miércoles, 28 de agosto de 2013

II. Involucrémonos en rechazar el avance imperialista de acaparamiento y a sus guerras y represión

Irak 2003 y Siria 2013. 
Estados Unidos de fraude en fraude: ¿Cuál es el límite?

Por: Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)
Estados Unidos va de 10 en 10 años, en sus intervenciones militares para tener la supremacía a toda costa en la región donde están Siria, Irak e Irán. Y, al unísono, va de fraude en fraude en el plano de la información para justificar sus operaciones.

El “a toda costa” no es gratuito y sin fundamento. En Irak 2003 se intentó implantar la evidencia de armas de destrucción masiva que justificaba la invasión una vez instalada la ocupación (Irak: Bitácora de un Fraude, 2004.Pehuén)

El inspector de armas que comisionó la ONU, Hans Blix, fue tan manipulado por la administración Bush, que nunca pensó en la hipótesis de la implantación. ¿Cómo se iban a descubrir las armas en cuestión, si no estaban? Es grotesco y chistoso si no fuera tan dramático por lo que significó una ocupación devastadora. El fracaso fue la evidencia y quedó demostrado por la cantidad de elipsis en el voluminoso informe al Congreso “The Iraq Sudy Group Report”, 2006.

Con Siria, la evidencia del uso de armas químicas por el Ejército Sirio, ha sido implantada después de un largo proceso que comienza a mediados de 2012 y quizás antes. Como el ejército no daba muestras de claudicar, la oposición políticamente no funcionaba y el ejército rebelde era una pantomima de los medios anti Assad, las armas químicas era la carta escondida por si la resistencia a la invasión extranjera con terroristas se prolongaba.

Y así fue. Se prolongó más de la cuenta y allí estaba la asesoría de los servicios respectivos en Israel, Reino Unido, Francia y Estados Unidos, para introducir armas químicas a través de la frontera con Jordania y utilizarlas contra el ejército Sirio y la población Siria opuesta a los rebeldes. Mi experiencia en Damasco y sus alrededores me demostró que cualquier atisbo de neutralidad o apoyo al gobierno era castigado con tortura o asesinato por los llamados rebeldes, que en su mayoría no son más que personal subcontratado por una compleja y sofisticada operación montada en Qatar, Jordania e Israel. Desde estas fuentes provino el personal que ejecutó la operación del fraude en la información al implantar la evidencia haciéndola aparecer como armas químicas utilizadas por el gobierno. El registro de armas químicas procedentes fuera de Siria ha comenzado a aparecer en los medios.

Ese es el desafío de la actual misión de ONU. Debe comprobar no solamente que existan afectados por las armas, o quién las utilizó, sino que se haga una auditoría completa del asunto incluyendo a las autoridades en los gobiernos de Jordania, Israel, Turquía, El Líbano, Irak, Qatar, y Arabia Saudí. La única forma de llegar a la verdad más completa, es a través de una investigación que penetre en el origen de las armas químicas que llegaron a Siria y que se detectan en cuerpos inertes y en población viva, así como en rastros en superficies.

No es fácil para dos semanas de inspección recopilar indicadores contundentes y en medio de una amenaza de atacar Siria con misiles Tomahawk. Este sí que es un factor distorsión, además que no ha habido un cese al fuego, hecho que impide el trabajo normal de una misión. Todo esto forma parte del mismo operativo de entregar el argumento para la intervención militar. Es curioso que exista un Consejo de Seguridad en la ONU de 15 miembros y sólo dos, China y Rusia, reparan en estas aberraciones a los procedimientos y la lógica más básica.

En 2003 fue Irak, en 2013 Siria e Irán tendrá que ser en 2023. Aparte del macabro juego con el tiempo, a Estados Unidos y sus aliados transatlánticos les convenía mas haber derrocado al gobierno Sirio con la figura del terrorismo disfrazado de ejército rebelde y que hubiera ocurrido en no más de un año después del asesinato de Gadafi.

