sábado, 30 de enero de 2016

II. "Vemos muy positivo al rol que cumplen los medios más pequeños y por ahí camina nuestra esperanza de que se puedan hacer más visible una cantidad de hechos que lamentablemente los medios monopólicos no quieren, por un motivo muy particular, difundir".

Vanesa Orieta: "No soy la misma 
luego de haber encontrado a Luciano"
30 de enero de 2016

**continuación
(...)Ya con el destacamento cerrado pero sin poder ingresar para crear allí un sitio de memoria, la familia se plantó en la vereda. La tozudez de Vanesa Orieta impulsó la enorme mayoría de los logros en el desarrollo de la causa. Todo se puede y tres o cuatro personas apostadas en la vía pública gritando una verdad tienen la potencia de un tropel. Durante más de dos años, se plantaron todos los sábados, poco después del mediodía, agobiados por el sol en verano, sin abrigo que pudiera mitigar el frío en invierno, pero con la convicción de que esa herramienta comunicacional serviría al objetivo final: crear allí un espacio para la memoria. Sirvió el esfuerzo.
-FT: Una de las decisiones que tomaron a partir de la desinformación de los medios tradicionales fue crear su propio programa de radio ¿Por qué un canal propio de comunicación?
- VO: Porque necesitábamos, primero, no parar nunca. El trabajo de hormiga requiere que uno todos los días deposite parte del tiempo para la construcción de lo que uno defiende. Cuando empezamos a entender que nos estaba resultando muy difícil lograr la difusión en los grandes medios de comunicación, hago un punto: nos costó, por supuesto, llegar a los medios de derecha, monopólicos, pero no tuvimos una llegada o recepción muy solidaria en los medios del oficialismo en ese momento. Ahí recordamos el escrache en CQC. Lo hicieron unos chicos a los que no conocíamos y les agradecemos. Me acuerdo, por ejemplo, el comentario de Barone (luego, en 678), que lo voy a recordar siempre porque me dolió muchísimo,. Cuestionaba fuertemente el escrache y hablaba de que no estaban dadas las condiciones para operar de esta forma porque vivíamos en democracia y la familia tenía que acercarse a la comisaría. ¡A la comisaría!. Eso para mí fue tremendo, porque ellos tenían que entendernos y acompañarnos en la discusión con el gran medio monopólico de derecha y nos estaban tirando al bombo. Rescato la figura de Barone porque se reprodujo en la voz de muchos otros periodistas que me desilusionaron. Nos aferramos mucho a los medios comunitarios, alternativos, que fueron los que hicieron esa saturación de información que llegó poco a poco a los grandes medios. Nosotros mismos empezamos a hacer nuestra experiencia de radio Desde Afuera del ex destacamento policial de Lomas del Mirador con nuestro programa. Era una radio abierta (que también se emitía por internet en vivo), les hablábamos a los vecinos con muchas críticas del otro lado y con un fuerte rechazo porque ellos creían que nosotros llevábamos la villa al destacamento. Decían eso: “Ustedes son villeros, ustedes quieren ensuciar este barrio que es residencial”. Esa radio continuó cuando acampamos en el destacamento dos o tres meses pidiendo que se avanzara con la investigación antropológica allí porque faltaban excavaciones y tomar medidas. Lo hacíamos mientras la radio funcionaba. En ese sentido, nuestra experiencia es y sigue siendo muy rica. Hoy en el espacio que nos ofrece La Retaguardia, que para nosotros es una escuela. Mis compañeros están haciendo una escuela de radio que después se volcará al espacio o a practicar y pasar esto que hemos aprendido a los jóvenes, para que también ellos se empiecen a apropiar de esta herramienta valiosísima. Vemos muy positivo al rol que cumplen los medios más pequeños y por ahí camina nuestra esperanza de que se puedan hacer más visible una cantidad de hechos que lamentablemente los medios monopólicos no quieren, por un motivo muy particular, difundir. No me quiero ir sin decir eso porque está ligado al tema de memoria que se planteaba: cuando empezamos a ver lo difícil que se ponía esto y el juego que se planteaba detrás de las políticas de memoria, verdad y justicia -digo juego porque había un doble sentido, por un lado sí se instalaba la discusión con relación al genocidio pero no se hablaba de la violación a los derechos humanos en democracia-, allí surgió la idea de memoria dinámica o memoria estática. La memoria estática pretende ver la violación a los derechos humanos como algo que sólo ocurrió durante la última dictadura militar sin hurgar, sin analizar lo que ocurre en democracia. Nosotros proponemos una memoria dinámica que siga pensando al genocidio como una enfermedad que nos afecta en democracia. Hay que estar organizados peleando por la memoria de todos los días. En la medida en que la pensemos como una memoria activa es que vamos a lograr que no avancen aquellos que quieren ir por todo, quieren olvidar e instalar las lógicas que pensamos que estaban ocultas para un sector de la sociedad.
-Gustavo Campana: ¿Cómo interpretás los despidos en la órbita de Seguridad del equipo que identificó el cuerpo de Luciano?
- Solidaridad total con los trabajadores. Siempre voy a defender el rol del trabajador, siempre voy a denunciar a los miembros del poder que ocultaron, que callaron y en definitiva terminaron siendo cómplices. Yo no soy buchona, no voy a dar nombre y apellido sobre todo porque a muchos les guardo respeto por su historia, pero cuando uno denuncia al poder, denuncia a personas ubicadas en lugares estratégicos con toma de decisiones. Personas que con sus acciones pueden cambiar rotundamente el camino de construcción de una familia. Hablo de personas ubicadas en ministerios, secretarios, directores, presidentes. Estamos hablando de gente que define. Si hoy nos ponemos a mirar, quizás eso que se construyó era bastante débil y por eso un poder de derecha tiene la posibilidad de sacar a los trabajadores sin más. Sin que la sociedad se altere por eso; estamos hablando de un grupo tan importante como el que halla el cuerpo de un chico. El tema es que éste no es cualquier chico, y que atrás de este pibe tenemos que hablar de discriminación, criminalización, xenofobia, un montón de cuestiones que están directamente arraigadas en esta sociedad y que en definitiva no fueron visibilizadas. Hay un deterioro social muy grande con relación a la problemática de violencia policial, porque esta sociedad soporta las torturas a nuestros jóvenes. No solamente a los que son privados de su libertad por averiguación de antecedentes, sino a aquellos que están encerrados en penales a los que también hay que respetarles su derecho. Nosotros sabemos que son violados, que son torturados, que son asesinados y usados para delinquir. La caja chica, esa que generan nuestros jóvenes, es propiedad de las Fuerzas mafiosas de Seguridad y volvemos a hablar otra vez del poder político y judicial, que en definitiva termina siendo cómplice de ese armado. Esta familia presentó un segundo hábeas corpus en el juzgado federal Nº 1 y en ese momento fue denegado en primera instancia. Realmente uno tuvo que gritar, tuvo que generar un estado de crisis para que fuera aceptado, fue rechazado en segunda instancia y en una tercera instancia fue aprobado. Queríamos comprometer a las instituciones del Estado a que nos brindaran información de qué habían hecho y qué iban a hacer a partir de ahora. Nosotros obligamos a que los trabajadores del Estado estuvieran presentes en una serie de audiencias que fueron muchas y en las cuales la familia tuvo un rol fundamental. Si esto hoy estuviera grabado, muchos familiares sabrían lo que significa su participación dentro de un procedimiento de la búsqueda de un joven. Eso no es un dato menor. Eso es lo más significativo de todo esto que quizás se habla de una forma muy escueta pero que requiere un análisis más profundo.
