miércoles, 4 de noviembre de 2015

I. Confiemos en la democracia que construyen las luchas abajo:"Creemos que es sumamente necesario desenmascarar y poner en evidencia estas estrategias viles para hacernos creer las mentiras del agronegocio".

“Comunicado de la Asamblea Río Cuarto sin agrotóxicos ante los artilugios de las BPA"

El día 28 de octubre del corriente desde la ASAMBLEA RÍO CUARTO SIN AGROTÍXICOS
asistimos a la Jornada denominada “Salud y Buenas Prácticas-Aplicación de fitosanitarios”,
desarrollada en el Aeroclub de Río Cuarto, promovidas por la Mesa de BPA, Casafe, la Sociedad
Rural, el Ministerio de agricultura, ganadería y alimentos de la Provincia de Córdoba, INTA, y el
Ministerio de agricultura, ganadería y pesca de la Nación.
Esta jornada se desarrolló en el marco de una serie de exposiciones que se vienen
llevando a cabo en todo el país con dos ejes fundamentales: 1) Que no hay daño a la salud por
la aplicación de agrotóxicos ya que es muy bajo el índice de intoxicación aguda a causa de
ellos. 2) En virtud del dato anterior y previa “demostración” en campo de que no hay deriva
mayor a 70 mts, proponen adaptar todas las legislaciones locales a 100 mts. de resguardo para
fumigaciones terrestres y 200 mts. para fumigaciones aéreas.

En la primera parte de la jornada se salió a campo a realizar una fumigación aérea y
otra terrestre, dos compañeros de la ASAMBLEA RIO CUARTO SIN AGROTÓXICOS junto a
funcionarios fueron veedores a pedido de los organizadores del evento. Lo que ellos pudieron
observar es que la técnica utilizada para el registro no mide correctamente la deriva total o
solo un pequeño porcentaje de la misma, ya que no tiene en cuenta el escurrimiento por agua
y sedimentos que pueden afectar cuerpos fluviales y llegar a la población; tampoco el
transporte vertical o lixiviación que puede contaminar las napas o capas freáticas de agua
dulce ni la erosión de lo que queda en el suelo, ni la evaporación o volatilización del
compuesto al momento de la aplicación. Sólo tiene en cuenta el movimiento de la gota líquida
que puede ser una fracción pequeña de lo que realmente deriva y a su vez del tamaño de gota
que pueda detectar la definición del ojo humano ya que se interpreta con el cambio de color
que genera cualquier líquido en la tarjeta hidrosensible colocada a distintas distancias.
Además, puede ser una técnica muy subjetiva porque debido al viento partículas de
polvo y tierra pueden quedar adheridas a las tarjetas hidrosensibles y confundirse con la gota
medida, por lo tanto depende mucho de la interpretación del que lo esté mirando. Asimismo,
el tamaño de gotas que se genera con las pulverizaciones puede tener un mínimo de 5 micras,
imposible de ver para la definición del ojo humano, por lo tanto un gran número de microgotas
podrían estar impactando en las tarjetas pero no podríamos detectarlo.
Por otro lado, sólo se estaría midiendo un pequeño porcentaje que genera la deriva
primaria, es decir la que ocurre al momento de la aplicación, pero no se tiene en cuenta la
deriva secundaria que es la que se genera hasta 24 hs. después de la aplicación que puede
generar la revolatilización de los productos aplicados y movilización por el aire. (Tomasoni
2013) Esto a su vez puede potenciarse por factores climáticos como por ejemplo la reversión
térmica que genera que los plaguicidas no suban ni desciendan por lo que queden suspendidos
en las capas bajas de la atmósfera en contacto con la tierra formando una nube tóxica que se
mantiene estable por mucho más tiempo aumentando la deriva entre 7 y 8 veces (Leiva, P.
2010). Este proceso ocurre en las primeras horas de la mañana cuando sale el sol, o al
anochecer y con vientos inferiores a 7 km/h (Fritz y col.), 2008) y es algo que no se puede
controlar, pero cobra gran importancia debido a que explica casos concretos de intoxicación
como el de una familia de Marcos Juarez, que ocurrió el día siguiente de la aplicación. También
puede visualizarse en los mapas (Bonaparte 2012) de Barrio Ituzaingó Anexo que muestran el
movimiento de los contaminantes 1 hora después de la aplicación.

