miércoles, 1 de mayo de 2013

Reflexionemos, desde la izquierda, que se está consolidando el armado para el triunfo electoral de quienes legitiman la destrucción socioambiental del país-continente


 Sobre la nueva “conquista del desierto”: 
el IIRSA en la  Patagonia Argentina

Por Mónica Menna(Vecinos autoconvocados del Lago Gutierrez, Bariloche
Los beneficios obtenidos entre 1990 y el 2002 por las multinacionales y los bancos -más de un trillón  de dólares en ganancias, intereses de la deuda y regalías-, junto con los fondos expatriados y las  lucrativas compras de empresas de servicios generó, en las poblaciones, pobreza y estancamiento y  en el imperio, la necesidad de seguir con el saqueo que le permitiera mantener las ganancias y, en lo  posible, mejorarlas. Lo que queda, fundamentalmente los bienes naturales, pasaron a ser un botín a  controlar. En el área de recursos, y en esto comprendemos no solo los estratégicos sino fundamentalmente la  tierra y el agua, podemos observar en toda Latinoamérica planes que se copian como calcos y que  fueron generados por las usinas académicas, alimentadas económicamente por gobiernos centrales,  fundaciones y empresas, y aplicados por organismos financieros internacionales. 

Los intereses por la tierra y el agua parecen dividirse en tres áreas: 
  • Zonas protegidas donde se mantienen prístinas e incontaminadas regiones que por intereses  estratégicos, biotecnológicos, bioprospectivos, por contener grandes reservas de agua, por intereses  turísticos o inmobiliarios es importante conservar. 
  • Las zonas costeras que, no solo tienen una importancia fundamental en recursos - recordemos  que la mayor riqueza marítima se encuentra en las mismas- sino también porque estratégicamente  son de vital importancia para el flujo comercial.
  • Y por último, las zonas “libres” o más adecuadamente llamadas de sacrificio, en las que se  producen los saqueos más devastadores como las talas de millones de hectáreas de bosques, el  avance de los cultivos transgénicos, la explotación minera, etc. 

A su vez, estas tres zonas son atravesadas por corredores entendiendo, más allá de lo que se nos  intente “vender”, que estos corredores marítimos, fluviales y terrestres son vías para el flujo de  negocios y a la vez, son vitales para la consolidación del control hegemónico sobre los bienes  naturales y estratégicos. Delgado Ramos señala la complejidad que estos corredores significan, destacando que abarcan: a) medios de transporte de las materias primas y mercancías (puertos marítimos, canales de agua,  ferrocarriles de alta velocidad, carreteras);  b) energía (hidrocarburos y electricidad) que alimente los sistemas de producción (plantas nucleares,  termoeléctricas, hidroeléctricas, tendidos de interconexión eléctrica, gasoductos y oleoductos); c) agua utilizable en las actividades productivas (presas, trasvases, acueductos, sistemas de bombeo);   d) telecomunicaciones (fibra óptica y centros de comunicación con tecnología de punta) que integren a  la región en tiempo real, al interior del corredor y en su interconexión con otros corredores. 

En el desarrollo geopolítico y estratégico que comprende a nuestros países sudamericanos surge, -a  modo de su par mesoamericano el PPP (Plan Puebla Panamá), el IIRSA (Iniciativa para la  Integración de Infraestructura Regional Sur Americana), un acuerdo que firmaron los doce  presidentes de los países sudamericanos en el año 2000 para establecer un plan de implementación  de infraestructura que atravesaría toda la región, dividida en 10 ejes y con aproximadamente 400 mega proyectos que incluyen: carreteras, puertos, telecomunicaciones, represas, puentes, etc. con un  coste que se eleva, en sus inicios, a mas de 37 mil millones de dólares. 

Los 10 ejes de integración son los siguientes:  Eje Andino (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela)  Eje Andino del Sur (Chile, Argentina)  Eje de Capricornio (chile, Argentina, Paraguay, Brasil)  Eje del Amazonas (Colombia, Ecuador, Perú, Brasil)  Eje del Escudo Guayanés (Venezuela-Brasil-Guyana-Surinam)  Eje de la Hidrovía Paraguay-Paraná (Paraguay, Argentina, Uruguay)  Eje Interoceánico Central (Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Perú)  Eje MERCOSUR-Chile (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil)  Eje Perú-Brasil-Bolivia  Eje del Sur (Argentina, Chile) Estos ejes comprenden a su vez 7 procesos sectoriales:  1. Instrumentos de financiamiento 2. Integración energética 3. Pasos de fronteras 4. Tecnologías de información y comunicación 5. Transporte aéreo 6. Transporte marítimo 7. Transporte multimodal. 