Sin embargo fallaron por cálculos mal hechos y por una pobre información de la inteligencia israelita como británica y estadounidense respecto a la solidez de la cohesión política al interior de Siria, sus instituciones y especialmente el ejército. Sin mencionar el nulo apoyo popular a la incursión extranjera armada con una multinacional del terrorismo, que erróneamente se le puede atribuir exclusivamente al islamismo.

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Ataque a Siria. El factor Tomahawk y el uranio empobrecido
Por: Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)


Se ha anunciado que el ataque a Siria consistiría en usar misiles Tomahawk desde su flota en el Mediterráneo oriental. Estados Unidos de llevar adelante el plan está cruzando la línea para ser acusado por crímenes de guerra.

Está demostrado que para ser eficientes, los Tomahawk, deben portar municiones con uranio empobrecido que tiene letales consecuencias para la población al sufrir las inhalaciones de materia radioactiva después de la explosión. Cáncer, deformaciones físicas y alteración en los órganos son algunos efectos en la salud, más allá del plano medioambiental que son desastrosos. (Massimo Zuchetti. Global Research, Abril 14, 2011).

En Libia para derrocar a Gaddafi se lanzaron cerca de 300 Tomahawk, para derrotar un poderío militar marcadamente inferior al de Siria. Según el Vice Almirante William Gortney se necesitaron 112 misiles para dar cuenta de 20 objetivos militares en Libia. (ABC News 11 marzo 2011). Si el objetivo es acabar con el poderío militar Sirio, dimensionar la cantidad de Tomahawk que se necesitan en la operación es visualizar una catástrofe humanitaria que la de ahora.

Con Libia se usaron estos misiles con carga de uranio empobrecido, y hasta hoy, por lobby y coerciones de todo tipo, Estados Unidos se ha librado de una acusación criminal efectiva en las cortes internacionales. El Consejo de Seguridad de la ONU es casi completamente dominado por la Alianza Transatlántica y EEUU tiene chipe libre para lanzar proyectiles con uranio empobrecido.

Si hay una metáfora que se ajusta a Estados Unidos y su proceder con el uso del uranio empobrecido, es la de ser una especie de Atila (el Rey de los Hunos) que cuando pasaba – dice la leyenda – no crecía más el pasto.

Lo que llegó a Siria para derrocar al gobierno, es probable sea la demostración más degradante del sistema de subcontratación y utilización de la capacidad criminal y las externalidades de los carteles vinculados al mercado universal de la desestabilización de estados. Es un registro de operaciones de última generación, cuyo antecesor fue el sistema adoptado por el régimen del Apartheid en Sudáfrica con la asesoría de los servicios de seguridad de Israel para mantener el sistema y controlar el cono sur del África.

El nivel de crueldad exhibido por la RENAMO (Resistencia Nacional de Mozambique) y de UNITAS de Jonas Savimbi en Angola, tenía esa impronta del horror y el nivel máximo de brutalidad, en un adiestramiento completamente extraño para el Africano. Provenía de las empresas israelíes y estadounidenses creadas durante la guerra fría con un fiero anticomunismo, y que se reproduce ahora en Siria. Malamente se le atribuyen los horrores a una especie de nuevo demonio islámico y es esencial estudiar el fenómeno.  

Desde la guerra Irán-Irak y la operación Tormenta del Desierto – el primer intento de derribar a Saddam Husein-, esta creciente industria de las guerras locales y de escala media, para controlar o desestabilizar naciones o territorios, no ha cesado de funcionar y ha perfeccionado su progreso en su propia dimensión: cada vez más cruel y letal. En el ejemplo de Siria con su resistencia, cuando no funcionan reciben el apoyo de las unidades estatales de potencias universales que lanzan los Tomahawk.
Fuente: http://www.argenpress.info/2013/08/ataque-siria-el-factor-tomahawk-y-el.html

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