En los días, semanas o meses posteriores a la aplicación puede ocurrir otro fenómeno
denominado deriva terciaria (Tomasoni 2013) que depende exclusivamente de factores
climáticos y fenómenos físico-químicos que genera que determinados compuestos deriven en
distancias tan lejanas de su punto de aplicación como el movimiento de las capas altas de la
atmósfera lo facilite (Jacob 1999). De esta forma un contaminante puede demorar solo dos
semanas en llegar desde Sudamérica hasta Australia, explicando los casos de plaguicidas
encontrados en Antártida por ejemplo.
En relación a las condiciones climáticas se intentó remarcar que se estaban realizando
en las condiciones más desfavorables, con menor humedad de la adecuada y mayor viento que
lo recomendado, sin embrago bajo esas condiciones aumenta en gran medida la volatilización
de los compuestos, por lo tanto, no puede usarse para justificar que bajo esas condiciones la
deriva es baja, ya que lo que se está midiendo es menor aún. (Tomasoni 2015)
Luego de imponer una visión sesgada sobre la deriva la jornada siguió con unas
ponencias fraudulentas en las que los médicos Martín Alonso (1) y Nilda Gait (2), intentaron
minimizar e invisibilizar la dramática situación sanitaria de la población expuesta a los
agrotóxicos a tal punto de aclamar las virtudes del uso de los mismos, llegando incluso a
sostener la inocuidad del glifosato.
Creemos que “el constante incremento en el uso de agrotóxicos que acompaña este
modelo, que al mismo tiempo extrae nutrientes y agua de nuestros territorios, no puede
soslayarse al analizar los cambios en los modos de enfermar y morir de estas comunidades”
(Verzeñassi 2014)
Si bien son innumerables los estudios que podríamos citar de investigadores
comprometidos (Carrasco UBA, Aiassa UNRC, Mañas UNRC, Marino UNLP, Ávila UNC,
Verzeññasi UNR, Peruzzo UNLP, Lucero UNNE, Páramo) o la extensa recopilación bibligráfica
realizada por Eduardo Rossi sobre los impactos generales del herbicida glifosato activo y
formulado llamada: Antología toxicológica del glifosato(4) en Naturaleza de derechos, 2015,
queremos resaltar uno reciente titulado “Valoración de la exposición a plaguicidas en cultivos
extensivos de la Argentina y su potencial impacto a la salud”(3) debido a que dicho estudio fue
realizado a pedido del Ministerio de Salud de la Nación y presentado ante la Comisión Nacional
Salud Investiga en mayo de 2015, dado a conocer luego de un recurso de Habeas Data
interpuesto por la Cooperativa La Vaca. En el citado estudio coordinado por María del Pilar
Díaz se menciona: “Existen numerosos estudios que describen la presencia de alteraciones
genotóxicas, mutagénicas e inmunológicas que pueden expresarse como asociación con
cáncer, déficit neurológicos y neurocognitivos, de irrupción endócrina, malformaciones
congénitas y problemas de fertilidad y reproducción”. Además “las poblaciones de
trabajadores agrícolas tienen un mayor riesgo de enfermedad de Hodgkin, linfoma no Hodgkin,
leucemia, mieloma múltiple y cáncer de cerebro, estómago y próstata. Desordenes
neurodegenerativos como Párkinson y Alzheimer también han sido asociados a exposición
ocupacional a plaguicidas”. Como resultado del estudio se observa que el área pampeana
obtuvo los mayores índices de exposición a plaguicidas, duplicando el valor promedio del
índice para la región noreste que obtuvo el segundo lugar, cipermetrina y clorpirifos se asocian
con más mortalidad de cáncer de mama. Glifosato y clorimurón con cáncer total en varones.
En poblaciones de aplicadores se encontraron aumentados síntomas generales
cardiorespiratorios, dérmicos y daño genotóxico. A su vez se establece que los niños de estas
familias se encuentran en un contexto de alta vulnerabilidad.

