jueves, 2 de enero de 2014

Intentemos aclarar qué percepciones los condujeron a estigmatizar a los otros de izquierda y a identificarse con CFK o más precisamente con el capitalismo-imperialismo.

Es revisar nuestras conceptualizaciones y actitudes de vida en base a qué han puesto de manifiesto y explicitan hoy quienes eran compañeros de ruta. Es descubrir que este último compartir era superficial e incoherente con los proyectos de cambios radicales. Había ambigüedad suficiente para albergarlos y hoy más que quebrados están satisfechos de apartarse del debate sobre rumbos y construcciones emancipatorias entre los diversos de abajo y de contribuir al monopolio del hacer político por el Estado. 

Podemos preguntarnos cómo pueden negar qué es el capitalismo pero será más beneficioso si nos planteamos cómo Eduardo Aliverti llegó a (¿se mantiene?) prototipo de comunicación social desde la izquierda, si bloquea la reciprocidad y retroalimentación del vínculo en su actividad radial como lo podemos comprobar en el editorial:
Una recorrida
Como todos los años, la imagen dejada por el cierre parece anular cualquier otra consideración. Los balances políticos se subsumen en las fotos de la despedida. Y el adiós de este año es la juntada entre un calor insoportable y los cortes de luz.
El análisis debe superar el impacto de la indignación y las protestas justificadas, porque de lo contrario se toma al todo por la parte. Las causas –ya se ha dicho, pero hay que ver si se asimila– deben buscarse en las empresas distribuidoras, no en la generación ni en el transporte de electricidad. Son las responsables de no haber hecho las inversiones necesarias, para garantizar un servicio que se resguarde de los picos de demanda e, incluso, de la demanda a secas. Su excusa es que no se les permite reajustar las tarifas y que en verdad operan a déficit, lo cual se contrasta con la pregunta de por qué permanecen en el negocio. (...)

