domingo, 15 de febrero de 2015

Averigüemos qué hay detrás detrás de esa polarización y porqué ésta es funcional al avance del capitalismo local del mundializado.



El fiscal especial de la causa AMIA fue encontrado sin vida ayer por la noche en su departamento de Puerto Madero. Hoy debía presentarse ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados para explicar la denuncia que realizó contra la presidenta Cristina Fernández y funcionarios del Gobierno nacional. La feroz interna en la Secretaría de Inteligencia, las vinculaciones de Nisman con la Embajada estadounidense y los archivos que el Estado nacional se niega a abrir, son elementos que juegan en primer plano a la hora de analizar cualquier hipótesis. 

Por ANRed
El escenario político nacional se torna cada vez más turbio, espeso y oscuro a pesar de que el año electoral recién comienza. En ese marco, enero empezó con pesadas denuncias, acusaciones, operaciones, y ahora también una muerte que tiene por detrás una trama de encubrimientos que no sólo involucra al poder político nacional (opositor y oficialista) si no que tiene implicancias mayores.
El fallecido es el fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman. Fue encontrado sin vida ayer por la noche en su departamento de Puerto Madero, junto a un arma de fuego y un casquillo de bala calibre 22. Hoy debía presentarse ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados para explicar la denuncia que realizó contra la presidenta Cristina Fernández e importantes funcionarios del Gobierno nacional, a quienes acusó de pactar con la República Islámica de Irán la protección de presuntos partícipes del atentado a la mutual judía.
Mientras se aguardan los resultados de las pericias, que se revelarían por la tarde, cabe poner en contexto la situación. Nisman, a la hora de efectuar su denuncia pública –de la que nunca difundió demasiados detalles– aseguró tener en su poder escuchas en las que figurarían diálogos entre agentes de inteligencia nacionales y autoridades iraníes. Pero estas aseveraciones no se realizaron en cualquier momento, si no que fueron hechas en medio de la feroz interna de los servicios de inteligencia argentinos, que se viene desarrollando desde hace varios meses.
La Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA)había emitido un comunicado sobre la denuncia del fiscal, en el que aseguraba que a diferencia de presentaciones anteriores: “Esta vez, lo hace en nombre y en defensa de una de las fracciones del Estado, concretamente la del Servicio de Inteligencia, oponiéndolo a la dirección misma del Estado, en la figura de los funcionarios del gobierno. Su denuncia no involucra a la misma SIDE, principal responsable del encubrimiento durante veinte años. Nisman acusa a la Presidenta en defensa de la ‘otra política’ de encubrimiento, la de Stiusso, que la SIDE construyó durante años al servicio del gobierno de Kirchner”.
Por otra parte, hay otro dato de importancia: Nisman apareció involucrado en diálogos constantes e intensos con la Embajada estadounidense y el FBI según las revelaciones de Wikileaks de archivos confidenciales, donde el fiscal rendía cuentas ante las autoridades norteamericanas sobre sus pasos en la causa AMIA y el intento de desviar la atención de la “pista siria” para enfocar los cañones en la “pista iraní”.

El ventilador de Stiusso

Antonio “Jaime” Stiusso es un exfuncionario de carrera de los servicios de inteligencia. Fue el mandamás de la ex SIDE, y tuvo cercanía con todos los gobiernos, incluido el de Néstor Kirchner. De hecho, permaneció en la Secretaría de Inteligencia (SI) hasta fines del año pasado, momento en que se decretó su salida tras un prolongado enfrentamiento con el Jefe del Ejército, César Milani. El problema es que tras su expulsión, prendió el ventilador aduciendo tener información sobre la causa AMIA, datos que después son tomados por Nisman para efectuar la denuncia.
En una entrevista realizada por Revista Noticias, del 13 de diciembre del año pasado, cuando el periodista le pregunta “¿Quién atentó contra la AMIA?”, Stiusso responde: “Esos temas son secretos de Estado. Yo no te puedo decir a vos quién voló la AMIA, porque yo dependo de lo que tengo que informar a la Justicia….”. “¿Pero Usted sabe quién voló la AMIA?”, insistió el periodista. “Yo tengo que laburar y presentar las cosas. Eso no te lo puedo decir a vos”, sentenció.
APEMIA criticó la denuncia de Nisman asegurando que: “Pese a hacer circular un resumen para la prensa, el Fiscal se niega a mostrar la acusación, negándose a la entrega de una copia por ‘contener información clasificada’. Se trata entonces de una nueva maniobra en la ‘guerra’ con los Servicios de Inteligencia nacionales e internacionales”. A lo que luego se agrega: “El fiscal que viene a denunciar nuevos delitos es parte de las viejas maniobras de encubrimiento. Pese a los varios decretos firmados por Kirchner que aluden a abrir la información de la causa AMIA, el Fiscal defiende los mismos métodos de Stiusso y el gobierno en nombre de los ‘Secretos de Estado’”.