Los médicos que expusieron se jactan de que no hay registros de casos de daño a la
salud porque toman en cuenta sólo casos de intoxicaciones agudas, las cuales son infrecuentes
y casos en los que los intoxicados lograron recuperarse sin dejar secuelas. Pero no tienen en
cuenta que la mayoría de las afecciones a la salud de los plaguicidas son por exposición a
pequeñas dosis de dichas sustancias en tiempo prolongado.
Existe una extensa bibliografía que pone en evidencia las falacias que estos
investigadores sostuvieron a lo largo de toda la Jornada, visibilizando la dramática situación
que sufren las poblaciones a lo largo de las zonas agrícolas, pero no es el objetivo de dicho
documento desarrollar la misma.
Creemos que es sumamente necesario desenmascarar y poner en evidencia estas
estrategias viles para hacernos creer las mentiras del agronegocio, así como denunciar
públicamente a los funcionarios públicos y médicos que avalan con información científica de
dudoso rigor este tipo de posicionamientos.
La estrategia de articulación de todo este mecanismo se cimienta, desarrolla y
proyecta desde la Mesa de “Buenas” Prácticas Agropecuarias (en adelante BPA). BPA es un
protocolo de medidas lanzado por las multinacionales para imputar la responsabilidad por
daños en la salud de la población a causa del mal uso y aplicación de agrotóxicos a los
productores y aplicadores. Si hay contaminación, muerte, pérdida de biodiversidad y demás, es
culpa exclusivamente de la mala utilización de los productos por parte de quienes los
manipulan.
En el discurso único que instalan las BPA, se repite de manera insistente la palabra
sustentabilidad; según Naciones Unidas sustentabilidad es definida como las “acciones que
estando destinadas a satisfacer las necesidades presentes, no se realicen de modo que
comprometan la capacidad de futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”.
Bajo esta óptica no satisfacen necesidades presentes, y por ende no es sustentable acopiar
toneladas de granos en silobolsa para especular con su precio y dejar que el Mercado de
Chicago le ponga un precio a nuestra soberanía alimentaria, no es sustentable producir soja
para alimentar cerdos en Asia, tampoco es sustentable dejar de producir alimentos para
producir maíz transgénico destinado a los agrocombustibles como el bioetanol, y menos aún lo
es el proceso por el cual el paquete tecnológico deja nuestro suelo estéril. El suelo es vida,
contiene comunidades completas de microorganismos, hongos, micro y mezo fauna que
contribuyen a mantener la estructura y estabilidad del suelo y la materia orgánica, que al
exponerse a los plaguicidas mueren junto con las malezas. No es sustentable que junto a los
granos que se exportan se vayan millones de litros de agua y nutrientes. Tampoco que debido
a este paquete tecnológico se perjudique y deteriore genéticamente la salud de la población
actual y futura, la biodiversidad y las economías regionales. “Todo lo que le ocurra a la tierra,
le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él es solo un hilo. Lo
que hace con la trama se lo hace a sí mismo.” Carta del Jefe Noah Sealth a un presidente
norteamericano (1854).
Si recorremos las definiciones de BPA, encontramos una visión mercantilista de la vida.
Se habla de productos, de consumidores, de productores, de explotación, pero no de
biodiversidad, ecosistemas, ecología, de alimentación sana, de respeto por la naturaleza ni de
poblaciones expuestas. Y por si fuera poco, bajo ningún punto de vista garantizan la inocuidad
ni pueden evitar los efectos adversos del uso de plaguicidas. Utilizar de la mejor manera el
producto, con la boquilla justa, el coadyuvante adecuado, el surfactante o antiderivante, el
tamaño de gota indicado con las óptimas las condiciones climatológicas, no impide la deriva ni
la contaminación. Una vez que se retira el aplicador sucede lo inevitable: la deriva secundaria y
terciaria, que no se puede controlar, por el simple hecho de que no se puede controlar el
clima. La deriva secundaria es solo una función de la interacción de factores climáticos con los
plaguicidas. Además las BPA son inviables en la práctica ya que no hay casos en todo el país de
que un inspector haya verificado la presencia de un ingeniero agrónomo, las condiciones
climáticas adecuadas, la receta fitosanitaria, tomado muestras del tanque, lo haya
protocolizado y lo haya hecho analizar (Tomasoni 2013), por ende las BPA son incontrolables.
Desde su creación con FAO en el año 2004, la Mesa de BPA ya lleva más de 10 años de
existencia y no se avizora el más mínimo avance en seguridad sanitaria.