Eduardo Aliverti nos enseña a leer la realidad social como lo hace la Presidenta y -como Ella- refuerza el pensamiento oficial al reproducir amplificando el discurso de los altos funcionarios responsables del Estado cómplice por socio en los negociados. Nos escamotea la crítica propositiva con fundamentos en décadas de militancia por la energía como un derecho humano más en contraposición a la visión vigente sobre la energía como una mercancía de José Rigane: Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la Republica Argentina (FeTERA-CTA) expresó que “la crisis energética es estructural e inocultable, pero aparecen como culpables los usuarios. Pero ningún usuario es responsable”. Y agregó que el Secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, “no está jugando ningún rol y está totalmente en un segundo plano. Pasa desapercibido como funcionario en medio de los terribles cortes de luz que sufre la gente”. “Daniel Cameron no cumple con el rol que debería cumplir”, dijo.
El también Secretario Adjunto de la CTA expresó que “esta crisis energética no tiene que ver con algo coyuntural porque es totalmente estructural. No se puede poner de excusa al clima porque en el sector energético se puede saber con anticipación el tipo de consumo que va a haber”. “Pero es importante tomar dimensión que la crisis viene de la mano de la privatización y extranjerización del modelo energético”, agregó.
Rigane expresó que “la forma de salir de esto es terminar con este modelo energético porque quedó demostrado que fracasó”. También dijo que “queda demostrada la falta de inversiones en el ámbito de la generación, en el ámbito de la transmisión y en el ámbito de la distribución. No sirve pedirle a la gente que controle su consumo cuando hace mucho calor o mucho frío, porque el problema viene de raíz por la falta de mantenimiento y de inversión. No hicieron lo que tenían que hacer”.
“Está establecido que en un día de máximo calor en Argentina se necesitan 5.000 megavatios más de lo común en la producción y en un día de máximo frío se necesitan 4.800 megavatios más. Todo es previsible en el sector energético, no es verdad que no se puede prever la demanda”, explicó. También agregó que “esto sucede porque no se invirtió en las obras de infraestructura”.
Rigane comentó que “un informe recientemente conocido de la Auditoria General de la Nación, establecía, por el aumento de nuevos clientes, construir 5 centrales de generación de electricidad. Esto representa la incorporación de varios miles de megavatios al sistema. De esas 5 centrales sólo se hicieron 2. Esto resulta determinante”.
Rigane manifestó que, “según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), la energía creció menos de la mitad de lo que creció el PBI. Entre el año 2003 y 2013 el PBI creció a una tasa del 6,5% promedio anual y la potencia instalada de energía lo hizo tan sólo a 3,2% por año. Este dato establece claramente por qué hoy la energía está en crisis”.
Para finalizar, Rigane dijo que “las consecuencias están claras porque las pagan los usuarios, pero el origen es la falta de inversión y el fracaso del modelo energético”.Leer
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A continuación Eduardo Aliverti se suma al esmero sistémico de convertir el crecimiento económico en fetiche y de argumentarlo con su medición productivista. Soslaya, de este modo, que consiste en rauda concentración y transnacionalización económica territorial. Por consiguiente este proceso de reestructuración de Argentina genera mayor desigualdad e injusticia social y como esencialmente es acumulación oligopólica por desposesión se concreta con violencia y destrucción de comunidades de vida y trabajo. Pero el iluminado periodista no sólo se desentiende de las graves consecuencias de ese apoderamiento que denuncian las organizaciones populares en todo el país sino que nos habla de la herencia neoliberal después de la "década ganada". Dice participando de la lectura dicotómica:
Antes o después que eso, hay la respuesta de una economía que aún sigue creciendo, moderadamente, tras haber alcanzado tasas chinas. Mientras el país salía del infierno dejado por los sabios reaparecidos, entre quienes se cuentan los sucesivos funcionarios del área energética que fueron responsables del desquicio, funcionó el “canje” de “quedate y no inviertas, pero las tarifas se congelan”. Aquel país, con una desocupación pavorosa y más de la mitad de sus habitantes apartados de bienes y servicios esenciales, se convirtió en uno de reasignación más pareja de los recursos estatales, actividad industrial recuperada y boom de consumo (el lector sabrá comprender que en este aspecto no deben entrometerse las características productivas y culturales de tal avance; son, apenas, apreciaciones “técnicas” indesmentibles).