Creo que hay que seguir trabajando y que la sociedad tiene que tomar conciencia de que esta democracia tiene serias falencias y que poco a poco con este espíritu de no ver, de no comprometerse y seguir sosteniendo la discriminación y la criminalización, les estamos dando un fuerte avance a las botas, a los azules, a los verdes, a los marrones, a las armas, a los patrulleros, al control y a la represión. Denunciamos al poder judicial y reconocemos que no hace más que reproducir esa lógica perversa pero la realidad es que de este gobierno no esperamos nada, del anterior esperábamos al menos una apertura que nos permitiera hoy protegernos aún más y eso no llegó. Ahí están las fuertes autocríticas que hay que hacer. Hay que reconocer que en el plano de los derechos humanos, sobre todo en lo que tuvo que ver con el genocidio, se avanzó, pero no se habló de la violación de derechos humanos en democracia. Es más, yo podría mostrar discursos que tengo guardados en los cuales no se hablaba de desaparecidos, se decía que en esta democracia no se desaparecían personas. Y lo decían funcionarios de alto rango, y hubiese estado bueno que la sociedad respondiera que sí, que todavía tenemos un gran problema, que a los pibes en los barrios los matan, los torturan, los desaparecen, es un problema que tenemos que solucionar. Lo que hicieron es esconder la mugre debajo de la alfombra y hoy eso se paga muchísimo más caro porque la policía ya está metida en los barrios, porque van a seguir aumentando los números de efectivos, porque la sociedad naturaliza y nadie se conmueve con la muerte de un pibe.
-FT: ¿Cómo se quiebra la cadena de impunidad?
- VO: La condena al policía Torales fue una forma de empezar a demostrarle a la sociedad que lo que esta familia venía denunciando tenía que ver con una serie de hechos que venía sufriendo Luciano. La detención que se juzgó es crucial, porque viene después de la negativa de Luciano a salir a robar, después de otras detenciones, después de estar el Negro durante mucho tiempo lidiando con la cana para salir del barrio porque lo veían y lo obligaban a volverse siempre de una forma muy violenta se daba este cruce en la vía pública. Cuando lo detuvieron ese 22 de septiembre fue duro porque estábamos ahí mi vieja y yo contra un grupo de tipos que nos hacían sentir que tenían el poder con la palabra, con los gestos, con las amenazas. La amenaza más reiterada era que si no nos tranquilizábamos, Luciano no iba a salir. A él también le decían eso, que no se siguiera poniendo nervioso, aunque eso estaba bien, porque lo estaban maltratando y torturando. Así lo ha calificado la justicia. Fue tortura psicológica y física, acreditada en cierta forma también por los policías que estuvieron en el lugar. Torales dijo, no recuerdo si en el juicio: ’Bueno, una cachetadita’. En algún momento lo deslizó, que no había sido tal la tortura. Chapero, una de las oficiales que declaró, corroboró que Luciano había estado detenido durante muchas horas en ese destacamento que no tenía para nada un lugar para tener personas detenidas. Estábamos con la documentación necesaria y aún así no lo liberaban.
* * *
Tiene razón Vanesa cuando dice que sus lágrimas no se ven. Pero están ahí. Deja caer solo una o dos, pero la congoja se apodera de sus cuerdas vocales cuando recuerda aquel 22 de septiembre de 2008, apenas unos meses antes de la desaparición de Luciano. Retoma el relato del juicio: "Ese juicio es empezar a romper un poco con esa cadena de impunidad y, para nosotros, empezar a respirar con cierto alivio porque después de tantos años de lucha, poder llevar a Julio Diego Torales a juicio, que él tenga que enfrentarse con las palabras de mi vieja, con mis palabras, que nos volvamos a ver la jeta después de tanto tiempo. La verdad, la pura verdad, la sabemos nosotros. La pura verdad de lo que pasó ese día. Él siempre se va a defender, pero yo sé todo lo que sufrió mi hermano ese día en ese lugar. Recuerdo que mi hermano estuvo encerrado en ese destacamento, que me gritó desde la puerta porque fue el mismo momento en que Diego Torales tenía un teléfono y yo intentaba desesperadamente que la persona que estaba del otro lado del teléfono me escuchara. No tenía idea si era un fiscal, un juez, no sabía. Yo recuerdo esos momentos como si fueran hoy, porque me acuerdo del dolor que tenía, de la bronca y de las ganas de llevarme a mi hermano y no saber qoué estaba pasando en esa cocina pero sí sentir su grito desgarrador cuando me dijo: ’Vane, sacame de acá’. Eso sí me lo acuerdo, eso no me lo borra nadie de la cabeza. Llegar a juicio es demostrarle a gran parte de la sociedad y también de esa justicia matancera que lo que estaba diciendo esta familia no era mentira. Eso quedó demostrado no sólo por nuestra versión sino también por las palabras de los efectivos que declararon, que no pudieron defender lo que querían ocultar porque no se podía, porque la familia fue muy clara cuando habló, porque nos conocíamos ese lugar de tantas veces de haber ido, pero puntualmente de haber ido ese día y haber sufrido desde las diez de la mañana hasta las siete de la tarde que lo dejaron salir".
Su voz sigue quebrada. Le cuesta retomar, pero sigue adelante: "La sentencia todavía no está firme, así que por supuesto que hay que meterle la fuerza necesaria para que de una buena vez por todas podamos descansar sabiendo que este hombre va a cumplir con su pena. No queremos que sufra, no queremos que sufra su familia, entendemos que tiene hijos, hijas, deseamos para su familia lo mejor, y yo deseo para él, personalmente, que en este tiempo pueda pensar mucho y que una vez que salga, quizás, pueda devolverle a la sociedad otra cosa que no sea eso que le ha ofrecido a muchos pibes. De corazón espero eso. Hay que mirar la causa como una sucesión de hechos, y éste es uno de los más importantes que la justicia federal tiene que considerar a la hora de definir si ese episodio que termina con la vida de Luciano se trató solamente de un accidente o si viene atado a toda una serie de situaciones que venía padeciendo".
-GC: En el destacamento eran los generadores de la inseguridad quienes estaban ahí para garantizar la seguridad.
- VO: Empezó a instalarse un discurso muy discriminador de la mano de Gabriel Lombardo, presidente de un foro por la seguridad. El foro se llamaba Valomi. Cuando Luciano desapareció, este hombre se encargaba de pasar por los medios de comunicación dejando un mensaje muy duro que hablaba de Luciano como un delincuente con más de 30 mil causas. También se instalaba que se había escapado y se había ido a otra provincia, que se había peleado con mis hermanos. Este mismo personaje es el que impulsa una manifestación muy grande en las avenidas San Martín y Mosconi que tuvo que ver con comentarios, en ese momento, de la impresentable Susana Giménez cuando dijo “el que mata tiene que morir” a partir del asesinato de su florista. En ese contexto se genera un odio rotundo a las personas que viven en los barrios Santos Vega y 12 de Octubre, donde viven mis hermanos y mi familia. Dos años antes de que esto estallara, es Lombardo el responsable junto con Fernando Espinoza de inaugurar el destacamento policial de Lomas del Mirador en una casa alquilada. Se construyeron habitaciones en la parte posterior, siempre lo digo porque no me parece un dato menor porque esas instalaciones no estaban declaradas en el municipio. Ahora que es un espacio de memoria los invito a pasar y comprobar lo que digo por medio de la observación. Cuartitos no registrados ni supervisados en los cuales cualquiera de nuestros pibes, y de hecho mi hermano podría haber estado tirado, alojado, si no me lo desmiente nadie el 31 de enero de 2009 cuando lo fuimos a buscar muchísimas veces. Hay muchas situaciones de irregularidad que deben analizarse de una forma más amplia y ahí operan mucho estos señores ubicados en foros de seguridad que a su vez tienen relación con personajes políticos y gente muy turbia. Vaya a saber uno cuál era el interés superior, pero de movida era ese el panorama en el barrio y ellos lograron que muchos vecinos también miraran a Luciano como un pibe peligroso, como un pibe chorro. Estuvo muy bien instalado el discurso.
-GC: La necesidad de transformar en visible lo invisible es el primer dato que tiene esta causa como uno de los grandes resultados o mensajes históricos para el resto de las causas. Hasta ese momento estaban invisibilizados los casos similares. El quiebre lo ponen ustedes cuando hacen visible la historia de Luciano.