Secretos de Estado y encubrimientos

La mencionada agrupación por el esclarecimiento de la masacre de la AMIA había difundido un comunicado el 20 de diciembre del año pasado, ni bien Stiusso había dejado de formar parte de la SI, en el que se metía de lleno en los puntos oscuros de la interna de los servicios de inteligencia.
“El hasta ayer responsable de la inteligencia nacional reconoció que el atentado a la AMIA sigue siendo un Secreto de Estado. Con una sola frase admitió que no hay investigación que valga. Bien mirado, tampoco acusó a Irán como sí lo hizo en el pasado, relativizando así la importancia del Memorando en sus disputas con el gobierno nacional. Desde entonces, Stiusso no fue desmentido desde ninguna oficina del poder. Por el contrario: pese a las tensiones de la ‘interna’, los secuaces de Stiusso y Milani cierran filas para proteger esos secretos de Estado y continuar garantizando la impunidad del atentado. Por esta razón, sus dichos y el consentimiento tácito de los nuevos funcionarios de gobierno son de una enorme gravedad...”, señalaba APEMIA.
Más adelante, el comunicado agregaba: “En defensa de los ‘Secretos de Estado’ los sucesivos gobiernos promovieron y consintieron toda clase de maniobras: armaron juicios fraudulentos que aseguraron la libertad de todos los imputados, prometen nuevos juicios por encubrimiento, manipulan supuestas investigaciones internacionales y acusan -o dejan de acusar- a Siria y/o Irán. Todo ello con la complicidad de la dirección de DAIA/AMIA y los grupos de familiares integrados a las distintas políticas del Estado”.

“El sólo hecho que, después de veinte años, quien dirigió la ex SIDE reconozca oficialmente que aún existen Secretos de Estado y que nadie lo desmienta, explica por sí mismo el papel criminal del Estado argentino en la comisión del atentado y en su posterior encubrimiento. Los dichos (y hechos) de Stiusso ratifican que, con el gobierno de Kirchner, continuaron las políticas que dieron lugar a la ‘vergüenza nacional’ que prometían superar”, remarcaba.
Luego, APEMIA preguntaba, y respondía: “¿Acaso el recambio en la dirección de la SI modifica esta situación? No. Al igual que Stiusso, la nueva dirección de Milani/Parrilli/Mena no cuestiona los Secretos de Estado. Milani, imputado por la desaparición del soldado Ledo, guarda el secreto de las responsabilidades que tuvo el Ejército en el atentado terrorista de Río III. Mena, a quien se presenta como conocedor de los detalles de la causa AMIA, no vino a deschavar viejos secretos sino a “apretar” jueces y habilitar nuevos secretos”.
“En su carácter de ex Secretario del Ministro de Justicia, Mena no es un novato a la hora de manejar jueces. Un día antes de que Stiusso abriera la boca, Mena le exigió a la Cámara de Apelaciones investigar el papel del ex ministro Corach en el encubrimiento del atentado a la AMIA. Sin embargo, el Estado al que él representó en la audiencia sigue sin entregar las pruebas aún secretas de esa acusación. ¿Las aportará ahora como interventor de la SI, cuando Menem es un aliado privilegiado del kirchnerismo para no ser acusado en ninguno de los tres atentados terroristas cometidos bajo su mandato?”, señalaba.
“Bajo la dirección única de la Inteligencia en manos de Milani, la nueva conducción de la SI no viene a abrir los archivos de los atentados a la AMIA o de Rio III, sino a reforzar el Secreto de Estado y el encubrimiento”, sentenciaba el comunicado.