Eduardo Aliverti repite slogans del gobierno CFK sin reparar en lo que advierten quienes investigan desde un posicionamiento contrario a la ultraderecha. Martín Schorr reflexiona: (...)se destaca la apuesta del Gobierno por apuntalar el crecimiento fabril a partir de dos rubros fabriles con un elevadísimo componente importado: el sector automotor de armaduría y la electrónica de consumo que se ensambla en Tierra del Fuego (en ambos casos, sobre todo en el primero, se trata de importaciones que, en no pocas ocasiones, también sustituyen producción nacional existente). En 2012 las importaciones realizadas, de conjunto, por estas actividades manufactureras representaron alrededor del 45 por ciento del total de importaciones industriales (de allí la relevancia de los tres sectores en su aporte al déficit comercial). Se trata de cuestiones para nada menores si se considera la reaparición de problemas críticos en el frente externo de la economía.
En su nota del 14/12/13, Alfredo Zaiat señala que uno de los desafíos de la hora pasa por avanzar hacia una “activa participación del Estado en la orientación de la industrialización por sustitución de importaciones con estímulos a las exportaciones”. La concreción exitosa de un planteo de estas características no puede pivotear especialmente alrededor de incentivos macroeconómicos y/o de naturaleza horizontal, ni descansar en un criterio de competitividad focalizado en forma decisiva (si no exclusiva) en el nivel del tipo de cambio real y/o en el aprovechamiento de términos de intercambio favorables. De allí la necesidad de consensuar y poner en práctica políticas industriales activas, coordinadas y de abordaje integral que partan del reconocimiento del “mundo real” y la masa crítica existente, así como de las perspectivas, las potencialidades y las restricciones de los diferentes rubros de la industria que se busque promover.
De lo contrario, la intervención estatal seguirá alentando la “reproducción ampliada” de muchos de los rasgos de la industria argentina (reprimarización de las exportaciones, dependencia tecnológica, poder de veto de los grandes exportadores). Y, por esa vía, reforzará aún más ciertos problemas estructurales que condicionan severamente el manejo de la coyuntura. Leer
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Eduardo Aliverti reafirma la lógica capitalista, desprecia a quienes miramos hacia cambios de emancipación del capitalismo-imperialismo y nos descalifica etiquetándonos de tener pérdida cognitiva. Pero el periodista termina realizando una mera síntesis del embaucamiento CFK respecto a medidas gubernamentales que no forman parte de una planificación del país atendiendo a necesidades e intereses populares como lo demuestra Julio de Vido dedicado a poner en práctica al IIRSA del sistema imperialista en contubernio con los poderes locales. Formula: En este país el canje ya no funciona, porque una economía recobrada hasta tal punto no aguanta –al ritmo y modo en que crecen los grandes centros urbanos– que a primera de cambio haya cableado y mantenimiento eléctricos atados con alambre. Hay quienes opinan que es absurdo plantear la estatización de las distribuidoras, con el argumento de que, si no se las sabe comandar y controlar, menos que menos se sabría gestionarlas. Eso no es cierto, pero no sólo porque este Estado ya demostró que puede ser eficiente en el manejo de empresas estratégicas. No es cierto porque el Gobierno las dejó (no) hacer a sabiendas, en función de aquel país que ya no es. ¿Qué se hace? ¿Se discriminan los subsidios entre ricos, clases medias y sectores populares? ¿No se puede porque es muy complejo? ¿Se puede, aunque sea complejo, pero los resultados se verían, con viento a favor, a mediano plazo? ¿Se extraen por otra vía más fondos, más capacidad contributiva, y se los administra y opera directamente desde el Estado, o con una empresa mixta u otras variantes? Bien podría pasar por esto último, pero la clave, en cualquier caso, es quiénes pagan para que la mayoría esté mejor, siempre y cuando no se refute desde subidas a platos voladores y con pérdida cognitiva de que estamos en un sistema capitalista.
Es decir, mantiene el ocultamiento de que:
 