- VO: Sí, igualmente guardo muchísimo respeto por otras familias. Me imagino a Rosita Bru en este momento, que con anterioridad al caso de Luciano, también se levantó denunciando la desaparición de Miguel. El caso de Bulacio también, con su abuela tan constante marcando el tema de las razias principalmente. Hubo muchas personas que marcaron el camino y uno no hizo más que levantar todo ese trabajo y seguir. La palabra invisibilización es la que me ubica a mí. Cuando hablamos de invisibilización, hablamos de que hay poderes determinados del Estado que intentan invisibilizar un problema que por uno u otro motivo terminan tocándolo de lleno: estamos hablando de impunidad, de policías mafiosas, de cooptación de menores, de redes de trata, de venta de armas, de venta de droga en los barrios que ocasionan la muerte de muchos pibes producto de la pasta base y otras formas de consumo problemático.
La 7º Jornada cultural por los Derechos Humanos está ahí. Se puede tocar. Meses de intenso trabajo para conseguir que cerca de 50 familiares de otras causas de violencia institucional y gatillo fácil de todo el país se acerquen a contar, a abrazarse, por qué no a organizarse. Cuando le preguntamos ¿Te parece cerrar convocando a la jornada del 30? una sonrisa cansada domina su rostro. Y utiliza todos los recursos para entusiasmar con la invitación. "La jornada va a ser nuevamente en la plaza que hemos llamado, rebautizado, Luciano Arruga, en las calles Perú y Necochea, en el barrio de Lomas del Mirador, en el partido de La Matanza. La actividad va a empezar temprano, desde las diez de la mañana. Nosotros vamos a estar desde antes organizando todo lo que tiene que ver con la logística. Los esperamos a todos: es un momento para encontrarse también con las denuncias de otros familiares que vienen desde diferentes puntos del país para tratar de visibilizar la causa de sus hijos.
Tenemos la idea de lo que no nos gusta, de cómo se organizan estas actividades por lo general. Quizás no se les da el espacio a los familiares para poder extenderse en su relato, permitirse el desahogo, poder estar con un par que al mismo tiempo le permita ver otras cuestiones. Eso que muchas veces no nos gusta es lo que queremos transformar en una actividad donde podamos empezar a crear otras formas de construcción que nos permitan ser independientes en la denuncia. Por supuesto vinculados a organizaciones, partidos políticos que quieran acompañar esta lucha, pero tratando de que los familiares tomemos la relevancia necesaria para tener voz propia y discutir cara a cara con aquellos ante los cuales nos tenemos que plantar para exigirles lo que consideramos que merecemos en el ámbito de una democracia". Hay muchas esperanzas apostadas a la jornada del sábado. Por esto tanto esfuerzo para que lleguen familiares de tantas otras causas, de todo el país: "Van a venir personas que acompañan el caso de Mario Golemba, un joven desaparecido en la provincia de Misiones. Mario es buscado hace ocho años por su familia, una familia de campo, muy humilde, que también tiene sus dificultades. Va a venir la familia de Facundo Rivera Alegre, de Córdoba, donde la complicidad entre las políticas y las mafias vinculadas a la droga y la policía está muy enquistada. Van a venir familiares de Neuquén, va a acompañarnos Relmu Ñamku, miembro de la comunidad mapuche a la cual intentaron apresar luego de defender su derecho ancestral de vivir en esas tierras en las cuales afortunadamente sigue y liberada del proceso judicial que la perseguía. Van a venir familiares de Hernán, otro chico de 16 años asesinado por la bala de la policía. Los familiares de Obiña en Jujuy, donde tuve la oportunidad de acompañar a la familia y vi el maltrato que sufrieron por parte de la justicia. Lo que más me llamó la atención es que esa causa que ya estaba en juicio en un pueblito llamado San Pedro con una fiscal muy decidida que iba por todo a apresar al policía asesino de estos dos chicos muy jovencitos que vivían en Ledesma, y a poco tiempo de finalizar la causa se derivó a San Salvador cambiando todas las autoridades y dejando en libertad al policía y faltándole el respeto cruelmente a la familia. Van a venir familiares de Catamarca, del caso Pachao, un chiquito asesinado por la policía. También va a estar acompañándonos Pamela, una artesana que fue detenida por estar realizando su trabajo también en Catamarca. Se la llevaron junto a su compañera y fue torturada. Ella puede contar lo que le pasó en cautiverio, yo borré algunas cosas de mi cabeza por una cuestión de salud. Lo más cruel que escuché es que a ella la torturaban y su compañera tuvo que quedarse a un lado mirando todo lo que sucedía.
Estas lógicas perversas que nunca se desarticularon, que están instaladas. Nosotros seguimos enfermos por el genocidio. Nos enfermó y nos sigue enfermando. Estamos comprobando que nunca hemos ganado nada y que todo el tiempo hay que estar al pie del cañón. Me podría quedar horas nombrando los casos. Van a estar presentes muchos familiares en la jornada del 30 de enero. Las charlas que vamos a tocar van a tener que ver en una primera instancia con desapariciones forzadas; en otra, hablarán familiares víctimas de gatillo fácil. Después, la idea es que se haga una reunión más amplia y abierta con representantes de organizaciones y partidos políticos. Tenemos la intención de que escuchen más que nosotros escuchar. Nosotros siempre nos sentamos a ver qué tienen para decirnos, pero esta vez queremos preguntar asuntos muy cortitos y que respondan lo que queremos que respondan y entiendan que hace falta mucho para acompañar a las familias y que gran parte de esos recursos muchas organizaciones las tienen, pero el capitalismo es mezquino o genera las mezquindades y los individualismos. Esa es otra batalla que hay que empezar a tratar de librar y ganarla. Si logramos entender que algunos objetivos son comunes, vamos a lograr resultados potentes.
Va a haber otras actividades en simultáneo más pensadas para niños y niñas. Lo que vendrá para nosotros es empezar a hacer una defensa bien fuerte de lo que tiene que ver con la situación de vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes en nuestro país y sobretodo aquellos ubicados en los lugares más complejos y pobres. La propuesta es abierta para todos pero haciendo hincapié en los jóvenes. Vengan a participar, esperamos a todos los que quieran ofrecer algo artístico, musical, trayendo sus artesanías para participar de la feria. Vengan, acérquense, pongan el cuerpo con nosotros, durante mucho tiempo nos hicieron creer que sólo bastaba con leer a través de los diarios o los análisis del teórico de turno para entender la problemática de la pobreza, me parece que hay que empezar a escuchar al pobre y escucharlo igual por más que te desgarre el corazón. Ahí vas a entender la complejidad de las problemáticas que se denuncian. En algún momento, hace falta que te embarres los pies y que el corazón se te retuerza en mil pedazos para entender qué carajo significa la violencia policial y cuántas vidas cuesta esto. Son las vidas de los pobres, y estamos desesperadamente intentando visibilizar cómo matan a nuestros pibes. Los invitamos: 30 de enero a las 10 de la mañana, si llueve les avisaremos. Las calles de la plaza Luciano Arruga son Necochea y Perú. Es por todos nosotros esta actividad".
Fueron dos días de charla intensa. Lágrimas inevitables y sonrisas esperanzadoras por un lado; una inmensa profundidad, mucha crítica y análisis político, por otro. Vanesa Orieta sabe que su palabra llega. Y como lo sabe, piensa en quién escuchará o quién leerá según la ocasión. No amolda su discurso para caer bien; elige qué tiene más valor decir según quién esté del otro lado. Eso no es fácil. Será una de las tantas cosas que tuvo que aprender a la fuerza. El próximo sábado es un día clave. No es que allí vaya a saberse la verdad de lo que ocurrió con Luciano; eso va por otro carril. Pero sí puede constituirse en un hito. Un lugar y un tiempo donde algo nazca desde el dolor. Como todo nacimiento.