Una CONADEP de la AMIA


Ante este oscuro panorama, los integrantes de APEMIA proponen la constitución de una CONADEP de la AMIA: “Propusimos constituir una Comisión Investigadora en el ámbito parlamentario con acceso irrestricto a los archivos secretos para determinar las responsabilidades nacionales e internacionales que correspondan por la comisión de este atentado terrorista de Estado, y su posterior encubrimiento”. Sin embargo, señalan: “El debate por la creación de esta Comisión está siendo bloqueado tanto por el gobierno de Cristina Kirchner como por los opositores Massa y Macri y las direcciones de DAIA y AMIA”.
Fuente: http://www.anred.org/spip.php?article9186

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Laura Guinsberg: "Los servicios de inteligencia 
se han refinado durante la democracia"
11 de febrero de 2015

Por: LA RETAGUARDIA
Escuchar la voz de Laura Ginsberg es atrapante. No solo por su manera de comunicar, sino, fundamentalmente, por lo que apunta en cada pensamiento. Su voz es una de las pocas que, desde Apemia (Asociación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA), ha mantenido la coherencia de la búsqueda de la verdad. Durante una de las emisiones del programa radial Sueños Posibles, Guinsberg dialogó con Alfredo Grande e Irene Antinori. De la charla también participó Gerardo Duré.

-Sueños posibles: ¿Te parece una respuesta contundente la disolución de la SIDE, que tiene que ver con esclarecer el hecho o que forma parte de una muy oscura y miserable red de complicidades que en este momento, lamentablemente, como fue el ocultamiento de la masacre de AMIA, empieza a ponerse en superficie?

-Laura Ginsberg: En primer lugar, es importante clarificar que aquí no hay ninguna disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI) por parte del Gobierno. El Gobierno habla de disolución, pero lo que está planteando es una reformulación de los servicios de inteligencia de nuestro país. No se disuelve la SI, sino que burocráticamente se rearma, se reformula, en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), de donde lo único que se puede desprender es que los métodos del espionaje van a continuar. En todo caso, el apuro y la manera deformada que la presidenta encontró hablando de disolución de los servicios de inteligencia sólo responden a tratar de poner paños fríos a la crisis política brutal que desencadenó la muerte de Nisman. Esto hay que ponerlo de relieve porque en ese apuro, en esa desesperación que tiene el Gobierno por cantar quiero retruco e ir por más, llamó a sesiones extraordinarias al Parlamento para debatir un proyecto de ley -que parece que ya tienen resuelto- de reformulación de la SI. A nuestro entender, no se trata de una disolución y por tanto es una maniobra más para tratar, de alguna manera, de bajar el nivel de indignación y consternación del conjunto del pueblo argentino ante la muerte del fiscal. Sin duda puso de relieve -y aparece indisolublemente vinculado- el accionar que durante toda la historia reciente de nuestro país, y en particular los últimos veintiún años de impunidad de la masacre de la AMIA, han jugado un papel indiscutible. Los servicios de inteligencia son el hilo conductor del encubrimiento y de la perpetración del crimen desde el año 94 para acá.

-SP: ¿Creés que este encubrimiento también tiene un nivel judicial y cuánto podía, o no, Nisman tener que ver con esto?