El régimen privatista se mantuvo por los subsidios
Por Mario Hernández. A 10 años de gobierno kirchnerista entrevistamos a Julio Gambina, economista de izquierda. Primer entrega de un análisis estructural sobre los procesos de privatización, esquemas de subsidios y las diferentes lecturas del momento.

Publicaste un artículo: "El fracaso de las privatizaciones". Me quedé con varias cosas, pero en particular con una que quisiera que desarrollaras. Me llamó la atención esta afirmación tan fuerte de que "la institucionalización no mutó".
-Para tratar de ser didáctico puedo ampliarlo a distintas esferas de lo que llamo lo estructural-institucional. En los '80 y, sobre todo en los '90, se modificó de manera muy importante la relación capital-trabajo, favoreciendo la flexibilización laboral y salarial con un impacto claro en una redistribución regresiva del ingreso, con merma de salarios, crecimiento del desempleo, el subempleo, la informalidad en el trabajo y esos son temas que se mantienen.
Fijate que pese al importante crecimiento económico en la última década del nivel de actividad y el empleo, el último dato estadístico del Indec señala que el 34.6% de los trabajadores están en situación informal.

En el propio empleo estatal es muy alta la informalidad.
-Altísima, pese a que era más grave en 2001-2, a una década de crecimiento económico muy importante, como pocas veces ha habido en Argentina, la situación de la flexibilización salarial-laboral y el impacto que tiene en la desindicalización, sigue siendo importante. Lo mismo ocurre en el ejemplo que estás sugiriendo que es el tema de las privatizaciones. En Argentina, hubo un cambio muy claro en la función del Estado transformado en un soporte de la rentabilidad de los grandes capitales. Hoy el presupuesto vigente tiene una asistencia en subsidios a empresas privadas que es superior a todo el gasto en salarios de la administración pública nacional.
Es normal escuchar una crítica al empleo público, a cómo el Estado resuelve muchas cuestiones políticas con empleo estatal, y nos encontramos que hoy el nivel de subsidios a las empresas privadas es superior a la totalidad del salario de maestros, médicos, policías, empleados administrativos, etc.
La totalidad del empleo público tiene un gasto menor que el gasto en subsidios a empresas privadas, con lo cual queda claro que han pasado diez años de gobierno kirchnerista y la orientación del presupuesto público sigue marcando niveles de inequidad y de favorecer a la iniciativa privada.
Ha cambiado la función del Estado, por eso no hay definiciones de reorientación de ese cambio a través de la apropiación de empresas. El caso más evidente es el de la expropiación parcial de YPF y lo primero que hace la empresa con gestión pública es una asociación con Chevron para que haga inversiones y desarrollar la tecnología de la fractura hidráulica, el fracking, para avanzar en la explotación de hidrocarburos no-convencionales. Es decir, que más allá de la gestión pública o privada, seguís teniendo una YPF que antes gestionada por Repsol servía al capital externo y ahora gestionada por el Estado sigue haciéndolo, lo que motivó renuncias en el Directorio.
Me sorprendió la renuncia de Basualdo, un duro crítico a toda la política de los '90.
-Ese es un dato concreto que tiene que ver con diferencias con el proceso. Obviamente, eso no se ventila. Con Basualdo hemos compartido y ha sido uno de los constructores intelectuales de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) en los '90. Estuvo y está co-participando del gobierno lo que supone que tengamos lecturas diferenciadas. Hay mucha gente que las tiene, pero participa honestamente y con convicción del proceso de gobierno y cuando se dan situaciones de esta naturaleza se generan algunas contradicciones como la que estamos planteando. Pero quiero insistir que en esa orientación que significó la relación laboral por un lado, o el papel del Estado por otro, no veo que haya cambios sustanciales en el patrón que define la situación.

Algo similar pasa con las relaciones internacionales donde se destaca mucho que durante estos diez años ha habido un acercamiento con Venezuela y en 2005 el NO AL ALCA.
-Es cierto, pero al mismo tiempo Argentina ha sido parte del G20, que es el núcleo mundial donde las potencias hegemónicas han decidido resolver el tratamiento de la crisis mundial del capitalismo y la respuesta por un lado es el ajuste, claramente visibilizado en Europa y, por otro, el salvataje de los países capitalistas más desarrollados y a sus empresas en crisis. Pensá que EE. UU. que se dice tiene una política diferenciada de la europea, porque Europa tiene una política de austeridad y EE. UU. emite todos los meses U$S 85.000 millones para sostener el nivel de actividad en el país, eso no se hace en beneficio de las mejores condiciones de vida de los trabajadores y los sectores estadounidenses empobrecidos. La política de salvataje, sea de Japón, EE. UU. o Europa, con más o menos austeridad, es la que viene empujándose desde el G20 y Argentina, junto con Brasil y México, participan de ese organismo que una de las pocas cosas que ha resuelto es fortalecer la potencia mundial del FMI cuando éste estaba prácticamente en la lona.
La crisis mundial empieza en 2007-8 y hacia 2006 Brasil al igual que Turquía, Argentina y Rusia, habían cancelado la deuda con el FMI y éste prácticamente se había quedado sin funciones. La realidad es que el G20 revivió al FMI, facilitó la ampliación de su capital y recientemente el Parlamento argentino aprobó la capitalización de nuestro país en el FMI.
Entonces, más allá del 'Adiós al Alca' en 2005, que reivindico y destaco, también existe la participación argentina en el G20 y el fortalecimiento del FMI. En general, todo aquél que piense críticamente la situación mundial sabe cuál ha sido en décadas pasadas y en el presente el papel del FMI, del BM y de los organismos financieros internacionales.