  

I. “Nos volvemos a encontrar con otros familiares y eso a cada jornada se va acrecentando. No sólo el número de los familiares que convocamos sino también los lazos que vamos forjando, las necesidades que tenemos de encontrarnos en un espacio en común para entender que esta problemática no nos tocó de casualidad”.


Vanesa Orieta: "No soy la misma 
luego de haber encontrado a Luciano"
30 de enero de 2016

 Esta no es una entrevista por un par de motivos. El primero es matemático: no es una, son dos. El segundo es que no fueron entrevistas, sino charlas. La diferencia seguramente se percibe en el clima, la profundidad, la sensibilidad y los cambios de estados de ánimo que sobrevuelan no solo las respuestas, también las reflexiones propias, que en varias ocasiones ni siquiera son preguntas. Para la primera de las charlas Vanesa nos recibió en su casa; en la segunda, visitó el estudio de la AM750, para una emisión de Uno Nunca Sabe, del que Fernando Tebele participa como columnista. En esa charla, se sumó Gustavo Campana, quien conduce el programa. Vanesa recorrió la historia de la causa de Luciano Arruga. Se miró en un espejo que le devolvió su propia imagen 7 años atrás. Apuntó al poder político, al judicial, a las fuerzas de seguridad, y a los medios de comunicación tradicionales. Pensó en voz alta cómo hace para sobrellevar el dolor y convertirlo en algo positivo. Se entusiasmó convocando a la jornada del próximo sábado. Vanesa nos abrió una pequeña puerta a esa intimidad tan necesariamente preservada. A días de cumplirse el 7º aniversario de la desaparición y muerte de Luciano, sus palabras quedan libres. Que muchos ojos las atrapen. 