-LG: La construcción del encubrimiento por supuesto que pasó por el Poder Judicial, sin duda. Lo que pasa es que fue un accionar delictivo en el que también intervinieron los otros dos poderes del Estado, el Ejecutivo y el Legislativo. Por eso nosotros decimos que el Estado argentino es el responsable del encubrimiento de la masacre de la AMIA, y quien encubre un crimen también tiene responsabilidad criminal. El Poder Judicial ha jugado un papel determinante, no menor, como producto de que todos los jueces federales han trabajado en connivencia con los servicios de inteligencia para encubrir la responsabilidad del Estado argentino en el atentado contra la AMIA.
Para nosotros no es novedoso porque es la denuncia que venimos sosteniendo hace muchísimos años, pero puesto así en estos términos, lo terrible es que esto lo dicen los hechos. En este país la muerte de Nisman puso en alerta a todo el pueblo argentino, que tiene una claridad meridiana acerca de que la muerte de Nisman está vinculada al espionaje en nuestro país. Y a la impunidad en el tema de la AMIA. ¿Cuál fue el papel que jugó Nisman? Nisman fue el fiscal designado por el ex presidente Néstor Kirchner para construir la construcción internacional del atentado. Nosotros nos hemos reunido en más de una oportunidad con el fiscal, cada vez que él producía un dictamen nosotros le pedíamos copia, lo leíamos y confrontábamos con él, diciéndole que para poder sostener todos sus escritos jurídicos necesita tener una prueba que no tiene. En todo caso, si existe, el Estado argentino y Nisman específicamente la ocultaron. Nisman fundaba sus dictámenes en prueba secreta a la cual nosotros nunca tuvimos acceso.
¿Por qué seguir abonando una conexión internacional que no pudo demostrar, cuando sí tenemos probada una local, que el propio Gobierno de Kirchner mandó a liquidar después del juicio oral que terminó en 2004? Nisman fue funcional a las políticas del Gobierno de los Kirchner para terminar sacando cualquier posibilidad de acusación al Estado argentino para ponerlo en la responsabilidad del régimen iraní a más 15 mil kilómetros de distancia.

-SP: Estás señalando que esta insistencia en la responsabilidad del Gobierno iraní es una manera de encubrir la llamada conexión local (que más que conexión, es el aparato de seguridad local), es una operación hecha directamente por argentinos contra otros argentinos. Sería una situación de una gravedad inusitada, porque plantearlo como que es una potencia extranjera en parte alivia. Poner en superficie que hay argentinos que conspiran contra otros y los asesinan hace que la idea de la democracia se vaya un poco al diablo.

-LG: No solo los alivia, sino que los exculpa, que es lo que el Estado argentino estuvo buscando todos estos años. Cuando el contexto internacional cambió y Obama y el Departamento de Estado dejaron de acusar a Irán para buscar tender puentes y hacer negociaciones con ellos y reducir y terminar con el conflicto bélico en Medio Oriente, el Gobierno de Cristina Kirchner pega un giro y va a una negociación a través del acuerdo del memorando. Es en ese momento, hace dos años atrás, y antes también, que comienza la crisis en relación al trabajo de la Fiscalía de Nisman. Es ese momento en que Stiuso -que parece que ahora es el hombre que gobierna todo incluido el propio Gobierno, lo cual es un disparate- empieza a tener también tensiones como representante de una facción de la SI que abonó durante todos estos años la conexión internacional. Pero esto fue por mandato del Poder Ejecutivo.
Entonces, si no ponemos las cosas en su lugar, lo único que se genera es muchísima confusión y la sensación de que estamos en manos de gente que puede llegar definitivamente a haber incidido en la muerte del fiscal Nisman, ya sea que haya sido suicidio o asesinato.
Si el día de mañana hay una versión oficial de cómo fue la muerte de Nisman, yo les puedo asegurar que el imaginario del pueblo ya no se va a sacar la idea de que Nisman murió por intervención de los servicios de inteligencia de este país bajo la orden de su mandante, el Gobierno nacional. Eso no se lo saca nadie de la cabeza.

-SP
: Se ha dicho mucho que, como el más perjudicado por esta muerte es el Gobierno, eso funcionaría como una prueba en contrario; el más perjudicado no puede ser el responsable.