En los últimos tres años las empresas más rentables fueron los bancos
-El sentido del comentario de esta nota en la que aludo al tema de las privatizaciones es que hay novedades institucionales que plantearon Videla y Martínez de Hoz y no pudieron materializarlas por la resistencia popular, que sí lo hizo Menem en los '90, que continuaron con la Alianza y, lamentablemente, todavía subsisten. Quizás la más emblemática de todas las medidas sea la Ley de Entidades Financieras aprobada en 1977. Cuando Martínez de Hoz dejó el Ministerio de Economía en 1981 planteó que el instrumento más revolucionario que habían generado en el gobierno de Videla había sido esa ley que favoreció el proceso de extranjerización de la banca y la apertura de la cuenta de capitales sea para inversiones extranjeras o el crecimiento de la deuda pública. Fue un instrumento fundamental para la inserción subordinada de Argentina en la economía mundial de los '70 generando las condiciones para el gran ajuste de los '80 y la profundización de esa entrega subordinada en la división internacional del trabajo en los '90. Hoy sigue habiendo la misma Ley de Entidades Financieras y sigue habiendo extranjerización de la banca como sistema bancario hegemónico.
Fijate que 2001-2 comienza con una crítica social extendida a la banca, principalmente a la banca privada extranjera y en los últimos tres años las empresas que más rentabilidad han tenido fueron los bancos. Han pasado diez años y esos bancos que presentaban balances complejos y que llevó a muchos a retirarse del país, que se visibilizaron como el problema principal y que mucha de la bronca del 'que se vayan todos' se orientaba hacia ellos, prácticamente todos tuvieron que blindar sus vidrieras, excepto el Credicoop, porque se las rompían en las protestas, movilizaciones y las broncas que había. El resultado que tenés de todo eso es el restablecimiento de una banca extranjera en el sistema financiero argentino y su preeminencia como sector altamente rentable al que se le mantuvieron todas las eximiciones de impuestos durante todos estos años.
Fuente: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/119-entrevistas/3924-el-regimen-privatista-de-los-90-se-mantuvo-sostenido-por-los-subsidios-publicos
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Eduardo Aliverti sigue promocionando a: la falsedad del Estado cuidando por la inclusión equitativa y no, como la realidad lo prueba, por los negocios de los grandes capitales; la lectura maniquea de la realidad social que bloquea la deliberación y toma de decisiones de los de abajo; el desconocimiento de que el proyecto CFK de Código Civil y Comercial privatiza y sobre todo transnacionaliza la Justicia; y la estigmatización de las organizaciones y luchas populares para ir concretando las bases de una democracia en todas las dimensiones que dignifican la vida y el trabajo entre los diversos de abajo. En efecto, expresa:  
Con un gobierno progre, no con uno revolucionario que, si es por eso, tampoco propuso serlo; aunque, con lo hecho, ya marcó estar a la izquierda de esta sociedad. Extrae de la renta agraria, sin ir más lejos y sin que ese sector deje de andar de fiesta, y reparte con una orientación mucho más equitativa que lo conocido hasta ahora. Lo que se recuperó, en definitiva, es cierta capacidad del Estado como regulador de los desequilibrios sociales. Es con más Estado, jamás con menos, que deben hallarse las fórmulas y las experiencias para seguir avanzando. Eso incluye al paradigma y la operación energéticos, de la misma manera en que es aplicable a la mayoría de las variables de fondo. Como para ver algunas, se va el año en que fueron retomadas las líneas ferroviarias: el Mitre, el Sarmiento, el Roca, el San Martín, el Belgrano Sur y el Belgrano Cargas, aunque la foto siga siendo la estación Once (o precisamente por eso, tras el proceso constante de deterioro a partir de las privatizaciones del menemato). Se va el año de las protestas policiales en gran parte del país y el año del crecimiento o mostranza del narcotráfico, obligando a repensar integralmente a los organismos de “seguridad”, y si es sensato insistir con que sean estas policías las encargadas de proteger a la población. Se va el año del enfrentamiento del Gobierno contra un gran pedazo de la corporación judicial, que rechaza todo cambio sustantivo de su estructura ancestralmente conservadora. Se va el año en que la inflación continuó siendo un problema, y el año en que continuó diciéndose, con todo desparpajo, que la culpa corresponde con exclusividad al Estado y no a la cadena de valor de quienes forman los precios. (...) Leer
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Ya es suficiente para saber cómo Eduardo Aliverti arrumba su labor comunicacional y se consagra a la de apologista del gobierno CFK, gracias a lo cual puede vivir a lo burgués con tranquilidad de conciencia e ironizar sobre quienes nos oponemos al progreso capitalista porque estamos convencidos que es hora de situarnos en su crisis civilizatoria y en el potencial de la diversidad de los de abajo para multiplicar tanto los encuentros convivenciales como los caminos de construcción de los distintos modos de buen vivir.

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