Por Fernando Tebele y Rosaura Barletta para La Retaguardia
-Fernando Tebele: ¿Qué significa este séptimo año para vos?
- Vanesa Orieta: En este séptimo año volvemos a recordar la muerte y la desaparición de Luciano. A medida que uno va teniendo una mayor comprensión de lo que le tocó sufrir a mi hermano, un pibe de 16 años y en una condición de vulnerabilidad bastante seria, la bronca también se agudiza y uno tiene que buscar las formas para que eso no termine transformándose en algo que enferma al cuerpo, la mente y el espíritu. Es un año en el que nos volvemos a encontrar con otros familiares y eso a cada jornada se va acrecentando. No sólo el número de los familiares que convocamos sino también los lazos que vamos forjando, las necesidades que tenemos de encontrarnos en un espacio en común para entender que esta problemática no nos tocó de casualidad.
* * *
¿Qué significa encontrar a un ser querido después de casi 6 años? ¿Qué se atraviesa al enfrentarse a un cuerpo con esa historia? ¿Qué son los restos de Luciano?
Físicamente, ¿qué son? ¿Cómo se transita el duelo y el vacío de saber que no hay más, ni siquiera en el plano simbólico, una reivindicación de la aparición con vida? La familia Arruga no sólo se enfrentó al logro indeclinable de haber aparecido a un desaparecido, también tuvo que soportar descubrir la trama de horror que había detrás y, sobre todo, configurar la búsqueda que se aborda ahora. La búsqueda de la verdad. Vanesa mirá hacia atrás.
“No soy la que empezó a caminar hace 7 años, cuando tenía 25, pero tampoco soy la misma después de haber encontrado a mi hermano. Reconocí a mi hermano después de 5 años y 8 meses. Tomé la decisión de decir que quería ver qué me entregaban de mi hermano. Eso también, psicológicamente, nos predispone para una lucha: no es lo mismo que todos cumplan en tiempo y forma con lo que esta democracia les obliga, que nosotros, los familiares, los hayamos arrastrado a entregarnos a Luciano después de 5 años y 8 meses con todo lo que eso representa. También lo reconozco a través de sus golpes y sus detenciones. Eso cambia definitivamente la fuerza de esta lucha, la fuerza que uno le pone, y la vida de uno para siempre. Las cosas pasan a tener un valor de cosas. Todos los días cuando uno se levanta hay que poder canalizar la bronca para que no termine en más de lo mismo, que son episodios violentos que se reproducen a diario para con nosotros. Analizando un poco la situación más personal porque no hago terapia, más bien hago terapia conmigo y haciendo cosas que me hacen bien, encuentro esto: que me fue muy positivo en todos estos años haber podido procesar situaciones dolorosas para poder seguir adelante y demostrar una enorme emoción a la hora de escuchar a un otro, a un hermano. Me parece que es la medida justa para seguir con esto, que no te quiebres vos, con tu caso personal, para seguir para adelante, y que puedas desgarrarte de dolor cuando escuchás a una mamá que sufre. El desgarro que te provoca el dolor es lo que te permite entender que hay que seguir adelante con la responsabilidad en la palabra y en la acción, y el respeto y el entendimiento por ese familiar que atraviesa una situación. Yo lo pude sentir.
-FT: ¿Cómo conciliás el lugar emblemático que ocupa Luciano con el hecho de que sea tu hermano?
VO: Todas las situaciones que fui atravesando me obligaron a endurecerme con esta causa, con mi causa, con la causa de mi hermano. Se activó naturalmente algo en mí que tuvo que ver con tener la capacidad de poder ver y escuchar cantidad de situaciones que a otra persona la hubiesen desbordado hace mucho tiempo. A mí no me desbordaron al punto de paralizarme, sino que, bueno, mi cuerpo me acompañó de una forma que fue lo más positivo para mí. Eso significa que me convertí en una persona muy fuerte, lo que no quiere decir que no tenga una sensibilidad, no la demuestro con mi caso personal. Ahora, es imposible que no se me haga esa papa en la garganta, que no se me pongan los ojos rojos, estallados en llanto pero que no largan una lágrima, cuando escucho a otro papá, a otra mamá, a un hermano o una hermana, que lloran la muerte o la desaparición o el armado de la causa de un familiar. Me fue muy positivo en todos estos años haber podido procesar situaciones dolorosas para poder seguir adelante y demostrar una enorme emoción a la hora de escuchar a un otro, a un hermano. Es la medida justa para seguir con esto, que no te quiebres vos, con tu caso personal, para seguir para adelante, y que puedas desgarrarte de dolor cuando escuchás a una mamá que sufre. El desgarro que te provoca el dolor es lo que te permite entender que hay que seguir adelante con la responsabilidad en la palabra y en la acción, y el respeto y el entendimiento por ese familiar que atraviesa una situación. Yo lo pude sentir. Dejé de ver a Luciano como la única persona que me genera ese dolor ante la vida perdida, cualquier carita que se me presenta en una foto, en una nota, es una carita muy familiar para mí y me provoca esa emoción que tiene que ver con la tristeza de haber perdido una vida muy importante para todos nosotros.
-FT: Mucha gente pudo haberse quedado con la idea que intentaron instalar algunos medios luego de aquel 17 de octubre: que las denuncias que ustedes hacían no eran del todo ciertas porque, al fin, Luciano había muerto atropellado por un auto en la avenida General Paz. No sé si alguna vez hiciste el ejercicio de contarle a alguien que no fue así...
- VO: Lo hago siempre. Sale siempre, con un vecino, por ejemplo. Mi paciencia es infinita, y muchas veces tengo bronca. A uno le da bronca que alguien pregunte ingenuamente eso. La única forma de poder seguir adelante en este camino es no escuchar lo que empieza a aparecer en el alrededor. Lo que empezó a surgir, por ejemplo, los primeros días posteriores a la aparición de Luciano, fueron este tipo de noticias que tenían que ver más con la cuestión ligada al accidente de tránsito que a toda la historia que Luciano venía atravesando anterior a la desaparición. Quienes hablaron y pretendieron instalar la teoría del accidente pertenecían, algunos periodistas a medios de comunicación y algunos funcionarios ligados al poder político provincial: en primer lugar, no son fiscales ni jueces, y si lo fueran, nosotros venimos denunciando a una justicia que encubrió esta causa y que tiene que darnos muchas explicaciones con relación al desarrollo de la investigación. Tienen que escuchar, aquellos que salieron a afirmar la teoría del accidente, mi relato. Yo fui la personita que con 25 años iba a ver a personajes ya graduados, doctores, fiscales, jueces, que no atendían la palabra de la jovencita. Fui yo la jovencita de 25 años que dejó tres escritos en mesa de entradas porque no me atendía la fiscal, escritos en los que le pedía que me atendiera porque yo necesitaba decirle algo importante. Luciano venía siendo acosado, lo perseguía la policía. Esa negativa de atender a la familia tuvo que ver con lo que vino después, que es una cadena de impunidad interminab
le. Luciano fue atropellado en la General Paz y estaba en una zona inaccesible. Vivía a quince cuadras de ese lugar y no era un estúpido que no conocía su barrio. Salía del barrio 12 de Octubre, caminaba por la avenida Mosconi, cruzaba el puente para pasar a Capital y recorrer Emilio Castro. A ver, no somos familias que no tienen una comprensión de cómo recorrer unas cuadras y pasar por debajo de un puente para cruzar la General Paz. Luciano pasó por una zona inaccesible, lo atropellaron, es real, pero yo quiero saber por qué. Quiero que me lo aclaren, que me digan: ’Flaca, esto fue un accidente por esto, esto y esto, porque la realidad es que no podemos demostrar otra cosa’. Ahora, si uno lee las declaraciones es suficiente. Luciano cruzó por ese lugar seguramente amenazado por alguien, hay un testigo que no sólo está en mejor condición de la escena total de lo que pasó sino que aparte detecta una patrulla de la Bonaerense al costado de la General Paz y a la cual le hace señas para que venga y asista a Luciano. Esa patrulla sigue camino sin volver. Si uno se pone a investigar la causa, se da cuenta de que la mayoría de los patrulleros que esa noche estaban en funcionamiento de las diferentes dependencias, no contaban con un sistema de localización, por lo tanto no podemos saber los recorridos. Todo esto, lejos de hacerle creer a la gente que esto es un accidente, debería hacerle creer que existe la necesidad extrema de que esta causa sea tratada con un total respeto y que sea investigada desde el principio al final teniendo en cuenta todas las irregularidades que se cometieron y que nacen pura y exclusivamente del aparato policial y judicial.
Vanesa analiza el entramado que desapareció forzadamente a Luciano. No alcanza con un puñado de policías: el Estado entero tiene que responderles. El encubrimiento no es sólo la manipulación de pruebas o la desaparición de evidencia, es también el boicot sistemático a la denuncia. Ella rearma la cadena, eslabón por eslabón, aunque luego haya que agregarle otros con los datos que van a apareciendo, con la verdad que se acerca: “Esa cadena demuestra claramente, en primer lugar, que no hubo una decisión de querer investigar a la policía. Por otro lado, sí existió la intención, y me hago cargo de lo que digo, de ponerle una fuerte presión a la familia para que detuviera su lucha. Nuestros teléfonos fueron pinchados, nos investigaron. Se metió la Brigada de Investigaciones de San Justo en la casa de mi abuela a buscar un pibe autosecuestrado que supuestamente pedía droga a cambio de su libertad. Todos estos personajes que salieron a decir que se trataba de un accidente, si leyeran la causa, se darían cuenta de que en muchos episodios existió la mano oscura de una policía intentando ocultar. Esto te despierta una mínima sospecha. Sufrí la persecución en carne propia a través de las amenazas. Y si mi hermano sufrió nada más que un accidente, como decían estos periodistas y algunos políticos, entonces, ¿por qué nos amenazaba la Policía Bonaerense? ¿Por qué carajo la Brigada de Investigaciones se metió en nuestra casa y presionaba a mi vieja, a los amigos de mi hermano y los amenazaban? ¿Por qué carajo la policía del destacamento de Lomas del Mirador -que ya no tenía que seguir investigando la causa por orden judicial porque la familia presionaba para que la justicia no le diera más esa facultad- seguía investigando aún cuando le estaban diciendo que no lo hiciera más? Nosotros somos esto, no somos nada de lo que nos quisieron inventar, somos esto, salimos del número de dos o tres que le pusimos el pecho y que salimos a pedir, simplemente, que la justicia investigara. No que nos investigara, criminalizara y discriminara, como hicieron con Luciano desde el primer momento".
Vanesa esta sentada frente a una mesa, en la cocina. Flexiona su pierna derecha y se abraza a ella. Tiene los ojos húmedos, pero no llora. Más tarde no podrá evitarlo. Se enfurece cada vez que la subestiman. En su voz se reflejan miles de familiares padeciendo exactamente lo mismo. La burocracia estatal siempre se dispone, antes que nada, a poner en duda la denuncia. Porque es una madre loca, porque es una hermana narcotraficante, porque es un pibe chorro. Porque son pobres. Vanesa levanta la voz. Se indigna. Baja la pierna; la apoya contra el piso y toma aire con tanta profundidad como las cosas que dirá: “Yo no estaba diciendo una estupidez. No estaba hablando estupideces porque iba a buscar a mi hermano a las comisarías. Iba a exigir que me lo entregaran cuando se lo llevaban por averiguación de antecedentes, algo que se puede hacer de otra forma sin tener que llevar al menor y hacerlo sufrir dentro de una celda y diciéndole las barbaridades que le decían a mi hermano. Por otro lado, era un pibe que venía siendo perseguido porque se había negado a robar para la cana".
* * *