Este plan es sostenido técnica y financieramente por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), el  Fonplata (Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata) y la CAF (Corporación  Andina de Fomento) y, en formas menos evidentes, por otras entidades financieras mundiales.4 En la presentación del IIRSA ante los presidentes sudamericanos el presidente del BID, Enrique  Iglesias, dijo” agradezco la oportunidad de presentar un documento de apoyo a la discusión sobre la  integración física del continente, entregando un Resumen Ejecutivo y un informe como primer punto  de apoyo basado en la identificación de ejes de integración y desarrollo a través de todo el espacio  físico regional,… en áreas de energía, transporte y telecomunicaciones, con vistas a crear un espacio  común para la inversión.” Agrega también, que “para aprovechar el pleno potencial de los mercados subregionales y  continental, deben superarse una serie de obstáculos. Uno de ellos es consolidar acuerdos  regionales,…profundizar los lazos comerciales entre las subregiones del continente, en forma  consistente con las reglas de la OMC (Organización Mundial de Comercio) , y eliminar las barreras  no arancelarias dentro de y entre los acuerdos. Otro requisito crítico es el desarrollo de la  infraestructura regional, que tradicionalmente ha constituido un “cuello de botella” para la  integración.” 

Toda esta maquinaria de infraestructura está al servicio de experimentar y tratar de aplicar  programas de privatización de las regiones y sus riquezas, impulsando estrategias interregionales  donde las naciones y sus particularidades quedan desdibujadas en pos de facilitar el saqueo. El  territorio se reordena en función de los fines del comercio internacional. De alguna manera el IIRSA  se constituye en la infraestructura del saqueo. Las empresas y los TLC (Tratados de Libre Comercio)  necesitan el IIRSA, son complementarios; al comercio neoliberal le urge trasladar enormes volúmenes de materia prima para seguir alimentando su maquinaria, eliminando cualquier  obstáculo que le limite la extracción y el manejo de nuevos mercados, como también la instalación de  industrias contaminantes. Las corporaciones necesitan una forma rápida y barata de transportar todos sus productos y al  mismo tiempo, lugares donde montar sus tecnologías. Es así como se determinan por dónde se  hacen los tendidos, dónde se aplica tecnología de punta, dónde se privatiza, qué zonas se destinan a siembras para por ej.: agrocombustibles, forestaciones, etc. También se establecen qué zonas hay que  preservar. Sobre estas, muchas veces, se implementan estrategias de conservación diseñadas por  organizaciones conservacionistas manejadas financiera e ideológicamente por las políticas centrales  y corporativas

Si bien podríamos inferir que existe una contradicción entre los agresivos proyectos de instalación de  industrias contaminantes, siempre faltos de controles por parte del Estado, con sus consecuentes  impactos ambientales por un lado, y las propuestas de protección de los ecosistemas por el otro lado,  podemos afirmar que contamos con suficiente información y ejemplos como para marcar que son  parte de lo mismo, que conforman dos maneras de ocupar el territorio para controlar y explotar los  abundantes recursos estratégicos presentes en la región. 

La implementación del IIRSA se manejó desde el principio con una estrategia de desinformación y  de fragmentación, enmascarada con el eterno argumento del desarrollo y el progreso. Las  poblaciones afectadas se enteraban mal y tarde de lo que significaba, en su región, la realización de  algunos de los proyectos y cómo los mismos iban a afectar sus cotidianeidades con efectos sociales,  ambientales y económicos no deseados y sobre los cuales nunca fueron consultados. Solo  últimamente, y a raíz de la movilización de personas y organizaciones, tibiamente se están  comenzando a establecer programas de comunicación, donde la intervención de las comunidades  afectadas sólo pasa por un simulacro de participación que nunca incluye la posibilidad de decidir.

Por otra parte y como respuesta a la protesta social y las posibles implicancias que estas podrían  traer en la realización de algunos de los proyectos se crearon “observatorios”, constituidos por  organizaciones de dudosa independencia en cuanto a los intereses centrales, que lo único que hacen  es monitorear las consecuencias que este plan va a traer, tratando de ver cómo se mitigan los  impactos o, como gustan llamarlos, las “externalidades negativas”, pero nunca cuestionando, en  definitiva, al IIRSA en sí mismo y al modelo de integración que representa, muy alejado de las reales  necesidades de las poblaciones. 

La Partagonia 
La Patagonia no escapa a este reordenamiento territorial. El Eje Sur del IIRSA7 la a traviesa  transversalmente del Océano Atlántico al Océano Pacífico, desde los puertos argentinos de Bahía Blanca (al sur de la provincia de Buenos Aires) y San Antonio Este (en la provincia de Río Negro)  hasta los puertos chilenos de Concepción (en la región del Bío Bío) y Puerto Montt (en la región de  Los Lagos). Su superficie comprende un 14% de los territorios conjuntos de Argentina y Chile,  abarcando tres partidos (o departamentos) del sudeste de la provincia de Buenos Aires (Bahía Blanca, Villarino y Patagones), las provincias de Río Negro y Neuquén, en Argentina, y las regiones  VII, VIII, IX y X en Chile (regiones del Maule, del Bío Bío, de la Araucanía y de Los Lagos,  respectivamente). El Eje Sur comprende mejoramientos de puertos de aguas profundas que permitan las operaciones  de barcos de gran calado, agilización de pasos fronterizos, aperturas de caminos, ensanchamientos  de carreteras, asfalto de rutas, construcción de centrales de transferencia multimodales,  rehabilitación de líneas férreas y, últimamente, se ha incorporado, como parte estratégica, el  mejoramiento del sistema integrado energético. Está dividido en dos grupos: (…)