-LG: Pero esto también se escuchó respecto del atetando. Respecto del atentado a la AMIA, la presidenta se pone como víctima, no como victimaria. Ya lo han hecho en el pasado en más de una oportunidad. Cuando la presidenta y su marido hablaban en las Naciones Unidas, se presentaba al Estado argentino como víctima del terrorismo internacional. Cuando ocurrió el atentado a la AMIA, en el planeta tierra no se hablaba de terrorismo internacional; se empezó a hablar en el mundo después de la voladura de las Torres Gemelas en 2001, no en 1994.
Cuidado, porque este juego perverso que tiene el Gobierno de mostrarse como víctima, cuando en verdad es el victimario y el constructor de veintiún años de impunidad, a lo único que ayuda es a confundir a todo el mundo, y nosotros decimos que hay que terminar con la confusión. Porque el Estado argentino es responsable y la manera de salir de esta encrucijada en la que sistemáticamente nos ponen de tanto en tanto, porque son inútiles y han tomado la decisión de no esclarecer el crimen de la AMIA, es conformar una comisión investigadora. La investigación de este hecho criminal, el contexto en el que ocurrió, las motivaciones por las cuales se encubrió durante veintiún años no puede estar en manos de esta gente, no puede estar en manos de este Poder Judicial que está corrupto hasta la médula; tiene que estar en manos nuestras, por eso la propuesta de comisión investigadora integrada, en su amplia mayoría, por referentes de la vida nacional, por luchadores del ámbito de los derechos humanos, por organizaciones sociales, intelectuales, periodistas, historiadores. No puede estar en manos de esta gente. Y por supuesto una comisión a la cual también nos integraríamos los familiares de las víctimas.
Ahora, para que todo esto resulte, el Estado argentino tiene que entregar toda la documentación que sigue ocultando.

-SP: Planteás algo así como una Conadep de la AMIA.

-LG
: Sí, con características algo diferentes, en el sentido de que se trata de una comisión investigadora que nosotros proponemos que funcione en el marco del Parlamento como una representación de diputados y senadores minoritaria. Las decisiones que vayan a tomar esa comisión no van a estar en manos de diputados y senadores, sino que la amplia mayoría va a estar en manos de personalidades independientes de trayectoria incuestionable. ¿Quién puede cuestionar a Adolfo Pérez Esquivel, a Nora Cortiñas?


-SP: ¿Quién tendría que autorizar que funcione esa comisión?

-LG: Nosotros hemos presentado un proyecto de ley en junio del año pasado para que se debata en el Parlamento. Queremos dar un debate, que haya un debate democrático. Queremos mostrar que hay una salida para poder conocer la verdad y así después poder exigir el juicio y el castigo a los culpables. Nunca hubo una comisión investigadora del atentado a la AMIA. ¿Qué podemos esperar de esta gente que se tira con carpetas de los espías de un lado y del otro del mostrador y mientras tanto nos siguen matando? Esto es lo que pone sobre el tapete la muerte del fiscal Nisman. Se acabó. Acá la confianza respecto de la protección que nos puede brindar el Estado es nula. Estos servicios de inteligencia, que bien se consolidaron durante los tiempos de la Dictadura, se han refinado durante la democracia, por eso ocurrió el atentado a la AMIA.

-SP
: Según tu opinión, la disolución no disuelta de la SIDE, ¿termina dándole más poder a Milani?


-LG: Definitivamente. Esta reorganización que Cristina Kirchner propone a través de un proyecto de ley el único objeto que tiene es ungir a Milani como el jefe máximo de la inteligencia nacional. ¿Y todo esto en nombre de que se va a esclarecer el atentado a la AMIA o la muerte de Nisman? Ya sancionaron una ley antiterrorista, que en su primer párrafo de fundamentación dice que es necesaria esa ley para poder esclarecer los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA. ¿Qué esclarecieron con la ley antiterrorista? Para lo único que sirve es para reprimir y perseguir a los luchadores populares y periodistas, como el compañero de Santiago del Estero. En nombre del esclarecimiento del atentado a la AMIA, este Gobierno ha hecho cualquier porquería, menos permitir la conformación de una comisión investigadora y mostrar los archivos secretos.

-SP: En un reportaje radial mencionaste que fue la primera vez que un funcionario de Gobierno, concretamente Alejandra Gils Carbó, había recibido a Apemia. ¿Podrías comentar algo de esa entrevista?

-LG: La procuradora nos llamó, como lo hizo con las otras organizaciones de familiares, para preguntar nuestra opinión respecto de si había que designar un fiscal o un grupo de fiscales. Nosotros le dijimos que no se trata de hablar de nombres, por más probos que sean; acá se trata de decidir a dónde quieren ir. ¿Van a ir por la pista iraní, van a investigar la denuncia que hizo Nisman? ¿Qué van a buscar? Ese es el punto. Pero ellos insisten en abonar el camino que transitaron hasta acá, y nosotros le advertimos a la procuradora que si insisten en esa vía, van a seguir abonando el encubrimiento, y nosotros, por supuesto, seguiremos denunciando que el Estado no quiere constituir una comisión investigadora porque, evidentemente, ha decidido que este tema quede en el limbo hasta el próximo escándalo, que espero que no sea otra muerte.