La desaparición forzada es un delito de lesa humanidad. Así lo tipifica la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que además establece que el Poder Ejecutivo Nacional tiene la responsabilidad de poner a disposición todos los mecanismos para esclarecerla. No prescribe, porque la acción se sigue cometiendo cada instante en que la persona no está. Es un crimen siempre -siempre- perpetrado por el Estado. Vanesa ofrece su propia definición. “Cuando la policía, la justicia, los medios de comunicación, el poder político, las diferentes instituciones de un Estado democrático, operan para obstaculizar el derecho a la verdad de una familia, eso es una desaparición forzada. Se mantiene y se prolonga en el tiempo porque todos esos actores lo permiten, así como permiten la impunidad a la hora de no jugarse y contar todas las cosas oscuras de esta causa y deciden el facilismo diciéndole a la gente, y faltándole el respeto, que esta causa se trató de un accidente de tránsito. 
Lo encontramos por la lucha y la voluntad de los abogados que laburaron esta causa, de los organismos, de las organizaciones y de todos los referentes que decidieron apostar a que la verdad estaba en las palabras de la familia, no en la mentira de los medios de comunicación ni de algún sector de la justicia que todavía obstaculiza el proceso de verdad y a los que les pedimos que se llamen al silencio y esperen su jury de enjuiciamiento para saber si continúan en su cargo. Ojalá que tanto el juez Banco, la fiscal Celia Cejas y la fiscal Roxana Castelli no trabajen más en el poder judicial. Hay pruebas de sobra para acreditar que no están en condiciones de ejercer ese cargo porque hacen daño y porque han obstaculizado rotundamente un proceso que tiene que ver con el derecho, no sólo del pibe que no está, aunque sea el más importante, sino de la familia para dar con ese cuerpo y saber una verdad que nos ha costado mucho”. (...) Leer

viernes, 29 de enero de 2016

"Luchamos por una sociedad en la que Luciano Arruga jamás hubiese desaparecido y nuestra denuncia jamás podría ser silenciada".

A SIETE AÑOS DE SU DESAPARICIÓN

Luciano Arruga: documento unificado 
a siete años de su desaparición
27 de enero de 2016

 

La Izquierda Diario difunde el documento unificado que se leerá en la jornada cultural que se realizará el próximo sábado 30/01 en Lomas del Mirador.