Como ejemplo ilustrativo de los intereses que mueve este proyecto de integración y de la manera  encubierta como son llevados adelante, últimamente se ha generado un conflicto que pone en claro  la desinformación que tienen las poblaciones afectadas. La localidad de Villa la Angostura ubicada  en la provincia de Neuquén se desayunó que él, tan mentado, corredor bioceánico la atraviesa por su  calle principal y lo que se suponía iba a traer prosperidad a la zona, porque formaba parte de un  corredor turístico, se convirtió en una pesadilla al enterarse los pobladores de esa aldea de montaña  que la misma iba a ser atravesada por cientos de camiones cargados de mercaderías ya que la villa  está ubicada, estratégicamente, a pocos kilómetros del Paso Internacional Cardenal Samoré . Este conflicto supuso la intervención de funcionarios de la provincia de Neuquén solicitando que se descarte ese paso para el transporte de cargas y se priorice para ese motivo el de Pino Hachado  ubicado más al norte en la misma provincia y cercano a la localidad de Zapala destinada, dentro del  IIRSA, a ser un lugar multimodal de transferencia.

Como de tomarse esa decisión la provincia de  Rio Negro se vería afectada porque la ruta 23 que une el océano Atlántico con la Región de los Lagos  desemboca en la ruta 231 que es la que lleva a Villa la Angostura y al único paso factible y en  condiciones es el Samoré, las autoridades de Rio Negro exigen que se mantenga el uso que se había  previsto. En resumen la decisión que se tomo a lo lejos y respondiendo a intereses económicos,  especulativos genero en la región no solo rechazo sino también confrontaciones entre dos provincias  vecinas. Es importante recordar que los dos pasos y sus respectivas rutas atraviesan parques  nacionales y reservas de la biosfera en los países de Argentina y Chile. Por otro lado, como complemento necesario del IIRSA, la región Patagónica no es ajena a las  políticas de zonificación en función de las estrategias empresariales. Es así que, haciendo un rastreo  sobre algunas de las últimas manifestaciones públicas de políticos regionales, nos encontramos con  el gobernador de Santa Cruz diciendo, en el marco del Acto Oficial por el Aniversario de la  Localidad de Los Antiguos (05/02/2008), que “No habrá prospección minera posible en la zona de  Los Antiguos” y que “Las Mineras (se vayan) a la estepa, a trabajar donde trabajaron nuestros  pioneros, para dejar que nosotros llevemos adelante el proyecto de turismo y de desarrollo en ese  marco”. En forma similar se expresó el senador y ex candidato a gobernador de Río Negro, Miguel Pichetto,  cuando en plena campaña manifestó que, en caso de ser gobernador en Río Negro, iba a derogar la  ley que prohíbe la explotación minera utilizando cianuro, subrayando que "vamos a abrir la  provincia a la minería y lo vamos a hacer con toda la responsabilidad", agregando que “una cosa  es hacer minería en el desierto y otra en las Áreas Protegidas. Sí me voy a oponer  terminantemente a que se pueda hacer cualquier desarrollo minero que afecte la naturaleza de los  Parques Nacionales, de Bariloche, de El Bolsón, de regiones que hay que proteger con un sentido estricto". 

Conclusión 
Por último, y a modo de conclusión, es bueno recordar que la región que hoy llamamos América  Latina fue sometida a lo largo de más de cinco siglos a feroces políticas de colonización, explotación  y saqueo, que planes como el IIRSA no hacen más que facilitar esta expoliación, ya que están hechos  a la medida de las empresas y nunca en función de una verdadera integración de los pueblos Si bien es cierto que hay una continuidad en las políticas hegemónicas de dominación, las  tecnologías han avanzado y, las mismas permiten que los procesos se aceleren y que recursos y  zonas que en otro momento no fueran tenidos en cuenta, hoy sufran el avance insaciable de las  corporaciones sobre sus territorios y bienes. La Patagonia es un territorio con un gran reservorio de agua dulce, rico en recursos y bienes  naturales, no solo terrestres sino también marítimos, donde las grandes distancias entre localidades,  la poca población y las complicidades de sus políticos hacen creer que es fácil su saqueo, ubicándola  en un lugar de privilegio ante los insaciables intereses del comercio internacional. Así es que nos  encontramos en nuestra región con gigantes como Aluar o Barrick financiando proyectos, como la  línea de alta tensión Choele-choel – Pto Madryn y la línea Comahue – Cuyo respectivamente o a  empresas asiáticas interesadas en invertir en infraestructuras. Ante esto, la única forma de parar la ocupación total del territorio, como si fuera un botín de guerra  a repartir, es la organización y la lucha popular. 

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