sábado, 9 de abril de 2016

I. “Estamos acá, no estamos contentos, vamos a resistir, vamos a luchar, a ocupar el espacio público, a decir que no nos sentimos representados y que queremos recuperar la política”.

“En Francia hay una sensación de que la democracia tal cual como está no representa a nadie”
7 de abril de 2016

El periodista y poeta Marco Teruggi habló con La Revancha (FM La Tribu) desde Francia, sobre el movimiento que por estos días protesta en las calles francesas contra un proyecto de flexibilización laboral. 

Por La Revancha. Foto: EFE

¿Cómo se vivió la jornada después de la gran movilización del 31 de marzo con este proceso de asamblea que se están dando en la Plaza de la República, y cómo evaluás esta experiencia en las calles que se está dando en Francia?
Ya se puede decir que hay un movimiento instalado, que nació por la Ley de Trabajo, que es un poco el punto de inicio. Fue transformándose y mutando en esto que vivimos desde esta semana, que es un movimiento más general con un pedido de transformación en términos difusos pero que demuestra un hartazgo general, una falta de creencia en la clase política y una necesidad de que algo cambie. Eso vino de la semana pasada hasta acá, y empalma con las protestas contra la Ley de Trabajo. Digamos que hay dos tiempos que van dialogando entre sí: uno, por lo concreto de la ley, y otro, vinculado a este malestar general y la actual situación en Europa.
Decís que es un movimiento instalado, ¿ves un germen de organización que pueda prosperar, en esto que se está dando en París como en otras partes de Francia?
Para entender lo que está pasando, y ver las limitaciones, hay que pensar que Francia viene de mucho tiempo de desmovilización y desorganización popular, atravesado por los atentados del año pasado y por un gobierno socialista que ya perdió toda legitimidad como gobierno progresista. Incluso, todo el mundo habla de traición, de sentirse defraudado por un gobierno que instaló el estado de emergencia. Es decir, es una situación de control policial sobre la sociedad y es un gobierno que planteó un tema muy difícil, es decir, quitarle la nacionalidad a quienes hagan un atentado contra la nación, que es también un concepto difuso. Es un gobierno que viene girando abiertamente a los sectores empresariales. Entonces, en ese escenario muy complejo de derechización del pensamiento en Francia, de avance del Frente Nacional, aparece esto, a contracorriente, mostrando algún tipo de iniciativa popular. Pero venimos de muy atrás. Y después otro punto que es importante destacar es que por el momento, no sé cómo va a evolucionar, la composición social de los que están encabezando la ocupación de la Plaza de la República es centralmente de clases medias urbanas. No está ahí el universo popular de los trabajadores de los suburbios.
¿Hay alguna posibilidad de que lleguen a las elecciones del año que viene?
Creo que no. Los debates son muy heterogéneos, son asambleas de tres mil personas donde hay un fuerte rechazo a los partidos políticos en general. La clase política en Francia es muy fuerte. Hay un hartazgo, una sensación de que la democracia tal cual como está no representa a nadie. Pero también hay una cosa muy anti representación, anti liderazgo y anti formas organizativas un poco mayores. Creo que para que pueda disputar (electoralmente), tendría que haber una traducción política de ese movimiento en alguna propuesta como pudo ser Podemos, que emergió de alguna manera traduciendo el sentimiento del movimiento indignados. Ahora estamos en la etapa primera, que es aparecer, de decir “acá estamos, no estamos contentos, vamos a resistir, vamos a luchar, a ocupar el espacio público, a decir que no nos sentimos representados y que queremos recuperar la política”, pero por ahora en términos muy heterogéneos. No sé si habrá capacidad para disputar en un escenario que tiene a la propuesta muy conservadora del Frente Nacional emergiendo con fuerza, que está calando en la clase trabajadora francesa.
¿Cómo creés que conviven en Francia este movimiento de posiciones más progresistas con las posiciones más xenófobas vinculadas a la ultraderecha?
El problema en Francia es que hay un gran vacío a la izquierda. El partido socialista ha venido gobernando de la mano con la derecha de una forma muy homogénea. En ese sentido, se parece a lo que sucedió en España donde el PSOE y el PP terminaron encarnando los mismos intereses abiertamente, cosa que se evidencia en los momentos más difíciles como estos. Hay desencanto, y siempre se escucha en Francia que hace falta un Podemos. El universo popular está dividido. Hay un universo que vota a Marine Le Pen, compuesto por trabajadores del interior del país, que antes votaban al Partido Comunista. Hay otra Francia popular, de los suburbios, que viene de la historia difícil de la colonia francesa -una historia de la que no se habla, o se habla muy poco-, que no está participando activamente en la vida política, por lo menos en estos movimientos. Y hay una Francia más urbana, de los centros de las grandes ciudades que es la que está tomando la batuta. Hoy, hay que intentar reunificar un universo que está roto. De unos meses para acá se habla en literatura, en política, de enfrentamiento civil, de guerra civil y eso es un imaginario que trabaja el Frente Nacional. Se habla de identidades rotas, de una serie de cuestiones muy complejas. Este movimiento emerge en una contracorriente absoluta y tiene como desafío volver a plantar una idea que es la de una república social que pueda dar cuenta de un nuevo paradigma, de una nueva constitución, de un nuevo proceso de construcción nacional.
Audio:(...)
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article11759

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