Nuestro recorrido

Hace siete años, la policía bonaerense secuestraba, torturaba, asesinaba y desaparecía a Luciano Arruga. Sus familiares, amigos, organismos de derechos humanos, organizaciones, partidos de izquierda y medios alternativos nos encontramos a defender nuestras reivindicaciones en esta plaza que lleva su nombre. Hemos demostrado que con la militancia organizada no sólo pueden prosperar las causas particulares de cada familia, sino que también pueden transformarse las leyes, asentarse la jurisprudencia en los Tribunales, condenar pública y políticamente a funcionarios de gobierno e instituciones que integran alguna de las fases de la desaparición forzada de personas.
Cuando empezamos a buscar a Luciano, La desesperante pérdida, falta de conocimiento, sometimiento de clase, el miedo y la soledad estratégica posterior a la desaparición retardaron aún más los tiempos habituales para cualquier investigación, pero -sobretodo- fueron la justificación para la amenaza, la agresión y la persecución. Por eso, porque el Estado está organizado para encubrir y esto es manifestado por sus funcionarios indistintamente por complicidad o por inercia, cuando buscamos a Luciano aquel 31 de enero de 2009 dos veces en el hospital Santojanni, la respuesta fue no. Ningún NN coincidía con la descripción y no podíamos pasar a reconocer a nadie. Luego nos enteramos de que estaba ahí, por eso también pasó meses en una morgue judicial de la Ciudad de Buenos Aires con la nómina administrativa de una persona sin identidad mientras exigíamos su aparición con vida.
El poder judicial es indispensable para completar el círculo de impunidad. Con la desaparición de Luciano nos enfrentamos a una fiscal, Roxana Castelli, que entregó la investigación a la propia fuerza sospechada. También soportamos ser los principales sospechosos por nuestra condición de pobres: el juez Gustavo Banco aceptó en quince oportunidades a lo largo de un año y medio todos los pedidos de la segunda fiscal, Celia Cejas, para pinchar nuestros teléfonos a escondidas. Ante semejante maltrato, nos dispusimos llevar hasta las últimas consecuencias un jury de enjuiciamento que condenara a los funcionarios que se comportaron como si nuestra condición de clase pudiera demostrar una culpabilidad irrevocable. El procedimiento establecido para sancionar a un funcionario de la justicia es una trampa, son sus propios compañeros quienes resuelven las denuncias realizadas.
Por ese motivo es evidente el cajoneo a esta investigación que debería desarrollarse a partir de nuestra denuncia contra Roxana Castelli, Celia Cejas y Gustavo Banco.
Para encarar la búsqueda de una persona desaparecida cuando están sospechadas las fuerzas de seguridad, las amenazas son el punto de partida. Autos de civil que nos vigilaban, patrulleros que encendían las sirenas a la madrugada en la puerta de nuestra casa o personas desconocidas que caminaban cuadras detrás de nosotros.
La policía no sólo tiene la estructura estatal para torturar, asesinar y desaparecer: también el encubrimiento político de todos los estamentos del poder para garantizarse la impunidad. Sólo luchando con absoluta independencia de cualquier gobierno de turno puede quebrantarse ese poder, y por eso logramos encarcelar y condenar por el delito de torturas al policía Julio Diego Torales, que mantuvo encerrado e incomunicado en la cocina del destacamento a Luciano Arruga durante más de diez horas en septiembre de 2008. La jurisprudencia asentada con ese juicio que se desarrolló en marzo de 2015 es histórica: no sólo por la dificultad que implica conseguir las condenas por torturas sino también porque acreditamos con contundencia el hostigamiento sistemático previo al desenlace. La detención juzgada fue crucial por lo traumática, porque allí comenzó la cuenta regresiva. Luciano soportó y sobrevivió a los meses posteriores con pánico a la policía porque sabía que tenía los días contados. Los abogados defensores del torturador Torales son viejos conocidos en La Matanza. Se dedican hace años a defender a la Bonaerense, tienen vínculos directos con el Pro a nivel local y son quienes comandaron la embestida judicial contra nuestro compañero Pablo Pimentel. El presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de nuestro distrito tuvo que enfrentarse a una imputación por extorsión cuando los defensores de la policía asesina de Gabriel Blanco, asesinado en la comisaría de San Carlos en Isidro Casanova, lo acusaron de ofrecer beneficios a los presos a cambio de declaraciones contra los efectivos.
La misma lucha organizada nos permitió caratular esta causa como desaparición forzada y sostener esa figura aún después del hallazgo de Luciano y del intento del entonces gobierno de Daniel Scioli de hacer pasar este asesinato por un accidente de tránsito. El delito de desaparición forzada es de lesa humanidad, no prescribe y se sigue cometiendo a cada momento que la persona no está. En el país no hay un solo funcionario público condenado con esa figura que se tipificó en 2011. La perversa metodología de ocultar los cuerpos data de la última dictadura militar, pero se practica en democracia con la misma impunidad. El caso de Julio López, doblemente secuestrado y desaparecido, es muestra cabal. Las empresas periodísticas cumplen un rol central para garantizar la impunidad sembrando dudas sobre las víctimas, relativizando infundadamente las denuncias de las familias y silenciando explícitamente su voz.
Encontramos a Luciano gracias a la presentación de un hábeas corpus a comienzos de 2014. El poder judicial rechazó el pedido en dos instancias y nosotros apelamos esas decisiones hasta llegar a la Cámara Federal de Casación Penal, que terminó dándole curso. Las medidas tomadas en consecuencia fueron las que permitieron el hallazgo: la reapertura de los archivos de la Policía Científica de la noche del 31 de enero de 2009 arrojó que un NN había sido atropellado en General Paz y Emilio Castro, trasladado por el SAME e internado en el Santojanni hasta que murió luego de una operación y permaneció meses en la morgue judicial de la Capital Federal para ser enterrado en mayo de 2009 “sin identidad”.
Nuestra lucha nos llevó al hallazgo histórico, pero también nos permitió sobreponernos a la versión oficial, “que parezca un accidente”, y demostrar de forma contundente que sí, lo había matado la policía bonaerense y lo había desaparecido el Estado argentino con la perversa colaboración de instituciones de toda índole.
Haberlo encontrado generó medidas probatorias irrevocables: Luciano corría por la General Paz en una zona en que ésta se encuentra a metros de altura y sin acceso peatonal. Para llegar allí, tuvo que trepar un terraplén empinado y saltar una baranda o ser arrojado de un auto. La persona que lo embistió asegura que lo vio desesperado, escapando de algo y que no cruzaba normalmente, sino que corría en diagonal por la vía rápida. Otro testigo declaró que tiene la seguridad de que, en la colectora de General Paz, del lado de Provincia, había un patrullero doble cabina detenido y con las luces bajas. Luciano llevaba puesta ropa que no era suya y toda la evidencia que hoy serviría para demostrar cómo llegó allí, como sus zapatillas y elementos personales, se esfumó. . No es la primera vez que, como método de tortura y forma de exculparse, las fuerzas de seguridad someten a los jóvenes asesinados a situaciones en las que la muerte es ocasionada por algún factor externo. El caso de Ezequiel Demonty sobrevuela esta causa. El joven que fue arrojado al Riachuelo y murió ahogado también fue asesinado por la policía. A Luciano Arruga, en cambio, lo obligaron a correr por la vía rápida de General Paz.
Nuestra Lucha también fue por el cierre del destacamento de Lomas del Mirador, donde Luciano fue visto con vida por última vez, pero también porque en ese mismo lugar se llevaban adelante detenciones ilegales de menores de edad. A fines de 2011, luego de un acampe frente al municipio de La Matanza, conseguimos cerrar el destacamento de Lomas del Mirador. Desde octubre de 2013, gracias a tomar el lugar durante 68 días, nos pertenece absolutamente. Cuando encontramos a Luciano se votó en Senadores la ley de expropiación que cede definitivamente el ex destacamento a la personería jurídica de nuestros compañeros de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza. Hasta el último día de su gestión esperamos con ansias que el ex gobernador Daniel Scioli pusiera la firma que necesitábamos para reglamentar la ley. Scioli, siendo coherente con su habitual comportamiento, nos ignoró sin mediar comunicación. La misma reacción tuvo cuando desde un medio le pidieron explicaciones por el hallazgo tardío del cuerpo de Luciano. Su séquito lo imitó. Ricardo Casal, a quien postulaba como ministro de Justicia si ganaba el balotaje, no tuvo reparo en atacar a esta familia afirmando que la desaparición fue un simple caso hospitalario. Jorge Telerman, entonces vocero del gobierno de la Provincia, también hizo el ridículo emitiendo un comunicado pretendiendo hacernos llegar una solidaridad cínica y dando por sentado que su jurisdicción no tenía incidencia en lo sucedido, aludiendo a “los hechos ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires”, para negar implícitamente la barbarie cometida por su propia policía. Ahora pesa sobre María Eugenia Vidal nuestra exigencia de reglamentar la ley de expropiación y lucharemos hasta conseguirlo. Nosotros luchamos por una sociedad en la que Luciano Arruga jamás hubiese desaparecido y nuestra denuncia jamás podría ser silenciada. Por ese motivo anunciamos antes de terminar esta jornada que el próximo 17 de octubre, a dos años del hallazgo de Luciano, nos encontrarán nuevamente en la calle en una enorme marcha para continuar exigiendo memoria, verdad y justicia.

