populares.

Me gustaría terminar con una reflexión, yo pienso que este no es un punto de partida irrelevante. Frecuentemente la pregunta de la izquierda brasileña y latinoamericana es si la salida son los partidos, los sindicatos o los movimientos sociales. Reconozco que este es un debate difícil. Mi opinión es que nuestro punto de partida efectivo, de la izquierda social, de las luchas sociales, será el resultado de la conjugación de los movimientos sociales, los sindicatos y los partidos de izquierda, junto con los movimientos periféricos de los barrios, los desempleados, los de la juventud, los de los ambientalistas anticapitalistas, de los que luchan por las libertades sexuales, de los negros, indígenas, etc. Son muchos movimientos. Voy a dar una pista para pensar las tres herramientas: los partidos, los movimientos sociales y los sindicatos.

Yo diría que los movimientos sociales han sido vitales, en todas partes del mundo han tenido un papel fundamental, tal vez con excepción de Túnez donde hay sindicatos y una central sindical fuerte. Las explosiones mundiales de 2110/12 fueron muy espontáneas, con poca presencia de partidos políticos, inclusive la rebelión de junio de 2013 en Brasil empezó por las izquierdas, pero las sociales, sin relación partidaria directa. Yo diría entonces que los movimientos sociales encuentran su fuerza y su vitalidad en las conexiones fuertes que los entrelazan a la vida cotidiana. El rol fundamental de los movimientos sociales es comprender la vida cotidiana. El Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, el movimiento de las comunidades contra las minerías, etc. Estoy haciendo una generalización, con las excepciones que siempre se dan en este tipo de reflexiones.

Los movimientos sociales encuentran una dificultad en convertirse en longevos y duraderos, porque no siempre es fácil vislumbrar otra sociedad. Cuando yo estoy luchando por un techo, por comida o por vivienda o algo muy cotidiano, es mucho pedir que yo tenga el modelo de sociedad a la que quiero llegar. O sea, no siempre es fácil vislumbrar un deseo de sociedad que le permita una comprensión mayor entre vida cotidiana y un nuevo modelo de vida a ser creado.
Los sindicatos, la segunda herramienta más próxima a las necesidades e intereses de la clase trabajadora, por más imprescindibles, muchas veces se pierden en su inmediatez, en sus luchas cotidianas, o también en su burocratismo, corporativismo e institucionalidad, sin comprender bien la totalidad y el sentido de pertenencia de clase. Muchas veces se trata de sindicatos combativos pero corporativos, luchan por su categoría y no por su clase, que es diferente. Esto cuando no sufren disputas políticas de los partidos que frecuentemente aumentan la distancia entre base, categoría y dirección. Entonces, los sindicatos también tienen mucha contribución pero muchas dificultades.

Por último, los partidos de izquierda, que diseñan sus proyectos a futuro sabiendo el socialismo que quieren. Saben porque leyeron a Marx, a Trotsky, a Gramsci, a Lukács, a Mao Tsé Tung, etc. Practican sus acciones anticapitalistas, pero con frecuencia, en mi opinión, se desconectan efectivamente de la vida cotidiana, del día a día de los hombres y las mujeres que viven de su trabajo y a quienes pretenden representar.

Frecuentemente los partidos son prisioneros de los espacios institucionales conquistados, lo que los distancia cada vez más del ser social al que efectivamente quieren representar. Deben procurar comprender de mejor manera las nuevas dimensiones de las luchas sociales, las cuestiones vitales presentes en la vida cotidiana, que frecuentemente son desconsideradas por las acciones partidarias.

El otro día alguien me preguntaba qué vamos a hacer en las elecciones de 2018 y yo me pregunto, haciendo un chiste: ¿llegará Brasil al 2018? Porque la situación es muy complicada. El principal ejemplo de la rebelión de junio de 2013, fue una importante lucha popular que después la derecha politizó. Yo escribí un artículo en Herramienta en el que hablamos de esto.

Para terminar, pienso que no tiene sentido jerarquizar y definir cuál de estas herramientas es más importante, porque es una división previa y teórica. Los desafíos están en soldar lazos de mayor organicidad entre estas tres herramientas. Tal vez el reto más grande es no jerarquizar sino alentar un diseño donde movimientos sociales, sindicatos y partidos puedan mirar a partir de los imperativos de la vida cotidiana, cuáles son las cuestiones cruciales hoy: Trabajo, la naturaleza, la cuestión de la igualdad entre hombres, mujeres, blancos, negros, indígenas; la cuestión de la propiedad colectiva, la propiedad de las riquezas de nuestra América Latina. Son algunas de las cuestiones fundamentales.

Una nueva morfología del trabajo nos obliga a pensar una nueva morfología de las luchas sociales. Yo pienso que esta es nuestra fuerza y por eso no descarto ninguna de las herramientas aunque parezcan viejas, porque todas pueden fortalecerse para enfrentar el futuro. Y tal vez,
podamos encontrar en América Latina y en el mundo asiático, con todas las dificultades que estamos viviendo hoy, laboratorios espectaculares de luchas sociales, de una nueva clase trabajadora ampliada y una batalla que recupere un socialismo con perfil del siglo XXI, que por cierto será muy diferente a lo que vivimos en los siglos XIX y XX. 

Desgrabación: Ana Laura Xiques
Edición: Mario Hernandez

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216068