El desarrollo de la jornada continuó con la disertación de José María Peralta,
Intendente de Colonia Almada, y Juan Carlos Scotto, Intendente de Corralito cuyas ponencias
están muy enfrentadas con muchísimas otras experiencias de intendentes que han puesto
como objetivo prioritario de su gestión la salud de sus conciudadanos. Los mencionados
dijeron haber “mediado” entre los productores y los ciudadanos en la imposición de zonas de
resguardo mínimas de 100 y 200 mts; a contraluz de experiencias como la de Alta Gracia, en la
que luego de un año de prohibición de fumigar a menos de 1500 mts pudo ponderar que las
mejoras en la salud de su población eran inconmensurables ya que habían disminuido
considerablemente las consultas por alergias, asma, problemas en la piel y consultas
oncológicas, afirmando que no daría marcha atrás a dicha ordenanza debido a tamaños
beneficios.
Nunca hubo una verdadera instancia de debate, debido a que constantemente fuimos
interrumpidos, cuando no silenciados, y las veces que se respondieron nuestras preguntas fue
con evasivas inconsistentes, y carentes de contenido. Se utilizó la presencia de la Asamblea
para legitimar toda la jornada como plural, y para enarbolarse como abiertos y democráticos
siendo que fuimos silenciados y ninguneados. Fue sólo una catarsis de argumentos falaces y
unívocos, ya que en los paneles no hubo disertantes con otros puntos de vistas ni un panel de
afectados por fumigaciones, quienes en cambio sí estaban entre el público presenciando con
dolor cómo les mentían en la cara. Un debate implica que ambas partes puedan exponer sus
ideas en igualdad de condiciones y con respeto. En pos de su defensa de una ciencia
supuestamente ascéptica y rigorista, de la cual dudamos profundamente sobre dichas
bondades, pecan de estrechez conceptual al no incorporar visiones multidisciplinarias.
Según el Ingeniero Perez, trabajando para Syngenta, una gota de agrotóxicos chica (5
micras) puede alcanzar 4800 mts con viento leve de 4,5 KM por hora; y con reversión térmica
esa distancia se multiplica por 4 o 5. Por lo tanto consideramos que el fundamento de que 100
o 200 mts sea una distancia segura nos parece una falta de respeto a todas las poblaciones que
están sufriendo las consecuencias de este modelo productivo que desprecia la vida.
El discurso corporativo que se intenta instalar oculta las consecuencias del modelo
productivo hegemónico, pero peor aún, atenta contra las posibilidades de producir de otra
manera, de hacer agroecología en armonía con el ambiente y las comunidades, respetando la
tierra como un cimiento de vida que nos precede y que nos sobrevivirá, el cual entregaremos a
las futuras generaciones. Se invisibiliza tanto la alternativa, que para este discurso hegemónico
las zonas de resguardo son zonas improductivas, que no les generan rentas, en cambio de
verlas como lo que verdaderamente son: zonas de protección para que los efectos nocivos de
las fumigaciones no lleguen a afectar la salud de las personas, y zonas para el desarrollo
agroecológico.
Asamblea Rio Cuarto sin agrotóxicos - 2/11/2015


rio4sinagrotoxicos@gmail.com

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