Nuestra posición

El Estado volvió a demostrar que la maquinaria que funcionó en la última dictadura cívico-militar nunca se desmanteló con el retorno de la democracia: sus instituciones sostienen la misma perversidad de forma selectiva e invisibilizada.
El municipio de La Matanza fue una de las primeras instancias del Estado en rechazar todo tipo de acompañamiento o búsqueda de la verdad en la desaparición de Luciano: el entonces intendente Fernando Espinoza decidió no sólo desoír por nuestros pedidos sino fortalecer a su policía creando una patrulla municipal. El recambio actual de gestión no nos depara algo diferente: la intendenta Verónica Magario trajo a los más importantes líderes de su partido en la provincia de Buenos Aires, que formaron parte de la gestión paupérrima de Daniel Scioli. Las políticas de seguridad tan festejadas por los medios masivos de comunicación son las que nos dejan como consecuencia los 4644 asesinados por las fuerzas del Estado y más de 200 desaparecidos en democracia.
La política llevada a cabo con los NN es ilegal e irregular. Las fuerzas de seguridad, las morgues, el Registro Nacional de las Personas, los médicos que son cómplices, el poder judicial y los cementerios son la maquinaria mafiosa que ejecuta la desaparición forzada de personas en democracia. En el caso de Luciano el encubrimiento en los procedimientos posteriores a su muerte queda manifestado. La política estatal para manipular a los cuerpos “sin identidad” es siniestra, basta recordar las denuncias realizadas por los familiares de la inundación de abril de 2013 en La Plata: personas enterradas dos veces, cuerpos identificados en fosas comunes, junto a cadáveres de perros o fetos. La única excepción estatal en este crimen fue haber encontrado a Luciano.
El nuevo gobierno asume con una intencionalidad más que clara, la emergencia en seguridad a nivel nacional sólo puede explicarse comprendiendo la impronta represiva que se gesta para los próximos cuatro años, junto al intento de imponer un protocolo antipiquetes que no es más que la vía libre para deslegitimar y reprimir las protestas de los trabajadores. El crecimiento del aparato represivo y todas las fuerzas provinciales junto a la creación por decreto de las policías locales en “la década ganada”, es la herencia que necesitaba el macrismo para incrementar los operativos de saturación que para la juventud pobre no son más que control, verdugueo, golpizas, detenciones ilegales y torturas. El gobierno saliente dejó servida en bandeja la estructura para ejecutar la violencia que garantiza el disciplinamiento de los trabajadores: 45 mil policías bonaerenses a los que se sumaron más de 25 mil locales. La formación de la represión en las casas de estudios de nuestra juventud no es casualidad, buscan cooptar a esos mismos jóvenes pobres víctimas de la violencia del Estado y enfrentarlos con su propia clase. El caso de Lucas Cabello, joven baleado por un efectivo de la Policía Metropolitana en La Boca, es muestra contundente de la inclinación del presidente Macri, pero las ya conocidas represiones al hospital Borda, a los terrenos tomados del parque Indoamericano, a la Sala Alberdi o al barrio Papa Francisco, o el funcionamiento durante su primera gestión de la patota de la UCEP son la muestra cabal de que a la organización y las exigencias por necesidades básicas se responderá con palos y violencia.
La impronta del gobierno macrista ya se tradujo en la represión ordenada por Patricia Bulrich a los trabajadores de Cresta Roja y a los de la municipalidad de La Plata que reclamaban por el despido de 4500 compañeros. No es casualidad que, en la misma semana en que el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires emitió un fallo permitiendo que, sin motivos, la policía pueda solicitar DNI a cualquier ciudadano, se ejecute de manera inédita el traspaso de 18 mil policías federales a la órbita de la Metropolitana en Capital Federal. No podría ser de otra manera si hay que someter al silencio y la represión violenta a más de 23 mil trabajadores estatales despedidos. La contracara de esta embestida es el violento ajuste que buscan imponer por la fuerza.
No podría ser posible, si no, que el presupuesto votado en la provincia de Buenos Aires con el aval de los bloques del Pro, el Frente Renovador y el Frente para la Victoria, incremente un 54% la inversión en “Seguridad” restando en áreas como salud y educación. La intencionalidad es sobradamente clara. La arbitraria detención de la militante Milagro Sala, acusada de incitación a cometer delitos y tumulto es un precedente inaceptable para todos los luchadores: cortar calles y hacer acampes y vigilias es la única alternativa que nos queda para reclamar el cumplimiento de nuestros derechos. Exigimos la liberación inmediata.
No se quedan atrás los prontuarios de los funcionarios a cargo de las Fuerzas: el nuevo jefe de la Bonaerense designado por María Eugenia Vidal, Pablo Bressi, es un ex oficial del Grupo Halcón, responsable de la Masacre de Ramallo. Fernando Díaz, el nuevo jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, es el mismo que gestionaba a la institución durante 2005, cuando ocurrió el motín en la cárcel de Magdalena en el que murieron incendiados 32 reclusos en un estado de abandono criminal. La decisión política en materia penitenciaria es que los presos deben ser tratados como escoria y que las cárceles deben estar pobladas de pobres. Los institutos de menores, las cárceles para niños siempre nombradas con eufemismos, se encuentran en un estado de hacinamiento, falta de higiene, violencia y abandono que pocas veces puede ser denunciado ya que los organismos de derechos humanos no consiguen entrar. Las personas alojadas en instituciones de encierro en la Argentina se mueren, además de asesinadas por las fuerzas penitenciarias, por enfermedades medievales.
La noticia de la triple fuga desmanteló una situación de podredumbre feroz hacia adentro de los uniformados: las instituciones represivas son mafias organizadas.
Hasta el último día de la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, los militantes de izquierda junto a organizaciones y organismos de derechos humanos pedimos que la mandataria derogara la ley antiterrorista que denunciamos y que fue impuesta por el gobierno de los Estados Unidos. También exigimos el cese de la judicialización con esa u otras leyes represivas y la persecución a los luchadores populares.
Nosotros seguiremos luchando por alcanzar nuestras reivindicaciones cualquiera sea el gobierno de turno, porque estamos convencidos de que la represión es una característica inherente a cualquier gestión, y como elemento intrínseco para la gobernabilidad es que la repudiamos de plano y la combatimos en unidad con organizaciones y partidos de izquierda y organismos de derechos humanos que conserven la misma independencia. Nosotros luchamos por una sociedad en la que Luciano Arruga jamás hubiese desaparecido y nuestra denuncia jamás podría ser silenciada. Por ese motivo anunciamos antes de terminar esta jornada que el próximo 17 de octubre, a dos años del hallazgo de Luciano, nos encontrarán nuevamente en la calle en una enorme marcha para continuar exigiendo memoria, verdad y justicia. En el marco de este contexto tan adverso y con la imperiosa necesidad de dar muestras contundentes de nuestra capacidad de movilización para frenar los ataques, los familiares y amigos de Luciano tanto como las decenas de organizaciones que firman este documento convocamos a todos sindicatos, centros de estudiantes, organismos de derechos humanos, trabajadores, coordinadoras de estudiantes secundarios, familiares de víctimas de la represión estatal, agrupaciones y partidos de izquierda a la más amplia unidad para salir a la calle con la espalda más ancha que nunca.
EXIGIMOS
- REGLAMENTACIÓN YA DE LA LEY DE EXPROPIACIÓN DEL ESPACIO PARA LA MEMORIA LUCIANO ARRUGA
- LO MATÓ LA POLICÍA Y LO DESAPARECIÓ EL ESTADO
- BASTA DE REPRESIÓN POLICIAL
- BASTA DE PERSEGUIR LA PROTESTA
- DEROGACIÓN DE LAS LEYES ANTITERRORISTAS Y DE TODA LEGISLACIÓN REPRESIVA
- LIBERTAD A MILAGRO SALA
- BASTA DE GATILLO FÁCIL
- BASTA DE DESAPARICIONES FORZADAS
- NI UNA FAMILIA EN LA CALLE, NI UN PUESTO DE TRABAJO MENOS
- JUSTICIA PARA LUCIANO ARRUGA

Convocan
Familiares y amigos de Luciano Arruga - H.I.J.O.S. Zona Oeste - HIJOS La Plata - APDH La Matanza - CORREPI - Justicia por Iara - Comisión de solidaridad con Reina Maraz - SUTEBA La Matanza - Frente Popular Darío Santillán - Partido Obrero - PTS en el Frente de Izquierda - MST - Movimiento Sur - Libres del Sur - Colectivo La Poderosa - Izquierda Socialista - Entre Todos UNLaM - Patria Grande - Frente Popular Darío Santillán CN - El Transformador - Sembrando Rebeldías - Mundanas - Izquierda Revolucionaria - FORA Lomas de Zamora - Colectivo de Fotógrafxs Fotografía a Pedal - Pañuelos en Rebeldía - La Mella en Cárceles - PSTU - Agencia Para la Libertad - Corall - COB La Brecha - Nuevo MAS - Las Rojas - Agrupación Política Hombre Nuevo - Juventud de Hombre Nuevo Fernando Deliens - La Retaguardia-Periodismo Social
Adhieren
Cooperativa La Vaca - Corriente Popular Juana Azurduy - Trabajadores Organizados de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia - Zainuco - Cae Babylon - El Zumbido"

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Luciano-Arruga-documento-unificado-a-siete-anos-de-su-desaparicion