-SP: Desde una mezcla entre lo profesional como psiquiatra y como militante político, descarto totalmente el suicidio, porque las evidencias apuntan en sentido contrario. El suicidio de personajes como Nisman, en general, son heroicos o épicos, y no el que trasciende que ha sido: en un baño, de una manera sumamente precaria. Creo que estamos frente a un asesinato, no en el Senado de la Nación, pero sí en la entraña del Poder Judicial de la Nación. En ese sentido, esto es una gravedad brutal. Apemia ha realizado una marcha.

-LG: Junto con otras organizaciones, la CTA Autónoma, organismos de derechos humanos, agrupaciones políticas, convocamos a concentrarnos frente al Congreso el miércoles 4 de febrero a las 17 y marchamos hacia Plaza de Mayo a exigir el esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman, el esclarecimiento de la masacre de la AMIA, la conformación de una comisión investigadora y la apertura de los archivos secretos y la disolución efectiva de los servicios de inteligencia. Esto es un reclamo indispensable para poder arrojar luz sobre hechos que llevan muchos años de impunidad, y ha quedado demostrado que los Gobiernos anteriores, y este en particular porque lleva doce años de los veintiuno de impunidad que tenemos desde el atentado a la AMIA, han sido encubridores de cualquier posibilidad de investigación y conocimiento de la verdad.

-SP
: A esta altura se puede hablar de copartícipes necesarios, más allá de cómplices. Porque, como bien decís, el que encubre un delito es cómplice, pero si el que lo encubre es el Estado, es copartícipe. Quiero decir: no se hubiera podido realizar ese delito si no se contaba ya con la complicidad Estado.

-LG
: Definitivamente.


-SP: Lo cual hace a una situación de extrema gravedad institucional. Hay una película importantísima, V de Venganza, en la que la hipótesis del Estado armando atentados para sostenerse cada más despóticamente en el poder parece ser una constante.

-Gerardo Duré: Desde nuestra perspectiva, nos planteamos muchas veces que hay un Estado opresor que sigue a través de los tiempos y a través de los siglos -esto es bíblico- sosteniendo el poder a como dé lugar. ¿Qué tenemos que hacer como pueblo cuando sabemos que tantas personas que piensan, como vos y como yo, que aquí hay encubridores, ejecutores, verdugos, y que hay actores intelectuales a los que estamos votando desde hace muchos años?

-LG: Creo que la respuesta la venimos dando desde hace ya muchos años. Hay que explicar, explicar, explicar; hay que debatir, movilizarse, denunciar e intervenir, justamente, para mostrar que hay una salida, una posibilidad de esclarecer los crímenes. Siempre es fundamental no perdamos este canal de intervención. Por supuesto que la relación de fuerzas siempre es desfavorable, pero indiscutiblemente esta gente va de fracaso en fracaso y ya no lo pueden sostener más. La orientación de una comisión investigadora para el crimen de la AMIA va a abrir caminos para que esto pueda ser tomado incluso en muchos otros casos de crímenes que permanecen impunes en nuestro país. La AMIA es una causa nacional, no es un problema importado del Medio Oriente, no es problema de una conexión internacional, que aun cuando hubiera existido, necesariamente tenía que contar con un soporte local. Lo que está en nuestras manos es exigir, explicar los argumentos, movilizarse, intercambiar y compartir estas experiencias para demostrar que este Estado no puede darnos respuestas, no puede darnos la verdad que estamos queriendo saber desde hace tantos años, y mucho menos, justicia.

Laura Guingberg, desde Apemia, ha sido una de las pocas voces que no ha cambiado sus opiniones acerca de la voladura de la AMIA según las conveniencias político-partidarias. Eso no es poca cosa en tiempos en que muchos navegan entre la teoría del suicidio y la del asesinato, de acuerdo -casi- a cómo se levantan esa mañana. La confusión, por ahora, continúa intacta.
Fuente: http://www.argenpress.info/2015/02/laura-guinsberg-los-servicios-de.html


Consideremos qué sucedía a fines de 2014



PRESUPUESTO 2015
Cesar Milani: El Gobierno invierte en espionaje
9 de octubre de 2014

El proyecto de presupuesto para el año próximo que el oficialismo elevó para ser tratado y votado en Diputados tiene pautado un fuerte aumento para el área de Inteligencia del Ejército. El dinero destinado a espionaje será de $ 568,5 millones, un 31,8% más que este año. César Milani, hombre fuerte del gobierno, especialista en esta área, parece tener así un nuevo espaldarazo.

La fuerza que dirige Milani recibe este aumento, mayor que el de otras áreas. Por caso, y para tomar como parámetro las áreas que se dedican a inteligencia y espionaje, la Secretaría de Inteligencia (ex Side) tendrá un crecimiento presupuestario del 16%.
La distribución de los $ 836,9 millones destinados al aparato de inteligencia militar será realizada en 2015 de la siguiente manera: $ 568,5 millones para el Ejército; $ 123 millones para la Armada, y $ 104 millones para la Fuerza Aérea. El Ministerio de Defensa se reservará para su servicio de inteligencia $ 40,7 millones, según informó La Nación.
Ni el estado ni la justicia han hecho lugar a los reclamos de los organismos de derechos humanos y los familiares de las víctimas como la del ex conscripto Ledo que tienen fundadas sospechas para solicitar que se impute a Milani y se investiguen las denuncias. Por el contrario, la señal es de absoluto respaldo para el militar e irritante para el movimiento de derechos humanos que no está comprometido con el gobierno.
Este aumento para las tareas de inteligencia del Ejército se da en el marco de una serie de denuncias alrededor del sobreseimiento de personajes como Gerardo Martínez sobre quien se ha demostrado a través de las listas entregadas por el propio gobierno, que revistió durante la dictadura, en el Batallón 601, es decir: era un buchón destinado a marcar trabajadores.
Se da también mientras las denuncias de infiltración en las manifestaciones de la Panamericana, que se denunciaron y fueron conocidas mundialmente a través de la actuación del llamado “gendarme carancho” y de la destitución luego del escándalo provocado, del Coronel Galeano, “el canoso de barba”, exjefe de Inteligencia del Cuerpo de Ejército de Córdoba, que se infiltraba en las movilizaciones de los obreros de Lear.
El aumento para tareas de Inteligencia del Ejército se da el marco, por si fuera poco, de la presentación del proyecto de ley por parte del diputado del PTS en el FIT Nicolás del Caño, acompañado por Myriam Bregman, abogada del CeProDH, que establece que se derogue el Decreto Ley 9.021/63 que instituye el Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal Argentina y su decreto reglamentario 2.322/67. Es decir un proyecto que va claramente en contra de toda actividad paraestatal de informaciones y de inteligencia como es la de este Cuerpo especial de la Federal. De allí salió nada menos que el espía infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh, Américo Balbuena.
Esta ayudita a Milani no deja tranquilo a ninguno de los sectores que vienen denunciándolo ni a quienes rechazamos el espionaje como método para perseguir y armar causas penales, vale el famoso Proyecto X como botón de muestra.
Las tareas de inteligencia, a manos de fuerzas armadas o de seguridad, destinadas a espiar a los luchadores, movimientos sociales, estudiantiles y de trabajadores deben ser abolidas de inmediato.
“Como ya lo es de la comisión interna de Kraft, Pepsico y otros sectores combativos de los trabajadores, esta lucha (por desmantelar los aparatos de inteligencia contra los que luchan NdE) debe ser bandera de todo el movimiento obrero, popular y estudiantil que lucha o va a luchar por sus derechos” señaló Myriam Bregman en diálogo con La Izquierda Diario.




Fuera Milani, fuera la Side
28 de diciembre de 2014 

 Por Marcelo Ramal
La crisis política saca a la luz un Estado de “servicios”

El kirchnerismo ha concluido 2014 con una velada crisis de gabinete, en torno de la crucial cuestión de los aparatos de represión e inteligencia que él mismo prohijó a lo largo de una década. No es un secreto que la destitución de los jefes de la ex Side fueron la reacción oficial a la filtración de datos sobre las corruptelas K, desde los “servicios” hacia la justicia. Sin ir más lejos, la mayor de esas denuncias -la operación de lavado de dinero entre Lázaro Báez y los K- habría sido provista a los jueces desde las usinas de los “servicios” oficiales. El kirchnerismo montó un férreo sistema de espionaje y delación, que se expresó en el Proyecto X y otras operaciones de fisgoneo sobre el movimiento popular. Hace rato, sin embargo, que estos “servicios” iniciaron su pasaje al poskirchnerismo y a la oposición política, agregando otro episodio a la disgregación oficial. Pero la activación de denuncias en los estrados revela una cuestión de mayor alcance: el sistema judicial es una criatura de los “servicios”. La infiltración es mucho más vasta: por caso, un histórico de la Side, Darío Richarte, vicerrector de la UBA que cogobiernan los K con las camarillas radicales, es también el abogado de Boudou y, según algunos, propietario en las sombras de los medios del grupo Szpolski. La crisis de estos días, en definitiva, pone de manifiesto el carácter conspirativo de la llamada “democracia argentina”, movida en las sombras por elementos ligados a camarillas capitalistas y a los servicios de inteligencia internacionales. 


Massa, Macri 

Por eso mismo, la responsabilidad en el “régimen de servicios” se extiende a la oposición. Se ha revelado que uno de los capos del espionaje, Francisco Larcher, fue expulsado por Cristina a raíz de su afinidad política con Massa. Un columnista de La Nación ha señalado que “es sorprendente que Massa no desmienta que su frente, denominado “renovador” incluye una parte del aparato estatal de inteligencia” (22/12). 

En todos estos años, las tareas de los servicios kirchneristas se desplegaron ante la completa impotencia del Congreso y, en particular, de su “bicameral de control de las actividades de inteligencia”. Las razones de esta inoperancia deben encontrarse en la complicidad de todas las fracciones opositoras. El mismo columnista señala que los “servicios” lograron la complacencia del PRO cuando, a cambio de la postulación de una diputada macrista ligada al espía Larcher en esa bicameral, le prometieron a Macri que “iban a aliviar su situación en la causa por espionaje clandestino del espía Ciro James” (ídem). Está muy claro que, a cambio de esta complacencia PRO, el kirchnerismo bajó los decibeles en el escándalo de Fino Palacios y los espías porteños, que debió haber terminado con la destitución de Mauricio Macri. 


Milani 

En este cuadro, la crisis intentó cerrarse con dos movidas que retratan la catadura de los “nacionales y populares”. Por un lado, Cristina colocó como jefe de gabinete de facto a Aníbal Fernández, un histórico provocador contra el movimiento popular. Del otro, ha reforzado las atribuciones del Ejército y del represor César Milani como jefe del espionaje interior. Esta decisión, sin embargo, ha llevado a la crisis a un plano superior, pues Milani acaba de ser citado a indagatoria en la causa que lo responsabiliza por la desaparición del conscripto Ledo. Nora Cortiñas, por su parte, ha reclamado que se lo investigue por el secuestro de su propio hijo. La designación de Milani -un hombre de la inteligencia militar- al frente del Ejército, delató la intención oficial de devolverle a las fuerzas armadas un protagonismo inédito en los últimos treinta años, con vistas a trasladarle a las masas el fardo de la crisis. Por eso mismo, una caída de Milani implicaría una victoria contra esa orientación represiva. Con esa comprensión, nuestros diputados presentaron muy tempranamente una iniciativa en el Congreso (ver recuadro). Ahora, la crisis abierta replantea con fuerza esta lucha, que debemos unir a la denuncia de todo el carácter conspirativo del Estado y de sus “servicios”. Señalamos la complicidad de los opositores tradicionales, que han gobernado y gobiernan con los espías, y llamamos a redoblar la movilización independiente para que se vaya Milani; por la apertura de todos los archivos de inteligencia y la disolución de los organismos de espionaje y delación del Estado. 
Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/469/politicas/fuera-milani-fuera-la-side




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